Yo solo sé, que en los libros de historia sagrada que yo estudié, venía descrito el actual Israel en la época de Canaán, como Palestina.
Para los romanos, esa región era Palestina y las cruzadas se hicieron para liberar Palestina de los turcos.
A Israel nunca nadie lo mencionó, históricamente hablando,... hasta que apareción el sionismo.
Armak de Odelot
Ningún Signo de Israel en el Antiguo Canaán
Como se puede ver el camino del éxodo es la ruta más larga entre Egipto y Palestina |
El doctor egipcio Ashraf Ezzat publicó en Marzo de 2012 en su sitio (ashraf62.wordpress.com) el siguiente texto que hemos traducido, que habla de que la arqueología no ha logrado descubrir ni presentar evidencias de la existencia de "Israel" en las tierras en que se supone que ocurrieron sus historias, siendo clave la nula mención en los registros egipcios de dicha gente, debiéndose suponer, como lo recalca el autor, que los relatados sucesos bíblicos transcurrieron definitivamente en otra zona, a saber, en Arabia y Yemen.
17 de Marzo de 2012
¿Sabía usted que Egipto es mencionado en la Biblia aproximadamente 700 veces (Egipto, 595 veces; egipcio(s), 120 veces)?.
Obviamente, Egipto debe haber desempeñado un papel vital en la historia de los hebreos ya que de otro modo no habría sido un tema tan recurrente en el libro sagrado judío.
Egipto era, y todavía es, la magnífica obertura o preludio a la historia de los israelitas.
Saque a Egipto y la estructura entera del cuento de los israelitas se derrumbaría instantáneamente.
Durante mucho tiempo se nos ha hablado de la larga esclavitud de los israelitas y de su impresionante Éxodo que desafía a la lógica, desde la tierra del Nilo, donde de hecho nada de eso ocurrió nunca en suelo egipcio.
El Egipto antiguo ha sido hecho la tierra de las historias de los israelitas por diseño, o por engaño si usted prefiere.
Pero, por otra parte, ¿sabe usted cuántas veces Israel o los israelitas fueron mencionados en los antiguos registros egipcios?...
Bien, según la historia y los meticulosos registros de los antiguos egipcios (prepárese para la sorpresa), una vez... o tal vez ninguna en absoluto.
Ahora, y antes de que yo lo lleve a un pequeño viaje en el tiempo, alrededor de unos 3.000 años atrás, quiero que usted reflexione sobre esta paradójica proporción de 700 a 1, y trate de contestar esta simple pregunta:
¿y si hubiera alguien que ha hablado de usted cientos y cientos de veces, citando lugares e historias que él dice que ha compartido con usted, siendo que usted no sabe quién es él o de qué demonios habla?...
¿Còmo llamaría usted a aquella persona?
¡Un mentiroso!, ¡una persona engañadora!... o tal vez alguien que trata de restarle méritos a usted.
Si ésa es su respuesta, entonces tenemos un punto en común para mi siguiente argumento.
Si no, entonces, salte a mi máquina del tiempo y visitemos el antiguo Imperio egipcio en su cenit.
La única vez que Israel fue mencionado en los antiguos textos egipcios, la más meticulosa y coherente de las civilizaciones antiguas del mundo, que cubrió las crónicas de casi 3.000 años, fue en la estela del rey Merneptah [1].
La losa de granito negro tiene grabada una descripción de las victorias del rey Merneptah —hijo del gran Ramsés II— en una campaña militar contra los libios Meshwesh y sus aliados los Pueblos del Mar, pero sus dos líneas finales, líneas 26 y 27, se refieren a una campaña militar previa en Canaán (tierra confundida por historiadores ortodoxos con Palestina) en el Oriente Próximo.
La estela, que se remonta a aproximadamente 1208 a.C., fue descubierta por el renombrado arqueólogo británico Flinders Petrie en Tebas en 1896.
La inscripción contiene un himno y una lista de las victorias militares del Faraón.
Una tribu, a la que Merneptah había golpeado victoriosamente,"I.si.ri.ar", o como Petrie rápidamente sugirió que decía, "Israel", está en la lista de conquistas.
La mención de Israel es muy breve, y simplemente dice: "Israel es dejado desierto, su semilla ya no existe".
Sí, tal vez la tribu, no el reino, de Israel es la que había sido mencionada en la estela del rey Merneptah, pero se determinó que estaba completamente devastada y no existía más.
Una cosa más de la que la estela no habla mucho es acerca de la localización exacta de aquella tribu"I.si.ri.ar" (que según nuestra investigación y libro debe ser encontrada en la antigua Arabia del Sur y Yemen del Norte).
De manera bastante curiosa, los israelitas fueron representados (con jeroglíficos distintivos) en la estela egipcia como beduinos o nómadas que estaban siempre en movimiento y que nunca se instalaron en un lugar o ciudad, al contrario de la historia israelita de invasión y establecimiento acerca de lo cual ellos han estado desvariando durante largos siglos de silenciosos registros egipcios.
La antigua escritura egipcia, los jeroglíficos, fue descifrada en 1822 por Jean-François Champollion.
Ya que el resultado de continuas excavaciones en la así llamada Canaán / Palestina, realizadas por arqueólogos israelíes y occidentales desde principios del siglo XX, sólo ensanchó el abismo entre la verdad histórica como los académicos la conocen y los cuentos de la Biblia hebrea, pensé que tal vez podríamos buscar la parte faltante en otra parte.
Puesto que una documentación más consistente y confiable está siendo necesaria, deberíamos por lo tanto intentar buscar la verdad en Egipto.
Al contrario, el rey Merneptah no dejó detrás ningún cuento de serpientes encantadas o de un mar que se abre, sino sólo su famosa estela que atestigua la devastación de la tribu hebrea.
Egipto tenía una posición y un paisaje geográficos únicos.
La tierra de Egipto disfrutaba de muchas barreras naturales: había desiertos al Este y al Oeste del río Nilo, montañas al Sur, y el Mar Mediterráneo al Norte.
Esa geografía única había protegido (en algún grado) a los antiguos egipcios y permitió que ellos desarrollaran la civilización de mayor duración (3.000 años casi ininterrumpidos) de la Antigüedad.
Durante el Reino Nuevo (1550-1077 a.C.) Egipto controló un gran trozo del Levante a fin de asegurar sus rutas comerciales y sus relaciones con potencias del Este.
De esa manera, el territorio conocido hoy como Palestina / Israel, Jordania, Líbano y Siria del Sur estaba prácticamente bajo soberanía egipcia con guarniciones militares fortificadas y castillos por todas partes.
De ahí que quede expuesta la parte divertida del cuento del Éxodo; porque usted no sale de Estados Unidos huyendo desde Nueva York y dirigiéndose hacia Massachusetts.
El Sinaí y el Levante eran territorios bastante egipcios en la (pretendida) época del Éxodo.
A propósito, la tierra ocupada por Palestina, Líbano y Jordania hoy en día nunca ha sido conocida ni mencionada en la Historia antigua como "Canaán" (como se explica en mi libro).
Los jefes de las comunidades tribales del Levante y los líderes de las pequeñas ciudades tenían que prometer lealtad al poderoso rey de Egipto. A cambio, a ellos se les concedería protección de parte del rey y apoyo en tiempos de privaciones.
(¿Ha escuchado usted alguna vez hablar de la presencia egipcia en el Levante —confundido con Canaán por los orientalistas— en la narrativa de la Biblia hebrea? No lo creo).
Un ejemplo de la hegemonía egipcia sobre el Levante / Canaán, en particular durante el Reino Nuevo (1570-1070 a.C.), es el valle de Meggido.
Según la Historia documentada y ortodoxa, Meggido fue el lugar que presenció una de las mayores batallas en el Imperio egipcio. Según nuestra investigación, había también otro Meggido. Aquél era uno de aquellos oscuros pueblos tribales localizados a lo largo de la antigua ruta de comercio del incienso [3] que corría a través de la costa árabe occidental.
Y para conseguir un cuadro más claro de cómo las supuestas ciudades bíblicas dependían completamente de la protección y el apoyo de los egipcios y cuán esencial era para sus líderes mostrar su resuelta lealtad a la monarquía egipcia, aquí está una de las famosas cartas de Amarna [4], descubiertas en 1887, en la cual Biridiya, el líder de Meggido, prácticamente se arrastra para conseguir la ayuda del rey Amenhotep IV (Akhenatón [5], 1350-1334 a.C.).
Note que Biridiya se dirige al rey de Egipto como "mi señor, mi dios y mi sol", y no como "Faraón", otro mito bíblico que el escritor de este ensayo refuta sistemáticamente.
"Al rey, mi señor y mi dios y mi sol, así dice Biridiya, el leal siervo del rey: A los pies del rey, mi señor, mi dios y mi sol, siete veces y siete veces me postro.
"Sepa el rey que desde que los arqueros han vuelto, Labayu [el líder de Siquem, el bíblico pueblo de Jacob y donde José supuestamente está sepultado] realiza actos de hostilidad contra mí, y que no podemos esquilar la lana y no podemos pasar por la puerta en presencia de Labayu, ya que él sabe que usted no me ha dado arqueros; y ahora él tiene la intención de tomar Meggido, pero el rey protegerá su ciudad de modo que Labayu no se apropie de ella.
En verdad, la ciudad está destruída por la muerte a consecuencia de pestilencias y enfermedades.
Concédame cien soldados de guarnición para proteger la ciudad, no sea que Labayu la tome. Ciertamente Labayu no tiene ninguna otra intención. Él trata de destruír Meggido" [6].
Entonces el pueblo bíblico de Meggido era tan pequeño y débil que una milicia de 100 hombres era una fuerza suficiente para defenderlo contra un apoderamiento por parte de otra tribu.
Eso sucedió durante un tiempo caracterizado por una expansión demográfica y mencionado en la historia israelita como el Establecimiento en Canaán (período de los Jueces).
Sin embargo, aquella contradicción [7] sugiere fuertemente que la "Biblia hebrea" debe haber estado hablando de otro "Canaán".
Geopolítica y Paisaje del Antiguo Canaán
El heterogéneo paisaje de Canaán, enmarcado por el mar y el desierto, por Egipto y Anatolia, en parte tierras malas, en parte llanuras verdes, nunca se prestó para la noción de carácter de nación. En las montañas era bastante difícil sobrevivir, y más aún permitirse el lujo de la política de Corte.
Y en las llanuras, las ciudades de Canaán central y del Sur estaban todas en las antiguas carreteras, en los caminos hacia alguna otra parte, entre Egipto y los hititas y Mesopotamia.
Como dijimos antes, y de acuerdo a nuestra investigación [8], Canaán en la Biblia debía ser encontrado en la antigua Arabia y cerca de Yemen del Norte.
Además, la descripción bíblica es obviamente desconocida para la realidad geopolítica en Palestina.
Palestina estuvo bajo el dominio egipcio hasta el comienzo del primer milenio a.C. Los centros administrativos de los egipcios estaban localizados en Gaza, Yaffo y Beit She’an.
La presencia egipcia [9] también ha sido descubierta en muchas localidades a ambos lados del río Jordán.
Esa asombrosa presencia egipcia en la tierra no es mencionada en el relato bíblico, y está también claro que era desconocida por los escribas hebreos de entonces.
Además, los descubrimientos arqueológicos contradicen manifiestamente el cuadro bíblico: las ciudades cananeas no eran "grandes", no estaban fortificadas y no tenían murallas altas [10], como en la conocida historia de las murallas de Jericó.
El heroísmo de los conquistadores, pocos contra muchos y con la ayuda del dios que luchaba por su pueblo, es sólo una reconstrucción teológica que carece de cualquier base real.
Aunque la estela de Merneptah fue la única referencia egipcia que mencionó a Israel, no fue la única referencia acerca de campañas militares en Palestina / Canaán.
Otros reyes egipcios del Reino Nuevo (1550-1069 a.C.) nos han dejado valiosas inscripciones (en estelas y murallas de templos) que documentan muchas de sus batallas en Canaán, como lo hizo el rey Ramsés II en su famosa batalla contra los hititas en Kadesh (1274 a.C.) [11].
Aunque los documentos de la batalla, una de las más tempranas en la Historia, hacían referencia a las principales ciudades cananeas / levantinas de entonces, ninguna de las ciudades bíblicas, como frecuentemente son citadas en el sagrado libro hebreo, fue mencionada alguna vez en las crónicas de Kadesh [12].
La Invasión de Canaán por los Pueblos del Mar
En el año 8 del reinado del rey Ramsés III, los Pueblos del Mar [13], muy probablemente de las islas egeas y jónicas, se atrevieron a emprender una guerra ofensiva sin precedentes contra Egipto por tierra y mar. El rey Ramsés III [14] los derrotó en dos victoriosas batallas de tierra y mar (1178 a.C.).
Los detalles del combate están meticulosamente registrados en las paredes del templo mortuorio del rey Ramsés III en Tebas / Medinet Habu [15], uno de los templos más grandes y mejor conservados en Egipto.
Ramsés III Sujetando a Sus Enemigos. Relieve en Templo de Medinet-Habu
En Medinet Habu, Ramsés III mostró los nombres (con sus imágenes estilizadas) de siete de sus derrotados enemigos que constituyeron la beligerante coalición de los pueblos del mar junto con los entonces principales actores políticos en Canaán, que fueron o derrotados o tentados para unirse a la incursión de la gente de mar por las fronteras egipcias.
Los nombres en la inscripción eran:
(Hititas) El desventurado jefe de Kheta como cautivo vivo.
(Amoritas) El desventurado jefe de Amor.
(Tjekker) Líder (literalmente El Grande) del enemigo de Thekel (TAkwrA).
(Sherden) Sherden (SArAdAnA) del mar.
(Beduinos) Líder del enemigo de Sha[su].
(Teresh) Teresh (tjwrASA) del mar.
(Filisteos) Líder de los Pe[leset].
La Biblia retrató a los filisteos —una de las siete facciones identificadas de la coalición beligerante contra Ramsés III— como el principal enemigo de los israelitas.
Nos hablaron de una vieja guerra entre los dos pueblos, que fue a menudo adornada con míticos cuentos de heroísmo (David contra Goliat).
Dado que la batalla del rey Ramsés III tuvo lugar en un momento que condujo, según la cronología hebrea, a la Monarquía Unida israelita (1030-931 a.C.), uno esperaría encontrar —si las unidades de infantería de Ramsés III fueron forzadas a combatir contra todos los actores principales en Canaán, incluyendo a los hititas, amorreos y filisteos— a Israel o a israelitas entre ellos.
Pero, una vez más, ése no fue el caso. Los bien conservados registros de la batalla de Ramsés III en Palestina / Canaán insisten en excluír a los israelitas de la escena histórica y geopolítica de la región, y, paradójicamente, pocos años antes del establecimiento del supuesto reino de David y Salomón.
Las historias bíblicas deben haber sucedido en otra parte, y en efecto ése fue el caso.
Si bien podríamos distinguir fácilmente a los filisteos entre las inscripciones grabadas en las paredes de Medinet Habu, los israelitas no se encuentran en ninguna parte en los archivos egipcios.
Y no podemos considerar a los beduinos como los israelitas, ya que Egipto 30 años antes los había designado [a los israelitas] expresamente como "Israel" y no como beduinos.
Entonces no desperdiciemos tiempo en aquella inaceptable hipótesis. En vez de eso, enfoquémonos en este dilema: en la Estela de Merneptah encontramos a Israel en Canaán, y sólo treinta años más tarde las crónicas egipcias de unos tiempos de guerra en Canaán no mencionan a Israel.
Ahora, la pregunta obvia es ¿dónde, en los registros arqueológicos, son los israelitas aquellos a los que el rey Merneptah combatió?.
Sin embargo, el profesor Ze'ev Herzog de la facultad de Arqueología de la Universidad de Tel-Aviv afirma que no hay ninguna prueba en el registro arqueológico de que Israel fuera alguna vez una fuerza poderosa, ya fuese en el momento de la Estela de Merneptah o en cualquier otro punto en la Antigüedad.
Las condiciones en la antigua Palestina eran inhospitalarias para el establecimiento urbano o en realidad para el desarrollo de cualquier reino, y ciertamente ningún proyecto de muestra, como santuarios o templos egipcios o palacios mesopotámicos, podría haber sido establecido allí.
Los documentos egipcios no hacen ninguna mención de la presencia de los israelitas en Egipto, y son también silenciosos con respecto a los acontecimientos del Éxodo.
Sin embargo, los documentos mencionan realmente la costumbre de pastores nómadas de entrar en Egipto durante períodos de sequía y hambre y de acampar en los bordes del Delta del Nilo.
Sin embargo, ése no era un fenómeno solitario: tales acontecimientos ocurrieron con frecuencia durante miles de años y eran difícilmente excepcionales.
"Después de 70 años de intensas excavaciones en la Tierra de Israel, los arqueólogos han averiguado que los hechos de los patriarcas son historias legendarias, que no moramos en Egipto ni hicimos un éxodo, y que no conquistamos la tierra.
Tampoco hay ninguna mención del Imperio de David y Salomón. Aquellos que tienen un interés han conocido estos hechos durante años, pero Israel es un pueblo obstinado y no quiere oír sobre ello" [16].
Habiendo clarificado aquel capítulo de la historia del antiguo Egipto en la Edad del Bronce tardía durante la cual dicho Imperio prácticamente controló todo Canaán y prácticamente la mayor parte del Levante, pienso que se está haciendo menos enigmático para nosotros por qué Egipto apenas mencionó o se refirió a Israel en sus registros, mientras que los israelitas han estado delirando sobre Egipto todo el tiempo.
La respuesta, que conmocionará definitivamente a muchos, es porque la verdadera tierra que presenció las historias israelitas nunca estuvo en la antigua Palestina o Egipto.
Egipto nunca fue la tierra del Éxodo de los israelitas, ni Palestina su "tierra prometida".
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