Según el informe que publicó este principio de semana el rotativo "The New York Times", 35 psiquiatras estadounidenses diagnosticaron que la inestabilidad mental de Donald Trump le impide gobernar equilibradamente.
Se trata de un diagnóstico sin precedentes en la historia de los Estados Unidos. ¿Pero qué hay realmente detrás de este insólito diagnóstico?
POR P.L.P. / CANARIAS SEMANAL
Se trata, en opinión de los psiquiatras, de una "grave inestabilidad emocional" que lo hace "incapaz de servir con seguridad en su cargo actual"
Sin embargo, la perseverante campaña que sectores de la gran prensa estadounidense, vinculados al gran capital financiero multinacional, están protagonizando contra Donald Trump no parece inocente.
En los Estados Unidos se está produciendo una gran confrontación entre los intereses antagónicos de dos fracciones del capitalismo norteamericano:
una que aspira a concentrarse en el desarrollo económico interno,
y otra que se pronuncia por la continuidad del actual modelo globalizador, en el que los capitales circulan libremente en los mercados financieros internacionales.
Trump, cuya ideología ultraconservadora es transparente, pretende crear las condiciones que posibiliten el fortalecimiento de la producción interna y autóctona.
Representa a los sectores sociales que han sido duramente lesionados por las migraciones industriales hacia otros países.
Ésa confrontación ha desencadenado una dura batalla en el mismo centro del complejo mediático de los Estados Unidos.
De ahí que el recurso a la neutralización del contrario a través de los medios de comunicación pueda resultarnos extraordinariamente familiar.
Lo han utilizado en el pasado para desacreditar aquellos políticos latinoamericanos, o de otros países, que han entrado en colisión en uno u otro momento, con los intereses norteamericanos.
Precisamente Venezuela sufre estos dias una campaña de ese tipo en la persona de su vicepresidente.
Donald Trump es ciertamente un personaje "peculiar", y con claros perfiles parafascistas. Pero George Bush no le fue a la zaga… Y nadie se atrevió a decir nada.
Un grupo de 35 psiquiatras estadounidenses han decidido romper el silencio habitual de los profesionales de la salud mental sobre las figuras públicas en una carta remitida al New York Times .
En la misiva, alertan a sus compatriotas sobre la “grave inestabilidad emocional” del nuevo presidente y advierten que es “incapaz de servir con seguridad como presidente”.
La carta ha sido publicada también en la página web de uno de los firmantes, el doctor Lance M. Dodes, experto en adicciones y analista emérito de la Sociedad e Instituto Psicoanalítico de Boston y antiguo profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard:
Transcripción completa:
“Al editor:
Charles M. Blow (columna, nytimes.com, 9 de febrero) describe la necesidad constante de Donald Trump de “machacar a la oposición”. Como profesionales de la salud mental, compartimos la preocupación de Blow.
El silencio de las organizaciones de salud mental del país se debe a un dictado autoimpuesto sobre la evaluación de figuras públicas (la Regla de Goldwater de 1973 de la Asociación Psiquiátrica Americana).
Pero este silencio ha resultado en un fracaso para prestar nuestra experiencia a periodistas preocupados y miembros del Congreso en este momento crítico. Tememos que está en juego demasiado para permanecer en silencio.
El discurso y las acciones del señor Trump demuestran una incapacidad para tolerar opiniones diferentes de las suyas, lo que le lleva a reacciones de rabia. Sus palabras y conductas sugieren una profunda incapacidad para sentir empatía.
Los individuos con estos rasgos distorsionan la realidad para adaptarla a su estado psicológico, atacando a los hechos y a quienes los transmiten (periodistas, científicos).
En un líder poderoso, es probable que estos ataques aumenten, ya que su mito personal de grandeza parece que se confirma.
Creemos que la grave inestabilidad emocional indicada por el discurso y las acciones del señor Trump lo hace incapaz de servir con seguridad como presidente”.
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