El negocio de los alimentos y organismos genéticamente modificados (GMOs, en inglés) va de la mano de las grandes corporaciones alimentarias tipo Monsanto, promotoras de la bio-tecnología (biotech) empeñadas en establecer y controlar un negocio mundial de semillas patentadas comparable al de la gran industria farmacéutica multinacional.
Argentina estuvo aliada con EEUU y Canadá en los reclamos contra la UE en el seno de la WTO, Organización Mundial de Comercio que protege a los GMOs y a los subsidios a la agricultura de los países desarrollados que afectan a la agricultura de las demás naciones, en particular al tercer mundo o los llamados países “en desarrollo”, que de paso quedan impedidos de producir medicinas genéricas baratas y obligados a consumir alimentos transgénicos en la letra chica de los Tratados de Libre Comercio (TLCs) con EEUU.
Las pruebas
–Investigaciones de la Academia de Ciencias de Rusia difundidas en diciembre de 2005 encontraron que más de la mitad de la descendencia de ratas alimentadas con soja GM murió en las primeras tres semanas de vida, tasa de mortalidad seis veces mayor que la de roedores nacidos de madres alimentadas con soja no modificada.
La descendencia de estos ratones alimentados con soja GM también mostró una tasa de peso insuficiente seis veces mayor.
–En noviembre de 2005 un instituto de investigación privado de Australia, CSIRO Plant Industry, paralizó un amplio desarrollo de cultivos de un guisante GM cuando éste fue encontrado causante de inmunorespuesta en ratones de laboratorio [1].
–En el verano de 2005, un equipo de investigación italiano conducido por un biólogo celular de la Universidad de Urbino publicó la confirmación de que la absorción de soja GM en ratones causa el desarrollo de células vivas deformes, así como otras anomalías celulares.
–En mayo de 2005, el diario The Independent del Reino Unido de Gran Bretaña publicó la revisión de un informe de Monsanto altamente confidencial y polémico sobre los resultados de pruebas con maíz modificado con Monsanto MON863.
Secretismo transgénico
Hacia el otoño de 2004, las autoridades alemanas requirieron al Dr. Arpad Pusztai (véase Censurado 2001, Historia #7), uno de los pocos científicos genuinamente independiente especializado en plantas genéticas y estudios de alimentos de animales, para examinar el informe de 1.139 páginas de Monsanto sobre el alimento MON863 en un laboratorio de ratas durante un período de noventa días.
El estudio encontró diferencias “estadísticamente significativas” en los pesos del riñón y los parámetros de cierta sangre en las ratas alimentadas con maíz GM en comparación con los grupos de control.
Varios científicos de Europa que conocieron el estudio (en resúmenes muy censurados) expresaron preocupación sobre la salud y las implicaciones de seguridad si el MON863 ingresara a la cadena alimentaria.
Hubo particular preocupación en Francia, donde el Profesor Gilles-Eric Seralini, de la Universidad de Caen, estuvo intentando obtener acceso completo por casi 18 meses (sin éxito) a todos los documentos referentes al estudio MON863.
Las autoridades alemanas obligaron al Dr. Pusztai a firmar un "declaración de secreto" antes de permitirle ver el estudio de alimentación de la rata de Monsanto, porque el documento está clasificado como "CBI" o “Confidential Business Interest" (Interés de Negocios Confidencial).
Mientras Pusztai todavía continúa limitado por la declaración de secreto, Monsanto declaró recientemente que ya no objeta la difusión extensa del “Pusztai Report” [2].
La soja y el maíz GM de Monsanto son consumidos extensamente por los estadounidenses al mismo tiempo que la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés) ha concluido:
“En varios casos, se han puesto Organismos Genéticamente Modificados [GMOs, en inglés] en el mercado cuando los problemas de seguridad no están claros”.
Debido a que la investigación de GMOs no es estimulada ni financiada por los gobiernos de EEUU y europeos, la gran mayoría de los estudios toxicológicos son conducidos por las mismas compañías que producen y promueven el consumo de tales GMOs.
Por las sospechas que recaen sobre la autenticidad de los resultados de las pruebas corporativas, la investigación científica independiente sobre los efectos de los alimentos GM está atrayendo una creciente atención.
Comentario:
En mayo 2006 la WTO mantuvo la decisión de que los países europeos rompieron reglas del comercio internacional cuando detuvieron la importación de alimentos GM.
El veredicto de la WTO consideró que la Unión Europea viene manteniendo una interdicción eficaz contra los alimentos biotech desde 1998 y estuvo al lado de EEUU, Canadá y Argentina en la decisión que declaró ilegal para las reglas de la WTO a la moratoria europea contra los alimentos GM [3].
Geoffrey Lean
GM Free Cymru
Hervé Kempf
Çm&kSer.
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