En Venezuela no pasarán ni la CNN, ni la banda de Aznar, Felipe González y Trump
La derecha mundial está dispuesta a no darle respiro a la Revolución Bolivariana de Venezuela. Esta semana que termina ha sido un ejemplo claro de que la guerra de cuarta generación lanzada en su momento desde las usinas del Occidente imperial, no escatiman esfuerzos para utilizar todos los métodos a su alcance con tal de desprestigiar, acorralar e intentar (siempre fallidamente) derrocar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro.
El caso de los repetidos y conocidos instrumentos desestabilizadores utilizados por los terroristas mediáticos de la CNN, fueron otra vez puestos sobre la superficie, de la misma manera que la Cadena operada por Time Warner actuó en su momento como buque insignia en la invasión a Iraq y Afganistán, o un poco más atrás en el tiempo, creando el clima desestabilizador para voltear al gobierno socialista de Salvador Allende, en Chile.
CNN es como la Coca Cola, símbolo y logo de la brutal invasión cultural estadounidense, y como tal utiliza sus argumentos injerencistas en el marco de tergiversar la información para buscar el desgaste y el desaliento de la opinión pública. Cuando no puede manipular, directamente inventa situaciones, crea víctimas donde solo hay provocadores o delincuentes, y termina convirtiendo en próceres a quienes deberían estar entre rejas el resto de sus días.
El caso de los repetidos y conocidos instrumentos desestabilizadores utilizados por los terroristas mediáticos de la CNN, fueron otra vez puestos sobre la superficie, de la misma manera que la Cadena operada por Time Warner actuó en su momento como buque insignia en la invasión a Iraq y Afganistán, o un poco más atrás en el tiempo, creando el clima desestabilizador para voltear al gobierno socialista de Salvador Allende, en Chile.
CNN es como la Coca Cola, símbolo y logo de la brutal invasión cultural estadounidense, y como tal utiliza sus argumentos injerencistas en el marco de tergiversar la información para buscar el desgaste y el desaliento de la opinión pública. Cuando no puede manipular, directamente inventa situaciones, crea víctimas donde solo hay provocadores o delincuentes, y termina convirtiendo en próceres a quienes deberían estar entre rejas el resto de sus días.
Así jugó el canal en estos últimos días al “lanzar la primicia” envenenada sobre “la venta de pasaportes venezolanos” a supuestos terroristas de Medio Oriente.
Desde el punto de vista de la aviesa intencionalidad de la cadena estadounidense, creo el clima para presentar un cóctel más que explosivo: un presunto ex funcionario venezolano en la embajada de su país en Iraq, Misael López, se ofreció de testigo para contar lo que persigue la campaña de demolición del Gobierno Boliviariano.
Desde el punto de vista de la aviesa intencionalidad de la cadena estadounidense, creo el clima para presentar un cóctel más que explosivo: un presunto ex funcionario venezolano en la embajada de su país en Iraq, Misael López, se ofreció de testigo para contar lo que persigue la campaña de demolición del Gobierno Boliviariano.
Así, como en las malas series gringas, aparecían terroristas del ISIS comprando pasaportes y visas a 15 mil dólares, mientras un “periodista” cenenista preguntaba con voz cadavérica:
"¿le sorprendería si un día de estos en cualquier parte del mundo se comete un atentado y el ejecutar es el portador de un pasaporte venezolano”.
Por supuesto, que para darle mayor condimento a la ensalada también se volvía a involucrar en esta tramoya al vicepresidente venezolano, Tarek El Aissami, al que en las últimas horas Washington también había sido colocado en las listas de los que tienen vinculaciones con el narcotráfico.
Lo que CNN no decía lo puso blanco sobre negro la canciller bolivariana Delcy Rodríguez, señalando que el tal Misael López es un farsante que intentó sacar ilegalmente dinero de Iraq usurpando la identidad de funcionario venezolano, además tramita nacionalidad española, y si faltara algo tiene fama de acosador sexual, explícitamente denunciado por una empleada de la embajada en Bagdad.
Lo que CNN no decía lo puso blanco sobre negro la canciller bolivariana Delcy Rodríguez, señalando que el tal Misael López es un farsante que intentó sacar ilegalmente dinero de Iraq usurpando la identidad de funcionario venezolano, además tramita nacionalidad española, y si faltara algo tiene fama de acosador sexual, explícitamente denunciado por una empleada de la embajada en Bagdad.
O sea, que se trata de un dilecto compinche de su tocayo Leopoldo López puesto que acumula en su Facebook fotos posando con la esposa del golpista, Liliana Tintori y con la abogada del preso de Voluntad Popular, Ana Argotti.
No le falta nada para que cualquiera que quisiera tipificarlo, lo muestre como un “agente” al servicio de los de siempre, y por ello ahora se refugia en Miami, dónde si no. Pero, claro, todos estos datos no entran en los cánones “morales” e “informativos" de la cadena con sede en Atlanta.
Desde otro andarivel parecido pero en este caso europeo, el genocida José María Aznar y el creador de los Escuadrones de la Muerte para asesinar a militantes vascos (el famoso GAL), Felipe González, se sumaron a la campaña exigiendo que la OEA suspenda a Venezuela por “mantener presos políticos”.
Desde otro andarivel parecido pero en este caso europeo, el genocida José María Aznar y el creador de los Escuadrones de la Muerte para asesinar a militantes vascos (el famoso GAL), Felipe González, se sumaron a la campaña exigiendo que la OEA suspenda a Venezuela por “mantener presos políticos”.
Estos dos caraduras que deberían ser juzgados por asesinos seriales por el Tribunal de La Haya, se rodearon de lo peor de cada casa para vociferar tal exigencia,: allí estuvieron arropándolos, el líder del partido derechista “Ciudadanos", Albert Rivera, el presidente del consejo de administración del Grupo PRISA (editor de EL PAÍS español), Juan Luis Cebrián, el ex alcalde derechista de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, el ex jefe de la OTAN Javier Solana (alias “el carnicero de Bagdad") y Leopoldo López padre, quien gimoteó por “la mazmorra” en que tienen a su hijo los “déspotas” de Caracas.
El gran problema de estos “demócratas” es que desesperadamente buscan un protagonismo que ya no tienen en sus países, donde Aznar y González, son considerados símbolos explícitos de corrupción, tortura y muerte.
A pesar de todos estos ataques, es indiscutible que en Venezuela manda el pueblo y no los amigos de Obama y de Trump, dos caras de la misma moneda de la agresión imperialista. Por un lado, la CNN ya no está en el aire por decisión gubernamental, algo que los que realmente defendemos la libertad de expresión lo celebramos alborozados, para que no se siga ensuciando la profesión periodística con franquicias del terrorismo mediático. Así es que se gobierna cuando un plan subversivo de envergadura se abate día tras día contra un país.
A pesar de todos estos ataques, es indiscutible que en Venezuela manda el pueblo y no los amigos de Obama y de Trump, dos caras de la misma moneda de la agresión imperialista. Por un lado, la CNN ya no está en el aire por decisión gubernamental, algo que los que realmente defendemos la libertad de expresión lo celebramos alborozados, para que no se siga ensuciando la profesión periodística con franquicias del terrorismo mediático. Así es que se gobierna cuando un plan subversivo de envergadura se abate día tras día contra un país.
Por más que los grandes dueños de medios hegemónicos nucleados en la SIP pongan el grito en el cielo, o que el bocazas de la Casa Blanca amenace con más sanciones si Nicolás Maduro no pone en libertad a Leopoldo López, a "Venezuela se la respeta" como bien sentenciaba Hugo Chávez.
En ese camino de actuación contundente, la Patria de Bolívar y Zamora seguirá recogiendo la solidaridad de los que en el continente no se dejan intoxicar por las mentiras ni retroceden ante las amenazas. Contra esa hermandad indestructible no podrán ni la CNN, ni Aznar y González, y mucho menos Trump.
Por Carlos Aznárez
Tomado de: ODIO DE CLASE
La Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela obligó a la cadena de noticias estadounidense CNN a suspender sus transmisiones, debido a que el organismo alude que la empresa difunde información 'sin pruebas'.
El ente estatal que regula las telecomunicaciones en Venezuela, Conatel, obligó el miércoles a las empresas de televisión por cable a dejar de transmitir el canal de noticias CNN en Español por considerar que difunde información "inadecuada" y "sin pruebas" y que incita una agresión externa contra el país.
Para la noche de este miércoles, no era posible ver la señal de CNN en Español en Venezuela.
El presidente Nicolás Maduro pidió el fin de semana la salida del país de la cadena estadounidense, acusándola de "manipular" unos comentarios de una colegiala sobre las necesidades de su escuela.
"Conatel ordenó como medida preventiva la suspensión y salida inmediata de las transmisiones de CNN en Español en el territorio nacional", dijo el organismo en un comunicado.
"Tal procedimiento obedece al contenido que viene difundiendo la citada cadena internacional de noticias (...) que presuntamente constituyen agresiones directas que atentan contra la paz y la estabilidad democrática de nuestro pueblo", agregó.
En varias oportunidades el Gobierno socialista ha cuestionado la información que divulgan medios internacionales, acusando a algunos de ellos de promover una campaña de desprestigio contra su gestión con el apoyo de Washington.
Días atrás, CNN emitió un reportaje acusando al Gobierno venezolano de dar pasaportes a personas vinculadas a la organización terrorista de Hezbolá.
La acusación fue negada este miércoles por la canciller Delcy Rodríguez asegurando que la cadena, operada por Time Warner , encabeza una propaganda de guerra contra Venezuela.
CNN respaldó la investigación de sus periodistas en un comunicado emitido en la noche del miércoles y ofreció a los venezolanos un canal de YouTube para ver su contenido de forma gratuita.
En el 2014, durante una ola de violentas protestas contra Maduro, su Gobierno sacó del aire al canal colombiano NTN24 y bloqueó el acceso al sitio de noticias argentino Infobae.
mauisaac.blogspot.com
En los conflictos bélicos que azotan a Medio Oriente, los corresponsales de CNN han tenido un papel clave en transformar a mercenarios y terroristas pagados por las transnacionales en “defensores de la democracia y los derechos humanos”, a guerras fratricidas por recursos energéticos en “intervenciones humanitarias” y a los soldados de Estados Unidos que ocupan parcialmente a países como Irak o Afganistán, en “paladines de la libertad”.
Son básicamente propagandistas de guerra, defensores de los intereses económicos y financieros que promueven conflictos bélicos y las intervenciones a países incómodos a su hegemonía, sobre todo en Medio Oriente.
Los investigadores Óscar Curros y Nuno Leite definen así la propaganda de guerra:
“La propaganda de guerra generalmente está apoyada en información falsa y disimuladora, ya que uno de los propósitos de este tipo de comunicación persuasiva es evitar que los ciudadanos conozcan la verdad. (…)
La propaganda de guerra lleva a la población de un país a sentir que el enemigo sólo comete injusticias y esto puede conseguirse con pura ficción. (..)
Cuando la propaganda es transmitida eficazmente, puede volverse más peligrosa que el propio armamento bélico”.
Esto es específicamente la labor que han realizado los corresponsales de CNN en Libia, Siria, Irak y Afganistán:
cuatro países del Medio Oriente azotados por guerras y conflictos irregulares promovidos por la maquinaria de guerra estadounidense y la OTAN.
En cada uno de estos casos se ven a estos agentes mediáticos (no son periodistas) compartiendo con mercenarios y terroristas, intentando sensibilizar sus masacres ante la opinión pública, manipulando sus acciones y encubriendo sus financistas.
Sin CNN ninguna de esas guerras, “intervenciones humanitarias” u ocupaciones militares se hubieran producido
La guerra empieza con la palabra y la imagen, y en estos países estuvo CNN para ser el primero en exportarlas.
Caso por caso
Ben Wedeman fue el corresponsal de CNN en Libia, cuando empezó el conflicto entre los llamados “rebeldes libios” (mercenarios pagados por Estados Unidos y la OTAN) y el gobierno de Gadafi en 2011.
Sus reportes consistieron en cubrir las incidencias de los bastiones mercenarios y victimizarlos cuando las fuerzas armadas de Libia propinaban daños a sus líneas de ataque, para hacer ver al gobierno de Gadafi como un represor de la “oposición libia”.
En la foto, Ben Wedeman está sentado con mercenarios después de perder uno de sus bastiones al este de Libia.
El jefe de prensa de los terroristas que hasta el sol de hoy mantienen a la nación africana fragmentada y en guerra.
Clarissa Ward fue una de las icónicas corresponsales de CNN en Siria. Ha cubierto el conflicto desde el año 2012.
Sus trabajos “periodísticos” más emblemáticos se titulan “Viviendo con los rebeles” o “Adentro de Siria”, en los cuales recorrió las mal llamadas “ciudades liberadas” (fortines de mercenarios, como Idlib) y entrevistó a los líderes militares del terrorismo en la nación árabe.
En sus reportes (dependiendo de cómo se moviera el teatro de operaciones) recalca que el gobierno de Al-Assad “violaba los derechos humanos” cuando perdían territorio los “rebeldes”.
En la foto a continuación se puede ver a Clarissa marchando junto a mercenarios, reportando en vivo y en directo para todo el mundo el triunfo de la muerte sobre el pueblo sirio.
Alex Quade fue una de las corresponsales de CNN en Irak.
Ella ha cubierto e incluso convivido con los soldados gringos que se mantuvieron ocupados en el territorio iraquí.
También ha realizado entrevistas especiales con los altos mandos que supervisan las operaciones en Irak y en cada una de sus operaciones militares resalta la pertinencia de que se realicen, en menoscabo del pueblo iraquí.
A continuación la podemos ver dentro de un tanque blindado antes de salir a una operación especial del ejército de EEUU en 2008.
Anna Coren es la corresponsal de CNN en Afganistán.
Igual que Alex Quade cubre las maniobras militares de los gringos en Afganistán, respaldando sus masacres, bombardeos y ataques contra la población civil, bajo la excusa de contrarrestar la “amenaza terrorista” y los “grupos insurgentes del país”, por cierto financiados por Estados Unidos durante la era de los Clinton.
Acá la podemos ver cubriendo en vivo y en directo una operación militar del ejército estadounidense en Afganistán.
Todos estos corresponsales han contado con la protección de los soldados gringos o de los mercenarios libios y sirios en momentos álgidos del conflicto militar.
Es lógico: CNN es su principal megáfono y vitrina ante el mundo.
Al igual que sus colegas en Medio Oriente, Fernando del Rincón vino a hacer lo mismo con los mercenarios venezolanos financiados por la ultra opositora, durante el proyecto “La Salida” de 2014.
Los corresponsales de CNN se comportan igual en todos los países, legitiman a los mismos actores, manipulan la realidad de forma similar e invisten con un manto de “lucha por la libertad y la democracia” a agitadores violentos.
No los llame periodistas, sino como lo que son: apologistas de la muerte, propagandistas de guerra y defensores de las causas más horrorosas del Occidente, de sus bancos y empresas multinacionales. Su oficina de prensa a escala global.
No hay comentarios:
Publicar un comentario