Monsanto debe rendir cuentas
Por Vandana Shiva, 24 de febrero de 2016
Monsanto otra vez en el candelero.
La Comisión de la Competencia de la India (CCI), la Agencia de regulación de los monopolios del país, ha dicho recientemente que sospecha que Monsanto se ha aprovechado de su posición dominante como proveedor de semillas de algodón modificadas genéticamente en la India, y a primera vista parece haber incumplido las secciones 3 (4) y 4 de la Ley de Competencia, asunto que será investigado por el Director General de la CCI.
Monsanto se enfrenta a denuncias presentadas por los gobiernos de los diferentes estados y los fabricantes de semillas, por los enormes derechos que solicita.
Frente a anteriores denuncias, Monsanto se defendió diciendo que se trataba de comisiones (por el uso de su tecnología de los híbridos de algodón) y no por derechos de la patente.
Pero lo cierto es que Monsanto ve las leyes de nuestra tierra como un mero obstáculo en su empeño de estafar a la India y a sus agricultores.
El 10 de marzo de 1995, Mahyco (Monsanto-Mahyco) trajo a la India 100 gramos de semillas de algodón transgénico, que contenían el gen Bt MON531, sin el consentimiento del Comité de Evaluación de Ingeniería Genética (GEAC).
Pretendiendo establecer un monopolio en la India a partir del contrabando con semillas que contenían el gen MON531, Monsanto-Mahyco comenzó los ensayos de campo multicéntricos en campo abierto en 40 localidades distribuidas en nueve estados, algo que tampoco contaba con la aprobación del GEAC.
Un artículo (7) de la Ley de Protección del Medio Ambiente de 1986 establece que:
“Ninguna persona podrá importar, exportar, transportar, fabricar, transformar, usar o vender cualquier tipo de microorganismo, sustancia o célula, peligrosos o manipulados genéticamente, sin la aprobación del GEAC”.
Los genes transgénicos una vez expelidos al medio ambiente no pueden ser contenidos o recuperados.
Después de la realización de los ensayos con el algodón modificado genéticamente, éste se empezó a comercializar.
En algunos estados, en los campos donde se habían realizado los ensayos se volvieron a plantar con trigo, cúrcuma o cacahuete, contraviniendo las Directrices de Bioseguridad (1994) sobre “el cultivo después de la cosecha de plantas transgénicas”, según las cuales los campos donde hubo anteriormente cultivos transgénicos deberían estar en barbecho al menos durante un año.
En vista de estas flagrantes violaciones de las leyes de la India y los riesgos a los que se ha sometido a la India por contaminación genética, la Fundación de Investigación para la Ciencia, Tecnología y Ecología (RFSTE) presentó una petición ante el Tribunal Supremo de la India contra Monsanto y Mahyco en 1999, por contravenir las Directrices sobre transgénicos de 1989, en virtud de la Ley de Protección del Medio Ambiente.
Las leyes de la India, con razón, no permiten patentes sobre las semillas y en la agricultura.
Esto siempre ha sido un problema para Monsanto, y por medio de la Administración estadounidense, se ha presionado a la India para que modifique sus leyes de propiedad intelectual, y también se intentó desde la Organización Mundial del Comercio, algo que se sigue haciendo hoy en día.
Monsanto-Mahyco Biotech (MMB) Ltd ha estado cobrando derechos por el algodón Bt, no como una cuota por el uso de una tecnología o una comisión, por un valor de 900 millones de dólares a los agricultores marginales de la India, aplastándolos con una enorme deuda.
En 2006, cobraba 1600 rupias por un paquete de 450 gramos de semillas de algodón Bt (3.555,55 rupias el kilogramo), de las cuales el 80% (1250 rupias) correspondían a las comisiones establecidas por MMB. Monsanto también ha desbarato el suministro de semillas ( incluyendo las semillas híbridas locales) mediante prácticas comerciales desleales, semillas que a los agricultores les costaba entre 5 a 9 rupias el kilogramo.
En respuesta al establecimiento de unos precios injustos, el gobierno de Andhra Pradesh presentó una denuncia ante la Comisión de Monopolios y Prácticas Comerciales Restrictivas (MRTPC) contra MMB, diciendo que Monsanto estaba cobrando a los agricultores de Andhra Pradesh nueve veces lo que cobraba a los agricultores de Estados Unidos por las mismas semillas.
MMB dijo que eso se debía a los costes de investigación y desarrollo del algodón Bt, admitiendo así que estaba cobrando derechos a los agricultores de la India.
La crueldad de Monsanto se encuentra en el centro de esta crisis a la que se enfrentan los agricultores de la India.
Los agricultores compraron semillas de algodón Bt y los productos químicos que se les exigía, con la promesa de unos mayores rendimientos y un menor uso de pesticidas, pero no se cumplieron.
De los 300.000 suicidios de agricultores en la India desde que Monsanto introdujo de contrabando el gen Bt en 1995, el 84%, casi 252.000, se atribuyen directamente al algodón Bt de Monsanto.
Pero mientras el Gobierno de la India ha demandado a Monsanto, el Gobierno de Maharashtra ha firmado un convenio de acuerdo con Monsanto para construir el mayor centro de semillas del país en Buldana, según se anunció en Make in India Week.
¿Cómo se puede poner la etiqueta de Made in India cuando una Corporación provoca una ruptura en la India, se apropia de la vida de los agricultores, destruye su agricultura y la seguridad alimentaria y viola sus leyes?.
Por violar con arrogancia las leyes de la India y corromper el sistema de regulación, Monsanto debe rendir cuentas.
Por el fracaso del algodón Bt, Monsanto debe pagar los daños a los agricultores y a las empresas de semillas que han tenido que pagar por una tecnología que ha fallado.
Los agricultores que han perdido sus tierras por endeudarse en la compra de las semillas de Monsanto y de productos químicos, deben devolverse a las familias de los agricultores.
Todos los derechos cobrados a los agricultores y a las empresas de semillas de la India debe ser reintegrados a la India.
Con un producto que sigue fracasando año tras año y con unas perspectivas que la permitan seguir obtenidos las ganancias a las que está acostumbrada, ¿cómo si no iba a realizar una gran inversión en Vidarbha, a menos que tenga segura la continuidad de su monopolio?
Un comité de expertos ha recomendado que no se permita en la India el cultivo de variedades transgénicas tolerantes a los herbicidas.
Monsanto ha obtenido la aprobación por parte del GEAC de una mostaza terminator de la empresa Bayer tolerante a los herbicidas, menospreciando las recomendaciones del Comité Técnico de Expertos.
Permitiendo el cultivo de esta mostaza de Bayer, se abren las puertas a los cultivos tolerantes a los herbicidas, empeorando aún más las crisis agraria de la India y debilitando la seguridad alimentaria de la India.
Los cultivos tolerantes a los herbicidas van de la mano del herbicida Roundup de Monsanto, cuyo ingrediente activo es el glifosato, que ha fracaso en todo el mundo en el control de las hierbas adventicias, dando lugar a la aparición de supermalezas.
El glifosato ha sido clasificado por la Organización Mundial de la Salud como un carcinógeno, pero ya está siendo utilizado en la India y estamos asistiendo al aumento de los casos de cáncer en los pueblos donde se usa el glifosato.
Si permitimos que otra tecnología, que ya ha fracaso, asociada a otros venenos, siga destruyendo aún más la economía rural de la India, permitiendo la explotación de los agricultores, habremos fracasado como nación y ante las nuevas generaciones de la India.
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La Dra. Vandana Shiva es filósofo, activista ambiental y ecofeminista.
Es fundadora y directora de la Fundación Navdanya de Investigación para la Ciencia, la Tecnología y la Ecología.
Es autora de numerosos libros, entre ellos:
Soil Not Oil: Environmental Justice in an Age of Climate Crisis; Stolen Harvest: The Hijacking of the Global Food Supply;Earth Democracy: Justice, Sustainability, and Peace; and Staying Alive: Women, Ecology, and Development.
Shiva también ha desempeñado las funciones de asesora de los Gobiernos de la India y en el extranjero, así como de organizaciones no gubernamentales, como el Foro Internacional sobre la Globalización, Medio Ambiente y la Organización para el Desarrollo y Red del Tercer Mundo.
Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio Nobel Alternativo en 1933 ( Right Livelihood Award) y el Premio de la Paz de Sidney en 2010.
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