Los ciudadanos de cuatro países miembros de la OTAN dicen en un sondeo que, de verse amenazados, preferirían aliarse con Rusia.
A la pregunta de qué fuerza militar querían de su lado si sufrían un ataque, los ciudadanos de cuatro países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) respondieron que Rusia.
Esa fue una de las conclusiones de una encuesta de Gallup publicada el viernes antes de la reunión anual de la comunidad transatlántica de seguridad en Alemania.
En esta reunión los participantes analizaron los cambios en las alianzas de seguridad tras la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos.
De acuerdo con la encuesta, los ciudadanos de China y Rusia se escogieron a sí mismos.
Según el artículo difundido por el portal estadounidense Bloomberg, no es raro y la razón de esta elección pueden ser las medidas adoptadas por EEUU en los últimos 20 años.
Ucrania, la amenaza rusa y la expansión de la OTAN. Un breve comentario de William Blum
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- abril 2º, 2017
Referencia documental
William Blum: comentario introductorio al Nº 148 de The Anti-Empire Report, publicado el 4-2-2017 en la web del autor.
William Blum: comentario introductorio al Nº 148 de The Anti-Empire Report, publicado el 4-2-2017 en la web del autor.
Web del autor: williamblum.org/aer/read/148
Traducción: Blog del viejo topo
Negrita e imágenes son añadidos nuestros.
Esta introducción al nº 148 de The Anti-Empire Report, no lleva título; éste es añadido nuestro también.
"¿Por qué, a veces, he creído hasta seis cosas imposibles antes del desayuno"(Alicia en el país de las maravillas)
"Desde Yalta, tenemos una larga lista de veces en las que hemos intentado participar positivamente con Rusia. Y en ese sentido, nuestra lista de éxitos es relativamente corta" (el general James Mattis, el nuevo Secretario de Defensa)
Si alguien sabe dónde se encuentra esta larga lista, por favor envíeme una copia.
Este engaño se repite periódicamente por parte de los funcionarios militares estadounidenses.
Hace un año, tras el lanzamiento del nuevo documento de seguridad nacional de Rusia, en el que se menciona a EE.UU. y la expansión de la OTAN como una amenaza, un portavoz del Pentágono declaró:
"ellos no tienen motivos para considerarnos una amenaza. No buscamos un conflicto con Rusia".
Mientras tanto, a principios de enero, EE.UU. se embarcó en su concentración militar en Europa más grande desde el final de la Guerra Fría - llegaron a Europa 3.500 soldados estadounidenses, descargando tres barcos cargados con 2.500 tanques, camiones y otros vehículos de combate.
Las tropas debían ser desplegadas en Polonia, Rumanía, Bulgaria, Alemania, Hungría y en los países bálticos.
El teniente general Frederick Hodges, comandante de las fuerzas estadounidenses en Europa, dijo:
"Tres años después de que los últimos tanques estadounidenses abandonasen el continente, necesitamos regresar".
Las medidas, declaró el general Hodges, eran una "respuesta a la invasión rusa de Ucrania y anexión ilegal de Crimea.
Esto no significa que necesariamente tenga que haber una guerra, nada de esto es inevitable, pero Moscú se prepara para tal posibilidad". (Véase el párrafo anterior).
Este mes de enero de 2017, tal acumulación de fuerza militar, se nos dice, es en respuesta a una acción rusa en Crimea de enero de 2014.
El lector atento habrá notado que los críticos de Rusia en los últimos años, prácticamente sin excepción, condenan la acción en Crimea de Moscú y por lo general nada más.
¿Puede ser debido a que no tienen nada más que condenar sobre la política exterior rusa?
Al mismo tiempo, invariablemente dejan de señalar lo que precedió a la acción rusa – el derrocamiento, con la ayuda imprescindible de Washington, del gobierno ucraniano elegido democráticamente, reemplazándolo con un régimen anti-ruso y neofascista (literalmente), con el saludo nazi y esvástica y similares como símbolos.
Ucrania y Georgia, países ambos fronterizos con Rusia, es todo lo que queda para que EE.UU. y la OTAN completen el cerco sobre Rusia.
Y cuando EE.UU. derrocó al gobierno de Ucrania, ¿cómo no se iba alarmar Rusia si el círculo estaba a punto de cerrarse todavía más?
Aun así, el ejército ruso en Ucrania apareció sólo en Crimea, donde los rusos ya tenían una base militar con la aprobación del gobierno de Ucrania. Nadie podría haber evitado que Moscú tomase toda Ucrania, si los rusos hubieran querido.
Sin embargo, es correcto que Estados Unidos considere a Rusia una amenaza. Una amenaza para el dominio mundial de EE.UU.
Y es que los estadounidenses no pueden desprenderse de su educación [NT. "upbringing": "educación" en el sentido de "background", el peso de la tradición política en la que son socializados].
Aquí tenemos al veterano locutor de la Radio Pública Nacional Cokie Roberts, lamentando el deseo expresado por Trump para desarrollar las relaciones de amistad con Rusia:
"Este país ha tenido una política consistente durante 70 años hacia la Unión Soviética y Rusia, y Trump está tratando de deshacer eso". ¡Cielos! ¡La guerra nuclear sería mejor que eso!
Nota del blog
Te recomendamos leer también esta otra entrada publicada recientemente. Es muy breve pero merece la pena:
"Tropas rusas concentradas en la frontera de EE.UU. y golpe de estado neonazi en Canadá apoyado por Moscú. Imaginemos..."
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Apéndice gráfico añadido por nuestro blog
Apéndice añadido por el blog: fragmento del artículo de Patricia Lee "Rusia: Avanza el cerco de la OTAN"
Publicado en Proceso, 29-8-2014
Publicado en Proceso, 29-8-2014
(...)
En busca de enemigo
En busca de enemigo
El mundo se acerca nuevamente al abismo de la confrontación al cumplirse 25 años de la caída del Muro de Berlín y de la desaparición de la cortina de hierro que llevó a la implosión del llamado “imperio del mal”: la Unión Soviética.
La OTAN, que nació en 1949 para combatir a la URSS, no sólo no desapareció al disolverse ésta, sino que se expandió hasta las fronteras de la propia Rusia, incorporó a los países bálticos que antes pertenecieron a la URSS y amenazó con agregar a Ucrania y Georgia.
Pero nunca, en estos 25 años, la OTAN dispuso de bases militares permanentes en el Este. Ahora, la alianza atlántica está dando un paso decisivo al desafiar a Rusia instalando hombres y armas en sus bordes.
Para la OTAN, la crisis en Ucrania le ha venido como anillo al dedo, pues, aunque llegó a realizar seis operaciones en tres continentes – Afganistán, Kosovo, Libia, Irak, operaciones antiterroristas en el Mediterráneo y en el Cuerno de África –, la mayoría de esas misiones están terminando y los estrategas de Bruselas necesitaban con urgencia un nuevo enemigo.
Washington, que había decidido reorientar estratégicamente sus fuerzas militares hacia el Pacífico y que consideraba a la OTAN como una reliquia del pasado, la ha puesto otra vez en el tope de sus prioridades.
El presidente Obama anunció un paquete de mil millones de dólares para ejercicios militares en el este de Europa y una mayor rotación de las tropas de Estados Unidos en la región.
La nueva estrategia de la OTAN hace retroceder el reloj de la historia más atrás aún de la Guerra Fría.
Desde los años cincuenta hasta la década de los noventa reinó en Europa una estabilidad y una paz que ahora parecen envidiables, gracias al equilibrio de poder entre los dos bloques.
La URSS expandía su esfera de influencia hasta Berlín e igualaba a Estados Unidos en poderío atómico.
Hoy la situación es muy distinta:
Rusia ha retrocedido más atrás de sus fronteras del siglo XIX, la OTAN se ha extendido hasta sus propios límites y la superioridad militar de Estados Unidos no tiene rival.
Es un momento más parecido al final de la Primera Guerra Mundial, de la que se cumplen cien años cuando, tras la revolución bolchevique de 1917, las potencias occidentales decidieron construir alrededor de la URSS una zona de contención en el este de Europa, para evitar la expansión del virus revolucionario.
Hoy no se trata de Lenin sino de Vladimir Putin, pero Estados Unidos y la OTAN han resuelto considerar a Rusia un enemigo como lo fue la URSS bolchevique.
Mirando hacia atrás a partir de la crisis actual, la pregunta es si la ampliación de la OTAN hacia el este fue una genial previsión ante una Rusia que, no importa lo que haga, siempre será el enemigo, o si fue una profecía auto cumplida, una provocación que llevó a Rusia a responder como un oso acorralado.
Mearsheimer, profesor de la Universidad de Chicago, escribe en la revista Foreign Affairs de septiembre/octubre, que “las acciones de Putin deberían ser fáciles de comprender.
Con sus largas planicies que la Francia napoleónica, la Alemania imperial y la Alemania nazi cruzaron para atacar a Rusia, Ucrania es un estado tapón de enorme importancia.
Ningún líder ruso toleraría que la alianza militar que fue hasta hace poco enemigo mortal de Moscú, se instale en Ucrania”.
“Uno no se puede bañar dos veces en la misma agua. Esta vez la situación es peor que durante la Guerra Fría, porque Rusia ha sido arrinconada y su única salida es pelear hacia adelante”, declaró Alexei Arbatov, del Centro Carnegie de Moscú, a The Moscow Times el miércoles 27.
Pavel Zolotarev, vicedirector del Instituto de Estados Unidos y Canadá en Moscú, señaló al mismo diario que “Estados Unidos está intentando silenciar a Rusia porque es el único Estado que es capaz de decir y defender lo que considera correcto”. (...)
[Leer artículo de Patricia Lee completo pulsando aquí]
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