sábado, 8 de abril de 2017

Ecuador: Crónica de un Triunfo necesario


El triunfo de AP garantiza una continuidad; pero solo es el primer paso. Viene lo decisivo: ejercer el gobierno y construir la hegemonía de la nueva izquierda progresista y democrática, que tiene al frente una derecha cada vez más agresiva y violenta, que busca reimplantar el capitalismo de los gerentes-propietarios.

Fuente: Prensa Latina

Para la primera vuelta presidencial realizada en Ecuador el 19 de febrero de 2017 ya estuvo claro que la confrontación electoral entre ocho candidatos se concentraba, en realidad, en tres candidaturas: en el espectro de la derecha política estuvieron Guillermo Lasso (binomio Andrés Páez) por la alianza CREO-SUMA, y Cynthia Viteri (binomio Mauricio Pozo) del PSC, mientras que por el “oficialismo” (esa era la etiqueta que usó aquella prensa convertida en actor político contra el gobierno de la Revolución Ciudadana) estuvo el candidato Lenín Moreno (binomio Jorge Glas) de Alianza País (AP).

También era previsible que el general Paco Moncayo (binomio Monserratt Bustamante), patrocinado por el Acuerdo Nacional por el Cambio (ANC), que juntó a sectores de las izquierdas marxistas tradicionales y a una serie de dirigentes indígenas y de movimientos sociales -todos guiados fundamentalmente por el anticorreísmo y por una ceguera conceptual derivada de la ideologización de la realidad-, no tenía opciones de triunfo ni ofrecía al Ecuador la alternativa idealizada por sus “bases”.

En la polarización política que se agudizaba en el país, Lasso y Viteri, aunque marcaban diferencias de estilo y hasta de ciertos planteamientos políticos, no tenían diferencia alguna en el modelo de economía y de sociedad que se proponían impulsar. 

Siempre estuvo claro que su “modelo” (empresarial, privatizador, antiestatista, neoliberal) se contraponía radicalmente al de Moreno, quien, evidentemente, representaba la continuidad de la Revolución Ciudadana.

En la primera vuelta triunfó Lenín Moreno con el 39.36% de la votación (sin lograr el 40% requerido, con 10 puntos de diferencia, que volvía innecesario el balotaje), y quedó segundo Guillermo Lasso con el 28.09% de votos.

Para la segunda vuelta, la polarización política se agudizó. 

Lasso, por banquero y millonario, pasó a ser el candidato idóneo de la tradicional oligarquía, de los intereses bancarios, de las elites empresariales ligadas a las cámaras de la producción, de los medios de comunicación privados y voceros de esos sectores y, sin duda, el instrumento clave de las estrategias imperialistas contra los gobernantes progresistas de América Latina.

Lasso recibió el respaldo de las otras cinco fuerzas políticas que mantuvieron candidatos para la primera vuelta (solo uno anunció el apoyo a Moreno). 

A todas les unió siempre sólo una consigna: el anti-correísmo. 

Pero, además, lo cual resulta insólito en la historia de América Latina, anunciaron su apoyo a Lasso las fuerzas que convergieron en el ANC (incluido Moncayo, quien obtuvo apenas el 6.71% de los votos), que a través de una serie de dirigentes sostuvieron que preferían un banquero al “continuismo”.

Los intelectuales vinculados al ANC crearon (en realidad lo hicieron todo el tiempo, desde su ruptura con el “correísmo”) los conceptos y argumentos clave que llevaron a esa posición, y sostuvieron que en la segunda vuelta se enfrentan “dos derechas”, que las opciones son entre “dictadura y democracia”, que el correísmo nada más es un gobierno “autoritario”, “criminalizador de la protesta social”, “neo-neoliberal”, simple “modernizador” de un “capitalismo extractivista y transgénico” (…???), y que no hay alternativa popular, etc. 

Es decir, una serie de terminologías justificadoras de su posición probancaria (Ecuador tiene una izquierda y un sector marxista probancario, algo sui géneris en la región), que tergiversa la realidad histórica. Por todo ello, estos sectores han quedado deslegitimados socialmente, carecen de alternativas y se han reducido a un segmento marginal en la vida política del país.

Moreno quedó como el representante de los intereses de un amplio y variado sector progresista y democrático de la sociedad, que es el que ha respaldado al presidente Rafael Correa, el que ha sostenido los diez triunfos de AP en una década, y en el que se incluyen las nuevas izquierdas, otros sectores marxistas y otros dirigentes y bases de los divididos y hasta débiles movimientos indígenas y de trabajadores. No eran dos derechas las que se confrontaban en la segunda vuelta, y tampoco la dictadura contra la democracia.

En la segunda vuelta presidencial, realizada el 2 de abril, se jugaba el destino del Ecuador y el espacio del progresismo de izquierda en América Latina. 

Y la ultraderecha ecuatoriana sabía muy bien que esta era la oportunidad para la derrota de ese proceso. 

De allí nace la agresividad con la que la ultraderecha bancario-empresarial del Ecuador asumió la segunda vuelta presidencial y las estrategias que articuló.

Para la primera vuelta ya se levantó la descalificación del Consejo Nacional Electoral (CNE) y se habló de “fraude”; para la segunda, CREO montó un sistema de “control electoral” con decenas de jóvenes partidarios con sendas computadoras en un enorme salón, para “defender” el voto ciudadano. 

Continuó la descalificación del CNE, se lanzó una formidable “campaña sucia” a través de las redes sociales, se anticipó un supuesto “fraude” y se difundieron resultados de encuestas que daban el triunfo a Lasso.

Con ese aparataje montado, al concluir el proceso electoral de segunda vuelta, los medios privados al servicio de los intereses bancario-empresariales anunciaron que, de acuerdo con la encuesta de exitpol, triunfó Lasso. 

En episodio seguido, el banquero apareció en pantallas para agradecer al “pueblo ecuatoriano” y emocionadamente reconocer su triunfo.

Pero en pocas horas los resultados oficiales dieron un escenario distinto: triunfaba Lenín Moreno. Entonces la estrategia prefijada y calculada se puso en marcha: partidarios de Lasso a las calles, caravanas motorizadas, intentos por tomarse los locales del CNE , proclamación por todos los medios del “fraude electoral” supuestamente cometido y nuevamente el banquero en pantallas para sostener que no aceptaba los resultados oficiales.

El “incendio” siguió en los siguientes días. No faltaron las incitaciones y los actos de violencia. Como en ningún otro país del planeta, los perdedores han argumentado que sus encuestas privadas daban el triunfo a Lasso y que, por tanto, ni creen ni aceptan los datos del CNE, que, sin embargo, es la única institución constitucional y legalmente autorizada para dar las cifras oficiales, por ser la responsable del proceso electoral y del escrutinio de las actas.

El triunfo de Lenín Moreno salva y afirma la vía del progresismo-democrático en América Latina y ha impedido que en Ecuador capte el poder del Estado una poderosa oligarquía, que pretendía “descorreizar” al país, término que debe ser bien comprendido en el lenguaje político, por el peligro social e institucional que representa.

Pero también cabe comprender que la estrategia orquestada por la ultraderecha ecuatoriana, forma parte de una internacional derechista continental.Y las fuerzas derrotadas no han quedado resignadas. Cuentan con suficiente respaldo de votantes (Guillermo Lasso alcanzó el 48.84% de la votación) como para seguir en las estrategias de los “golpes blandos”.

Lenín Moreno cuenta con el 51.16% de votantes; AP igualmente tiene mayoría en la Asamblea Nacional; el nuevo gobernante tiene como base una década ganada con la presidencia de Rafael Correa en cuanto a logros sociales, avances económicos, roles del Estado e institucionalización de la democracia; contará con el respaldo de gobiernos y sectores progresistas de América Latina; y le favorece el ciclo histórico que vive la región. Sin embargo, su gobierno deberá afrontar reformas radicales que solo pueden inclinarse a la superación de una serie de problemas que igualmente se heredan.

El triunfo de AP garantiza una continuidad; pero solo es el primer paso. Viene lo decisivo: ejercer el gobierno y construir la hegemonía de la nueva izquierda progresista y democrática, que tiene al frente una derecha cada vez más agresiva y violenta, que busca reimplantar el capitalismo de los gerentes-propietarios.

Quito, 5/abril/2017.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro