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El primer ministro danés Lars Loekke Rasmussen, este viernes, en una conferencia de prensa sobre el 'Brexit'. UFFE WENGAFP
La extrema izquierda quiere salir cuanto antes, los nacionalistas desean renegociar acuerdos y los socialdemócratas exigen reformas
El tráfico por la puerta de salida de la Unión Europea (UE) podría animarse considerablemente en los próximos meses. 
Consumado el Brexit, en Dinamarca, uno de los países euroescépticos por excelencia, crecen en intensidad las voces de quienes exigen un referéndum similar al británico o, al menos, una reforma en profundidad de la UE
Y ya no son sólo los grupos críticos con Bruselas los que piden cambios, sino también grandes partidos tradicionalmente europeístas, como los socialdemócratas, quienes advierten de que la Unión "no puede seguir como hasta ahora".
A favor de un referéndum se han manifestado de momento dos llamativos compañeros de viaje, el nacionalista Partido Popular Danés (DF) y la coalición de extrema de izquierda Lista de Unidad. El líder del DF, Kristian Thulesen Dahl, era partidario de que el Reino Unido permaneciese en la UE, pero considera probable que los británicos alcancen en el futuro un acuerdo con Bruselas que suponga "un término medio entre la pertenencia completa y el tratado de cooperación que actualmente tiene Noruega"
En ese caso, afirma Thulesen, lo mejor para Dinamarca sería seguir el mismo camino vía un referéndum previo. Pernille Skipper, portavoz política de Lista de Unidad, celebra el resultado en las islas, que considera una reacción ante "el déficit democrático en la UE", y va todavía más allá que Thulesen Dahl: quiere un referéndum igual que el británico cuanto antes.
El poder de estos dos partidos no debe subestimarse. 
En las elecciones generales danesas de 2015, el DF fue la segunda fuerza más votada, con un 21,1% del voto, y es actualmente el principal soporte del Gobierno en minoría de los liberales (19,5% del voto). Lista de Unidad
consiguió un 7,8% y no debe descartarse que, si hace del referéndum su bandera electoral, atraiga a aún más euroescépticos de izquierda
Además, pese a sus profundas diferencias ideológicas, ambas formaciones han demostrado en el pasado que pueden colaborar en temas puntuales para sacar adelante sus políticas, especialmente las relacionadas con el mercado laboral o el estado de bienestar.
No obstante, quizá lo más inquietante para Bruselas sea el creciente euroescepticismo que puede detectarse en el principal partido de oposición, los socialdemócratas, que además fueron los más votados en 2015 con un 26,3% del voto. 
Su líder, Mette Frederiksen, ha lamentado el resultado británico y no recomienda que Dinamarca celebre un referéndum, pero estima que es importante escuchar el mensaje que envían quienes desconfían de la UE: "Existe motivos para esa inquietud: los trabajadores ven sus sueldos bajo presión por culpa del 'dumping social', hay grandes empresas que no pagan impuestos, las fronteras exteriores se derrumban... No debemos ignorarlos".
Para el portavoz europeo de los socialdemócratas, Peter Hummelgaard Thomsen, es imprescindible que la UE corrija las "consecuencias negativas" del mercado interior. 
"Demasiados trabajadores europeos ven como sus sueldos y sus condiciones laborales se deterioran por culpa de la competencia externa", indica. 
"Es imprescindible alcanzar un equilibrio entre los principios del mercado interior y la protección de los derechos de los trabajadores. Hoy en día gana siempre el mercado interior, y así no podemos seguir".
Aunque de forma menos tajante que Frederiksen y Thomsen, el primer ministro danés, el liberal Lars Løkke Rasmussen, también ha admitido en conferencia de prensa que ciertas reformas pueden ser necesarias en la UE. 
Løkke calificó elBrexit de "triste noticia" y lo comparó con un divorcio, pero manifestó que Dinamarca debe seguir en la UE
"La Unión es nuestra mejor posibilidad para influir sobre el mundo del que, para bien y para mal, somos parte. Puede que solos hagamos algunas cosas mejor, pero juntos somos más fuertes. Y, además, Dinamarca y la economía danesa son muy dependientes de la comunidad europea".
Los expertos, en cualquier caso, consideran que, de momento, es improbable que Dinamarca llegue a celebrar un referéndum sobre su permanencia en la UE. 
Básicamente, porque sólo la extrema izquierda pide una salida total y porque los sondeos no reflejan que exista ese deseo entre la población. 
Según una encuesta realizada por Norstat a principios de este mes, el 57% de los daneses prefiere seguir dentro de la Unión, mientras que sólo un 27% quiere salir.
"Aquí nos encontramos con un escepticismo blando", explica Derek Beach, investigador electoral de la Universidad de Aarhus. 
"Hay una oposición clara a ciertos aspectos, como la libre circulación de trabajadores, el acceso automático de los extranjeros a ciertos subsidios estatales o, en general, una mayor integración, pero la gran mayoría de los daneses no son adversarios del proyecto europeo en sí".