domingo, 10 de abril de 2016

El Bipartidismo: ¿para qué sirve? ¿qué función tiene? ¿cuáles son sus Alternativas?



El bipartidismo: ¿para qué sirve? 

¿qué función tiene? ¿cuáles son sus alternativas?

Opinión
El profundo hastío por el bipartidismo imperante en las llamadas democracias occidentales, ha logrado traspasar las fronteras europeas, y ya se detectan síntomas de un fenómeno similar en los Estados Unidos.


¿Para qué sirve el bipartidismo y quienes lo articulan?


El bipartidismo no es más que una estructura institucional, a través de la cual la burguesía ha logrado implantar en diversos países una suerte de turno político mediante el que los partidos conservadores y "progresistas" se reparten periódicamente la administración de aparato del Estado, sin que la estructura económica ni política se modifiquen.

Se trata, en suma, de una ingeniosa fórmula institucional que cumple el papel de preventiva "válvula de escape". 

Cuando una parte de la sociedad se siente abrumada por los efectos de las políticas económicas ejecutadas por el gobierno de turno, dispone aparentemente de la "oportunidad" de votar al partido alternativo, formalmente antagónico al gobernante, sin que tal decisión modifique las causas reales y profundas que provocan las desgracias sociales que suscitan su irritación. 


Con el turno bipartidista los intereses de las clases hegemónicas se convierten en intangibles y su permanencia se reproduce elección tras elección. 

Ni que decir tiene que en la consolidación del sistema bipartidista contribuyen de manera determinante los medios de comunicación, que construyen la opinión pública, repartiéndose también el papel de halagar o atacar al partido de turno, según aconsejen las circunstancias del momento.

Aunque este habilidoso sistema de reparto de la administración de la máquina del Estado fue ensayado con notable éxito por parte de países anglosajones como Estados Unidos y Gran Bretaña, en otras áreas geográficas, en cambio, el sutil "experimento" no corrió la misma suerte. 


En España, por ejemplo, durante Monarquía borbónica de Alfonso XII y XIII, en las postrimerías del siglo XIX y principios del XX, el latrocinio realizado por los partidos "turnantes" resultó tan escandaloso que terminó teniendo como colofón la dictadura del general Primo de Rivera.

Sin embargo, no fue solo la voracidad usurpadora de los partidos que se turnaban en la custodia del establishment constituido lo que provocó su fracaso en otras áreas del planeta. Su éxito estaba también condicionado por el ritmo del desarrollo económico capitalista de los países en donde esta fórmula era sometida a ensayo.

Cuando crisis económicas o fuertes convulsiones sociales sacuden a países con problemas consuetudinariamente irresueltos, la dinámica de los acontecimientos impide que la continuidad de estas filigranas políticas se proyecte en el tiempo. 

Bastaría con echar un vistazo al mapa político del mundo para constatar en qué lugares, circunstancias y por cuánto tiempo la experiencia bipartidista ha resultado exitosa.


Crisis del bipartidismo en Europa y EEUU

No es pues una casualidad que en la Europa actual el bipartidismo esté siendo duramente cuestionado por amplios sectores del electorado. 

Tampoco en los Estados Unidos los partidos demócrata y republicano han logrado contener a las fuerzas centrífugas que tratan de escaparse de los modelos que hasta ahora habían consagrado los pilares de la "democracia" norteamericana.

La razón del fenómeno es evidente. 

El electorado de uno y otro continente se siente fuertemente frustrado por la reiteración at infinitum de promesas incumplidas y expectativas quebradas. 

El sistema capitalista atraviesa un azaroso tramo de su desarrollo, cuyo desenlace resulta hoy difícil de prever a corto plazo. 

Personajes y fuerzas no ajenas al propio sistema han detectado cómo están afectando a la sociedad estas perturbaciones y tratan de responder con ofertas políticas y económicas que, si bien son presentadas de forma vocinglera, no cuestionan ni el origen ni las causas del malestar y la indignación social. 

Esto no es resultado de una elaboración conspirativa o de laboratorio - aunque también pueda contener este ingrediente - sino de la dialéctica misma en la que se desenvuelven estas sociedades preñadas de contradicciones de clase, grupales e, incluso, de orden internacional. 



Ello es lo que explica, en parte, que entre las figuras más atractivas en las elecciones primarias de EE.UU. se encuentren dos outsiders de la política tradicional, el multimillonario Donald Trump entre los republicanos, y el senador de Vermont, Bernie Sanders entre los demócratas. 

Trump lidera por ahora las encuestas entre los primeros, superando incluso a los favoritos del ala ultraconservadora. Sanders no supera ciertamente a Clinton, pero ha sido capaz de realizar convocatorias multitudinarias, algunas con más de 10 mil asistentes, en no pocas ciudades estadounidenses. 

Pero ambos defienden con similar vigor la permanencia del sistema. 

Ni Trump, ni tampoco Sanders han introducido cambios sustanciales en los programas tradicionales de sus respectivos partidos, pero su retórica truculenta y demagógica está siendo capaz de levantar multitudes. De eso es justamente de lo que se trata, de reconducir por aguas seguras la creciente iracundia de la gente.


Desgaste en las castas políticas tradicionales

El torrente crítico hacia la "casta política", - término, por cierto, que fue analizado por primera vez hace años en este mismo digital antes de que fuera popularizado por "Podemos" con una significación muy diferente 
se ha abierto camino también en los Estados Unidos. 

Puede resultar interesante referirnos brevemente a lo que sucede al respecto en ese país, dado que el fenómeno se presenta con mucha más aparatosidad, espectáculo y transparencia que el que tiene lugar en Europa.

En los EEUU, ni Bush, perteneciente a la poderosa saga que ha ocupado la presidencia del país en dos ocasiones, ni la veteranísima Hillary Clinton, continuadora de otra saga de similar rango, han logrado suscitar el más leve interés en un electorado de primarias apático e incrédulo. 

Ni uno ni otro, lograron sacar de la atonía a sus bases de simpatizantes en las dos macroorganizaciones políticas norteamericanas.

De ahí que haya sido oportuna la aparición de dos personajes - Donald Trump y Bernie Sanders - desde las dos esquinas aparentemente distantes y "extremas", actuando como revulsivo de las ilusiones de sus respectivos partidos y abriendo con ello, incluso, la perspectiva de un tercer -o cuarto- partido político en el escenario electoral estadounidense. 

La repentina aparición de dos personajes que no cuentan siquiera con una biografía relevante dentro del propio establishment político, no hace sino poner de manifiesto que el propio sistema es capaz de retroalimentarse de su propio agotamiento, generando las piezas sustitutivas que reemplacen a las defectuosas y permitan su continuidad. 


¿No es eso lo que ha ocurrido también en España, con todas las matizaciones que se quiera?

Desde Europa, no faltan los progres que, reproduciendo el papanatismo que les había suscitado hace un par de años el triunfo de Syriza en Grecia, pretenden ahora ver en el candidato demócrata Bernie Sanders una nueva y renovada expectativa para la "izquierda" en los Estados Unidos.

La verdad es que tales ilusiones no se fundamentan nunca en la trayectoria política recorrida por los "nuevos héroes" del momento. 


Algo de eso sucedió también con los exegetas de Syriza, a la que una parte de los medios afines al reformismo europeo erigieron como alternativa a la catastrófica situación del bipartidismo heleno. 

Ninguno de los ilusionados socialdemócratas objetivos que defendieron a esa formación política griega fue capaz de detenerse a analizar - o tan solo a conocer - la relevante trayectoria de Alexis Tsipras. Un personaje cuya biografía política estuvo estrechamente vinculada a una de las muchas variantes eurocomunistas griegas.


Con Bernie Sanders está sucediendo algo de lo mismo. 

Sanders ha logrado insuflar ilusiones entre los electores más progresistas estadounidenses, utilizando imprecisas declaraciones antibélicas y de reproches contra los grandes consorcios de su país. 

Con una retórica hueca y difusa, que dirige a los tiburones de Washington y Wall Street, Bernie Sanders logró convertirse en un tiempo récord en el "candidato de los jóvenes" estadounidenses, embobando al tiempo a experimentados progres europeos. 

Conocen cual es el grado de sensibilidad de sectores del electorado en relación con estos temas y reelaboran sus tácticas electorales adaptándolas a las demandas de estos. 

Sin embargo, ¿es realmente Bernie Sanders un candidato para la izquierda norteamericana? 

Su historial político también nos proporciona la respuesta a esta pregunta. 

A lo largo de su trayectoria, Bernie Sanders jamás se ha atrevido a cuestionar la expansionista política exterior norteamericana. 

Ya en el 2001, Sanders se entregó en cuerpo y alma, como atestiguan las hemerotecas, a la peculiar guerra de George Bush contra el "terrorismo", sumando sus votos a la autorización para el uso de la fuerza de los Estados Unidos en el exterior promovida por el propio Bush. 

Pero es más, en una reciente entrevista en televisión, acosado por los medios y metido en la dinámica electoral de su propio partido, Sanders confesó que si fuera presidente no dejaría de utilizar la potencia de los drones en contra de los países de Oriente Medio. Eso sí, agregó que "pondría límite a su uso" para evitar que en las operaciones "pudiera morir gente inocente".

No existen, en definitiva, elementos que nos permitan llegar a la conclusión de que desde las alternativas existentes al bipartidismo se pueda construir una sociedad realmente alternativa y comunitaria. 

El sistema y las clases sociales hegemónicas que lo dominan han demostrado en mil y una ocasiones su capacidad para reciclar esos supuestamente "nuevos" fenómenos sociales. 

La historia de los dos últimos siglos ofrece múltiples ejemplos que lo confirman. 

Solo la difícil y laboriosa construcción de una alternativa popular propia y revolucionaria podrá hacer soplar vientos favorables para las clases trabajadoras. Todo lo demás son ilusiones.



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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro