Durante los últimos 12 meses se cristalizaron y se hicieron públicos los intereses económicos de Occidente en África, esta vez de la mano de Alemania.
En la senda de buscar más mercados y control de los recursos naturales, África está de nuevo en la palestra de los intereses occidentales.
Trump dijo a principios de 2016 que África debe ser recolonizada para ayudar a civilizarla, y al final de 2016 Alemania anuncia un “Plan Marshall” para “rescatar África” y reducir los flujos migratorios hacia Europa.
Después de siglos de colonialismo, el continente ha estado plagado de guerras civiles y conflictos en su mayoría con el apoyo de los antiguos colonizadores de esta o aquella fracción.
La caída del continente en un pantano de corrupción es noticia de primera página, por otro lado se ha dicho poco o nada sobre los logros positivos y de los países que han logrado la estabilidad y el desarrollo económico y social.
“Mi crimen es tener un país rico”
Este el drama de África, sus riquezas, la cuna de la humanidad, que es saqueada por Occidente desde hace siglos y ahora también por China.
Plan Marshall para África
El ministro de Desarrollo alemán dijo que los países desarrollados deben dar un gran impulso económico a las naciones africanas para crear puestos de trabajo y reducir el flujo de refugiados a Europa, el “Plan Marshall para África” – así designado como un paralelo histórico con la inversión estadounidense en Europa occidental después de la Segunda Guerra Mundial.
El nuevo programa se centrará en la juventud, la educación y la formación y el fortalecimiento del estado de derecho, dijo Mueller.
Sin embargo, el plan de asignación de “ayuda” dependerá de la muestra de buena voluntad y desarrollo en áreas como los derechos humanos, por ejemplo.
Como se va a evaluar estos “acontecimientos” está claro como el agua, si nos fijamos en el ejemplo del Reino de Marruecos que establece Ministerios de Derechos Humanos, tiene el Ministerio de Justicia y la Libertad y del Consejo Nacional de Derechos Humanos, todos mecanismos estatales controlados con mano de hierro y que existen para erradicar por completo cualquier evaluación independiente, llegando el reino alauí al cúmulo de la expulsión de Amnistía Internacional y Human Rights Watch, de Marruecos, y en los territorios ocupados del Sahara Occidental el aislamiento es total.
La libertad de prensa es inexistente, habiendo represalias inmediatas y graves para cualquier periodista que diga “Sahara Occidental” en lugar de la terminología de Estado “Sahara marroquí”.
Marruecos, país de ensayo
Cito este ejemplo porque es en Marruecos donde Alemania está haciendo su ensayo con una inversión en energía renovable, que es por muchos clasificada como “lavado verde” (lavado de dinero/negocios/intenciones con la capa de la ecología).
Aquí también el marketing conduce a aplaudir el hecho de que Marruecos elimina la bolsa de plástico, pero se olvida mencionar que, por otro lado, recibe toneladas de residuos plásticos de Europa.
Al mismo tiempo, la Unión Europea destina mil millones a Marruecos para “modernizar y fortalecer” la justicia y los derechos humanos, y estos fondos son absorbidos inmediatamente por la máquina de Estados sin ninguna mejora visible.
Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, señaló como enviado especial para el Sahara Occidental a Horst Koehler, ex presidente de Alemania, el ex director del FMI, uno de los padres de Mastricht y uno de los partidarios de este Plan. Koehler tuvo que renunciar a su cargo de presidente de su país por haber dicho que la economía alemana tuvo mucho que ganar con los conflictos (en referencia a la participación en Afganistán).
En cualquier caso, según sus redactores, el “Plan Marshall para África” se centrará en el comercio justo, el aumento de la inversión privada en el desarrollo económico de abajo hacia arriba, el espíritu empresarial y la creación de empleo.
Haciendo hincapié en el desarrollo de África, el gobierno alemán no pasó por alto las oportunidades que las economías de rápido crecimiento africanas tienen para las empresas alemanas.
Müller lamentó: “No podemos dejar África para los chinos, rusos y turcos “.
Sin proporcionar detalles específicos, el plan requiere un cambio en la financiación del desarrollo para apalancar el capital privado:
La financiación pública puede ser usada para impulsar directamente la inversión privada en África … Cada euro de la receta tributaria puede producir muchos más euros en capital privado. Y, entonces, la inversión se transforma atractiva incluso para los grandes inversores institucionales, como compañías de seguros o fondos de pensiones ”.
Las intenciones alemanas
¿Será que África, el continente de la riqueza y la abundancia, necesita de más “ayuda” de los que la saquearon durante cientos de años, o necesita aprovecha y gestionar sus propios recursos, y retomar algunas de las tradiciones milenaria, redescubrir sus raíces y cultura y trazar un nuevo camino?
El continente más antiguo es también el más joven, el más pobre y el más rico, un sinfín de contradicciones y un mosaico de diferentes países y culturas con dinámicas y realidades a menudo tan opuestos como la cultura portuguesa de la china.
Una gran cantidad de religiones, tradiciones y estructuras sociales que no se pueden clasificar de la misma manera.
África es de los africanos – el paternalismo colonial, bien o mal intencionado, debe ser erradicado de una vez por todas.
Resumen Latinoamericano / Kaos en la Red / 4 de mayo de 2017
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