Este viernes, cuando el mundo apenas digería la cifra de 4.500 niños abusados en Australia, un puñado de ciudadanos de Cali, Colombia se levantaba contra la Arquidiócesis de la capital del Valle por culpar a los padres de la violación que habían sufrido sus hijos.
A los familiares de las cuatro víctimas del sacerdote William de Jesús Mazo Pérez la actitud de la Iglesia les agotó la paciencia.
Un documento de 26 páginas revelado en el marco del incidente de reparación que solicitan el grupo de habitantes del barrio Aguablanca (Cali) no sólo dejó ver el desinterés con el que la institución encara el caso, sino también la visión con la que aborda la problemática.
"La causa del daño es atribuible de manera exclusiva a las víctimas indirectas, quienes faltaron a su deber de cuidado, vigilancia, comunicación y protección de unos niños de 10 y 13 años que bajo ninguna circunstancia podían decidir, resolver, determinar el curso y devenir de su vida y su libertad sexual", se lee en la página 19.
Aunque el malestar se venía sintiendo de esta semana en la región, estalló este viernes cuandoEl Espectador reveló apartados del texto y se empezaron a conocer detalles de del repudio que les generó en plena audiencia cada palabra que había sido consignada en el documento.
"Mire, doctor, yo tenía nueve años cuando ese cura me abusó. Yo no sabía, no comprendo lo que está sucediendo. Ahora resulta que terminé corrompiendo a ese sacerdote", le contó una de las víctimas al abogado Élmer Montaña.
Pese a que en el texto se argumentó para rechazar la demanda de reparación, entre otras cosas, que Mazo Pérez pertenecía a la Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia y que monseñor Darío de Jesús Monsalve no estaba a cargo cuando ocurrieron los hechos, un testimonio le echó más leña a la polémica.
"La Iglesia está dispuesta a pagarte a ti los honorarios siempre y cuando renuncies a seguir apoderado a estas víctimas", reveló Montaña sobre la propuesta que le hizo el arzobispo de Cali una vez asumió el cargo y se enteró del proceso que corría contra la institución religiosa.
Aunque Monseñor Monsalve les salió al paso a las críticas desde Bogotá, al final no admitió ni negó lo que denunció el abogado.
"El señor abogado tendrá que ser fiel a los términos de conciliación que hablamos en una reunión.
En este momento (el abogado) ha planteado dentro del estrado judicial una vinculación de responsabilidad directa de la Arquidiócesis de Cali con las víctimas directas (abusados) e indirectas (familiares), papás, tíos, abuelos y primos. Imaginarán que la suma es exorbitante para cumplirla.
En algún momento daremos la cifra que él está manejando", dijo en rueda de prensa.
En ese sentido, la defensa de las víctimas aseguró que "la Iglesia está reproduciendo un artículo del Código Civil para decir que aquí hay un delito imputable a los niños. Es decir, delitos imputables a los menores por mala educación y vicios por los que los padres están obligados a responder".
A juicio de Montaña, lo que la institución está queriendo decir es que "los niños son mal educados y viciosos. O sea, fueron ellos los que terminaron abusando del sacerdote".
Por su parte, la Arquidiócesis no sólo explicó que está compareciendo en el caso para buscar una conciliación de pago, sino que también reiteró "su compromiso por hacer de todos y cada uno de sus espacios "lugares seguros" y rechaza de forma tajante cualquier hecho que afecte a los menores de edad en su integridad sexual", en respuesta a un artículo publicado en El País.
Sin embargo, el documento conocido este viernes expresa otra cosa. No sólo una muy distanto a la que a viva voz ha expresado el sumo pontífice, sino también a la que en otros espacios ha manifestado la Arquidiócesis.
En su contra tienen un precedente. En octubre del año pasado la Sala Civil de la Corte Suprema condenó a la Iglesia católica al pago de 800 millones de pesos a la familia de dos menores abusados por un sacerdote en el Líbano, Tolima.
"La Corte dice que hay responsabilidad directa de la Iglesia. Una vez uno de los emisarios de Jesús Darío Monsalve le mencioné esa jurisprudencia y me dijo:
‘Nosotros no estamos de acuerdo no eso. No aplica en la Iglesia católica‘. Es una iglesia que culpa a los niños y los padres y que cree que la sentencia no es para ellos.
No sé qué criterio tienen, ¿uno medieval?", se pregunta Montaña, mientras los familiares de las víctimas organizan un plantón contra la posición que asumió el jerarca.
En su historia, la Arquidiócesis de la capital del Valle ha recibido varios golpes por este tipo de problemáticas.
En el caso de William de Jesús Mazo Pérez, fue condenado a 33 años de cárcel por abusar sexualmente de cuatro menores en el 2009. Una de las sentencias más altas que ha recibido un clérigo en Colombia.
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La madre de dos de las víctimas le dijo a El Espectador que “recordar esto es muy horrible. El cura empezó diciendo que "él ayudaba a los niños para que fueran monaguillos y se los llevaba para que lo ayudaran en la eucaristía, formó una banda marcial para que no estuvieran en la calle, porque por acá se ve mucho niño en la calle mientras los padres trabajan”.
“(L)a conducta del señor Mazo Pérez no puede mirarse de manera aislada”, le dijo al juez 22 penal la Arquidiócesis de Cali
“Hoy su despacho debe mirar si la participación de las hoy llamadas víctimas indirectas (padres, abuelas y tío) fue la más coherente al sentido común (…) y el juicio de reproche sobre si se hizo como familia lo que se tenía que hacer.
¿Se actuó con el sumo cuidado preventivo?
O, por el contrario,“¿se fue laxo, permisivo, omisivo, abandonado y desinteresado y hoy concurren ante un juez para aprovechar un hecho dañino de un tercero y fungir como víctimas indirectas?”.
La Arquidiócesis de Cali repite así la fórmula que la Iglesia Católica ha repetido alrededor del mundo de acusar a los padres de querer lucrarse con las demandas y revictimizar a las víctimas.
Según informó el abogado de las víctimas, José Elmer Montaña, el arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve, le ofreció pagarle sus honorarios con tal que abandonara el caso.
Estas declaraciones fueron dadas a Blu Radio
“La segunda o tercera vez que hablé con él en la Arquidiócesis de Cali, Darío de Jesús Monsalve me propuso que la Iglesia me pagaba a mí los honorarios profesionales si yo renunciaba al caso. Cosa que no acepté”, denunció.
Agregó que el prelado le dijo que hacía la propuesta porque quería asumir directamente el hecho.
“Dígame cuáles son sus honorarios. Renuncie al tema y nosotros nos encargamos de las víctimas.
Eso para mí fue irrespetuoso y le puso en manifiesto que eso era grosero y que era una falta gravísima a la ética”, enfatizó.
Dijo que, en ese sentido, Monsalve tiene un “doble discurso”.
“De dientes para fuera es una persona que envía un mensaje que lo posiciona como un pastor destacado en la Iglesia y en privado asume posiciones como estas: tratar de corromper el abogado de la contraparte”, indicó.
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