Dos familias del PP beneficiadas por la privatización sanitaria se convierten en los azotes del Gobierno valenciano
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- diciembre 23º, 2017
El mayor azote de las políticas del Gobierno valenciano progresista no es un diputado del PP o Ciudadanos en las Corts valencianes. Tampoco lo es la lideresa popular Isabel Bonig o un líder vecinal o un sindicato amarillo.
Cuando la legislatura empieza su recta final hacia las elecciones municipales y autonómicas de 2019 los principales focos de conflictividad y ataque sistemático a las políticas del pacto del Botánico son las dos cabezas visibles de las principales concesiones sanitarias -proveedores- de la Comunitat Valenciana. Curiosamente dos personas muy vinculadas a la historia del Partido Popular valenciano.
Se trata del director general de la empresa Ribera Salud -la que gestiona los hospitales privatizados-, Alberto de Rosa y Manuel Llombart, el y el director general de la fundación IVO, la concesionaria de tratamientos oncológicos.
Entre ambas concesiones reciben alrededor de 500 millones al año de dinero público.
Ambos han puesto la proa mediática a la Conselleria de Sanidad que dirige Carmen Montón por la intención, en el primer caso de rescatar para la gestión pública el departamento sanitario de Alzira, y en el segundo de renegociar a la baja el contrato de prestación de asistencia oncológica.
Manuel Llombart fue conseller de Sanidad con el PP de 2012 a 2015 y también diputado conservador en las Corts durante un corto tiempo en 2015. Llombart es un ejemplo de libro de puerta giratoria.
El director general del IVO dejó la concesionaria de los tratamientos oncológicos para entrar en el Gobierno de Alberto Fabra en plena crisis económica y cuando la fundación sin ánimo de lucro que preside ingresaba de la Generalitat entre 60 y 90 millones al año.
Pasó en unos días de negociar en defensa de los intereses del IVO a hacerlo en favor de los intereses de la Generalitat.
El médico se presentó a las elecciones en 2015 y salió como diputado, aunque tras la debacle electoral decidió volver a la fundación que había impulsado su familia y otras importantes estirpes valencianas en 1978.
No lo hizo como director general sino en un puesto de internacional que le permitió pasar los dos años de incompatibilidad.
Por el camino, exigió la contratación de su mujer como adjunta al departamento financiero, lo que provocó un guerra entre los miembros del patronato que no veían con buenos ojos su entrada en política.
Tras dos años en un supuesto barbecho Llombart volvió en junio de este año a tomar las riendas del IVO -si es que algún día las dejó- y ha comenzado una guerra abierta contra el Gobierno valenciano.
Primero, estuvo a punto de romper la concesión por los desacuerdos en la manera de recibir y cobrar los pacientes y, tras solucionarse el problema, con ataques sistemáticos en los medios de comunicación contra la consellera Carmen Montón.
El IVO es una institución con gran prestigio y muy querida en la sociedad valenciana por lo que la mínima percepción de que alguna institución pública lo ataca genera un importante desgaste político en el Consell que preside Ximo Puig.
Llombart, apuntan algunas fuentes del PP y de la oposición, se podría estar postulando como candidato popular a las elecciones si Génova acaba por no confirmar a Isabel Bonig.
De momento, es portada en muchos medios y no pasa día que una noticia vinculada al IVO dispare en la línea de flotación de la estrategia del Gobierno valenciano de poner orden en las concesiones sanitarias.
Más pata negra del PP es la familia de Alberto de Rosa, el director general de Ribera Salud. Ribera Salud fue fundada por las extintas cajas valencianas Bancaja y la CAM, en uno de los momentos de mayor politización de las entidades financieras.
Al frente de esta empresa, que debía crecer al calor del nacimiento de los hospitales privatizados que impulsaba el Gobierno de Eduardo Zaplana a finales de los años 90, situaron a Alberto de Rosa.
El director general de Ribera Salud es hermano de Fernando de Rosa, actual presidente de la Audiencia Provincial de València y exvicepresidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a propuesta del PP. Fernando fue conseller de Justicia del Consell de Francisco Camps y quien en los años 80 afilió al expresidente de la Generalitat al Partido Popular.
Un piso de la familia De Rosa fue sede del PP valenciano en los años 90 y Carmen de Rosa, hermana de Alberto y Fernando, suena como candidata del PP de la ciudad de València para las elecciones municipales de 2019.
Pese a su llegada a Ribera Salud de la mano de Bancaja y la CAM con mayorías absolutas populares, también es cierto que los nuevos propietarios de Ribera Salud -Banco Sabadell y la norteamericana Centene- han seguido confiando con Alberto de Rosa.
La relación con los Consells del PP fue exquisita, pero fue anunciar el presidente de la Generalitat el rescate de los hospitales vía la no renovación de las concesiones que De Rosa ha iniciado una guerra total.
En este caso contra la consellera Carmen Montón.
Así, la empresa de los hospitales privatizados -principal proveedor de la Generalitat- ha contratado a los mejores bufetes de abogados para luchar en los tribunales contra el rescate.
Además, no ha escatimado en recursos económicos para impulsar libros, charlas e, incluso, asociaciones en defensa del conocido como "modelo Alzira" y contra la gestión del Gobierno valenciano.
En 2018 y con el rescate de la concesión el 1 de abril Ribera Salud se convertirá en uno de los principales focos de conflicto del Ejecutivo de Ximo Puig y Mónica Oltra. Y tampoco parece que la polémica con el IVO vaya a amainar.
En 2005 el Ministerio de Sanidad apuntó a las listas de espera quirúrgicas de la sanidad madrileña.
“Madrid empieza a contar cuando el paciente llega al anestesista”, denunció el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos.
La llegada de Cristina Cifuentes a la Puerta de Sol vino con una petición expresa bajo el brazo: nunca más este ‘truco’ del anestesista. Sin embargo, algunas manías siguen presentes en las altas esferas de los hospitales madrileños.
“Una vez más los datos vuelven a ser positivos”, celebraba esta semana la actual presidenta de la Comunidad de Madrid al conocer los datos del mes de noviembre, aunque la comparación interanual dejan los números en mal lugar.
Días atrás el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, recordaba que Madrid es de las dos regiones donde menos hay que esperar para operarse.
Aun así, los últimos datos de la Memoria del SERMAS 2016 desvelaron que el Gobierno autonómico dejó sin gastar más de 40 millones que iban a ser destinados a aplacar las listas de espera, mientras los sindicatos rechazan los Pactos de Gestión y reclaman más personal y recursos para abrir los quirófanos por la tarde al 100%.
El Gobierno de Cifuentes dejó sin gastar 40 millones para reducir las listas de espera quirúrgicas
Hasta que estas reivindicaciones se hacen realidad, varios médicos de hospitales madrileños han explicado a EL BOLETÍN algunas de las técnicas que salen desde los centros para maquillar las listas de espera.
Precisamente son dos las principales prácticas que los profesionales han detectado: la primera tiene que ver con dejar a “miles y miles” de pacientes en un ‘limbo’ que no contabiliza para los datos mensuales; el segundo después de que que el Departamento de Admisión no complete un trámite regular.
'Esconder' a pacientes sin argumentos médicos
En el primero de los casos, la lista de pacientes TNP (Transitoriamente No Programables) juega un papel determinante en este maquillaje. ¿Qué esta lista? Es la bolsa a la que se traslada (informáticamente hablando) a aquellos usuarios que por razones médicas no pueden ser operados.
“Por ejemplo, tengo un paciente al que tengo programada una cirugía, pero días antes tiene un infarto y está tres meses en la UVI”, explica uno de estos facultativos.
Ante una situación como esta y para no penalizar al hospital por la demora que representa esos tres meses en la UVI, “la legislación permite ‘trasladar’ a ese usuario a la lista TNP”. Hasta ahí bien; todo legal.
El problema llega cuando la Gerencia, por cálculos para cumplir objetivos,comienza a movilizar usuarios hacia esta lista sin justificación médica. De hecho, el paciente ni conoce que ha sido removido ya que no tiene ninguna dolencia que le imposibilita la operación; él simplemente acude al hospital a su cita después de, por ejemplo, cinco o seis meses de espera.
La jugada es determinante para rebajar la espera media. Uno de los médicos consultados por este medio (que reclama preservar su anonimato por razones obvias) coloca un ejemplo:
“En enero entras en la lista de espera, en febrero te sacan de ella como TNP sin que tú te enteres, no te vuelven a meter hasta junio y en julio te operan.
Así el hospital contabiliza como un mes de espera el que ha tenido que estar ese paciente”.
La oposición y los médicos coinciden: las listas de espera quirúrgicas de Cifuentes siguen maquilladas
No obstante, un matiz es importante, tal y como señala: el médico no tiene constancia de este movimiento de entrada y salida de pacientes. “La mayoría de mis pacientes tiene que esperar más de seis meses”, evidencia otro de los profesionales como muestra de la realidad que se vive en los centros.
Aun así, los ‘trucos’ no se detienen únicamente en jugar con la lista de usuarios TNP. Cuando las críticas contra este maquillaje se han elevado a lo largo de la legislatura, la Consejería de Sanidad siempre ha salido al paso asegurando que sus datos son "absolutamente reales".
El no confirmar a los pacientes para que entren en la lista
La segunda de las prácticas más “terribles” que han detectado en la sanidad madrileña tiene que ver con el programa informático RULE.
Antes de que la historia médica llegase a las consultas, los médicos al proponer una cirugía tenían que entregar un documento a los usuarios para que lo llevasen a Admisión.
En ese momento, Admisión confirmaba la ‘entrada’ de un paciente a la lista de espera y el tiempo empezaba a contar. Ahora la escena ha cambiado:
“Ahora tecleamos y notificamos la operación, pero Admisión tiene que confirmarlo”. Comienza la jugada.
En Admisión no se confirma al paciente y se busca un momento que a la Gerencia le venga mejor
Y es que una vez que llega a este departamento, el facultativo ya ha terminado su trabajo hasta que vuelva a aparecer el paciente para la cirugía. Sin embargo, según revelan los profesionales, “en Admisión no se confirma al paciente y se busca un momento que a la Gerencia le venga mejor”.
Obviamente, al igual que con los médicos, el personal de este departamento cumple órdenes.
“Son chivos expiatorios. Hay miles y miles de usuarios ‘guardados en un cajón’ esperando a ser confirmados.
Es el fraude más grande”, completa uno de estos médicos.
Es más, las voces consultadas por EL BOLETÍN apostillan que “el engaño está en el inicio”.
“Habría que hacer una auditoría a ver si las personas TNT son por razones médicas o no.
Al igual que se miente en el RULE.
Eso no lo resistiría ninguna auditoría”, afirman. Estas dos prácticas no son las únicas que se están viendo en la actualidad.
Otra de las prácticas denunciadas tiene que ver con “jugar” con aquellos pacientes que acumulan mayor demora.
¿Por qué se hace este maquillaje?
“Si un paciente va a cumplir seis meses, el hospital le ofrece derivarse a un centro privado y si accede, se le saca automáticamente de la lista de espera.
¿Si no acepta? Se le traslada a la lista de rechazo de derivación y así desaparece de la lista estructural”, sentencia otro médico del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS).
El maquillaje impulsado por los altos cargos no se queda ahí, las bajas cifras de espera media (43 días) invitan a la sospecha:
“No me extrañaría que para bajar la media metan a enfermos oncológicos, que se operan en el momento y que los contasen como si hubieran entrado en la lista de espera”.
Los gerentes de los hospitales cobran un plus por objetivos y las listas de espera son el objetivo número uno
Presiones para que entren pacientes con una prioridad y otra o usuarios que ‘desaparecen’ de la lista de espera y cuando se advierte de dicho error empieza a contabilizar de cero culpando todo a un fallo informático son otras dos de las maniobras que estos trabajadores han ido apreciando con la experiencia.
Pese a ello, todo tiene un origen.
Y las fuentes médicas coinciden: los objetivos.
“Los gerentes tienen un interés brutal.
Ellos cobran un plus por objetivos y este es el objetivo número uno”, aseveran.
“Hay una ingeniería terrible, la Administración nunca ha querido ver la verdad y si encima penaliza los malos resultados (se tiene que operar, al menos, el mismo número de pacientes que entran), pues obliga a mentir a los hospitales. Al igual que con los partidos políticos, se hace una contabilidad paralela”, concluyen.
Los retiros dorados que Rajoy prepara a sus adeptos
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- diciembre 26º, 2017
El nombramiento del ya exjefe de Gabinete de Mariano Rajoy, Jorge Moragas, como embajador español ante las Naciones Unidas (ONU) ya se ha consumado.
Después de que el presidente del Gobierno anunciara la maniobra en una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, el propio Moragas vaticinaba que se publicaría en el BOE del sábado. Y no se equivocaba.
El pasado 23 de diciembre, en la víspera de Nochebuena, el Boletín Oficial del Estado recogía el nombramiento. Moragas pasó, en cuestión de horas, de una presunta víctima del 21D a ser el verdadero ganador del Gordo 24 horas después del sorteo de la Lotería.
Y es que, el exjefe de Gabinete de Rajoy cobraba más de 115.000 euros como mano derecha del presidente, pero con su nuevo puesto recibirá más de 200.00 al año.
El salario base de ambos cargos es semejante, pero los complementos salariales aumentan exponencialmente el sueldo de Moragas.
A esto hay que sumarle el plus de tener una vivienda frente al Central Park, máxime si corre a cuenta del Estado español, tal y como recoge El Español.
Pero el de Moragas no es ni el primero ni el único retiro dorado que Rajoy prepara a uno de los suyos. Uno de los más sonados fue el del exministro de Educación, Cultura y Deporte José Ignacio Wert.
Una historia de amor y lujos en París
El 1 de agosto de 2015 el BOE publicaba un Real Decreto rubricado por Felipe VI mediante el cual se nombraba embajador Jefe de la Delegación Permanente de España ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) a Wert Ortega.
Se consumó, así, un dedazo de libro para contentar a uno de los ministros más impopulares y menos valorados del Ejecutivo de Rajoy.
El nuevo puesto incluía vivienda en París, la ciudad del amor, un destino que el propio exministro solicitó porque también había ido allí a trabajar su esposa, Monserrat Gomendio, que además fue uno de sus altos cargos en su ministerio.
La obcecación de Wert en irse a vivir con su esposa a París a vivir su idilio tiene un alto coste para las arcas públicas: el exministro cobra unos 10.000 euros mensuales más gastos de representación y vive en un piso de 500 metros cuadrados en la zona más lujosa de París que cuesta unos 11.000 euros cada mes.
Y además habría que añadir la indemnización que cobró por dejar su cargo de ministro: 4.600 euros.
Pero no se vayan, que aún hay más:
Un retiro vergonzante sin consumar
Tarde y mal. Así dimitió José Manuel Soria, exministro de Industria de Rajoy. Lo hizo después de que su nombre apareciese en los Papeles de Panamá.
Soria lo negó, es escudaba en que lo desconocía en absoluto. Pero antes se pilla a un mentiroso que a un cojo.
Soria anunció que dejaba su cargo en el Gobierno, así como su escaño en el Congreso y la presidencia del Partido Popular en Canarias. Pero Rajoy le tenía una sorpresa preparada: el Banco Mundial.
La propuesta de que el exministro panameño formara parte del equipo directivo del Banco Mundial no es que no gustara a la oposición y a buena parte de la ciudadanía, es que incluso en el seno del PP se generaron diversos núcleos emisores de críticas.
Uno de los que habló con mayor claridad fue el dirigente del PP Vasco Borja Sémper: "Hay cosas que se pueden hacer mejor o de otra manera", sentenció.
Finalmente, fue el propio Soria quien renunció al puesto precisamente por la polvareda generada y la “desproporcionada” utilización política que considera que se hizo de su designación.
Jorge Moragas (17) lleva años siguiendo a Mariano Rajoy a todas partes, como jefe de gabinete suyo que ha sido.
Esta semana, después de las elecciones catalanas —que le conciernen especialmente, porque es barcelonés—, se ha anunciado que dejará el cargo. Se marcha deembajador de España ante la ONU, así que probablemente los próximosclásicos los tendrá que ver en la televisión a miles de kilómetros del estadio.
Esta vez, sin embargo, se despidió en el corazón del palco del Bernabéu con el Real Madrid 0 - 3 Barcelona.
No estaba su jefe, Rajoy, pero no le faltaron compañeros de partido para comentar las jugadas del encuentro.
En la primera fila del palco, donde se sitúan los principales mandatarios, había unos cuantos.
Allí estaban los ministros Méndez de Vigo (13), de Educación y Cultura; y Rafael Catalá (4), de Justicia. También la presidenta de la comunidad autónoma madrileña, Cristina Cifuentes (6)y José María Aznar (20), expresidente del Gobierno —también estuvo presente su hijo, Alonso (40)—.
Un fila más arriba se podía encontrar al exministro de exteriores José Manuel Margallo (8); el ex de Justicia José María Michavila (33) o la que fuera de Medio Ambiente, Isabel Tocino (48), actual vicepresidenta del consejo de Santander España o Pedro Antonio Martín-Marín (32), que fue secretario de estado para el Deporte en época de Aznar.
Tampoco se perdió el encuentro el portavoz del partido en el ayuntamiento de la capital, José Luis Martínez-Almeida (20), sucesor en su cargo de Esperanza Aguirre o Ignacio del Río (43), muchos años concejal en la capital.
El palco 'de Ciudadanos' en el Bernabéu para ver el Real Madrid-Atlético
EC
El consistorio de Madrid estaba especialmente bien representado. Además de Martínez-Almeida en la primera fila, junto al ministro Catalá y Plácido Domingo (1), se situaba Luis Cueto (2), mano derecha de la alcaldesa Manuela Carmena y, por lo tanto, miembro activo de Ahora Madrid.
El PSOE del ayuntamiento también puso su granito de arena, con Antonio Miguel Carmona (18), concejal y último candidato de la formación. A su lado se situó José Carlos Díez (19), economista mediático que asesoró a los socialistas hasta la vuelta a la secretaría general de Pedro Sánchez.
En eso coincide con Carmona, que también estuvo en contra de la candidatura del actual líder socialista.
Incluso con el también presente Óscar López (22), que primero fue uno de los puntales del líder socialista y en las últimas primarias se alineó con Patxi López.
Rodeados de políticos, los sufridores presidentes, Florentino Pérez (11) yJosep María Bartomeu (12), que estuvieron acompañados por el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin (10). Juan Luis Larrea (14), presidente en funciones de la federación de fútbol, comentó durante la semana que no tenía pensado ir al gran partido, pero que una visita de relevancia le había hecho cambiar de opinión.
Se supone que se refería al esloveno, que lleva pocos meses en la asociación europea.
Deportistas y empresarios
La federación, además del presidente interino, se vio representada por su seleccionador absoluto, Julen Lopetegui (35); el director deportivo,Fernando Hierro (30), recientemente llegado al cargo; y el seleccionador de la sub-21, Albert Celades (34).
Del mundo del fútbol también se encontraba Emilio Butragueño (16), director de relaciones institucionales blanco, los exbarcelonistas Ferrer (41) y Amor (42); y Lorenzo Sanz (3), expresidente del club blanco.
El panorama mediático también tuvo una nutrida representación en la zona noble del Bernabéu.
Juan Luis Cebrián (21), expresidente del grupo PRISA, junto a su pareja; José Crehueras (47), presidente de Planeta; Antonio Asensio Mosbah (45), presidente del grupo Zeta; el de Vocento,Santiago Bergareche (28); Casimiro García-Abadillo (7), director de 'El Independiente'; Eduardo Inda (31), director de 'OK Diario'; Enrique de Ybarra, presidente de 'El Correo'; Luis María Anson, exdirector de 'ABC'; o Ana I. Pereda (39), directora de 'Expansión'; o Miguel Ángel Noceda (24), de 'El País'; fueron algunos de los nombres de los medios que no se quisieron perder el encuentro.
El empresariado también tenía algunos nombres comunes en el estadio blanco, como es el caso de José Manuel Vargas (23), expresidente de AENA; Iñigo Meiras (49), director general de Ferrovial; Antonio Vázquez (36), presidente de IAG; Rodrigo Echenique, vicepresidente de Santander; Fernando Martín (37), expresidente del madrid y presidente de Martinsa; Ignacio López del Hierro (44), consejero de Iberdrola y marido de María Dolores de Cospedal; el naviero y vicepresidente del Real Madrid, Fernando Fernández Tapias (5); el directivo del Madrid y expresidente de Fenosa, Pedro López Jiménez (9); el presidente de Sacyr, Manuel Manrique (38); o el director general de Societé Generale en España, Donato González (46).
Otros personajes de la sociedad civil, como el ex fiscal general del Estado Eduardo Torres-Dulce (29) o el alto comisionado de la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros (15), también vieron como el Barcelona arrasaba al Real Madrid en la segunda mitad del partido.
También acudió al partido Marta Silva (50), abogada del estado, antigua directiva del club blanco a la que Piqué señaló como culpable del procesamiento a Messi por defraudar a Hacienda.
De la farándula, algunos clásicos.
Los muy madridistas José Mercé (25) yPlácido Domingo, el cómico José Mota (27) y su fiel escudero el actorPaco Collado (26), más conocido por su papel de 'El Aberroncho'.
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