Rusia alega tener bombas electrónicas punteras con las que podría paralizar toda la Marina de Estados Unidos.
Conforme a un informe difundido por los medios de comunicación estatales, el Ejército ruso dispone de bombas que producen potentes bloqueos de señales electrónicas, con las que podría deshabilitar los cazas, misiles, así como los buques de guerra estadounidenses.
Un vídeo propagandístico muestra a los soldados rusos efectuando simulaciones del uso de esta avanzada tecnología contra unidades militares ficticias del enemigo.
El vídeo muestra un cazabombardero Su-24 lanzando interferencia electrónica para acabar con los sistemas de un destructor estadounidense.
Según fuentes rusas, las tropas de guerra electrónica son capaces de detectar y neutralizar cualquier blanco, desde radares en buques hasta un satélite.
Incluso se especula con que el Ejército ruso, sería capaz de crear cúpulas electrónicas de interferencia sobre sus bases más importantes, para hacerlas invisibles en las pantallas del radar enemigo.
INFORME REVELA QUE LOS NUEVOS SUBMARINOS RUSOS PODRÍAN DESTRUIR TODA LA FLOTA ATLÁNTICA DE EEUU
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- abril 18º, 2017
Según un artículo del portal noruego AldriMer, los nuevos submarinos rusos son capaces de cambiar el equilibrio militar en los mares del norte.
El artículo apunta que la Armada de Rusia recibirá dentro de cinco años, entre siete y 12 submarinos nucleares de la clase Yasen, ocho sumergibles estratégicos de la clase Boréi y unos submarinos modernizados de la clase Akula, Barracuda y Antéi.
Según admite Olav Dahle, comandante de la Fuerza Submarina de Noruega, Rusia ha alcanzado un nivel tecnológico muy alto, sobre todo respecto a los misiles, logrando una paridad tecnológica con EEUU.
A juicio de Stale Ulriksen, experto de la Academia Naval de Noruega, las nuevas armas submarinas rusas son mucho más silenciosas que sus análogos más antiguos, por lo cual serían aún más difícil de detectar, dada la baja capacidad tecnológica de la OTAN para hacerlo.
Los expertos noruegos destacan que desde el final de la Guerra Fría la zona de gran interés para la OTAN y Rusia ha sido la llamada brecha GIUK, un área entre Groenlandia, Islandia y el Reino Unido a través de la cual los submarinos pueden pasar al Océano Atlántico.
Es un sector en el océano Atlántico que tuvo gran importancia estratégica en ambas guerras mundiales y el periodo posguerra por ser zona de contacto entre las fuerzas de la Alianza Atlántica y la URSS.
Los expertos subrayan que los nuevos submarinos rusos pueden portar un gran número de misiles. Se trata de varias versiones de los misiles de crucero Kalibr, que pueden utilizarse contra objetivos marítimos y blancos terrestres. Además, están equipados con los misiles Ónix que ya han sido empleados para lanzar ataques contra objetivos terrestres en Siria.
De esta manera, según los expertos, las bases militares, la mayoría de las cuales no cuenta con sistemas de defensa antiaérea seguros, serán las más vulnerables ante la amenaza de los sumergibles rusos. Por lo tanto, incluso un solo submarino sería capaz de causar daños graves.
Según concluye Ulriksen, teóricamente, un solo sumergible ruso podría destruir toda la Flota del Atlántico de EEUU, puesto que esta se encuentra en las bases.
Paralelamente, también ha crecido en la OTAN el miedo al nuevo misil hipersónico antibuque ruso Tsirkón, conocido como “el asesino de portaaviones”.
Ivan Konoválov, experto militar y director del Centro de Coyuntura Estratégica, indica que el Tsirkón, no tiene igual incluso en el arsenal bélico de EEUU.
El experto destacó que el nuevo misil ruso, destinado para operaciones navales, es capaz de hacer frente a las plataformas de combate más potentes.
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