Los imperialistas se disponen a dotar de un ejército a Kosovo
El martes el Parlamento de Kosovo aprobó la creación de un ejército, a pesar de que se trata de un Estado contrario a la Carta de la ONU y reconocido por 70 países, todos ellos de la OTAN y sicarios de la OTAN.
La última provocación kosovar no se hubiera producido sin el aval de las potencias imperialistas que patrocinan la creación de este minifundio político en pleno corazón de los Balcanes.
Actualmente Kosovo dispone de una “fuerza de seguridad” que quiere reconvertir en fuerza armada, lo que prohíbe la Resolución 1244 de la ONU, que sólo admite la presencia de tropas del organismo internacional sobre el terreno.
El padrinazgo imperialista sobre Kosovo es lo que permite a sus caciques adoptar ua provocación tras otra, como ocurrió a mediados de enero cuando un tren procedente de Belgrado fue detenido en la “frontera” porque estaba pintado con los colores de la bandera de Serbia y portaba la inscripción “Kosovo es Serbia”.
Al otro lado de “frontera” le esperaban varias decenas de miembros de una unidad especial de la policía kosovar que impidieron la continuación de la marcha.
Después de brutales bombardeos de la OTAN, Serbia perdió el control de Kosovo en 1999, en donde los imperialistas impusieron un gobierno de marionetas que en 2008 declaró unilateralmente su independencia.
Sin embargo, la referida Resolución 1244 de la ONU reafirma que Kosovo forma parte de Serbia, a pesar de lo cual numerosos países y organismos internacionales, como los futbolísticos, han hecho caso omiso de las más elementales normas del Derecho Internacional y mandatos de la ONU.
Serbia mantiene el control de una pequeña zona en el norte de Kosovo en la que viven 50.000 serbios que temen ser asesinados por las mafias kosovares que gobiernan en Pristina.
Las bandas kosovares han creado un país subsidiado, lo más parecido a Las Vegas. El dinero se invierte en almacenar heroína y traficar con seres humanos, mercancía barata con destino a los burdeles de Europa.
La última provocación kosovar no se hubiera producido sin el aval de las potencias imperialistas que patrocinan la creación de este minifundio político en pleno corazón de los Balcanes.
Actualmente Kosovo dispone de una “fuerza de seguridad” que quiere reconvertir en fuerza armada, lo que prohíbe la Resolución 1244 de la ONU, que sólo admite la presencia de tropas del organismo internacional sobre el terreno.
El padrinazgo imperialista sobre Kosovo es lo que permite a sus caciques adoptar ua provocación tras otra, como ocurrió a mediados de enero cuando un tren procedente de Belgrado fue detenido en la “frontera” porque estaba pintado con los colores de la bandera de Serbia y portaba la inscripción “Kosovo es Serbia”.
Al otro lado de “frontera” le esperaban varias decenas de miembros de una unidad especial de la policía kosovar que impidieron la continuación de la marcha.
Después de brutales bombardeos de la OTAN, Serbia perdió el control de Kosovo en 1999, en donde los imperialistas impusieron un gobierno de marionetas que en 2008 declaró unilateralmente su independencia.
Sin embargo, la referida Resolución 1244 de la ONU reafirma que Kosovo forma parte de Serbia, a pesar de lo cual numerosos países y organismos internacionales, como los futbolísticos, han hecho caso omiso de las más elementales normas del Derecho Internacional y mandatos de la ONU.
Serbia mantiene el control de una pequeña zona en el norte de Kosovo en la que viven 50.000 serbios que temen ser asesinados por las mafias kosovares que gobiernan en Pristina.
Las bandas kosovares han creado un país subsidiado, lo más parecido a Las Vegas. El dinero se invierte en almacenar heroína y traficar con seres humanos, mercancía barata con destino a los burdeles de Europa.
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