A menudo la realidad es tozuda.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, defendía hoy en el Congreso la calidad del empleo creado los últimos años.
Aseguraba Báñez que "cada día hay mejores empleos" y que "desde la recuperación, todo el empleo creado es a tiempo completo".
Las estadísticas, sin embargo, rompen esta visión casi idílica.
Pese a la mejora del mercado de trabajo, que la ha habido, el contrato que más aumenta en nuestro país desde 2014 es el contrato a tiempo parcial: repunta más del 21%.
El empleo ha venido experimentando una mejora notable desde que la economía salió de la recesión hace ya tres años.
La tasa de paro ha caído en más de siete puntos hasta el 16,38% que registró en el tercer trimestre según la última Encuesta de Población Activa (EPA) y, sin embargo, no es oro todo lo que reluce en nuestro mercado de trabajo.
Primero porque al cierre de 2016, el 91% de los 19,98 millones de contratos que se habían firmado eran temporales: 18,27 millones en total.
Los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social revelan que esa proporción se mantiene en lo que llevamos de 2017: con un total de 18,03 millones de contratos firmados de enero a octubre, de los que 16,4 millones son temporales.
Si hablamos de precariedad del empleo, los datos son aún más significativos cuando nos adentramos en el mundo del contrato a tiempo parcial.
Esta fórmula, a la que recurren mucho países de nuestro entorno como Alemania, tiene en nuestro caso un importante problema de fondo.
Los sindicatos denuncian que el tiempo parcial se le está imponiendo en España a trabajadores que querrían y necesitarían estar empleados a tiempo completo (cuando en realidad es una modalidad voluntaria y que debiera obedecer a causas muy justificadas).
Un informe del Instituto de Estudios Económicos que toma datos de Eurostat revela que el 62% de los españoles que trabaja a tiempo parcial en España lo hace de forma involuntaria.
Es el cuarto porcentaje más alto de toda la Unión Europea.
El tiempo parcial se ha venido empleando con más fuerza desde el inicio de la crisis en 2007 (desde entonces esta modalidad de contratos se dispara un 61%) y la reforma laboral aprobada por el actual Gobierno en el año 2012 es, según los expertos consultados, la que ha permitido que este tipo de fórmula prolifere aún más.
La parte positiva está en que los contratos a tiempo completo aumentan también con mucha fuerza y compensan en parte esta escalada.
Repuntan un 18% desde el inicio de la recuperación.
Si bien, si tomamos como referencia el arranque de la crisis económica, los contratos a tiempo completo descienden también un 10% (pasan de 14,15 a 12,79 millones en ese periodo).
'Atrapados' en el tiempo parcial
El año pasado se contabilizaron en nuestro país 7,19 millones de contratos a tiempo parcial.
Esta cifra supone que casi cuatro de cada diez contratos del total de los que se firmaron eran de este tipo, es decir, el 36% de acuerdo con los datos de Empleo.
Los mismos expertos citados recuerdan que a los contratos a tiempo parcial involuntarios y a la elevada temporalidad se suman las peores condiciones salariales de quienes se van incorporando ahora al mercado de trabajo, lo que, a parte de ahondar en la precariedad, genera un problema para el propio Sistema de cara a la sostenibilidad futura de las pensiones.
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