"Vergonzoso":
cómo los medios de EE.UU. difunden mentiras sobre Siria
El veterano del periodismo estadounidense Stephen Kinzer denuncia "uno de los episodios más vergonzosos" de su profesión con motivo de la cobertura tergiversada que se da al conflicto sirio y el papel que desempeñan en él distintos países involucrados.
Su columna en el diario 'The Boston Globe' describe lo que está pasando en la ciudad y la gobernación de Alepo.
Militantes de los grupos armados antigubernamentales causan devastación en la ciudad a medida que el Ejército de Siria y la Fuerza Aérea rusa los expulsa de Alepo, escribe Kinzer basándose en señales "desde el terreno".
El periodista cita el testimonio que un habitante de la ciudad publicó en las redes sociales: "Los 'rebeldes moderados' protegidos por turcos y sauditas rociaron los barrios residenciales de Alepo con cohetes no dirigidos y botes de gas".
El politólogo libanés Marwa Osma asegura que las tropas de Damasco son la única fuerza que, junto con sus aliados, está luchando contra el Estado Islámico en tierra.
Stephen Kinzer lamenta que ningún medio de EE.UU. escuche o cite estas voces claras.
"Esto no encaja en la narrativa de Washington —explica—. Por consiguiente, la mayor parte de la prensa estadounidense relata lo contrario de lo que realmente pasa.
Muchas noticias sugieren que Alepo ha sido una 'zona liberada' durante tres años, pero vuelve ahora a la miseria".
A los estadounidenses les sugieren que lo más decente en Siria es luchar contra el Gobierno de Bashar al Assad y sus aliados rusos e iraníes, denuncia el autor.
Se supone que el desenlace más deseable sería la victoria de una 'honrada' coalición de estadounidenses, turcos, sauditas, kurdos y la 'oposición moderada'.
"Es un retorcido sinsentido", dice Kinzer, poniendo en duda la propia existencia de tal coalición. Sin embargo, afirma que no es culpa de los ciudadanos estadounidenses si se creen esta versión de lo que sucede en Siria.
"Casi no tenemos información real sobre quiénes combaten, sus objetivos o su táctica. Gran parte de la culpa es de nuestros medios", admite el periodista.
"Bajo una intensa presión financiera, la mayoría de los periódicos, revistas y cadenas estadounidenses han reducido drásticamente sus equipos de corresponsales en el exterior. Muchas noticias importantes sobre el mundo ahora provienen de reporteros basados en Washington", denuncia Kinzer.
"En ese ambiente, el acceso [a la información] y la credibilidad dependen de la aceptación de los paradigmas oficiales.
Los reporteros que cubren Siria se ponen en contacto con el Pentágono, el Departamento de Estado, la Casa Blanca y los 'expertos' de centros de estudios.
Después de dar una vuelta en ese sucio carrusel piensan que han cubierto todas las caras de la noticia". De esta forma se fabrica en EE.UU. un "pábulo que pasa por noticias sobre Siria", resume el veterano del trabajo periodístico.
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