Tras el fracaso del Gobierno del Acuerdo Nacional de Libia, la OTAN tiene otro problema en este país árabe: la hija de Muamar Gadafi, Aisha.
Tras cuatro años de silencio, en 2016, Aisha, a través de una carta desde Eritrea, donde residía en ese momento, exhortó a los libios a oponer resistencia a Occidente y se proclamó a sí misma como la heredera de Muamar y "la madre de Libia".
Después de eso, el canal BBC divulgó nuevas imágenes del linchamiento de Muamar Gadafi, mientras que la OTAN, al conocer de la carta, convocó una reunión extraordinaria en los Países Bajos para discutir la situación en Libia, escribió en aquel entonces Mirror Spectrum.
"Aisha representa una amenaza real dado a que es la única de todos los hijos del líder que podría influir en los ánimos de los libios", según el portal ruso MirTesen.
"Ella con la naturaleza maternal propia de las mujeres es capaz de defender a sus hijos libios. Educada en la Sorbona, Aisha ya ha anunciado la creación de un Gobierno oculto en Libia y fuera de sus fronteras", explicó Mirror Spectrum.
Antes de que se produjera el golpe de Estado en el país árabe, circulaban rumores de que precisamente 'la Cindy Crawford de África del Norte' encabezaría la nación después de su padre.
Siempre elegante y vestida a la moda, en 2011 Aisha cambió su imagen de modelo y se puso el velo islámico.
Después de que la capital libia de Trípoli fuera tomada por los rebeldes, Gadafi ordenó a Aisha huir del país.
En los bombardeos realizados por la OTAN en Libia en 2011 ella perdió también a su esposo y a uno de sus hijos.
Las nefastas profecías de Gaddafi “se cumplen con precisión”, según advierte su primo
Por RT
En su día, Gaddafi advirtió que Libia se desintegraría si lo derrocaran. Ahora, el país sigue sumergido en una guerra “alimentada por las fuerzas prooccidentales”, señala Ahmed Gadaf al Dam.
En su día, Gaddafi advirtió que Libia se desintegraría si lo derrocaran.
Seis años después del inicio de las manifestaciones y los enfrentamientos, Gadaf al Dam confirma que ese país norteafricano sigue sumido en una guerra “alimentada por las fuerzas prooccidentales” en la que “no hay ganadores”.
Occidente no quiere
que el conflicto en Libia termine
“El mundo debe pedir perdón a Libia”
Así, la comunidad internacional debe “pedir perdón por todas las cosas que les hicieron a los libios” y comenzar a corregir sus errores, opina el primo del exlíder.
Por RT
La doble moral de las onegés
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- octubre 25º, 2011
La doble moral de los integrantes de la cúpula de las Organizaciones No Gubernamentales, ONGs, quedó al descubierto tras el asesinato deMuamar Gadafi, porque hicieron circular muchos correos donde reconocieron la injusticia que se cometió al invadir Libia en vista que el líder de la revolución verde instaló un gobierno ejemplar, pocas veces visto en la historia de la humanidad.
Vale recordar que tras la brutal invasión y destrucción de Libia como país, el 20 de octubre del 2011, Gadafi fue atrozmente asesinado por un grupo de contrarrevolucionarios que lo capturaron en Sirpe.
La noticia de su muerte dio la vuelta al mundo y generó muchísimas reacciones y diversas opiniones.
En Nicaragua, el presidente Daniel Ortega condenó el asesinato de Gadafi, pero varias personas expresaron en público su alegría por la muerte de Gadafi, al que señalaron de dictador, solo por el hecho de que éste era amigo personal del presidente de Nicaragua y uno de líderes que brindó valioso apoyo al gobierno del FSLN.
Entre las personas que se alegraron por el cobarde asesinato del líder libio, sobresalen varias que integrantes de la cúpula de la llamada “sociedad civil”, integrada en su mayoría por ONGs que reciben apoyo económico del exterior.
Esas personas que en público se alegraron por el asesinato de Gadafi, ahora cirtican el hecho de que un sobrino del líder libio, Mohamed Lashtar, sea asesor privado para asuntos internacionales del presidente Ortega.
Pero, lo curioso del caso es que para esos días, algunos miembros de la cúpula de la “sociedad civil” se escribieron por correo electrónico, reconociendo el gobierno ejemplar de Muamar Gadafi.
Hola, te mando este correo para hacer el balance, sobre lo que no se dice de Gaddafi. Es bueno tener información aparte de la que dicen los periodicos y los noticieros, asi se tiene un mejor entendimiento de lo que acontece en el mundo.
Después de cuatro décadas de Gaddafi y antes de la invasión de la OTAN el 2011, (por EUA, España, Francia, Italia, Alemania, etc.), Libia tenía el nivel de vida más alto de África, más alto que Rusia, Brasil y Arabia Saudita.
5-. Gaddafi prometió una casa a todos antes de poner una casa para su padre y mantuvo su promesa: su padre murió sin casa.
9-. Si los libios no podían hallar educación o atención médica del nivel adecuado que necesitan, el gobierno les daba los fondos necesarios para conseguirlos fuera del país.
12-. Cualquier libio que quería ser agricultor recibía gratis, tierra, una casa, animales, equipo de agricultura y semillas.
13-. El Banco Central de Libia pertenecía a Libia, no como en la mayoría del mundo occidental que pertenecen a una organización de Rothchild.
El banco de Libia lanza moneda sin deuda.
14-. El primer acto de los contrarrevolucionarios fue crear un nuevo banco central de propiedad del grupo europeo Rothchild.
La familia Rothchild es propietaria de la mitad de la riqueza del mundo. Ese banco crea dinero de la nada, sin respaldo, para venderlo con grandes intereses y que los préstamos no se puedan pagar. Los libios, sus hijos y sus nietos, serán esclavos de esas deudas.
17-. Gadafi ya no pedía el pago del petróleo en dólares, sino con otra moneda: Dinar Africano, respaldado en oro.
A esto Sarkozy, el presidente de Francia, lo llamó "un peligro para las finanzas del mundo".
P.D.:
El 1 de julio de 2011, 1.7 millones de libios marcharon en la Plaza Verde de Trípoli para protestar por el bombardeo de la OTAN. Esto es el 95% de la población de Trípoli. Libia sólo tiene cinco millones de habitantes.
¿PROTESTAS ESPONTÁNEAS EN LA NACIÒN MÁS RICA DE ÁFRICA, DONDE LA POBLACIÓN DISFRUTABA DE MÁS DERECHOS SOCIALES QUE EN NORUEGA, SUECIA O DINAMARCA?
LIBIA: DE LA “PRIMAVERA” AL CAOS
Han pasado seis años desde que la Mafia Mediática comenzó a sembrar noticias sobre supuestas oleadas de protestas en Libia, donde la población disfrutaba de sanidad, educación y energía eléctrica gratuitas y la banca no aplicaba intereses a los préstamos.
El término “primavera”, acuñado en las cloacas desde donde el millonario Soros preparaba la destrucción del país, fue sacudiendo las emisoras de radio y TV, mientras Occidente satanizaba al gobierno del coronel Gadafi, acusándole de crímenes que jamás pudieron demostrarse.
Hoy, en 2017, esa presunta primavera fue un invierno brutal, que dejó una estela de destrucción y muerte “gracias a los bombardeos democráticos de la OTAN“. Hoy, la reconstrucción del país parece tan lejana como la paz, la concordia, la libertad y la democracia.
En la actualidad, ese proyecto para reconstruir Libia podría asentarse en dos fuerzas decisorias:
El Parlamento o Cámara de Representantes, ubicado en Tobruk y un gobierno títere instalado en Trípoli, apoyado por las Naciones Unidas, bajo el control de innumerables grupos armados, incluyendo al ISIS, amén de otros colectivos yihadistas que buscan enriquecerse con el petróleo y ampliar su dominio territorial.
Diarquía
El pasado 15 de febrero, los dos máximos representantes de esa diarquía, el parlamento, cuyo presidente es Aguilá Salah Issa y el jefe de gobierno, Fayez Al Sarraj, entraron en una fase de mutuo rechazo, por lo que la ONU se apresuró a montar una mesa urgente de negociaciones en El Cairo, contando con la venia de Egipto, que ambos dirigentes rechazaron, según informaba la Agencia de noticias turca Anadolu citando una declaración de Al Sarraj (por cierto, hijo de un ministro del derrocado rey Idris), quien en 2015 se autoproclamó por decreto presidente y primer ministro de la nación, sin que Occidente o Naciones Unidas pusieran el mínimo obstáculo.
Las conversaciones patrocinadas por Egipto pretendían abordar y solucionar las diferencias entre ambos dirigentes, pero todos los intentos para iniciar el diálogo han resultado infructuosos.
Paradójicamente, el gobierno de unidad nacional fue establecido en 2016 para superar la crisis que comenzó en 2014, cuando los poderes del estado se dividieron entre el parlamento de Tobruk, dominado por los islamistas y el ejecutivo con sede en Trípoli, fiel a Washington y Bruselas.
Por otra parte, Libia se quedó sin ejército, por lo que las mesnadas de mercenarios pululan a lo largo y ancho del territorio, erigiéndose indistintamente en partidarios de Salah Issa y de Al Sarraj, aunque la mayor parte militen en el radicalismo islámico.
Caos
En octubre de 2016, una facción de los combatientes desafiaron al Gobierno de unidad nacional proclamando su propio mando militar y político.
Esta situación refleja la Libia de hoy, donde las tropas y las milicias tribales determinan la vida cotidiana de la población, sin tener en cuenta las órdenes de organismos y autoridades.
La semana pasada, otro grupo de combatientes anunció la creación de un nuevo cuerpo armado, la Guardia Nacional de Libia.
Aunque afirman no tiene vínculos con ningún partido político o tribu, sus miembros mantuvieron algunos enfrentamientos armados con los que apoyan al gobierno de unidad nacional.
Al mismo tiempo, Al Sarraj ha anunciado que su gobierno no será capaz de hacer frente a la situación, por lo que este 16 de febrero, de acuerdo con Reuters, ha cursado una solicitud oficial a la OTAN pidiendo ayuda para entrenar y fortalecer a sus grupos armados, con la pretensión de crear unas nuevas FFAA libias.
Libia se hundió en el caos tras el derrocamiento y el brutal asesinato del líder libio, Muamar el Gadafi, en 2011, al que había precedido un violentísimo y continuado bombardeo de la OTAN, apoyado por miles de mercenarios pagados y entrenados por Occidente a través de Qatar y Arabia Saudita.
La trata de personas y el contrabando de petróleo
Antes del desastre, Libia mantenía una economía próspera impulsada por los ingresos que generaba el petróleo, capaz de crear puestos de trabajo para cientos de miles de personas, ofreciendo energía gratuita a sus habitantes, así como educación y sanidad.
Actualmente, en este caos de la época post-Gadafi, combatientes de distintos grupos aprovecharon el desorden ambiental para volver a reciclar la trata de seres humanos y el contrabando de petróleo.
Según la periodista italiana, Frecesca Mannocchi, la costa occidental de Libia se ha convertido en un paraíso para los estafadores, donde la policía local y la guardia costera están implicados en contrabando de petróleo.
El número de migrantes muertos en su intento de cruzar las aguas de mar Mediterráneo, entre Libia e Italia, también ha alcanzado niveles dramáticos.
Según el periodista de AP Fabrice Leggeri, en 2016, 4.579 personas se ahogaron en ese tramo, aunque la cifra podría ser inferior a la realidad.
En 2014 huyeron de la “democracia libia” y perecieron en el mar, 2,869 víctimas, que en 2015 aumentaron a 3.161.
Además, existen algunos grupúsculos de mercenarios que buscan destruir la infraestructura del petróleo para apropiarse de los pozos que controlan otros colectivos rivales, que revenden el crudo a compañías occidentales sin control de precios ni cantidades.
Ese petróleo se transporta en Europa gracias a la colaboración de la Mafia siciliana, según testigos presenciales en ambas costas, la africana y la de la isla italiana.
En opinión de las autoridades, a día de hoy el estado acusa por esta venta ilegal más de $4 mil millones de déficit.
Además de la producción de petróleo de Libia ha caído por debajo de los 715.000 barriles diarios, mientras que en época de Gadafi esa cifra podría llegar incluso a 1,6 millones.
Un caldo de cultivo para el extremismo
Sirte, la ciudad natal de Gadafi, fue ocupada en 2016 y hoy está controlada por el Daesh. El estado islámico se ha extendido en Libia en los últimos dos años. De acuerdo con estimaciones de la ONU, en Libia hay no menos de 3.000 miembros del ISIS.
Occidente, que a través de su Mafia Mediática prometía a la población una vida incluso mejor que la que disfrutaban bajo el gobierno legítimo de Gadafi, elevando a la categoría de héroes a unos llamados “rebeldes luchadores por la libertad”, parece hoy reconocer (pero es tarde) que la intervención en Libia en 2011 fue un tremendo error.
Una masacre bestial e injustificada.
COMO SUELE OCURRIR, LOS ARREPENTIMIENTOS SON TARDÍOS. EL GENERAL VALLELY, NO OBSTANTE, QUISO RECONOCER QUE JAMÁS SE DEBIÓ DERROCAR A GADAFI
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