Marhuenda y Casals, imputados por coaccionar a Cifuentes para que no denunciara a Ignacio González
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- abril 19º, 2017
Francisco Marhuenda, director de La Razón, y Mauricio Casals, presidente del rotativo, han sido imputados por la Guardia Civil por presuntos delitos de coacción, intimidación y pertenencia a organización criminal dentro de la investigación que sigue por la presunta corrupción en el Canal de Isabel II, según El Plural.
El magistrado estudiará si los responsables del rotativo presionaron a Cristina Cifuentes para que no denunciara a Ignacio González, detenido este miércoles en el marco de una operación contra la supuesta gestión irregular y el desvío de fondos en Canal Isabel II.
Según han informado fuentes jurídicas, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, Eloy Velasco, que investiga presuntas irregularidades en las filiales del Canal de Isabel II en Latinoamérica, ha llamado a declarar como investigados a Casals y Marhuenda a partir de las 12.00 horas en la sede de la Audiencia Nacional.
El magistrado les cita a declarar en virtud del artículo 464 del Código Penal, que establece penas de prisión de uno a cuatro años para todo aquel que
utilice la "violencia o intimidación para intentar influir directa o indirectamente en quien sea denunciante, parte o imputado, abogado, procurador, perito, intérprete o testigo en un procedimiento para que modifique su actuación procesal".
Asimismo, el juez de la Audiencia Nacional ha citado como investigado a Edmundo Rodríguez Sobrino, consejero del periódico del grupo Planeta.
El presidente del grupo Atresmedia declara ante el juez
El presidente del grupo Atresmedia y de Planeta, José Crehueras, ha declarado ante Velasco como testigo en la causa que instruye enmarcada dentro de la Operación Lezo.
Crehueras es uno de los cinco testigos citados este miércoles por el juez, junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; su jefa de Gabinete, Marisa González; el portavoz de su Gobierno y presidente del Canal de Isabel II, Ángel Garrido; y el director General del Canal, Rafael Prieto.
Marhuenda es un periodista de granja. Posee cierto aire cansado de rumiante que, en virtud de méritos evidentes pero inconfesables, ha sido ascendido a guarda de la casa.
Mantiene esa compostura de pachorra y respiración caliente que se le pone a los mamíferos que siempre encuentran el pienso en el mismo cubo.
Luce una consistencia poco sólida sobre las mesas de los platós, da la impresión de que siempre se está recuperando de algún catarro.
Hay en él una importante falta de vitalidad, un aspecto de hombre desubicado que deriva, seguramente, de haber extraviado el oficio de periodista en un despacho con moqueta ministerial.
Tiene la cabeza empotrada en el pecho. Su cráneo es ancho y compacto como un archivador de oficina burocrática.
Parece que bosteza continuamente, aunque no abra la boca para hacerlo.
El efecto proviene, quizás, de que su boca depende jerárquicamente de su nariz.
El efecto proviene, quizás, de que su boca depende jerárquicamente de su nariz.
El cartílago nasal atrae los labios, los curva desde el centro y le pone cara de asco mal disimulada.
Va por ahí con un gesto de agravio preventivo, de víctima de un gulag imaginario, y eso le procura un placer incalculable.
Va por ahí con un gesto de agravio preventivo, de víctima de un gulag imaginario, y eso le procura un placer incalculable.
Como ocurre con muchos conservadores, ciertos apéndices de rectitud y de pureza protocolaria se han ido fusionando con su cuerpo hasta dejarle una imagen pintoresca: vive ahogado por la camisa, cabalgado por la chaqueta, y la corbata parece nacerle de la garganta. Lógicamente, toda esta parafernalia acaba desoxigenando las neuronas.
De ahí, la miopía ideológica de Paco Marhuenda. Su cortedad de miras se deduce fácilmente porque se ha integrado en su fisonomía.
Sin mirarlo, fijándonos sólo en el recuerdo, diríamos que siempre lleva las gafas empañadas, aunque realmente no sea así.
Cree que la realidad es lo que ocurre entre sus lentes y sus ojos, y en ese par de centímetros cabe lo justo: unos cuantos prejuicios antiizquierdistas y (como se dice por ahí) un par de nalgas predilectas que, bien besadas, han acabado otorgándole una medalla.
Tal vez por esa seguridad y ese tenerlo todo atado, cuando ejerce de tertuliano, unas veces se divierte y otras se mira las uñas.
Merece respeto, eso sí, por su paciencia ante los ataques que recibe. Vive muy convencido de su partidismo y de su corral ideológico y por eso no pierde los papeles habitualmente.
De cuando en cuando, se le escapa una risilla juguetona que sugiere un carácter entrañable. Pero de vez en cuando.
Posee dos mejillas fofas como dos barrigas, unidas en el centro por una sombra de bigote.
Ésta es la musa en la que se inspira Marhuenda para soltar, sin vergúenza alguna, todas sus chorradas |
A pesar del afeitado diario, se le intuye una barba tenaz, afectada por una incoherencia moral muy católica y muy española.
La molla de su cara es blanda y disgregable, puede suponerse que su textura se asemeja a la del pulpo a la gallega. Alrededor del hueso de la barbilla hay dos principios de michelín.
Es dueño de sus manos, eso es innegable, pero no así de su lengua. Le ocurre igual que a Rajoy. Padece la misma torpeza expresiva y los mismos tropiezos sintácticos. Comparten un diccionario de palabras infantiles, incapaces y anodinas.
Aunque no es excusa, ambos poseen una lengua ancha y moluscosa que les colapsa la boca.
Por algún motivo, mientras la lengua de Rajoy tiende a la tribulación, la de Marhuenda cae en el agotamiento.
Hay que añadir que el director de La Razón tampoco controla sus cejas, que dan pequeñas sacudidas cuando lo interpelan: un claro tic de menosprecio antidemocrático.
Por mucho que le duela a su nacionalismo español y panfletario, su aspecto físico general, si uno se fija bien, resulta un poco como si a Artur Mas lo hubieran metido en la lavadora con agua muy muy caliente y se hubiera destensado.
Hay un vínculo extraño entre ambos personajes, una hermandad en el ridículo que incita a pensar en la conspiración.
Francisco Marhuenda, actual director del periódico derechista La Razón, fue imputado - ahora investigado - en el marco de la operación Lezo .
La investigación iniciada contra él está relacionada con unas supuestas coacciones en favor de uno de los detenidos, Edmundo Rodríguez Sobrino, detenido por su gestión en el Canal de Isabel II
REDACCION /AGENCIAS
También el presidente de La Razón, Mauricio Casals ha sido citado a declarar como investigado por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco.
Ambos, director y presidente, han quedado imputados.
Casals y Marhuenda tendrán que responder por supuestas coacciones en favor de un consejero del periódico, Edmundo Rodríguez Sobrino, detenido hoy por ser el hombre en Latinoamérica del Canal de Isabel II y persona muy próxima a Ignacio González.
Fuentes de la investigación apuntan que Marhuenda supuestamentepresionó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, para evitar que denunciara las irregularidades en el seno del Canal de Isabel II.
El juez imputa a Marhuenda un delito de coacciones del artículo 464 del Código Penal.
Este artículo prevé penas de hasta cuatro años de prisión para el que
“con violencia o intimidación intentare influir directa o indirectamente en quien sea denunciante, parte o imputado, abogado, procurador, perito, intérprete o testigo en un procedimiento para que modifique su actuación procesal”.
UNA BIOGRAFIA MOVIDITA
Francisco Marhuenda es doctor en Derecho y licenciado en Periodismo También es docente en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Inició su carrera periodística como colaborador en El Noticiero Universal de Barcelona, en ABC de Madrid y en Economist & Jurist.
Marhuenda se inició en política en las Juventudes de UCD, donde llegó a formar parte de su Comité Ejecutivo.
En 1995 se afilió al Partido Popular y resultó elegido diputado de este partido en el Parlamento de Cataluña el 19 de noviembre de ese mismo año.
UNA TRAYECTORIA SALPICADA POR LA POLÉMICA
En octubre de 1999 vendió un fondo documental de la empresaEstrategias, Asesoramiento y Comunicación, SL de la cual supuestamente era titular, al Instituto Ramón Carande, de la Universidad Rey Juan Carlos, dependiente del Departamento de Educación Comunidad de Madrid por 18,5 millones de pesetas, llegando a cobrar del mismo centro por otros conceptos hasta 32 millones de pesetas entre 1999 y 2000, hecho que fue denunciado por el PSOE de Madrid en abril de 2001 por incumplimiento de la Ley de Incompatibilidades.
Poco después abandonó la política activista y fue nombrado director en Cataluña del diario La Razón. En 2008 fue nombrado director a nivel nacional.
Entre 2002 y 2006 fue miembro del consejo de administración de Eurobank, entidad que quebró en 2002 y fue intervenida por el Banco de España, al mismo tiempo que su antiguo presidente, Eduardo Pascual Arxé, era detenido en marzo de 2013, acusado de apropiación indebida y estafa por orden de la jueza Mercedes Alaya.
Aún imputado en este sumario por presunta corrupción, queda a la espera de juicio que actualmente instruye el titular del enjuiciado número 5 de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz.
En mayo de 2014 fue imputado por publicar : "La Razón las fotos del DNI de veintidós jueces catalanes que firmaron un manifiesto a favor de una consulta sobre la independencia de Cataluña".
No obstante, pese a esta dudosa y conflictiva trayectoria, Francisco Marhuenda fue nombrado comisario de policía honorífico por el ex ministro del interior Fernandez, suscitando la protesta de diversas asociaciones policiales.
Francisco Marhuenda (Ima:cotilleando.com)
Marhuenda, toca ventilar la caverna...
Hay un proverbio oriental que dice: “Lee si quieres, opina si puedes y cállate si no sabes más que odiar”. Y a la caverna mediática españolista le vendría bien seguir ese camino.
Lo que yo entiendo por caverna es ese periodismo militante sin el menor atisbo crítico hacia lo que verdaderamente está destruyendo a su España de peineta y pandereta, e intentan difamar, denostar y destruir al que no esté de su lado, cuando les interesa.
Como hacen con Catalunya al más puro estilo nazi propagandístico.
Tienen un pacto con los poderes instituidos, a los cuales se les alquila o vende la palabra, que forma opinión de manera tajantemente opuesta a la verdad.
Son los falsos patriotas de la información que ponen el grito en el cielo cuando no se les rinde pleitesía a sus intereses, (políticos, económicos, deportivos, etc.) Y que siguen esa verdad que no necesita prueba, ese axioma de si +calumnio + desacredito + perduro.
Bien, pues esta semana hemos sabido de la inculpación a uno de los más destacados serviles de la causa españolista, del periodismo del ninguneo, desprecio y odio hacia Catalunya.
Bien, pues esta semana hemos sabido de la inculpación a uno de los más destacados serviles de la causa españolista, del periodismo del ninguneo, desprecio y odio hacia Catalunya.
Ese personaje de la comunicación del pillaje, ese taliban del despojo informativo, Francisco Marhuenda, director del diario La Razón, que ha sido imputado por el juez de Instrucción que investiga la publicación de las 22 fotos de DNI de los jueces que firmaron el manifiesto a favor del derecho a decidir de Catalunya el pasado mes de marzo.
En un auto del 7 de mayo, el juez explica que la ampliación de la denuncia de los jueces afectados (la denuncia inicial no iba contra una persona determinada) atribuye al diario, en la persona de su director, la publicación de las fotografías "que podrían proceder de la base de datos del DNI".
Según el juez, puede suponer un delito contra el derecho a la intimidad y a la propia imagen porque estas fotografías de la base de datos del DNI "no tienen como finalidad la de su publicación". Por eso, tras admitir a trámite la denuncia, el juez Juan Emilio Vilá le cita a declarar asistido de letrado, el próximo miércoles 28 de mayo a las 10.00.
Hay que recordar que el pasado febrero, los jueces “pro derecho a la consulta”, firmaron un manifiesto que defiende el derecho a decidir del pueblo de Catalunya.
Hay que recordar que el pasado febrero, los jueces “pro derecho a la consulta”, firmaron un manifiesto que defiende el derecho a decidir del pueblo de Catalunya.
En su opinión, la consulta sobre el soberanismo, prevista para el próximo 9 de noviembre, tiene encaje legal.
Los juristas, 33 de los 756 que integran la planta judicial en Catalunya, defienden la legalidad del referéndum “en el actual marco constitucional, desde una perspectiva dinámica y viva, no sacramental, de la Constitución”.
El manifiesto añade que la clave del debate “pasa por aceptar o no la realidad nacional de Catalunya y, por tanto, su plena soberanía para decidir su futuro”.
Por este caso han declarado como testigos tres policías de la Brigada de Información de la Policía Nacional que reconocieron haber consultado las bases de datos del DNI sobre los jueces, "con la finalidad de incluirlas en un informe que les había sido ordenado", aunque no explicaron cómo pudieron llegar al diario, según el mismo auto.
De hecho, negaron haber filtrado estas imágenes al medio de comunicación, que el 3 de marzo publicó las imágenes de los 33 magistrados catalanes que defendieron que el derecho a decidir cabe en la Constitución.
El juez había admitido a trámite la denuncia de 22 de estos jueces, al constatar una presunta "entrada irregular en ficheros de una base de datos como es el DNI para obtener imágenes y datos para su divulgación al margen de la normativa establecida", lo que podría ser un delito de descubrimiento y revelación de secretos.
El juez había admitido a trámite la denuncia de 22 de estos jueces, al constatar una presunta "entrada irregular en ficheros de una base de datos como es el DNI para obtener imágenes y datos para su divulgación al margen de la normativa establecida", lo que podría ser un delito de descubrimiento y revelación de secretos.
En el auto que citaba a declarar a dos agentes que trabajan en Barcelona, el juez sostuvo que, según el resultado de las declaraciones en la ciudad condal, también podría llamar a declarar a otros dos policías con destino en Madrid y Alcalá de Henares, que también consultaron dichas bases de datos.
Ahora con esta imputación vamos a presenciar hasta donde llega ese entramado corrupto entre el poder y sus siervos, los medios de comunicación españolistas.
Ahora con esta imputación vamos a presenciar hasta donde llega ese entramado corrupto entre el poder y sus siervos, los medios de comunicación españolistas.
Toca ventilar esa caverna y que corra el aire.
Vamos a poder corroborar si esa profunda y lúgubre guarida que se ha instaurado como la defensora de la manipulación informativa por todos los medios del país, tiene tambien el beneplácito y la bula entre la justica española.
Será interesante saber que detalles salen a la luz o se ocultan por ‘intereses de estado”.
Ya sabemos que un régimen corrupto sólo sostiene un periodismo corrupto. Estaremos atentos.
J L Herrera VegaCiències de Informació i Comunicació
El Comunicado
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