El bolsillo sigue sin notarlo.
La mejora de la economía y del empleo no termina de concretarse en una subida de los sueldos en nuestro país, un fenómeno que, pese a lo que pueda parecer, no es únicamente español.
Los expertos atribuyen esta situación a que la productividad sigue siendo baja, a la dependencia de la economía de sectores marcados por una fuerte temporalidad, como el turismo y el consumo, y al resultado de la reforma laboral aplicada en 2012.
En octubre, la subida salarial pactada en convenio se mantuvo en el 1,4%.
Es lo mismo que decir que los sueldos suben la mitad de lo que avanza la economía (en términos anualizados lo hace al 3,2%), por debajo de la inflación, lo que también resta poder adquisitivo a los trabajadores y pese a que ha aumentado en más de medio millón el número de ocupados en los últimos 12 meses, según datos de la Encuesta de Población Activa.
¿Qué pasa entonces para que en España no suban los sueldos?
En opinión del economista Juan Ignacio Crespo, pese a que el desempleo ha bajado desde los 6,27 millones que marcó en el año 2013 hasta los 3,73 millones en el tercer trimestre de este año (según la EPA), existe un exceso de mano de obra no ocupada que trata de encontrar trabajo. Es una cuestión de oferta y demanda.
La tendencia en este sentido la marca, a su juicio, Estados Unidos. Su tasa de paro se sitúa en el 4,1%, pero el empleo que se viene generando mes a mes desde 2010 es de baja cualificación, por lo que el salario medio por hora trabajada no sube nada. "En octubre aumenta mucho el número de horas trabajadas, pero no la cantidad que se paga por ellas", explica.
Carlos Martínez, presidente del IMF Business School, ve dos posibles respuestas a esta pregunta. Coincide con que el empleo que se está creando es, en general, de poco valor añadido y está muy ligado a los servicios y al turismo.
Esta situación se traduce en una “guerra de sueldos”, donde lo importante es pagar cuanto menos mejor por el mismo trabajo.
En este sentido, el boom del turismo y la dependencia que está generando en la economía española de esta actividad lastra la recuperación de los sueldos. Tanto este sector, como el comercio, están íntimamente ligadas a la temporalidad.
Un problema de productividad
Por otra parte y, aunque se ha ganado productividad desde el año 2008 a raíz de la rebaja de los sueldos, todavía estamos muy por debajo de otros países de nuestro entorno.
"Las empresas no obtienen tan buenos resultados como deberían" y esto es así, según Martínez, porque al ser la productividad tan baja, la rentabilidad se resiente.
"Necesitamos más trabajadores para realizar el mismo trabajo que en otros países", apostilla.
Los sueldos sí aumentan, sin embargo, en determinadas áreas de conocimiento, como en las tecnológicas, el big data o la seguridad, donde la revalorización alcanza incluso el 15%.
Los economistas consultados inciden en que si el empleo sigue recuperándose y en 2020 conseguimos rebajar la tasa de paro a niveles entre el 12 y el 13%, sí habrá subidas más importantes de los sueldos.
Recuerdan que es lo que pasó entre los años 2005 y 2006 en nuestro país, cuando el incremento de los sueldos fue enorme porque no había tanta oferta de profesionales en el mercado.
Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, ahonda en su blog en la idea de la productividad y explica que el fenómeno de la moderación salarial se ha extendido a nivel mundial.
Vuelve a tomar a Estados Unidos como ejemplo y recuerda que la productividad del trabajo apenas aumentó un 0,9% entre 2008 y 2016, es decir, la mitad que en el anterior ciclo.
Por otra parte, pone énfasis en que las empresas "se mueven en un entorno competitivo que deja poco margen para aumentar los precios o mejorar las condiciones laborales.
La producción está interconectada internacionalmente, y no es fácil que un eslabón de esa cadena se desvincule de la política de rentas del grupo".
La reforma laboral y las contradicciones del Gobierno
El hecho es que la reforma laboral aprobada en España en el año 2012 no ha hecho sino incentivar la mano de obra más intensiva y barata.
Tanto es así que, según Torres, "la multiplicación de formas atípicas de empleo, como los contratos sin horario especificado, el freelance y el auto-empleo también han provocado una pérdida de peso de los salarios en la distribución de la renta".
La semana pasada, en medio de la presentación de sus perspectivas económicas, la Comisión Europea reclamaba a nuestro país que suba los salarios para consolidar la recuperación, pero ni tan siquiera existe un acuerdo dentro del Gobierno en este aspecto.
Sólo hay que recordar cómo el ministro de Economía, Luis De Guindos, pedía este mismo verano priorizar la creación de empleo frente a las alzas salariales, mientras que la titular de esta cartera, Fátima Báñez, apostaba por subir ya los sueldos como modo de acompañar a la recuperación del mercado de trabajo.
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