Rajoy tira la toalla: se lo anunciará a Felipe VI
Jaque mate:
Rajoy comunica que no será presidente
Publicado diciembre 25, 2015 Por Espía en el Congreso Mariano Rajoy
Triste Navidad en Moncloa: la suegra gallega Elvira Rodríguez dice que su hija se muda
Debe armarse de valor y decirle a Felipe VI que carece de apoyo. Y es que la Nochebuena en el Palacio de la Moncloa ha sido la más triste de la legislatura porque Mariano Rajoy ha comunicado a sus íntimos venidos de Galicia que será la última Navidad en la Moncloa, lo que ha causado en su entorno familiar una enorme sorpresa que se ha propagado como la pólvora.
Según fuentes familiares de Rajoy consultadas por “Espía en el Congreso”, la receptora de la mala nueva ha sido Elvira Fernández, suegra deMariano Rajoy y madre de su esposa “Viri”, que se ha desplazado a Madrid para celebrar la Nochebuena con su hija y sus dos nietos. “No traigas mucha ropa ni tampoco muchas maletas, nos mudamos pronto”, le dijo su hija con voz apagada.
La suegra de Rajoy no pudo contener incluso una lágrima,según esta versión, y cada vez que daba la noticia a algún otro familiar de su entorno gallego no podía evitar emocionarse.
La extensa “familia” Rajoy
Resulta extraño comprobar como la ceguera dentro de la familia de Rajoy y del Partido Popular es tal que ni imaginaban que el presidente pudiera ser despedido por mandato expreso de las urnas.
Ignorantes de lo que es un sistema parlamentario –da miedo pensar que España haya estado en manos de políticos tan poco curiosos del régimen que los sustentaba–, el adiós de Rajoy y el comienzo de su purgatorio ya sin el poder en las manos era una situación “cantada”. Su biografía íntima lo acreditaba y “Espía en el Congreso” la contó durante 30 meses: sufrió bulling de pequeño, disimuló sus tendencias sexuales todo lo que pudo y fue obligado por Manuel Fraga a casarse ya cuarentón.
Recreación de 2008 cuando sugirieron a Rajoy desde el PP que se quitara la barba
Como adolescente tuvo grandes problemas para encontrar una sola pareja, hombre o mujer, pues todos lo consideraban un tipo sobre todo muy aburrido, hijo de una familia de burócratas que había logrado colocar a todos sus vástagos en la administración pero incapaz de hacer relaciones sociales.
El mismo ha contado sus noches de soledad en las barras de los pubs de Pontevedra, concretamente en el “Daniel”.
Para colmo, un accidente le desfiguró la cara y le creó un nuevo rostro en el cual no se reconoció nunca. Sin que sea necesario recurrir a Lacan o Freud, cualquier psiquiatra español podría describir qué se esconde tras una mente tan atormentada al que el destino obligó a colocarse una máscara física que ciertamente le evitó más sufrimientos. Algún día sabremos como fue el día en que, en la negrura de las insondables profundidades de su alma, decidió devolver a los demás, individual y colectivamente, todas las crueldades padecidas desde niño.
Rajoy envió a Aznar al rincón de pensar.
No obstante, sus hechos son reveladores.
La ingratitud y la frialdad en beneficio de sí mismo ha sido siempre su norte. Queden para la historia las imágenes de la última reunión de la cúpula del PP en la que mandó al propio José María Aznar, que lo nombró a dedo, al rincón de pensar, cuando antes él mismo lo situaba antes “a la derecha del padre”, osea, de sí mismo.
Fruto de sus opacos delirios, Rajoy castigó a millones de españoles al paro, al exilio o al suicidio. Solo salvó a los pensionistas y a los altos funcionarios (y no en su totalidad). Blindó a la España analógica que se agrupó en torno al PP, hizo oídos sordos y se puso una venda ante las consecuencias que el estallido de la codicia provocó en 2008, incluyendo muertes por desesperación, desahucios de familias enteras, hambre infantil denunciada por organizaciones independientes como Cáritas y organismos internacionales…
Esperanza, Rajoy y Mas: el régimen controla las oposiciones y restringió becas
Condenó al frío y a las tinieblas a todos aquellos que no pudieron hacer frente a las abusivas subidas de la energía, sobre todo a los niños.
Suprimió comedores escolares, despidió profesores en la Universidad, subió las tasas para estudiar hasta hacerlas inaccesibles, cerró plantas de hospitalescondenando a muerte a muchos enfermos a los que se les negó el tratamiento.
Ahorró en becas, suprimió las ayudas a los desempleados a los que incluso, en situaciones desesperadas, hizo devolver el dinero por falta de algún inútil papel burocrático o por haber realizado una pequeña chapuza que le ayudara a la mera subsistencia. Débil con el fuerte y fuerte con el débil, ya los conocemos.
Asfixió a los humildes autónomos y a las pymes, a los pequeños comercios y a los profesionales medios que sostienen todo este caro andamiaje democrático con maratonianas jornadas de trabajo, inimaginables en la administración o la política.
El plasma de su asesora de prensa acabó con la paciencia de los periodistas y con Rajoy
Sacudió la profesión periodística con su plasma como nunca nadie había osado antes. Y eso es el único motivo de agradecimiento: los periodistas lo perdieron todo, hasta el miedo.
Fue un aciago día para él, pues con aquel denigrante acto ordenado por su periodista de cabecera, la venezolana Carmen Martínez Castro (una desconocida en el periodismo político español), los periodistas dejaron de tenerle miedo a los políticos: ahora eran los políticos los que le debían tener pavor a la indigencia laboral y económica de los periodistas.
La opinión pública dio un giro necesario e inesperado e internet hizo el resto, las exigencias de trasparencia y las medidas contra la impunidad y la corrupción se multiplicaron y ahora van en aumento.
Rajoy creía haberse rodeado de celebridades y solo resaltaba ante la mediocridad
Que un blog político tan modesto y precario como “Espía en el Congreso” haya alcanzado más de 12 millones de visitas, mucho más que ningún otro reputado analista y columnista de papel e incluso que la totalidad de algunos periódicos digitales, ya es significativo.
Y aún más: que sus 700 noticias –la última desvelando la Operación Menina– hayan influido tan enormemente en la nueva opinión pública digital –que es la más decisiva frente a las vegetativas inercias de la del papel– solo es posible gracias al desprecio de Mariano Rajoy.
Cualquier otro gobernante hubiera hecho gala de cierta perspicacia ante lo desconocido pero, lamentablemente para ellos este tipo de personajes, se suelen rodear de asesores y altos cargos tan mediocres como ellos: Wert, Margallo, Catalá, Morenés, Báñez, Jorge Fernández, Méndez de Vigo, Tejerina, Alonso, Ana Mato…
Rajoy premió a Soria ante las sólidas acusaciones de corrupción y a Guindos por la quiebra de Lehman Brothers.
Porque Rajoy exhibe con sus escasos actos –la oratoria no es su fuerte– un enorme desdén hacia la opinión pública, el talento o el mérito de los demás, rasgo inequívoco de la mediocridad.
“Le dije a Mariano: tenemos dinero suficiente”, reveló Bárcenas
Inundó España de corrupción sobre todo por su permisividad y amparo.
Tenía que haber dimitido el mismo día en que le sorprendieron en connivencia con Bárcenas –“Luis, sé fuerte”– en un SMS que llenó de vergüenza e indignidad a todos los ciudadanos menos a los de su partido.
En su lugar se cargaron al periodista que los publicó.
Ellos miraron para otro lado con tal de seguir abrevando el dinero público a manos llenas y colocando a sus familias en las instituciones sin el menor pudor.
A nadie puede extrañar ahora que el PP esté aislado como un leproso. Rajoy, cada mañana, se ponía un tapón en los oídos y un antifaz en los ojos: le sosegaba la lectura del “Marca” –el único diario que lee– y disfrutaba observando los roscos que dejaba el humo de sus habanos. Así pasó 4 largos años, que transgredió incluso en 1 mes, haciendo trizas los más ancestrales hábitos parlamentarios que el pudor aconseja.
Quiso que el frío y la lluvia de diciembre disuadieran del masivo acceso a las urnas por el cambio pero se encontró con el diciembre más caluroso del último siglo. Hasta los cielos tuvo en contra este desalmado que hizo buena la conocida soberbia y corrupción de todos sus predecesores. La compasión y el perdón consustancial al género humano obligan a desearle ahora que descanse en paz.
http://espiaenelcongreso.com/2015/12/25/22779/
Rajoy pide un informe sobre sus competencias como presidente en funciones
En previsión de que las negociaciones sobre el nuevo Gobierno que salga de las elecciones del 20-D sean largas o no haya más remedio que esperar a que Felipe VI convoque elecciones anticipadas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha solicitado a la Abogacía del Estado un informe sobre sus competencias y la del Consejo de Ministros mientras haya un Ejecutivo en funciones.
De entrada, sabe que él no podría proponer la fecha de unos nuevos comicios, algo que sí puede hacer, por ejemplo, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, si tuvieran que repetirse los comicios catalanes del pasado 27 de septiembre porque así se establece en la Ley Electoral de Cataluña, que tiene el rango de Ley Orgánica. Pero quiere conocer hasta dónde puede llegar su mano ‘en funciones’ a la hora de tomar otro tipo de decisiones del Consejo de Ministros. Y en la oposición se preguntan a qué viene ese interés tan urgente.
La Ley del Gobierno del 27 de noviembre de 1997, cuya revisión del 15 de octubre de 2003 está vigente hasta el 2 de Octubre de 2016, es la que desarrolla el artículo 101 de la Constitución en el que únicamente se establece que “el Gobierno cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su Presidente” y que “el Gobierno cesante continuará en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno”.
Por eso se elaboró, siendo presidenteJosé María Aznar, la actual regulación, que amplía lo establecido en la Carta Magna pero deja muy pocas competencias al Presidente y su Gabinete.
Aznar propuso la Ley del Gobierno cuando gobernaba en minoría con el apoyo de CIU y el PNV, entonces liderados por Jordi Pujol y Xabier Arzalluz.
Pero, sorprendentemente, no aprovechó la mayoría absoluta que consiguió en el año 2000 para modificar la regulación del Gobierno en funciones que se fijó en 1997 aprovechando la revisión de 2003, aunque fijó el 2016 como límite para que se abordase una modificación más profunda.
Ahora, Rajoy se encuentra con esa ley, que tampoco modificó con su mayoría absoluta, en la que las funciones más importantes de un presidente y su Ejecutivo quedan claramente delimitadas a la baja, como sucede en otros países democráticos de nuestro entorno. Las competencias se fijan en el artículo 21 del Título IV, titulado “Del Gobierno en funciones”.
Su texto señala que “el Gobierno cesante continúa en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno, con las limitaciones establecidas en esta Ley”.
Y matiza que “el Gobierno en funciones facilitará el normal desarrollo del proceso de formación del nuevo Gobierno y el traspaso de poderes al mismo y limitará su gestión al despacho ordinario de los asuntos públicos, absteniéndose de adoptar, salvo casos de urgencia debidamente acreditados o por razones de interés general cuya acreditación expresa así lo justifique, cualesquiera otras medidas”.
Con el presidente del Gobierno, la Ley es rigurosa. El punto 4 del artículo establece que “el Presidente del Gobierno en funciones no podrá ejercer las siguientes facultades: a) Proponer al Rey la disolución de alguna de las Cámaras, o de las Cortes Generales. b) Plantear la cuestión de confianza. c) Proponer al Rey la convocatoria de un referéndum consultivo”.
Y respecto al Ejecutivo en su totalidad, el párrafo 5 precisa: “El Gobierno en funciones no podrá ejercer las siguientes facultades:
a) Aprobar el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado.
b) Presentar proyectos de ley al Congreso de los Diputados o, en su caso, al Senado”.
Finalmente, señala que “las delegaciones legislativas otorgadas por las Cortes Generales quedarán en suspenso durante todo el tiempo que el Gobierno esté en funciones como consecuencia de la celebración de elecciones generales”.
Aunque los criterios parecen taxativos, el presidente pretende saber hasta dónde llegan sus poderes sin contravenir ni la Constitución ni la Ley del Gobierno.
No quiere, dicen en su entorno, que le suceda lo que le pasó a José María Aznar cuando fue sustituido en 2004 por José Luís Rodríguez Zapatero.
Entonces, concretamente el 26 de septiembre de 2005, el Tribunal Supremo (TS) anuló un Acuerdo del Consejo de Ministros del 1 de abril de 2004, justo antes de que se celebraran las elecciones del 14-M, cuando el Gobierno ya estaba en funciones. El TS entendió que dicho acuerdo no se integraba en el despacho ordinario de asuntos de un Gobierno en funciones y lo echó abajo.
Raimundo Castro | cuartopoder.es
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Aznar piensa ya en el relevo de Mariano Rajoy
Como propio “de una caldera a presión contra Mariano Rajoy y su falta de estrategia y pulso político” calificó a SABEMOS un importante directivo -que exigió respeto a su anonimato-, el estado de ánimo de los miembros de la cúpula del Think Tank oficioso del PP, que preside y controla férreamente José María Aznar. Dicha fuente, próxima a Javier Zarzalejos, secretario general de la Fundación FAES desde enero del 2012, precisó que “El desaliento y el mal rollo viene desde bastantes meses atrás, pero alcanzó un límite insoportable al conocerse el resultado de las recientes elecciones generales”.
Este confidente, aunque se negó a analizar cuál es, en la situación actual, la capacidad del exmandatario para alterar el complicadísimo rumbo de la situación institucional y política, remató: “Para nuestro líder, el 20-D fue un: ¡hasta aquí hemos llegado!”
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