sábado, 19 de diciembre de 2015

LAS VÍCTIMAS de la LEGISLATURA de RAJOY “Nadie se merece morir de forma dolorosa e indigna”

Cabeza de una manifestacion convocada por La Plataforma de Afectados por la Hepatitis C. EFE
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Cabeza de una manifestacion convocada por La Plataforma de Afectados por la Hepatitis C. EFE


LAS VÍCTIMAS DE LA LEGISLATURA DE RAJOY

“Nadie se merece morir de forma dolorosa e indigna”

Unos 4.000 pacientes murieron en 2014 por no poder acceder al tratamiento, según la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C. Raúl Mancuñano perdió a su madre hace un año, después de que le denegaran el tratamiento con sofosbuvir.


María Isabel murió el 19 de diciembre de 2014 por hepatitis C, después de que le denegasen el tratamiento.
En este reportaje debería hablar María Isabel Fernández Merino. Ahora su única voz es la de su hijo, Raúl Mancuñano. Justo hoy, hace un año de la muerte de María Isabel por hepatitis C, después de que le denegasen el tratamiento. 

La gestión del Partido Popular en este asunto ha sido uno de los casos más alarmantes en la legislatura. 

Los enfermos de hepatitis C protagonizaron encierros y manifestaciones para solicitar al Ministerio de Sanidad que cubriese el coste del tratamiento que salvaría sus vidas. Unas 4.000 personas murieron en 2014, según la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C. No hay aún cifras de este 2015 pero desde la asociación aseguran que también se produjeron muertes, porque los tratamientos no llegaron a tiempo para todos los enfermos.

Avanzar en la vida a contrarreloj, con la certeza de que te mueres y de que nada ni nadie te va a salvar. 


Así falleció María Isabel Fernández, sin tener acceso al tratamiento que curaría su hepatitis C

Son días duros para su hijo, Raúl. Ahora hace un año de la muerte de su madre y, en este tiempo, se ha volcado en defender su memoria. 


Raúl intenta mantenerse fuerte, pero rompe a llorar de forma continua. 

Primero no quiere recordarla como enferma, sino como madre. 

“Toda la vida la dedicó a su familia. Nunca tuvo nada para ella. Todo su esfuerzo y dedicación fue para nosotros”. Menciona los años de lucha con la enfermedad. 

De la dureza que ha sido convivir con ella. Del dolor y de la angustia. 

Todas sus memorias de pequeño están marcadas por la hepatitis C, que le obligó a vivir con su hermano en casa de su tía, por temor a un contagio. 

“Hacíamos visitas esporádicas a mi madre porque estuvo al borde de la muerte y recuerdo que, cuando regresamos a casa, los cubiertos se marcaban y se separaban, también los cepillos de dientes… Todo se marcaba para no contagiarnos y porque tampoco sabíamos mucho de la enfermedad.”

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Ese momento que Raúl recuerda nos lleva a hace 30 años, a 1985, justo en el parto donde nació su hermano pequeño. María Isabel tuvo una hemorragia y le hicieron una transfusión con sangre infectada con el virus de la hepatitis C. Desde entonces, Raúl comenta que su hermano ha vivido siempre con un cierto sentimiento de culpa, a pesar “de que fue un error médico mayúsculo”. 


Rememora cuando, con siete años, veía a su madre en la cama, postrada, con los ojos y la piel algo más amarilla. Aún así, se recuperó con el tiempo hasta que la enfermedad volvió a hacerse patente. 
“Tuvo una vida relativamente normal muchos años pero cuando la operaron por el año 2002-2003 el médico le localizó una cirrosis hepática muy avanzada”. 

Ahí empezó esa cuenta atrás. Raúl era pequeño y desconoce las razones por las que dejaron de hacer controles a su madre, pero la hepatitis estaba de nuevo ahí. Y avanzó, poco a poco.

Raúl y su hermano creían que la enfermedad se pararía, pero con sus propios ojos comprobaban el deterioro paulatino. 
“Tuvo un tratamiento muy duro, como si fuera una quimioterapia: pérdida de pelo, pérdida de dientes, anemia, los riñones no le funcionaban. 

Ahora recuerdo que yo me quejaba de un simple dolor de cabeza y ella me curaba, a la vez que aguantaba todo el dolor que soportaba”, comenta Raúl, como si reviviese cada una de esas escenas. 

"Cuando falleció mi madre nos enteramos de que sí existía un medicamento que ayudaba en un 95% de los casos, que en EEUU ya llevaba dos años, y que en Francia y Alemania se estaba dando

Los tratamientos no funcionaron. Las mejorías se limitaban a quince o veinte días, y el virus regresaba cada vez más fuerte. No había tratamiento. “Pero cuando falleció mi madre nos enteramos de que sí existía un medicamento que ayudaba en un 95% de los casos, que en EEUU ya llevaba dos años, y que en Francia y Alemania se estaba dando. Y sin efectos secundarios. 
Pero los otros tratamientos eran más económicos y este, en cambio, era muy caro.” Raúl se agarra a una carpeta donde lleva escrito el relato de su madre y su fotografía. La mira de forma constante, como si encontrase un punto de apoyo para continuar. “Lo más duro no era el dinero porque había suficiente para pagarlo. 
Era la falta de voluntad política, que aún así me la esperaba porque son miserables y miran por sus intereses. Yo hubiese hipotecado mi vida, hubiese vivido debajo de un puente si era por dinero por tal de que mi madre estuviese viva”.

Pero la enfermedad pudo con ella. Fueron meses de vida en un hospital, ajeno a lo que ocurre fuera. Después de su fallecimiento, Raúl conoció que el caso de su madre no era el único, que diferentes plataformas de afectados por la hepatitis C se movilizaron y que presionaban a responsables políticos y médicos. 
Raúl acudió a la hepatóloga de su madre, preguntó el porqué nunca le habían recetado esos medicamentos y la respuesta le dejó helado: “Me dijo que ella lo había prescrito, aunque la familia ni lo sabíamos. 

Después parece que no lo llegó pedir, pero sí hay dos peticiones más. La última, la deniega la consejería de Sanidad de Madrid. Y dije… ¿un político deniega un medicamento recetado por un médico? ¡Un político no tiene idea de nada! ¿Qué motivo puede haber? Pues después de todo lo que ocurrió fueron evidentes las razones económicas.” 

Desde entonces, Raúl vive con su padre, machacado por la pérdida de su mujer. Ideas y noticias se mezclan en su memoria para intentar buscar una explicación a lo que han vivido. “¿Cómo se ha podido dejar morir a las personas? 
Es terrible ver cómo se apaga una persona, y cómo muere con dolores día a día. Mi madre se moría pero se pagó para trasladar a una persona con Ébola desde África. 

El dinero que se fue en ese caso equivalía a miles de tratamientos de hepatitis C. Ella se merecía la oportunidad de ser curada y no se la dieron”. 

Raúl, el hijo de María Isabel, quiere tomar acciones judiciales.
Raúl, el hijo de María Isabel, quiere tomar acciones judiciales.
Raúl relata un sinfín de incongruencias y de errores desde el propio hospital hasta instancias superiores. 

En este último año, Raúl se ha encargado de reunir la documentación y ordenar toda una carrera de errores. Con todo ello, quiere tomar acciones judiciales. 

“Mi madre se descompensa en octubre y a partir de ahí empezó la anemia, las infecciones, los riñones sin funcionar, la pérdida de sangre, las hemorragias internas… Mi madre era una mujer muy independiente y lo que más le dolía no era la enfermedad, sino no valerse por sí misma. Estuvo haciendo sus necesidades en un pañal, en cama, como si fuera vegetal y era consciente de todo eso”.

Dice que a su madre le hubiese gustado morir en su cama y no en el hospital. Le indujeron el coma para evitar más dolores. Murió el 19 de diciembre. Su cumpleaños era el día 23. Esas Navidades, dolorosas como nunca para toda la familia.

Por encima de todo, Raúl dice no tener miedo. Tampoco siente venganza. Sólo busca justicia. “Esto funcionó así. El Ministerio de Sanidad no lo compraba porque valía un dineral. La Consejería de Sanidad no lo compraba tampoco o lo daba a unos pocos. 


Sí lo consiguió, por ejemplo, la mujer de un paciente que hizo huelga de hambre. 
¿Hacen falta huelgas de hambre en este país para conseguir cosas?
 ¿Esto no es terrorismo de Estado? 

¿No ha sido casi un genocidio contra todas esas personas que debían de haber tenido un tratamiento en ese momento?”, cuestiona Raúl. 

"¿Hacen falta huelgas de hambre en este país para conseguir cosas? ¿Esto no es terrorismo de Estado? ¿No ha sido casi un genocidio contra todas esas personas que debían de haber tenido un tratamiento en ese momento?”
Después calla, porque son preguntas sin respuesta. Vuelve a mirar la imagen de su madre. Recalca que sólo tenía 55 años y muchas ilusiones por cumplir. 

Que en este año han ocurrido muchas cosas que ella no ha vivido. Que él ha cumplido objetivos que no los ha podido compartir con ella. 

Que tampoco podrá conocer a sus nietos. Que intenta convencer a su padre de que viva aunque ella no esté... “Luego dicen que la enfermedad se supera con fortaleza. ¡Ya! Fortaleza la tienes un tiempo limitado, pero pon los medios para ser fuerte. Si no pones los medios… No han tenido empatía. Somos un mundo donde cada cual mira por sus intereses. 

Creo que los cargos políticos que han estado en esto son unos ineptos y los médicos buenos han recibido presiones de arriba, y no han sido capaces de denunciar las injusticias. A todos ellos no les deseo venganza. Sólo que no ejerzan más, porque nadie se merece morir de forma dolorosa e indigna.”

Me despido de Raúl. Hoy hace un año de su entierro. 365 días sin ella. 365 días de duelo. Se frota los ojos con fuerza para evitar derramar más lágrimas. Y para terminar, me narra los últimos días de su madre, cuando él le decía: 
“Mamá, mamá, sé fuerte que tienes que vivir”. Y ella le respondía: “Raúl, no seas pesado, no me agobies… yo soy la primera que quiero vivir.”

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro