EFSA, la agencia que vela por la seguridad alimentaria en Europa, tiene escandalosos conflictos de interés
Doblado por Desmontando a Babylon
LAS PUERTAS GIRATORIAS ENTRE LA INDUSTRIA ALIMENTARIA Y LA AGENCIA PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN EUROPA, EFSA.
Supuestamente la misión de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria es proteger a los consumidores.
Sin embargo, sus representantes, cuya tarea es autorizar con total independencia el lanzamiento al mercado de nuevos productos, trabajan en estrecha colaboración con la industria agroalimentaria.
Reglas muy laxas
Por todo ello hay motivos para preocuparse, porque esta institución es la que decide lo que puede o no llegar a los platos de los consumidores europeos.
Con sus 450 empleados, esta autoridad de control con sede en Parma (Italia), constituye el pilar del dispositivo europeo de seguridad alimentaria y dispone de un presupuesto de 73 millones de euros.
Hoy se reprocha a la Autoridad que no lucha con suficiente eficacia contra los conflictos de intereses, a pesar de los numerosos escándalos.
“Es inaceptable que se permita a los representantes de un sector industrial formar parte del organismo encargado del control de sus productos”, declara Timo Lange, responsable de LobbyControl.
Sin embargo, el principal obstáculo para aplicar cualquier reforma se debe a una disposición europea: no existe ninguna prohibición formal de que los miembros de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria puedan ejercer una actividad para la industria agroalimentaria, siempre que la declaren.
AÑO 2011
El ejemplo del irlandés Albert Flynn, responsable del grupo científico sobre productos dietéticos, nutrición y alergias demuestra la ambigüedad de estas relaciones. Jiri Ruprich, miembro del consejo de administración de la EFSA, también trabajó hasta marzo de 2011 para Danone en República Checa.
Por último, Carlo Agostini, miembro del grupo de trabajo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, participa habitualmente como conferenciante en empresas como Nestlé, Danone, Heinz, Hipp, Humana y Mead Johnson.
El 21 de julio DE 2011, el comité que él mismo dirige anunció una decisión especialmente delicada sobre la autorización del lanzamiento al mercado de un producto de Kraft Foods Europe.
Al parecer, la autoridad europea ni se inmutó por el hecho de que este científico, empleado por Kraft, ocupara simultáneamente estos dos cargos.
Dos ámbitos con importantes intereses económicos
La actuación de la comisión presidida por Flynn favorece totalmente a Kraft.
En el origen de esta aprobación se encuentra una disposición europea sobre la verificación de las alegaciones de los beneficios de ciertos productos alimentarios, en vigor desde 2007.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria no sólo mantiene estrechos vínculos con los fabricantes, sino también con las organizaciones próximas de los medios industriales.
De este modo, Albert Flynn también es miembro del comité científico del grupo de presión International Life Sciences Institute Europe, en el que se encuentran igualmente empresas como Monsanto, CocaCola, Nestlé, Unilever, Danone, Bayer y Kraft.
Varios expertos de dicha autoridad ocupan incluso funciones dentro de este instituto inscrito en la lista negra de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En su sitio web, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria afirma que sus actividades respetan los valores fundamentales “de independencia, de transparencia y de capacidad de reacción”. Va siendo hora de que se apliquen realmente.
CRITICAS DEL AÑO 2011
Por su parte, el Observatorio Corporativo Europeo (Corporate Europe Observatory, CEO) PUSO en tela de juicio a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, puesto que denuncia la integridad del proceso de autorización de la patata transgénica Amflora, producida por la alemana BASF y autorizada en Europa desde 2010.
Según el observatorio, 1 2 de los 21 miembros del grupo de expertos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, que ha dado su visto bueno a Amflora en junio de 2009, se encontraban en una situación de conflicto de intereses:
En concreto, ocho de ellos han estado vinculados al International L ife Science Institute (I LSI) , una organización internacional sin ánimo de lucro creada en 1978 por Heinz, CocaCola, Pepsi, Procter&Gamble y Kraft y a la que posteriormente se adhirieron decenas de empresas del sector de la nutrición, la agroquímica o incluso la farmacia
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