Foto: Archivo. |
Un exmilitar detenido en Francia declara que pensaba cometer atentado en nombre del EI
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- mayo 6º, 2017
Fuentes cercanas a la investigación confirman que un exmilitar detenido el viernes en las cercanías de una base aérea en Francia, confesó a las autoridades policiales que había pensado cometer un ataque en nombre del Estado Islámico (EI).
El hombre, de 34 años, tiene un ‘perfil psicológico muy inestable’, según fuentes próximas al caso. Arrestado, hace ‘comentarios inconexos pero no incoherentes’, según la fuente próxima al caso.
Dos días antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, fue arrestado el viernes de madrugada, vestido de militar, cerca de la base aérea de Évreux, al norte de París. Llevaba, según esta fuente, insignias del grupo EI en lugar de galones.
Un juramento de fidelidad a la organización EI fue encontrado en un dispositivo de memoria USB hallado en su coche. Los investigadores también encontraron, en un matorral cerca de la base, un fusil y municiones, así como pistolas.
El exmilitar había abandonado el ejército de Tierra en 2013 tras diez años de servicio. Se convirtió al islam y estaba siendo vigilado desde 2014 a causa de su radicalización.
En una declaración impregnada de ideología del EI, explicó a los investigadores haberse planteado, al no haber podido irse a Siria, actuar en Francia, informó la fuente cercana al caso.
La base aérea de Évreux, especializada en transporte, alberga una unidad de apoyo a los servicios secretos franceses.
El 20 de abril, tres días antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, un policía fue asesinado en la avenida Campos Elíseos de París. El ataque fue reivindicado por el EI, autor de la mayoría de los atentados ocurridos en Francia desde enero de 2015, en los que han muerto 239 personas.
(Con información de AFP)
Todos los atentados terroristas ocurridos en Occidente están vinculados a nuestros servicios de inteligencia. Si en este caso, se está haciendo algo, o sea publicitarlo e intentar desmantelarlo, es porque el asunto se estaba yendo de madre.
No se limitaba a atentar contra ciudadanos indefensos como es lo normal en los caso de Atentados de Falsa Bandera sino contra las máximas autoridades del gobierno. Es por eso y solo por eso, por lo que esté asunto está saliendo a la luz. Queda demostrado que en Occidente es muy difícil atentar, a no ser que nuestras mismas fuerzas del orden miren para otro lado.
Armak de Odelot
Soldados del ejército alemán en un ejercicio militar en Pabrade Reuters |
Una red neonazi del Ejército alemán planeaba magnicidios para inculpar a refugiados
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- mayo 27º, 2017
El caso dificulta la ascendente carrera de la ministra de Defensa, que muchos veían como sucesora de Merkel.
Ursula Von der Leyen es, en calidad de ministra de Defensa, la otra mujer fuerte del Gobierno que lidera la canciller Angela Merkel.
Al menos lo era hasta que estalló hace unos días el escándalo de los terroristas neonazis detenidos en el seno del Ejército.
Von der Leyen, reunida esta semana con los corresponsales de la prensa extranjera en Berlín, se permitía dar cuenta del positivo balance de su gestión.
A ella se le puede atribuir que el Ejército germano cuente ahora con más personal, más capacidades, mayor presencia en misiones internacionales y mayor presupuesto. Al principio de la legislatura, en 2013, su ministerio manejaba 33.000 millones. Actualmente dispone de 37.000 millones.
Sin embargo, ha sido en su etapa al frente del ministerio de Defensa que han saltado las alarmas por la presencia de neonazis con intenciones terroristas en el Ejército.
Los radicales de extrema derecha querían atentar contra la cúpula del Estado. Entre sus objetivos figuraban el presidente de la República y el ministro de Justicia, entre otros.
Querían dejar pruebas que inculparan a refugiados.
Todo eso buscaban los tenientes Franco A., Maximilian T. y su cómplice Mathias F. Sus apellidos no han sido revelados por las autoridades.
Ahora están detenidos por conspirar y preparar ataques que terminaron siendo evitados gracias a sus arrestos.
Franco A. era objeto de una investigación de la fiscalía desde el pasado mes de febrero.
A finales de abril, al igual que Mathias F., fue detenido. A principios de mayo se produjo la detención de Maximilian T.
Suplantando refugiados
Según los detalles de la investigación filtrados a la prensa desde que se diera a conocer el caso, Franco A. se hizo pasar a finales de 2015 por un demandante de asilo.
David Benjamin, fue el nombre que idearon para él el trío de veinteañeros terroristas de extrema derecha. Se suponía que era un cristiano nacido en Damasco en 1988. Le creyeron.
Por eso dormía en un centro para demandantes de asilo en Baviera, recibía unos 400 euros mensuales de ayuda como refugiado y, paralelamente, cumplía con su horario de trabajo como oficial en el Ejército.
Llevó esta doble vida durante casi año y miedo. Que Franco A. se viera obligado a explicar la tenencia de una pistola con sus huellas, atrajo la atención de las autoridades.
Dijo que había encontrado el arma en unos arbustos en Viena a principios de año. La tenía escondida en un hueco de un baño del aeropuerto de la capital austriaca, según explicó el soldado. Desde Austria, precisamente, llegaron pistas que indicaban la ideología abiertamente xenófoba.
Dan cuenta de ese extremo sus comunicaciones con Mathias F., en cuya vivienda se ha encontrado munición, granadas de mano y material explosivo, según ha informado el semanario Der Spiegel. Maximilian T., investigado en vano por las autoridades en 2015 por llevar a cabo acciones xenófobas, habría contribuido a posibilitar la doble vida de Franco A. Eran amigos y compartían compañía y acuartelamiento.
Franco A. sería quien habría concebido los planes para atentar contra figuras políticas clasificadas en categorías A, B, C y D.
Entre los más relevantes, con categoría “A”, figuraban el ministro de Justicia Heiko Maas y el expresidente alemán Joachim Gauck, predecesor del actual jefe de Estado alemán, Frank-Walter Steinmeier.
CON 'GUION DE PELÍCULA'
“El caso de Franco A. no es algo típico, resulta estrafalario, propio de un libro o de una película más que de la realidad, la imagen de militares que son padres y madres de familia completamente normales corresponde más a lo que es el Ejército alemán hoy día”, dice a EL ESPAÑOL Hans-Peter Bartels, comisario parlamentario para las fuerzas armadas.
Esa función le hace responsable de la inspección de las instituciones militares germanas, entre otras cosas.
Esa imagen, sin embargo, no se ajusta al retrato que se puede realizar del Ejército atendiendo a las informaciones de las últimas semanas.
La semana pasada el periódico Süddeutsche Zeitung hablaba de los “numerosos vínculos” entre la extrema derecha radical y los estudiantes y licenciados de la Universidad de la Bundeswehr de Múnich, prestigioso centro de formación de oficiales.
De acuerdo con las cuentas del diario muniqués, las autoridades militares analizan el caso de once estudiantes vinculados al ultraderechismo. En total se cuentan cerca de 300 casos de estas características. Hasta 63 se registraron sólo el año pasado.
“La amenaza del terrorismo de extrema derecha es grande, la importancia del tema también.
Todos los días se ataca un hogar de refugiados en Alemania”, apunta a EL ESPAÑOL Carsten Koschmieder, politólogo de la Universidad Libre de Berlín.
En el ejército alemán ya se han registrado despidos o castigos con multas a miembros de la tropa por haber aireado gestos y opiniones racistas o de inspiración neonazi.
Entre los 63 casos de 2016 destaca el del soldado despedido por haber ondeado con su coche la Bandera Imperial de Guerra alemana para pasar delante de un hogar para refugiados.
Acompañó su paso con un gesto de su mano sobre su propio cuello, haciendo como si quisiera degollar o cortar la cabeza a los demandantes de asilo.
Casos como ese difieren del de Franco A. y compañía.
Éste último permite hablar de la existencia de "células" terroristas, al menos a los políticos de oposición y de los socialdemócratas, compañeros de coalición en el Gobierno con la Unión Cristiano Demócrata (CDU) deAngela Merkel pero cada vez menos solidarios en vista de la proximidad de las elecciones generales del 24 de septiembre.
'No son casos aislados'
Thomas Oppermann, líder del grupo parlamentario del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) ha manifestado, por ejemplo, que la detención de Franco A. invita a suponer que “se ha formado una célula terrorista en el Ejército”.
Para Christine Bucholz, del partido izquierdistaDie Linke, la principal formación de la oposición, “estos casos no están aislados, hay redes, conexiones, también con extremistas fuera de las fuerzas armadas”.
Bartels, el comisario parlamentario para las fuerzas armadas, prefiere no adelantar acontecimientos.
“Si tenían más conexiones y formaban parte de una organización terrorista es algo que todavía se está investigado”, dice este político del Bundestag.
Comparte la misma valoración Rolf Tophoven, director del Instituto para la Prevención de Crisis (IFTUS), una organización centrada en las políticas de seguridad con sede en Essen (oeste). “Son gente aislada con ideas de extrema derecha que quieren pasar a la acción”, dice a EL ESPAÑOL Tophoven, aludiendo a los tres detenidos.
De lo que no caben dudas es que el caso de Franco A. revela la existencia de al menos “dos problemas”, según señala a este periódico Claudia Major, experta en política de defensa del Instituto Alemán para Política Internacional y Seguridad (SWP, por sus siglas alemanas).
“Está el problema de la institución que se encarga de las peticiones de asilo [La Oficina Federal para la Inmigración y los Refugiados, ndlr.] y el problema del Ejército”, indica Major.
Que Franco A. pudiera presentarse como demandante de asilo puede atribuirse a la gestión improvisada por las autoridades germanas al inicio de una crisis de los refugiados.
El país de Angela Merkel recibió en menos de dos años cerca de 1,3 millones personas, en su mayoría huidas de la guerra civil siria. Sin embargo, para Major está claro que hay que preguntarse “hasta qué punto han funcionado en el Ejércitos los mecanismos internos de control”. Franco A. escribió una tesina en 2014 en la que daba cuenta de su radicalización.
Titulada “Cambio político y estrategias de subversión” debería de titularse en realidad “Principios y medios de la lucha secreta de las razas contra el mundo occidental”, según han apuntado quienes han leído ese trabajo.
Esa pista de clara radicalización, sin embargo, no trajo consecuencias y el ahora detenido por planificar atentados pudo hacer carrera en el Ejército.
De ahí que no pocos se pregunten, al igual que hace Major: “¿Tiene el Ejército los controles necesarios para descubrir y lidiar con ese tipo de de radicales de extrema derecha?”.
Desde el Ministerio de Defensa indican que a partir del próximo mes de julio está previsto entren en vigornuevas medidas para hacer más segura en términos ideológicos las incorporaciones de nuevos soldados.
Consecuencias políticas
Entre tanto, está por ver si el caso Franco A. no supone un severo traspié en la hasta ahora ascendente carrera de Von der Leyen, la titular de Defensa.
Von der Leyen, que cuenta con el apoyo de la canciller, ha querido jugar la carta de la transparencia en este escándalo.
Criticó a principios de mes “el problema de actitud” y las “debilidades de liderazgo” existentes en el Ejército.
Terminó retractándose por esas palabras. Pero el daño ya estaba hecho.
“Muchos, casi todos en el Ejército, se preocupan ahora porque se les ha presentado al público como personal que no es digno de confianza”, según Bartels, el comisario del Bundestag para las fuerzas armadas.
“Ella quería defenderse a sí misma para no ser objeto de críticas, para que no la vean como alguien de extrema derecha, pero tendría que defender al Ejército, y en lugar de eso lo ha criticado”, señala por su parte Tophoven, el director del IFTUS. “La relación de confianza entre la ministra y el Ejército ha sido destruida”, añade, aludiendo a Von der Leyen, en anteriores legislaturas ministra de Familia y Trabajo.
Su habitual seriedad y buen rendimiento en el Gobierno han invitado a los observadores políticos alemanes a considerar habitualmente a Von der Leyen como la sucesora natural del Merkel al frente de la CDU. Sin embargo, ahora está fuera de las quinielas sobre el futuro de la CDU.
“No creo haya llegado el final de su carrera política, y posiblemente esté en el próximo Gobierno de Merkel tras las elecciones de septiembre, pero no creo que ahora mismo Von der Leyen esté en situación de ser la sustituta de Merkel, ni como canciller ni como líder de la CDU”, zanja Koschmieder, el politólogo de la Universidad Libre de Berlín.
Un informante de la policía arrestado en relación con los ataques de Charlie Hebdo Paris en 2015, dice que el gobierno francés ayudó a orquestar los ataques.
Claude Hermant fue arrestado por vender armas usadas a Amédy Coulibaly y los hermanos Kouachi para cometer los ataques.
Él dice que los iniciados del gobierno, incluyendo tres policías militares del gendarme, y dos funcionarios de aduanas, están implicados en los ataques.
Wsws.org informa:
El caso rompe la narrativa oficial, según la cual los ataques terroristas en Francia, Bélgica y Alemania desde 2015 han sido obra de islamistas aislados.
El abogado de Hermant, Maxime Moulin, no discute el hecho de que las armas que pasaron por manos de su cliente, que actuaba para la agencia de inteligencia aduanera hasta 2013 y luego trabajó para la gendarmería, llegaron a Coulibaly.
Los medios de comunicación y los partidos políticos establecidos cubrieron este hecho, junto con el arresto de Hermant después de los ataques debido a sus relaciones con Coulibaly.
El ministro del interior en 2015, Bernard Cazeneuve, incluso invocó el privilegio de los secretos de Estado en lo que respecta a las investigaciones de las relaciones entre Hermant y los islamistas.
Moulin presentó una demanda ante la fiscalía estatal en Lille el 2 de mayo, acusando al ministro del Interior de poner en peligro la vida de su cliente.
Afirmó: "Estamos exigiendo el levantamiento de los privilegios secretos de Estado. Las cosas están siendo escondidas, esta fue la solución que encontramos para obtener la verdad. ...
Queremos tener acceso a esta información.
Pedimos oficialmente que el Ministerio del Interior levante el privilegio de los secretos de estado en todos los informes de contacto [entre la gendarmería y Claude Hermant].
Queremos saber qué informes fueron tratados, qué información no se transmitió, qué informes fueron ignorados y por qué ".
Moulin dijo que Hermant había actuado únicamente en interés de los servicios de aduanas y de la gendarmería: "No podemos aceptar cuando el trabajo de la gendarmería es realmente un límite.
Cuando las cosas salen bien, son felices, pero cuando las cosas no, te cuelgan para secar en las ruinas. No pueden abandonar a un soldado en el campo como éste.
Según el diario Libération, Moulin justificó la demanda de su cliente citando "un artículo de Médiapart de marzo de 2017. Claude Hermant había advertido a la gendarmería que un convoy con armas pasaba por los peajes de la autopista Lille a París, pero la gendarmería sólo tuvo éxito Interceptando la mitad de los vehículos.
El segundo convoy, al que se había advertido que los gendarmes habían sido alertados, logró evadirlos. Y esas armas fueron utilizadas por Coulibaly.
El diario Voix du Nord publicó algunos extractos de correos electrónicos intercambiados entre Hermant y un gendarme en noviembre de 2014:
"Hey Claude, hablamos con nuestros superiores. ... Le estamos dando una luz verde para los dos casos que nos mostró (armas ... [la ciudad de] Charleroi) ... "
Estos correos electrónicos sugieren que Hermant pudo haber recibido la aprobación oficial de alguna agencia de inteligencia por sus acciones en el asunto Coulibaly-Kouachi.
La Voix du Nord anima a sus lectores a sacar sus propias conclusiones: "Supongamos que usted encontró este tipo de mensaje (de una docena aproximadamente en total), que un gendarme presuntamente envió a Claude Hermant el 20 de noviembre de 2017 a las 8:47 am, y que un amigo íntimo del acusado insiste en que "Claude Hermant tiene todas sus bases cubiertas".
Es ya bastante claro que fuerzas más amplias, además de unas pocas redes islamistas, estuvieron involucradas en los procesos que condujeron a los ataques.
El recurso del gobierno al privilegio de los secretos de Estado y el silencio ensordecedor de los principales medios de comunicación ha producido una narración falsa y unilateral de los ataques, que incita al racismo anti-islámico y blanquea el papel del Estado y de la extrema derecha.
El estado de emergencia, impuesto después de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París, se basa en esta mentira, que los medios capitalistas no cuestionan porque está en el centro de la política oficial en Francia.
Los ataques sirvieron para justificar el cambio del ex presidente François Hollande hacia las relaciones con las fuerzas de extrema derecha, con el estado de emergencia, la creación de una nueva guardia nacional, la ley electrónica de espionaje y la legitimación del neofascismo invitando al líder del Frente Nacional Marine Le Pen al Palacio Presidencial del Elysée.
Los ataques de 2015 fueron llevados a cabo por redes islamistas conocidas y seguidas por la inteligencia francesa, que las utilizaba como soldados de infantería en la guerra de la OTAN en Siria.
Los hermanos Kouachi, Coulibaly, y el líder del escuadrón de ataque del 13 de noviembre, Abdelhamid Abaaoud, eran conocidos por los servicios de inteligencia por sus vínculos con Al Qaeda o la milicia islámica (IS).
Los hermanos Kouachi fueron seguidos de cerca de 2010 a 2015 y considerados extremadamente peligrosos debido a sus contactos directos con los líderes de Al Qaeda en la península de Arabia.
Chérif Kouachi y Amédy Coulibaly visitaron repetidamente a Djamel Beghal, miembro de Al Qaeda en Argelia, quien estaba bajo arresto domiciliario en Francia.
Abaaoud, un miembro líder de IS y conocido como la cara pública de su Facebook, reclutó a Seal Abdeslam, uno de los supervivientes del pelotón de ataque, supuestamente el hombre más buscado de Europa, fue de hecho localizado en diciembre de 2015 por un policía en la ciudad de Malines .
Su informe fue inexplicablemente perdido por sus superiores, y la policía sólo lo detuvo en marzo de 2016, unos días antes de los ataques del 22 de marzo de 2016 en Bruselas.
En cuanto a los terroristas que planearon esos ataques, se les permitió organizar los ataques incluso después de que los turcos , la inteligencia israelí y rusa había advertido a sus homólogos europeos de su identidad así como de sus objetivos.
El comentario sobre estos diversos ataques de los medios y los partidos políticos establecidos fue manipulado para aterrorizar al público y empujar la atmósfera política más allá
Las revelaciones de Hermán surgieron entre las dos rondas de las elecciones presidenciales francesas, pocos días después del asesinato de un policía por el simpatizante Karim C.
Este último había estado en prisión por intento de homicidio contra policías en 2001 y era conocido tanto por la policía como por Oficiales de contraterrorismo.
Según informes de prensa, había permanecido en prisión hasta poco antes del ataque y, después de salir de la cárcel, pronto comenzó a amenazar a la policía nuevamente.
Es imposible entender cómo los servicios de seguridad e inteligencia decidieron dejar tal figura en general, a menos que fuera una decisión consciente, suponiendo que cometería un delito que resultaría políticamente útil.
Los medios de comunicación y el establishment político reaccionaron ante el asesinato del policía, Xavier Jugelé, con una histeria de ley y orden que atravesó la creciente lucha contra la guerra y el anti- sentimiento de austeridad entre los jóvenes y los trabajadores después de los ataques del 7 de abril en Siria.
En este clima, Emmanuel Macron, el candidato preferido de las facciones dominantes de la clase dominante, estaba cayendo en las encuestas a medida que Jean-Luc Mélenchon subía.
El ataque sirvió así para cambiar la atmósfera política y mediática a la derecha, estabilizando a Macron y al candidato neofascista Marine Le Pen en las encuestas.
El estado de emergencia no está dirigido a los terroristas, sino a suspender los derechos democráticos ya emprender políticas impopulares
A través de la represión de la oposición, como durante los ataques de la policía contra las protestas del año pasado contra la ley laboral y las búsquedas arbitrarias y las incautaciones en los suburbios inmigrantes.
Police Informant: French Government Orchestrated Charlie Hebdo Attacks
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- mayo 23º, 2017
A police informant arrested in connection with the Charlie Hebdo Paris attacks in 2015, says that the French government helped orchestrate the attacks.
Claude Hermant was arrested for selling weapons used by Amédy Coulibaly and the Kouachi brothers to commit the attacks. He says that government insiders, including three gendarme military policement, and two customs officials, were involved in the attacks.
Wsws.org reports: The case shatters the official narrative, according to which terror attacks in France, Belgium, and Germany since 2015 have been the work of isolated Islamists.
Hermant’s lawyer, Maxime Moulin, does not dispute the fact that weapons that passed through the hands of his client, who was acting for the customs’ intelligence agency until 2013 and then worked for the gendarmerie, reached Coulibaly.
The media and established political parties covered up this fact, together with Hermant’s arrest after the attacks due to his relations with Coulibaly. The interior minister in 2015, Bernard Cazeneuve, even invoked the states secrets privilege in regard to investigations of the relations between Hermant and the Islamists.
Moulin filed a suit with the state prosecutor’s office in Lille on May 2, accusing the interior minister of endangering his client’s life. He stated, “We are demanding the lifting of the states secrets privilege. Things are being hidden, this was the solution that we found to obtain the truth. … We want to have access to this information.
We are officially asking that the Interior Ministry lift the states secrets privilege on all contact reports [between the gendarmerie and Claude Hermant].
We want to know what reports were handled, what information was not transmitted, what reports were ignored, and why.”
Moulin said that Hermant had acted purely in the interests of the customs service and of the gendarmerie: “We cannot accept when the gendarmerie ’s work is really borderline. When things work out, they are happy, but when things don’t, they hang you out to dry in the ruins. They can’t abandon a soldier in the field like this.”
According to the daily Libération, Moulin justified his client’s suit by citing “a Médiapart article of March 2017.
Claude Hermant had warned the gendarmerie that a convoy with weapons was passing through the tollbooths on the Lille to Paris highway, but the gendarmerie only succeeded in intercepting half of the vehicles. The second convoy, which had been warned that the gendarmes had been alerted, managed to evade them. And those weapons were used by Coulibaly.”
The Voix du Nord daily published a few extracts of emails exchanged between Hermant and a gendarme in November 2014: “Hey Claude, we talked it over with our superiors. … We’re giving you a green light for the two cases you showed us (weapons—[the city of]Charleroi) …”
These emails suggest that Hermant may have received official approval from some intelligence agency for his actions in the Coulibaly-Kouachi affair.
The Voix du Nord encourages its readers to draw their own conclusions: “Suppose you ran across this type of message (of a dozen or so in total), that a gendarme allegedly sent to Claude Hermant on 20 November 2017 at 8:47 a.m., and that a close friend of the accused insists that ‘Claude Hermant has all his bases covered.’”
It is by now quite clear that far broader forces besides a few Islamist networks were involved in the processes that led up to the attacks. The government’s recourse to the states secrets privilege and the deafening silence of the major media has produced a false and one-sided narrative of the attacks, which incites anti-Islamic racism and whitewashes the role of the state and far right.
The state of emergency, imposed after the November 13, 2015 attacks in Paris, is based on this lie, which the capitalist media do not challenge because it is at the heart of official politics in France.
The attacks served to justify former President François Hollande’s shift towards relations with far-right forces—with the state of emergency, creating a new ‘national guard’ police agency, the electronic spying law, and legitimizing neo-fascism by inviting National Front leader Marine Le Pen to the Elysée presidential palace.
The 2015 attacks were carried out by Islamist networks known and followed by French intelligence, who were using them as foot soldiers in the NATO war in Syria. The Kouachi brothers, Coulibaly, and the leader of the November 13 attack squad, Abdelhamid Abaaoud, were all known to the intelligence services for their ties to Al Qaeda or the Islamic State (IS) militia.
The Kouachi brothers were closely followed from 2010 to 2015 and considered extremely dangerous due to their direct contacts with leaders of Al Qaeda in the Arabia Peninsula. Chérif Kouachi and Amédy Coulibaly repeatedly visited Djamel Beghal, a member of Al Qaeda in Algeria, who was under house arrest in France.
Abaaoud, a leading IS member well known as the public face of its Facebook recruitment campaign, was allowed to freely travel across Europe to prepare the November 13 attacks.
Salah Abdeslam, one of the survivors of the attack squad, supposedly Europe’s most wanted man, was in fact located in December 2015 by a policeman in the city of Malines. His report was inexplicably lost by his superiors, and police only arrested him in March 2016, a few days before the March 22, 2016 attacks in Brussels.
As for the terrorists who planned those attacks, they were allowed to organize the attacks even after Turkish, Israeli and Russian intelligence had warned their European counterparts of their identity as well as their targets.
Commentary on these various attacks by the media and the established political parties was manipulated in order to terrorize the public and push the political atmosphere further and further to the right.
Hermant’s revelations emerged between the two rounds of the French presidential elections, a few days after the murder of a policeman by IS sympathizer Karim C. The latter had been in prison for attempted murder against policemen in 2001 and was known both to police and counterterrorism officials. According to press reports, he had remained in prison until shortly before the attack and, after leaving prison, he soon began threatening police again.
It is impossible to understand how the security and intelligence services decided to leave such a figure at large, unless it was by a conscious decision, assuming he would commit a crime that would prove politically useful.
The media and the political establishment reacted to the murder of the policeman, Xavier Jugelé, with law-and-order hysteria that cut across rising antiwar and anti-austerity sentiment among youth and workers after the April 7 US strikes in Syria.
In this climate, Emmanuel Macron, the preferred candidate of the dominant factions of the ruling class, was falling in the polls as Jean-Luc Mélenchon rose. The attack thus served to shift the political and media atmosphere to the right, stabilizing Macron and the neo-fascist candidate Marine Le Pen in the polls.
The state of emergency is not aimed at the terrorists, but to suspend democratic rights and undertake unpopular policies through repression of opposition, as during the police attacks on last year’s protests against the labor law and the arbitrary searches and seizures in immigrant suburbs.
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