Adónde creen que ha ido Amnistia Internacional ha dar por c... a Ucrania, Colombia, Israel, México u Honduras? Pues no, a Filipinas. Al servicio del imperio SIEMPRE
No es que Duterte no sea un dictador que lo es. Ni que no merezca nuestra condena. Es simplemente, que Amnistía Internacional, discrecionalmente, señala a unos, mientras se olvida de muchos otros. Y cuando de vez en cuando, nombra a algún lacayo del imperio que se pasa un poco, nunca lo hace con la misma intensidad que con los proscritos, ni exige medidas de organismos internacionales.
Mismamente, en México. Colombia, Honduras, por poner unos pequeños ejemplos, se asesinan un día sí y otro tambien a líderes campesinos y sindicales, opositores políticos, periodistas y ciudadanos inocentes. De las atrocidades de Ucrania e Israel, no digo nada porque son bien sabidas.
Denuncia AI estas situaciones? Y cuando lo hace, no es acaso con la boca pequeña?
Tambien es verdad, que los medios y gobiernos occidentales, de unas denuncias pasan y otras en cambio, las agrandan y exageran con el fin de provocar sanciones, boicots o intervenciones.
No pasa eso mismo ahora con Irán, cuando tenemos a Qatar, Arabia Saudí o la misma Turquía, financiando terrorismo y cometirindo todo tipo de crímenes arbitrariamente... y nadie cide nada?
Armak de Odelot
Filipinas: si eres pobre estás muerto
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- abril 2º, 2017
En Filipinas, la policía mata y paga a personas para que maten a miles de presuntos traficantes de droga, denuncia Amnistía Internacional (AI) en un comunicado en el que califica este hecho como “un posible crimen contra la humanidad”.
“Nuestro informe titulado ‘Si eres pobre estás muerto. Extrajudicial. Ejecuciones en Filipinas’ prueba que la policía tiene sistemáticamente como objetivos a personas en general pobres y sin defensas, y fabrica pruebas, recluta asesinos a sueldo, desvalija a las víctimas y escribe falsos informes de incidentes”, sostiene AI.
Filipinas, barrio pobre. Kara Santos/IPS
La lucha contra la droga un pretexto para matar a los pobres
No es una lucha contra la droga sino una guerra contra los pobres. Con frecuencia, y sobre la base de pruebas frágiles, “en una economías del asesinato, se mata por dinero a las personas acusadas de consumir o dedicarse al tráfico de estupefacientes.
En el régimen del presidente Rodrigo Duterte, la policía nacional de Filipinas viola las leyes que debería hacer respetar, y saca provecho del asesinato de personas empobrecidas a las que el gobierno debería ayudar: “Las calles que Duterte ha jurado que iba a limpiar de criminales están hoy cubiertas de cadáveres de ciudadanos, a los que su propia policía ha matado ilegalmente”.
Animada por la retórica del presidente Duterte, la policía ha matado a más de mil personas al mes amparada en una campaña nacional de erradicación del tráfico de droga.
Desde que Duterte asumió el cargo, hace siete meses, han resultado muertas más de 7000 personas en el marco de esa campaña, y la policía es responsable directa de al menos 2.500 homicidios de presuntos traficantes.
Informes policiales maquillados
La policía, que trabaja a partir de listas no verificadas de presuntos consumidores o traficantes de estupefacientes, ha irrumpido en viviendas y abatido a personas desarmadas, muchas de las cuales iban a entregarse.
En los falsos informes de incidentes que redactan a continuación, con frecuencia los policías afirman haber disparado en legítima defensa porque el difunto disparó primero.
En contra de esas afirmaciones, se han recogido testimonios de personas que declaran que la policía efectúa raids nocturnos, en los que no pretende efectuar detenciones, y dispara sobre personas desarmadas.
Según esos testigos, en algunos casos la policía ha colocado armas y drogas en el interior de las viviendas, y luego las ha hecho pasar por pruebas.
Asesinatos rentables
En su informe, AI afirma que los homicidios imputables a la policía se ven favorecidos por las presiones que llegan de la cumbre del Estado, y entre ellas la orden de “neutralizar” a los presuntos traficantes, y las ventajas económicas que han llegado a crear toda “una economía informal de la muerte”.
Un titulado universitario, que entró en la policía hace diez años y trabaja en la unidad de lucha contra el narcotráfico en la Gran Manila, ha explicado a AI que a los policías les pagan por cada “confrontación”, eufemismo utilizado para que las ejecuciones extrajudiciales pasen por operaciones legítimas:
“La cantidad varía entre 8000 pesos (unos 150 euros) y 15 000 pesos (unos 250 euros), se entiende que por cabeza. Por tanto, si se mata a cuatro personas se cobran unos 600 euros como mínimo… El Cuartel General nos paga en líquido y en secreto. No hay primas para las detenciones”.
Lo que significa que “es más ventajoso matar que detener… no hay ningún caso en que se dispare y la víctima no muera”.
Este mismo policía ha explicado que algunos de sus colegas han creado un sistema de chantaje a las empresas funerarias, que les pagan por cada cadáver que les envían.
Según otros testimonios, los policías también sacan beneficio robando en las casa de sus víctimas, “incluso objetos que solo tengan valor sentimental”.
En los últimos seis meses, en Filipinas se han registrado más de 4100 homicidios relacionados con el tráfico de droga y cometidos por personas armadas “no identificadas”.
El fenómeno se conoce coloquialmente como “excursión en tándem”: dos personas llegan en una moto, abaten a sus víctimas y desaparecen a toda velocidad”. La policía se comporta exactamente igual que el hampa que debería combatir, lleva a cabo ejecuciones extrajudiciales disfrazándose de asesinos anónimos y “subcontratando a homicidas”.
Crímenes contra la humanidad
Filipinas forma parte del Estatuto de Roma, el tratado que creó el Tribunal Penal Internacional (TPI).
En octubre de 2016, la fiscal del TPI,Fatou Bensouda, hizo una declaración en la que manifestaba su preocupación ante los homicidios e indicaba que su oficina podría llevar a cabo un examen previo de los eventuales crímenes:
“Deseamos que las autoridades filipinas resuelvan por sí mismas esta crisis de derechos humanos. Sin embargo, si no adoptan rápidamente medidas decisivas, la comunidad internacional debería pedir al TPI un examen.
La Federación Internacional de Periodistas (FIP) informa del “brutal asesinato” del periodista y columnista de Filipinas Larry Que que se produjo el lunes 19 de diciembre de 2016, en un comunicado en el que insta una rápida investigación a cargo del Grupo de trabajo presidencial sobre Violaciones del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de los miembros de los medios de comunicación.
El lunes, Larry Que, nuevo editor de Catadunanes News Now, recibió un disparo en la cabeza cuando entraba en sus oficinas, en Virac, Catadunanes, en el centro de Filipinas, y murió a causa de las heridas la madrugada del martes en el hospital.
El asesinato fue consecuencia de una columna en la que criticaba a funcionarios locales por negligencia al permitir el establecimiento en la isla de un laboratorio clandestino allanado recientemente y que las autoridades calificaron como el “mayor” descubierto hasta ahora en el país.
Según la Unión Nacional de Periodistas de Filipinas (NUJP), un segundo periodista, Jinky Tabor, quien fue testigo del asesinato, también ha recibido amenazas de muerte.
Rodrigo Duterte ha justificado el asesinato de periodistas en Filipinas
El secretario general de la NUJP, Dabet Panelo, insta en un comunicado a la Administración “a predicar con el ejemplo y demostrar su respeto por la libertad de prensa, no sólo resolviendo rápidamente estos ataques descarados a la libertad de prensa, pero, no menos importante, poniendo fin a su costumbre de culpar falsamente medios de malinterpretar deliberadamente sus mensajes, a menudo inconsistentes e incoherentes, en lugar de desarrollar un trabajo transparente en sus comunicaciones”.
El secretario general de la FIP, Anthony Bellanger, ha deplorado “el brutal asesinato de Larry Que” porque demuestra “los desafíos cada vez mayores que los periodistas deben enfrentar en las Filipinas”, y llama a la Administración Duterte a “garantizar la seguridad de los medios de comunicación de todo el país, y trabajar para fortalecer la libertad de prensa para informar sobre historias de interés público”.
Larry Que es el primer periodista asesinado en Filipinas bajo la nueva administración Duterte.
Sin embargo, Filipinas sigue siendo uno de los países más mortíferos para los periodistas en todo el mundo, ya que, según los datos de la FIP, desde 1990 más de 145 periodistas han sido asesinados en el país.
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