Thierry Meyssan en Argentina: “Guerras actuales son para destruir a los países, no dominarlos”
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- diciembre 14º, 2017
THIERRY MEYSSAN “EL OBJETIVO LAS GUERRAS ACTUALES NO ES DOMINAR A LOS PAÍSES, SINO DESTRUIRLOS”
Thierry Meyssan es periodista, geopolitólogo, investigador, activista político y presidente fundador de Red Voltaire.
Desde esa plataforma, pero también desde sus diferentes libros e investigaciones, se erigió como una voz alternativa a la hora de analizar la política internacional y, sobre todo, la situación siempre conflictiva y siempre dramática de Medio Oriente.
Exiliado de su Francia natal, Meyssan acaba de publicar en español De la impostura del 11 de septiembre a Donald Trump, libro de próxima aparición en Argentina, en el que se destaca –como escribe el politólogo Alfredo Jalife Rahme en su prólogo– la fascinación de Meyssan por estar “en el epicentro de la acción, bien sea en Teherán, en Beirut, en Damasco, en Trípoli o en los Balcanes”, lo que convierte al autor en uno de los “pocos investigadores en el mundo que pueden ostentar ese doble lujo: la investigación privilegiada, sumada a la fascinación por la acción”.
De visita en Buenos Aires, Meyssan habló con Zoom sobre su mirada respecto a Donald Trump, Medio Oriente, Rusia y el presente y futuro de un mundo en plena mutación.
¿Estaba todo preparado cuando iniciaron la invasión a Afganistán? ¿Podemos hablar de estas guerras como guerras coloniales de ocupación?
Foto: Georgina García | Zoom
Ya no se trata de guerras coloniales clásicas. Estados Unidos no procura ocupar territorios y no pretende llevar su cultura a distintos lugares.
Los grandes sistemas coloniales edificaron cosas enormes, suntuosas, en los países que ocuparon, pero Estados Unidos no, no ha edificado ningún monumento en ningún lado.
Desde el 11 de septiembre está en un proyecto diferente, proyecto que imaginó un almirante, la persona que transformó el ejército estadounidense en un ejército de alta tecnología.
Decía que para asegurar la seguridad de Estados Unidos bastaba con extorsionar a los países ricos.
Es una idea increíble, pero muy sencilla.
La primera vez que leí estas cosas me parecieron ridículas. Parecía un insulto para meterle miedo a la gente, pero en los últimos años es esto lo que sucedió, exactamente, en el Medio Oriente.
El Pentágono dividió al mundo en dos, de un lado los Estados estables, la OTAN y sus aliados y los grandes Estados que no se pueden atacar porque se defenderían, India, África del Sur, Brasil, Rusia y China.
Estos países necesitan materia prima y energía para su desarrollo, por lo que les decían “adelante, que vengan a buscar lo que necesitan en esta enorme reserva de materias primas en el mundo que estamos construyendo”.
El día que Argentina necesite níquel de algún lugar, ¡adelante, bienvenido!, pero tendrán que pagarle primero al ejército de Estados Unidos para su seguridad.
Allí viene el caso de los ejércitos privados, los mercenarios que llaman contratistas.
Sí, de eso se trata. En esta reserva de materias primas ya no habrá ningún poder organizado, será el caos.
Si sigue así, ustedes directamente van a morir porque necesitarán la protección de Estados Unidos.
Es lo que pasa hoy en Medio Oriente, en Europa. ¿No parece Europa una colonia de Estados Unidos?
¿Cómo los europeos pueden conseguir el petróleo de Libia, por ejemplo?
Tienen que pasar primero por el ejército norteamericano.
Un peaje, como se dice aquí. De alguna manera se puede decir también que ellos participaron en la destrucción de la Unión Europea para poder manejarla mejor. ¿La guerra la está pagando Europa, está pagando las armas que utiliza Estados Unidos?
Absolutamente. No le cuesta nada a Estados Unidos.
El objetivo de estas guerras no es dominar a los países, sino simplemente destruirlos. Mira al Medio Oriente, se invadió Afganistán porque los talibanes no permiten que las muchachas se pinten la uñas, eso lo dijo la señora Bush.
Se destruyó Irak porque tenían armas de destrucción masiva y hoy lo ataca con misiles Estados Unidos. Cosas ridículas.
“Se destruyó Irak porque tenían armas de destrucción masiva y hoy lo ataca con misiles Estados Unidos. Cosas ridículas”
El caso libio es muy dramático.
Al final lo que se ve de estas guerras son ciudades destruidas, destruidas hasta el nivel de Stalingrado cuando la Segunda Guerra Mundial, y generalmente el resto del país está intacto.
Ciudades destruidas hay en Afganistán, en Irak, en Tunez, en Egipto, en Libia, en Siria, en Yemen, pero también las hay en Turquía y aún, incluso en Arabia Saudita.
Cada vez dan una explicación distinta, pero es el mismo resultado donde quiera. Es asombroso.
En Damasco uno puede pasear con la sensación de que no se trata de un país en guerra, cuando uno va al barrio cristiano hay que cruzar una avenida y de pronto te encuentras en Stalingrado, de una vereda a otra la diferencia es total.
Esto se vio claramente en la destrucción el patrimonio cultural de muchos de estos países. ¿Por qué cree que se hizo esto?
Hay varios motivos para esta agresión cultural. Los Hermanos Musulmanes tenían el apoyo de Arabia Saudita, en los años 60 se crea la Organización Islamista Mundial.
Hace dos años esta organización tenía un presupuesto más importante que el del ejército saudí. Este dinero le servía para tener mezquitas dondequiera, pero, sobre todo, para financiar ejércitos de yihadistas, a la vez en el mundo árabe y en el mundo eslavo, grupos para ser utilizados en Chechenia.
Los saudíes son beduinos del desierto y en el desierto la historia no existe. Por lo tanto, no tiene que haber recuerdos visibles de épocas anteriores.
Hace algunos años los saudíes destruyeron en la Meca la casa del profeta Mahoma.
Todas las huellas de la historia deben borrarse. La cultura cero.
Los Hermanos Musulmanes, pagados por los saudíes, han hecho lo mismo en todas partes.
Además, está la voluntad del Estado de Israel de erradicar todo lo que no sea judío de toda la región.
¿Este es el plan para todo el Medio Oriente?
Foto: Georgina García | Zoom
El Estado de Israel no tiene la historia que uno se imagina. Uno se imagina que el sionismo es un proyecto judío y no es el caso.
El primer jefe de Estado que pidió la creación del Estado de Israel en Palestina, en el siglo XVII, era Oliver Cromwell.
Este proyecto los ingleses lo mantienen desde hace varios siglos
Benjamín Disraeli, que era el primer ministro de la reina Victoria, impuso en la agenda la creación del Estado de Israel en la Conferencia de Berlín en 1885, y Otto von Bismarck fue el que se opuso a eso.
Hubo que esperar a la primera guerra mundial para que llegara la Declaración Balfour británica de los Catorce Puntos por parte del presidente Wilson.
Son dos textos publicados a pocos meses de distancia.
En esta declaración de Catorce Puntos se dice que se le va a dar una patria, un país, a los pueblos oprimidos por los turcos.
Hay que crear tres países: Armenia, Kurdistán e Israel. En ese momento, Estados Unidos se asocia al proyecto británico.
Y en ese momento las organizaciones judías aceptan lo que estaban preparando los británicos, pero hasta entonces los judíos estaban en contra.
Para los británicos, cuando se crea el Estado de Israel, se trataba de crear un Estado pirata. Utilizan a Israel para desarrollar o mantener su imperialismo en la región.
Hubo entonces conflictos entre Israel y los británicos, pero, en definitiva, siempre es el punto de vista británico el que triunfa en esos años y hoy en día Israel sigue estando al servicio de británicos y Estados Unidos.
¿Cómo es la situación actual en Siria?
El proyecto estadounidense fue concebido para toda la región, pero los árabes y los afganos, por ejemplo, no tienen nada que ver unos con otros, y entre los árabes, entre beduinos y gente de la ciudad, no hay nada común tampoco.
Estados Unidos consiguió, exactamente lo que quería en cada lugar donde había una sociedad organizada en tribus. Esto fue en Afganistán, en la parte suní de Irak, en Yemen y Libia. Ahí eso funcionó perfectamente. El caso de Kurdistán es un mito.
Kurdistán existe, pero está en Turquía, no se encuentra en Irak.
Donde hay una cultura Estados Unidos se enfrenta a esa cultura existente, es lo que pasa en la parte chiita de Irak y es mucho mayor aún en el caso de Siria, porque en Siria fue donde se inventó la idea de Estado hace 8000 años.
En aquel entonces eran ciudades naciones lo que existían.
Hay una continuidad absoluta del Estado Sirio desde hace 3000 años. Estados Unidos solamente cuenta con 200 años.
Hay reflejos en la población que Estados Unidos no había imaginado. Se trata de reflejos, de actitudes reflejas.
Nadie dio explicaciones, nadie dijo nada y cada cual sabía lo que tenía que hacer.
¿Esa sería la fuerza de la resistencia siria?
Piensa que sólo los pueblos que tienen una historia larga pueden resistir estas guerras. Eso es imprescindible. Al principio de la guerra en Siria la gente se creyó lo que veía por televisión, especialmente en los canales internacionales.
Todos les decían: “Hay una revolución andando en vuestro país”. Entonces la gente decía: “Bueno será en el pueblo de al lado, porque en el mío no es”.
“Todos les decían a los sirios: ‘Hay una revolución andando en vuestro país’. Entonces la gente decía: ‘Bueno será en el pueblo de al lado, porque en el mío no es’”
Fue muy fuerte el poder que les dieron a los medios
Sí, en principio había grupitos que cometían pequeños atentados en distintos lugares. No eran cosas peligrosas, sino acciones simbólicas contra los puntos que representaban al Estado, por ejemplo, dinamitar una estatua a Háfez al-Ásad, fundador de la Siria moderna.
En 2011 se señala en Damasco que en un edificio determinado hay un grupo de gente que está preparando atentados a 800 metros de donde yo vivía. El ejército llegó, asedió el edificio e hicieron salir a todos los habitantes del edificio.
Hay un apartamento donde los terroristas se encerraron. Era el final del día y el ejército no los quería atacar durante la noche porque no tenían ninguna visión nocturna, entonces la gente fue a dormir en casas de los vecinos, los helicópteros estuvieron rondando toda la noche y desde ese apartamento había una transmisión directa por satélite, la gente que estaba encerrada ahí hablaba directamente con la cadena de Qatar, Al Jazeera, contando que había una batalla tremenda, muertos donde quiera, tiros y disparos por todas partes. Y no había nada.
¿Era un típico armado de los medios en su participación en la guerra?
Absolutamente. Entonces, por la mañana, el ejército da el asalto y resultan muertos todos. Mis amigos fueron a hacer un reportaje inmediatamente. No sabían a quién hacerle preguntas, entonces le preguntan a la gente que estaba volviendo a sus casas: ¿Qué fue lo que usted vio, qué pasó?
Y empiezan a contar “¡Oh! Una batalla tremenda, tiros durante toda la madrugada. Había 40 muertos aquí en la calle” ¿Usted vio a los muertos? No, decían y sólo bastaba con que hubieran abierto las persianas y se daban cuenta de que no estaba pasando nada.
Eso se parece a aquella supuesta toma de Trípoli, que se armó como escenografía en Qatar para decir al mundo que todo había terminado. Habían creado la Plaza en una escena cinematográfica y era mentira…
Foto: Georgina García | Zoom
Sí, la misma técnica, pero en Siria fueron un poquito más lejos.
El plan de los británicos era que cayera el gobierno sirio solamente a base de videos.
En Libia habían utilizado imágenes de estudio para hacer creer que habían tomado Trípoli, por eso la batalla de Trípoli fue tan rápida, porque la gente pensaba que ya había perdido.
El plan era cortar la televisión siria y difundir en las mismas ondas una falsa televisión siria. Hicieron lo mismo con radios en Cuba. En Qatar habían filmado las imágenes y habían preparado imágenes sintéticas, se veía al presidente Badhar al-Asad abdicando y se lo podía ver subirse a un avión y darse a la fuga. En Siria todo el mundo ve la televisión por satélite y exclusivamente por satélite cortaron la señal
Cortaron también la agencia de noticias siria.
Sí. Era más fácil hacerlo en Internet. Entonces cortaron la señal del gobierno egipcio y Arabsat, que pertenece a la liga árabe.
Enviaron una nueva señal a los satélites desde una base de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos), que está en Australia. De pronto, ya no había ningún programa, no se sabía nada. Iban a ver la señal del derrocamiento del gobierno sirio de esta manera.
Entonces se me encargó organizar una gran operación con el ministro de la Información a través de un usuario y por un sistema que algunos podían captar en el techo de sus casas por las antenas axiales.
¿Tuvieron que recurrir a la imaginación?
Así fue. Se dijo: “Va a haber una operación para invadir al país, no deben creer en nada de los programas siguientes. Tienen que averiguar, verificar quiénes son los presentadores y tienen que verificar siempre que la radio diga lo mismo que la televisión”.
Tuve que volver a instalar la antena donde quiera, pero era demasiado tarde, y le preparé una carta al Consejo de Seguridad porque hay tres resoluciones de la ONU de los años 60 que prohíben la propaganda de guerra.
El gobierno mandó una carta a todos los miembros de la Asociación Amigos de Siria que son, de hecho, los enemigos de Siria. Los invitaba a una conferencia en Moscú y les anunciaba que el primer tema sería la propaganda de guerra y que si se utilizaba esta propaganda de guerra sería la guerra mundial, y ahí todo se detuvo.
Una acción extraordinaria de la que nada se sabe.
Esto era el resultado de un año entero de desestabilización mediática. La manera en que ellos supieron resistir en ese momento. Dio un impulso muy grande a la manera en que la población resistió. Hasta entonces la gente decía, “Bueno va a pasar lo mismo con el gobierno derrocado como en Egipto, Tunez, etc. Qué le vamos a hacer. Van a llegar los Hermanos Musulmanes”. Las mujeres se empezaban a poner velos, se estaban preparando. Eso se dio en abril de 2012.
En febrero de ese año fueron las elecciones sirias con participación de los partidos democristianos, socialistas y comunistas, donde en medio de la guerra ganó por más del 80 por ciento el apoyo de todos esos partidos el presidente A Bashar Al Asad.
Foto: Georgina García | Zoom
Así fue. En julio hubo un ataque muy fuerte contra Damasco con 40 mil hombres que venían de Jordania para tomar la ciudad y ahí la población se rebeló.
Al principio, la gente se creía todo lo que les contaban, pero llegó un momento en que eso ya no era posible. Cuando llegaron estos atacantes, la gente permaneció en sus casas, pero avisaba a la policía de todos los movimientos. Hubo una batalla muy violenta, pero se pudo defender la ciudad.
Otro caso importante fue lo de Alepo. ¿puede contarlo?
Alepo es un caso particular. Los turcos querían anexar Alepo. Cuando se crea Turquía a finales de 1919, después de la primera guerra mundial, tras la destrucción del Imperio Otomano, Mustafá Kemal Atatürk hizo prometer a los dirigentes anteriores de conservar esta región para Turquía.
Por eso ellos querían reconquistar Alepo. Hay ahí comunidades turcomanas, hablando turco y viviendo en Siria.
Es el único caso de extradición nacional por una minoría.
Los turcomanos de esta zona dejaron entrar a los yihadistas dirigidos por los turcos, entonces ahí saquearon la ciudad de manera metódica, fue eso. Los servicios secretos turcos llegaron con camiones y se llevaron todos los equipos de las fábricas, todo fue robado y llevado a Turquía, así ya no había ninguna economía posible y una parte de la ciudad fue ocupada por los yihadistas. Eso duró unos tres años.
Fue terrible para la población civil, porque ya no había nada. Muy poca electricidad y agua durante cuatro horas, dos veces a la semana. Una gran destrucción. También había sido muy cruel para la población lo sucedido allí. Esto es todo el modelo.
Ahora Estados Unidos, después de destruir Medio Oriente, tiene que asaltar otras regiones.
Tiene dos proyectos, Tailandia, Camboya son unas de esas regiones, y también la parte noroeste de América Latina.
En su libro aborda los sucesos del 11 de septiembre y su impacto global. ¿Para qué cree que le sirvió este hecho a Estados Unidos?
Podría decir que los que tomaron el poder después del 11 de septiembre son puritanos. Lo importante, tras la imposición del Acta Patriótica, no es en realidad la gran vigilancia sobre la población que esto autorizó, sino el hecho de que llevó a la suspensión de diez artículos de la Constitución.
Cuando la Constitución de Estados Unidos fue redactada era un puritano quien custodiaba el texto, explicando que no debía haber democracia en este o aquel punto. Pero la gente que había hecho la Guerra de Independencia se rebeló contra esto.
Se adoptaron las diez enmiendas, que garantizan que la persona puede volverse en contra de la razón de Estado.
Y eso es lo que se ha destruido el 11 de septiembre. Hasta el gobierno de Trump han gobernado los puritanos.
Para la política exterior esto fue gravísimo, como la declaración de la guerra antiterrorista, infinita y sin fronteras. Ya en 1992 Paul Wolfowit sostenía que era el momento de Estados Unidos para desarrollar una política de dominio mundial.
¿Cuánto sirvió ese 11 de septiembre para lo que sigue ocurriendo hasta ahora? ¿Cuánto sirvió para llevar adelante las guerras de este siglo, los nuevos esquemas de cuarta generación, entre otros?
En el momento de la operación Tormenta del desierto, George Bush redactó un informe para Bush padre donde explicaba que “Estados Unidos debía dominar el mundo no siendo los mejores, sino los primeros”.
Era una idea extraña, decía que “incluso debemos hacernos daño a nosotros mismos si es que esto nos permite ser superiores a los otros”.
Este método de destrucción de las relaciones internacionales ha funcionado desde el 11 de septiembre hasta la elección de Donald Trump.
Cuando llega Trump viene con un proyecto muy diferente, un modelo mejor pero no perfecto.
La idea de Trump es que hay que acabar con todas las acciones del imperialismo estadounidense y volver a un sistema republicano, por ejemplo él le puso fin al Tratado Transpacífico
[N. del E.: esto explica el enfrentamiento del Establishment globalista anglonorteamericano político y mediático contra Trump. Hillary Clinton respondía a este Establishment (CFR, Wall Street, City de Londres), mientras que Trump plantea un orden tripolar, un G3 con Rusia y China, proteccionismo económico y llevar a la quiebra a parte de los bancos norteamericanos cuando estalle la burbuja financiera, lo que convendría a su vez al sector europeo de la casa Rothschild que terminaría con parte de su competencia y explica en parte también la alianza de Trump con el sionismo].
Advirtió que tenían que tener relaciones de cooperación y no de rivalidad con China y, a cambio, China acaba de bajar sus derechos aduaneros. Es un esfuerzo de pacificación.
En política interior él cree que hay que edificar Estados Unidos según el modelo de los tiempos de la independencia.
Estados Unidos tiene que ser un país de lengua inglesa y con la cultura de Europa del Norte. Se está reactivando el conflicto entre cultura del norte de Europa y cultura hispánica.
Sigue la guerra entre Estados Unidos y España a través del caso mexicano. Esto se puede concretar con la salida de California de Estados Unidos. Porque en California todos hablan español.
En ese análisis donde habló de la “destrucción”, Bush estaba reconociendo que a partir de ese momento iban a utilizar el mismo esquema que utilizaron para entrar en la guerra de Vietnam, es decir, volviendo a los atentados que nosotros llamamos de falsa bandera.
Foto: Georgina García | Zoom
En estos últimos siete años Estados Unidos ha utilizado los atentados de falsa bandera de una manera increíble.
Con ayuda de los británicos han organizado el Movimiento Israelita que destruyó todo el Medio Oriente, pero el yihadismo tiene su historia.
En 1948 los ingleses constituyeron una sociedad secreta en Egipto para asesinar a distintos dirigentes, y después siguieron utilizando esta misma sociedad, por ejemplo, en Pakistán. Era una sociedad secreta compuesta simplemente de asesinos.
En 1978 Zbigniew Brzezinski decidió utilizar estas tropas para atacar a los rusos en Afganistán.
Trajo de Egipto y otros países árabes a esos combatientes para atacar el régimen comunista de Afganistán y, en reacción, este gobierno comunista pidió la protección de la Unión Soviética.
Esto degeneró y dio lugar a la guerra que todos sabemos. Y cada vez más Estados Unidos ha acudido a esta organización secreta.
Los combatientes árabes de Afganistán se fueron a Yugoslavia. Hubo un desfile de la Legión Árabe en Srebrenica.
El jefe de estos árabes era uno de los Hermanos Musulmanes, Osama Bin Laden. Durante la guerra de Bosnia-Herzegovina, el presidente Alija Izetbegovic, que era un hermano musulmán, tenía de consejero militar a Osama Bin Laden.
El francés Bernard Mogilevich era su consejero mediático y Richard Perle era su consejero diplomático.
La misma organización fue utilizada en la guerra de Kosovo y en la guerra civil argelina.
Sobre la guerra contra Yugoslavia ha habido un gran silencio, ¿Cree que allí está desarrollado lo que luego se aplicó, incluyendo el silencio?
La guerra de Yugoslavia fue lo que inició, después, todo lo que se vio en las primaveras árabes con las mismas personas.
Durante la guerra de Kosovo la persona que hacía la comunicación entre la OTAN y los Hermanos Musulmanes era un oficial turco y ese señor es ahora el jefe de los servicios secretos de Recep Erdogan.
¿Es algo así como una historia circular?
Sí, sí absolutamente. Esta organización era visible, no se ocultaba. Hubo un tiempo en que se hablaba de Londres como el Londonistan, porque en Londres estaban todos los dirigentes de los Hermanos Musulmanes, y los servicios secretos Británicos los controlaban perfectamente. Bin Laden tenía su despacho en Londres hasta finales del 99, incluso más tarde.
¿Hasta 1999? ¿Podría decirse, desde su punto de vista, que era un agente británico?
Agente de Londres y de Estados Unidos, ¿no? Había una relación directa entre Bin Laden y la familia Bush.
Sí. Las familias Bush y Bin Laden hicieron muchos negocios juntos. El hermano mayor de Bin Laden era el asociado de Bush Junior para la construcción de un aeropuerto en Texas.
En su momento yo sostuve que Bin Laden no era ese anciano que mataron en el ataque de los marines en la supuesta residencia en Pakistán. ¿Es así?
Es así. Evidentemente no era Bin Laden. Este murió en 2001, estaba muy enfermo, con una enfermedad renal. Conozco a una persona que lo visitó en el Hospital Americano de Dubái, dos meses antes de los atentados, y es un jefe de Estado de Medio Oriente. Lo recibió Bin Laden en el hospital con la protección de la CIA. Después se fue a Pakistán y lo cuidaban en el hospital militar de Rawalpindi, donde murió unas semanas más tarde.
Hay oficiales del MI6 británico que fueron a su entierro, pero se mantuvo con vida al personaje cuando el 11 de septiembre enseñan un video con un individuo que se le parece y le hacen decir: “Soy yo el que hice todo”. Pero no era Osama.
Después, Al Jazeera difundió de manera regular filmaciones y audios. Es muy fácil saber si se trataba de él o no, el sistema bancario internacional tiene un sistema muy efectivo de reconocimiento de los rostros, la sociedad que hace esa identificación se encuentra en Suiza y ellos no tienen ninguna duda de que en diez años varias personas pretendieron ser Bin Laden, pero no se trata nunca de la misma persona.
Es un escenario de una enorme complejidad. ¿Cómo estructuró su libro?
Expongo en el libro lo que entendí en estos siete años, pero es tan complicado que no sabía cómo contarlo. ¡Es algo tan distinto de la manera de pensar de antes!
Por eso hago tres veces el mismo relato, pero con niveles de conciencia distintos, porque entendí lo que estaba pasando poquito a poco.
Primera parte, los acontecimientos vistos desde París por el gobierno francés. Los franceses no sé si no tenían el menor conocimiento de lo que estaban preparando Estados Unidos y los ingleses, fueron manipulados porque los franceses eran la rapiña personal.
Esa parte puede parecer un poco larga para el lector latinoamericano, sería más afín a los lectores franceses, pero es el nivel de conciencia del cual parten los argentinos, más o menos.
La segunda parte es la historia de los Hermanos Musulmanes; existen muchos libros sobre el tema, pero país por país.
Por primera vez relato la historia desde un punto de vista de conjunto. Y la tercera parte es la reacción de cada jugador en este partido.
Hay Estados que se limitan a tratar de aprovecharse de la situación, como Turquía, mientras otros tienen una visión estratégica a muy largo plazo y son los únicos que no se van a dejar llevar por las apariencias, como China y Rusia. Lo que trato es de mostrar la complejidad de las relaciones internacionales. En este caso y, sin duda, es muy difícil.
Fuente: https://www.revistazoom.com.ar
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