Hace hoy una semana este blog recogía la noticia, silenciada por los medios oficiales, de que una extraña ola radiactiva se está extendiendo por toda Europa sin que se haya informado de cuál es la causa.
El blog "Donde la verdad nos lleva" publicaba ayer una hipótesis acerca del origen de la misteriosa radiación que se expande por el continente.
Se trata de una información que conviene tomar con cierta precaución, pero que se presenta como la única explicación plausible una vez descartadas las alternativas que yo mismo sugería en la segunda parte de la entrada DESINFORMACIÓN ABSOLUTA ACERCA DE LAS DOS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL MOMENTO. No se puede acusar al blog hermano de no jugarse su -merecida- reputación.
Se trata del isótopo radiactivo yodo-131 con capacidad para generar diversos tipos de cáncer, especialmente el de tiroides.
Inmediatamente se han encendido las alarmas por toda Europa, se han revisado todas aquellas fábricas y centrales nucleares susceptibles de alguna fuga radiactiva, con resultados negativos hasta el momento.
Incluso se ha especulado con algún plan secreto de alguna de las superpotencias para fomentar la reducción de la población en los próximos años a través del incremento de enfermedades como el cáncer.
También se ha especulado con alguna prueba nuclear secreta rusa.
Pero ninguna de estas especulaciones tiene ningún peso específico y os voy a demostrar por qué.
La radiactividad lleva semanas produciéndose.
En ese tiempo diferentes aviones militares especializados en detección de isótopos radiactivos han sobrevolado toda europa en busca del foco sin resultados.
Lo que descarta la fuga en alguna instalación nuclear.
En cuanto el plan secreto para reducir la población, no creo que en este momento se esté planteando ese escenario mediante una fuga radiactiva.
La élite busca reducir la población progresivamente, es cierto, pero ya cuenta con otros métodos perfectamente asimilados por el rebaño aborregado como son los chemtrails.
Los medios rusos se han hecho eco de la situación al igual que los medios occidentales. Esto indica que el asunto es algo de un nivel secreto muy alto.
Muy por encima de una hipotética prueba nuclear detectable incluso por satélites espía fácilmente. Sin necesidad de enviar aviones, a no ser que sea algo en el interior del mar.
Desde “donde la verdad nos lleva” hemos descubierto que el foco de la emisión de la radiactividad no se encuentra en el mar Ártico como se creía en un primer momento.
El posible foco de la radiactividad estaría en el mar Báltico y de ahí se ha expandido en todas direcciones.
Lo sabemos porque los vuelos de reconocimiento militares especialistas en detección radiactiva y electromagnética llevan días centrándose en esa zona en concreto, el mar báltico.
Aquí tenéis los datos.
Vuelo del avión militar de la RAF, especialista en detección radiactiva y electromagnética, destino mar Báltico, hace 72 horas.
RAF RC-135W ZZ665 RFR7112 departed Waddington - Baltic missionRAF RC-135W ZZ665 RFR7112 departed Waddington - Baltic mission— Mil Radar (@MIL_Radar) 24 de febrero de 2017
Segundo avión de reconocimiento, esta vez de la USAF, destino mar Báltico, hace 72 horas.
Y ahora viene la gran pregunta. USAF RC-135W 62-4138 DELF68 departed Mildenhall at 0710z - Baltic missionUSAF RC-135W 62-4138 DELF68 departed Mildenhall at 0710z - Baltic mission pic.twitter.com/NmWgejedw1— Mil Radar (@MIL_Radar) 24 de febrero de 2017
¿qué hay en el mar Báltico que puede ser susceptible de originar esta radiación?.
Algo que se llama “la anomalía del mar Báltico”, una extraña estructura metálica de origen desconocido, encontrada en las profundidades marinas de esa zona en 2011.
Según los descubridores de la “estructura metálica desconocida”, los aparatos eléctricos dejan de funcionar en las inmediaciones del hallazgo.
No deja de ser curioso que justamente en 2011 se detectó una fuga radiactiva de origen desconocido, exactamente del mismo isótopo, el yodo-131.
Punto exacto donde se encuentra la anomalía del Mar Báltico
Algo que ha pasado desapercibido para todos menos para este blog.
Aquí tenéis la noticia del año 2011, el mismo año del descubrimiento de la anomalía del báltico.
Debido a lo extraordinario del descubrimiento, las autoridades del sistema deudocrático se apresuraron a dar una “explicación oficial” de algo absolutamente desconcertante para la comunidad científica.
La anomalía del báltico simplemente era “un depósito glaciar”, (sic).
Pero justamente hace un año, nos encontramos con que las autoridades rusas declaraban alto secreto todo lo relacionado con la “anomalía del mar Báltico”. Algo estaba sucediendo allí que debía ser ocultado.
Desde entonces los rusos se han encargado de la investigación de la estructura metálica submarina de manera confidencial y secreta.
En este punto debemos lanzar la siguiente pregunta.
¿qué han hecho los rusos con esa estructura?.
¿han intentado acceder a ella y han accionado por accidente algún mecanismo de autodefensa de este extraño objeto milenario?.
Seguiremos muy de cerca este extraño suceso.
Moscú declara secreto la misteriosa anomalía del Báltico
La extraña estructura circular de 60 metros de diámetro y 8 de altura fue descubierta el 19 junio de 2011 en el Mar Báltico.
En concreto en el golfo de Bothnia, entre Suecia y Finlandia, por la empresa de cazatesoros suecos “Ocean X Team” dirigida por Peter Lindberg y Dennis Asberg.
El sonar de barrido lateral utilizado para descubrir pecios detectó a 90 metros de profundidad algo extraño que interfería los equipos eléctricos.
El buzo profesional Stefan Hogerbotn aseguró que “cualquier circuito eléctrico dejó de funcionar cuando estábamos encima del objeto”.
Durante la expedición se detectaron fallos de transmisión con el teléfono satélite de la nave Ancylus, en el sónar del robot submarino, en el ordenador de buceo y en la videocámara en las cercanías de la formación.
Una misteriosa estructura circular de 60 metros de diámetro dispara las especulaciones sobre una nave extraterrestre que se estrelló en el mar
En relación al material de la estructura, las informaciones son contradictorias. Los buzos obtuvieron un pequeño fragmento para su estudio por el geólogo Steve Weiner, quien descartó que fuese una formación geológica natural.
“Es un tipo de metal que la naturaleza no puede producir por sí misma”, dijo concluyente.
Sin embargo, el geólogo Volker Brüchert, de la Universidad de Estocolmo, asegura que las muestras que examinó se componían principalmente de granito, gneiss y arenisca, y reprochó que se hubiese “ignorado” parte de sus conclusiones a la hora de dilucidar el origen de la formación.
Finalmente, el propio director de la expedición, Peter Lindberg, afirmó que no se han extraído muestras de la formación misma y que, por tanto, no era posible para nadie, dilucidar su origen.
Las redes sociales suecas aseguran que Lindberg tiene miedo de su descubrimiento y trata de quitar importancia al mismo.
Estas afirmaciones se verían respaldadas por los fracasos de dos expediciones sucesivas.Cinco años después no se han hecho públicos los análisis del material de la misteriosa estructura
La segunda tuvo lugar el 9 de julio de 2012, con la intención de recoger muestras de la estructura. Lindberg se limitó a señalar que no había sido posible.
Una tercera exploración se llevó a cabo entre el 9 y 14 de septiembre del mismo año, pero inexplicablemente fue abortada con el argumento de que el mal tiempo impedía el trabajo de los buceadores.
Dos expediciones fallidas
En medio de este ambiente de secretismo y expediciones fallidas, el Ministerio de Defensa ruso ha declarado secreto todo lo concerniente a la misteriosa “anomalía del Báltico”, según medios de inteligencia europeos.
La extraña forma de la estructura, las interferencias electromagnéticas que produce y el ocultamiento de los análisis del material, han disparado en estos cinco años todo tipo de especulaciones.
Los equipos electrónicos dejan de funcionar en las cercanías del objeto
Todo un ejercicio de desinformación para ocultar la realidad de la bautizada como “anomalía del mar Báltico”, que enseguida atrajo la atención de los servicios de inteligencia estadounidenses y rusos, que han investigado con submarinos el lugar.
La posibilidad de que se trate de un “Roswell oceánico” ha abierto la puerta a la hipótesis de que estemos ante una nave alienígena que al perder el control y entrar en la atmósfera terrestre a una enorme velocidad alcanzó una elevada temperatura.
Una estela de 400 metros
Al impactar contra el agua su estructura metálica se habría mineralizado. Curiosamente, el equipo de Peter Lindberg y Dennis Asberg han descrito una estela de 400 metros en el lecho marino como si tras su impacto, el objeto se hubiera deslizado hasta quedar varado.
El sedimento marino que arrastró en su recorrido habría formado el pequeño promontorio en el que descansa.
Desde el primer momento se descartaron como causantes las corrientes marinas del Báltico, ya que no son capaces de arrastrar objetos de esa dimensión o una estructura pétrea que se deslizó hasta el mar por un glaciar hace miles de años.
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