‘Panama papers connection’.
La organización Soros y la CIA dirigen la propaganda de guerra del periodismo mercenario contra Rusia
A riesgo de reiterar algunos puntos ya señalados en la entrada anterior conviene ir desenmascarando, todavía más, a los principales tramoyistas de este nuevo circo mundial desinformativo, quiénes son sus payasos, sus contorsionistas y demás timadores profesionales.
Hasta Wikileaks que es una agencia de desinformación global, pese a quien pese, se ha tenido que rendir a la evidencia, harto sospechosa todo hay que decirlo, de que EEUU está detrás de estos “truño-papers” panameños.
¿Qué ha pretendido la CIA y EEUU con estos Panama papers desatando una campaña de difamación mediática, sin precedentes, contra Rusia y otros países “no amistosos” como Siria, Irán o China utilizando, a su vez, como señuelo engañoso, a otros considerados “amigos”?
Muy sencillo.
Básicamente, montar una maniobra de desestabilización, en modo “revolución de color falsimediática”, en el interior de Rusia, que provocara la reacción ciudadana mediante manifestaciones masivas que propiciaran una futurible caída del gobierno Putin.
Y, por extensión, los mismos presupuestos serían aplicables en el resto de países considerados “hostiles” al anglosionismo.
Los “Panama papers” son un gigantesco fraude mediático en el que se ha utilizado como lanzadera el descomunal aparato de propaganda de los medios corporativos hegemónicos.
Eso sí, nadie se preguntado hasta ahora si los financiadores de esas empresas mediáticas, que han puesto en circulación la macropapelería panameña, tienen también oscuros y sucios negocios en paraísos fiscales.
Todas ellas, conviene resaltarlo, están controladas por grandes bancos, lobbys armamentísticos, sociedades de inversión y grandes grupos empresariales que tienen vínculos con el lavado de dinero procedente del narcotráfico, la mafia y el crimen organizado desde el Estado.
Es más, bastantes de esos periodistas son agentes a sueldo de las agencias de espionaje occidentales, incluidos los españoles.
Medios corporativos como los británicos The Guardian (el perro guardián de la rusofobia en el Reino Unido) y la BBC han hecho el trabajo sucio para el servicio de inteligencia MI5 lanzando continuas soflamas, sincronizadamente, con gran profusión de titulares anti-Putin y anti-Assad desde el mismo momento en que aparecieron los famosos “Panama Papers”.
El alemán Suddeutsche Zeitung (el de los “papers”) furioso medio derechista pro-OTAN, es el principal boletín de propaganda de la CIA en Europa, mientras que el resto de mercenarios mediáticos que integran el Consorcio periodístico ICIJ han jugado al compás que les ha marcado la agenda Soros y la Agencia de inteligencia americana.
En un artículo titulado La corrupción como arma propagandística, a propósito de los “Panama Papers”, Robert Parry, su autor, señala con acierto lo que muchos hemos sospechado siempre de los “mainstream”, a saber:
Con demasiada frecuencia, este tipo de “periodismo”, dice Parry, es sólo el precursor del siguiente esquema a implementar, es decir, provocar un “cambio de régimen”, ensuciando o deslegitimando a un líder extranjero antes de que se produzca el inevitable advenimiento de una “revolución de color”, organizada por ONG’s “que promueven la democracia” y contribuyen con dinero procedente de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), ésta vinculada al gobierno de Estados Unidos, o alguna Fundación neoliberal de George Soros.
Ahora estamos viendo lo que parece ser una nueva fase de preparación para la próxima ronda de “cambios de régimen” con acusaciones de corrupción dirigidas al presidente ruso Vladimir Putin
Precisamente, Parry hace referencia a toda esta ponzoña mediática para referirse a uno de los medios más infames en todo este falsificado asunto panameño, como es el periódico The Guardian, que no cita expresamente como imputado en los “papers” a Putin, pero, a pesar de todo, implica al presidente ruso en ello con ánimo demonizador afirmando que “Los documentos sugieren que la familia de Putin se ha beneficiado de este dinero”. “Sugiere”, en términos de manipulación mediática, equivale a implicación directa, en el caso del líder ruso.
La mala fe periodística ha sido tan evidente que incluso desde dentro del Reino Unido se critica con sorna la mayor parte del trabajo realizado en The Guardian, con un “los documentos de Panamá podrían causar que The Guardian se colapse en la autoparodia.”
El doble rasero de la delincuencia corporativa mediática, a la hora de tratar determinados asuntos que afectan a determinados líderes políticos mundiales, lo deja en evidencia Parry en su artículo.
Un buen ejemplo de este doble rasero, dice Parry, es la corrupta ministra de Finanzas de Ucrania, Natalie Jaresko, que se promociona sin fin en los medios de comunicación occidentales como modelo de buen gobierno y de las reformas en Ucrania.
La realidad documentada, sin embargo, es que Jaresko se ha ido enriqueciendo a sí misma a través de un fondo de inversión de la USAID (la fundación-tapadera de la CIA) de 150 millones de dólares que ha sido financiado por los contribuyentes de Estados Unidos, que se supone era para ayudar a la población de Ucrania y construir su economía.
A pesar de esta evidencia, ni un solo medio de comunicación occidental ha dado seguimiento a esta información.
Robert Parry advierte que esta perversión del periodismo que prepara escenarios para “cambios de régimen”, que desestabilizan a países enteros, desnaturaliza la democracia real (es decir, la voluntad de la población), y engendran guerras civiles.
El sueño neoconservador de fagocitar un “cambio de régimen” en Moscú es particularmente peligroso para el futuro de Rusia y el mundo, sentencia el analista norteamericano. Y es que a Occidente se le acabaron los perritos falderos en la Rusia post soviética con aquellos títeres infectos llamados Gorbachov y Yeltsin, obedientes vasallos de EEUU que estuvieron a punto de entregar la cuchara y la plaza Roja a Washington.
Por ello, el imperialismo norteamericano, necesita activar todo tipo de guerras sucias para derribar gobiernos “no amistosos” y consolidar su dominio geoestratégico
Otros que no comulgan con las ruedas de molino falsimediáticas, a pesar de estar cercanos, aparentemente, a sectores del oficialismo, en este caso austríaco, es la revistaINFO-DIREKT (próxima a las Fuerzas Armadas de Austria; “próxima” no significa que sea un boletín del Ejército).
La revista austríaca se considera cien por cien independiente y antiglobalista, además de no adscribirse a ninguna etiqueta política de “izquierda-derecha”.
El contundente y jugosísimo artículo podría sorprender a más de uno. El título es Documentos de Panamá: la propaganda de los medios de comunicación de la CIA.
De partida, en Info-direkt no se andan por las ramas y apuntan con mira telescópica:
A medida que han ido apareciendo los “Documentos de Panamá” los medios de comunicación controlados por la CIA han empezado a agitar la propaganda y a operar sin descanso. El autoproclamado “Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación” es una asociación de propagandistas de la CIA que ha revelado sus intenciones con titulares a primera página hablando de los “vínculos de Putin” con los “Panama Papers”.
En su libro “Periodistas comprados”, el periodista alemán Udo Ulfkotte describe cómo la CIA y agencias de inteligencia como el BND (el servicio secreto alemán) controlan los medios de comunicación en Alemania y seleccionan los textos que se van a manipular en el sentido que quiere Estados Unidos.
Info-Direkt incide en esta red de corrupción mercenaria de los medios hegemónicos a sueldo de las agencias de inteligencia relatando otras operaciones criminales del pasado.
Así, El ex agente de la CIA Robert Baer describe en una entrevista cómo ayudó la CIA a desmembrar de manera sistemática a Yugoslavia, a señalar públicamente a los serbios como responsables de la desintegración del estado multiétnico y cómo compró con millones de dólares a docenas de periodistas y políticos de alto nivel para esta causa.
James F. Tracy, profesor asociado en la Universidad Atlantic en Florida, describe todo ello en un artículo titulado”La CIA y los medios de comunicación: 50 hechos que necesitan ser conocidos en el mundo”.
¿Sabéis quién fue el periodista español más intoxicador, tergiversador y falsificador en la (mal) llamada guerra de Yugoslavia?
Sí, el que era entonces corresponsal de El Mundo en aquel conflicto balcánico, el ultraderechista-macarra Alfonso Rojo, quien por cierto hacía sus crónicas desde un hotel y luego aparecían en el periódico como que el “reportero” estaba poco menos que en primera línea de batalla.
No hace falta decir que el grueso de los artículos “periodísticos” de Rojo sobre Yugoslavia tenían un fuerte matiz anti-serbio.
El hecho de que un medio de comunicación de Alemania haya sido el depositario original de los “Panama papers” no es casualidad. La CIA elige bien a sus hombres de paja mediáticos. INFO-DIREKT afirma, en este sentido, que
Debido a que Alemania es el país más importante y más poderoso de Europa Occidental la CIA necesita comprar a “periodistas” y políticos para mantenerles en su correa ideológica. Esto no es nuevo ni tampoco una directriz interna de la CIA.
Lo cantan todavía más diáfano en Info-Direkt:
El propio Obama ha elogiado este poder de Estados Unidos para controlar la opinión pública mundial en un discurso a sus soldados: “Nuestra capacidad para dar forma a la opinión pública mundial ayudó a aislar a Rusia de inmediato.”
Una vez más la incontenible basura procedente de los “papers” panameños se deslegitima a sí misma cuando con lógica se afirma en la revista austríaca que en los “Documentos de Panamá” sólo se menciona a Poroshenko de pasada, un cebo utilizado como contraste de las detalladas acusaciones realizadas contra el presidente ruso Putin, que no tiene ninguna relación comercial demostrable en el Mossack Fonseca.
¿Alguien todavía se sorprende de que el padre de Cameron no sea un problema para la ARD (televisión alemana), mientras que los “pequeños amigos” del presidente ruso estén en el centro neurálgico de los “papers”?
Como señalan en Info-Direkt, citando a otro medio alemán crítico con esta ponzoña intragable de los Panama Papers, el Nachdenkseiten: “Los medios de comunicación protegían a las élites occidentales antes de que aparecieran los Documentos de Panamá.
Por lo que no iba a haber razones para pensar que cambiaran de opinión sacando esta postiza “exclusiva mundial”, sin lugar a la duda, basada en una selectiva campaña de desprestigio contra enemigos muy específicos.
¿Falsimedia contra los suyos?
No, eso es un imposible, teórico y práctico.
En fin, que por el sondeo que he hecho a través de los distintos medios hegemónicos, de EEUU y Europa, los usuarios que comentan la noticia de los Papeles de Panamá, por regla general, a excepción de los siempre ignorantes, amodorrados, narcotizados y usuarios-agentes desinformadores (sobre todo en los medios españoles), son muy críticos con toda esta orquestación tóxica que ha sido llevada a cabo usando una escrupulosa agenda demonizadora.
Como siempre, el papel jugado por estos conglomerados mediáticos ha sido impagable para dejar en evidencia qué clase de terrorismo informativo (imágenes constantes de Putin, Assad, etc) pueden llegar a poner en práctica al servicio de sus mandarines globalistas.
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