GLIFOSATO: desgarradora carta antes de morir de una científica de la EPA “sí, causa cáncer”
En la carta, Copley le pide al científico Jess Rowland, llamado el “topo de Monsanto” dentro de la EPA, que “deje mentir sobre los peligros del RoundUp (Glifosato).
Marion Copley, una científica de la EPA con 30 años de carrera, con numerosos premios en su haber, escribió una carta a Rowland en marzo de 2013, dos años antes de que el debate público sobre la carcinogenicidad del glifosato comience en serio.
La Dra. Copley fue toxicóloga principal en la División de Efectos de la Salud de la EPA y trabajó estrechamente con Rowland.
Diagnosticada con cáncer terminal, tuvo que retirarse por razones de salud y falleció en enero de 2014.
Antes de su muerte, expresó sus serias preocupaciones a Rowland sobre el manejo del glifosato por parte de EPA.
Desafortunadamente, la Dra Copley murió un año después y antes de que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC-OMS), el año siguiente, llegara a la misma conclusión sobre el herbicida:
el glifosato es un carcinógeno.
La declaración moribunda de la Dr. Copley comienza nombrando no menos de catorce efectos del glifosato conocidos por la EPA, todos los cuales son mecanismos plausibles de acción que explican el aumento en el riesgo de linfoma.
-“Cualquiera de estos mecanismos por sí solos puede causar tumores, pero el glifosato causa todos ellos simultáneamente”.
Copley señaló que el glifosato fue previamente clasificado por la EPA como un “POSIBLE carcinógeno humano”, y argumentó que, de acuerdo con los conocimientos de la EPA sobre el producto químico, la EPA debería re-clasificar el glifosato como “PROBABLE carcinógeno humano”.
En esta carta, Copley le pide a Jess Rowland que haga su trabajo y proteja al público en lugar de proteger los intereses de Monsanto, diciéndole :
-“Por una vez en tu vida, escúchame y no hagas tu juego de connivencia política con la ciencia para favorecer a los registrantes.
Por una vez haz lo correcto y no tomes decisiones basadas en cómo afecta a tu bono”.
En dicha correspondencia, la toxicóloga cita pruebas de estudios en animales y escribe:
Luego insiste en otro párrafo:
-“Jess, tú y yo hemos discutido muchas veces sobre el Comité de Revisión de la Evaluación de Cáncer de la EPA (CARC) .
Usted discutió a menudo sobre temas fuera de su conocimiento, que es antiético. Su formación en 1971 en Nebraska, es muy anticuada, por lo tanto la ciencia CARC está a 10 años detrás de la literatura en los mecanismos.”
Y continúa diciendo: -
”Los quelatos claramente interrumpen la señalización del calcio, una vía de señalización clave en todos los cellos y que media en la progresión del tumor.
Se supone que Greg Ackerman es nuestro experto en mecanismos, pero nunca mencionó ninguno de estos conceptos en el CARC y cuando traté de discutirlo con él, me dejó fuera.
¿Greg está jugando tus juegos políticos también, es incompetente o tiene algún tipo de conflicto de intereses?”
Aquí hace referencia al científico Gregory Akerman, de la división Efectos en la Salud, Revisión sistemática y métodos de recopilación de datos, que sigue en funciones en la EPA.
También acusa a Rowland y a otra científica de la EPA, Anna Lowit , que todavía trabaja en la agencia, de involucrarse en tácticas de intimidación para obligar a los científicos y burócratas de la EPA a cambiar sus conclusiones a favor de Monsanto.
-“Usted y Anna Lowit intimidaron al personal del Comité de Revisión de la Evaluación de Cáncer de la EPA (CARC) y cambiaron los reportes finales del Comité de Revisión de la Evaluación del Riesgo de la Agencia (HIARC) y del Comité de Ciencias y Política de Peligros (HASPOC) para favorecer a la industria”, dice Copley.
Esta táctica, por cierto, está alineada al 100% con la cultura corporativa profundamente malvada de Monsanto, que habitualmente se involucra en tácticas legales de intimidación a científicos y campañas de asesinato contra activistas anti-Monsanto.
Copley advierte y acusa que los científicos de la EPA son sobornados por Monsanto, diciendo:
“Su colega de Nebraska recibió fondos de la industria, claramente tiene un conflicto de intereses. Simplemente prométeme que no dejará nunca a Anna (Lowit) en el comité del CARC, sus decisiones no tienen sentido racional. Si alguien en OPP está aceptando sobornos, es ella.”
Lo que es grave, es que esta científica a la que hace referencia la científica en su carta: Lowit, que además de trabajar en la EPA como asesora senior en la Oficina de Programas de Plaguicidas, es la Co-presidente del Comité Asesor Científico sobre Métodos Toxicológicos Alternativos (ICCVAM).
La tarea de este organismo es:
“Establecer, siempre que sea factible, directrices, recomendaciones y reglamentos que promuevan la aceptación reglamentaria de pruebas toxicológicas nuevas o revisadas científicamente válidas que protejan la salud humana y animal y el medio ambiente, reduciendo, refinando o reemplazando ensayos con animales y garantizando la seguridad humana y la inocuidad de los productos. Eficacia.”
Es un comité permanente del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS), en el marco del Centro Interagencial Nacional de Evaluación de Métodos Toxicológicos Alternativos (NICEATM) del Programa Nacional de Toxicología.
El ICCVAM está compuesto por representantes de 16 agencias federales de regulación y de investigación de los Estados Unidos que requieren, usan, generan o difunden información toxicológica y de pruebas de seguridad.
No solo existe un conflicto de intereses de parte de Lowit, también un trabajo fino dentro de los entes reguladores, a favor de Monsanto, una real mercenaria, cínica y sin respeto alguno por la salud de los seres humanos y del ambiente.
Los abogados de los demandantes se negaron a decir cómo obtuvieron la carta, que tiene fecha 4 de marzo de 2013.
La fecha de la carta viene después de que Copley dejó la EPA en 2012 y poco antes de morir de cáncer de mama a los 66 años, en enero de 2014 .
Ella acusa a Rowland de haber “intimidado al personal” para cambiar los informes para favorecer a la industria, y escribe que
la investigación sobre el glifosato, el ingrediente clave del Roundup de Monsanto, muestra que el pesticida debe ser clasificado como “probable carcinógeno humano”.
Marion Copley firma con una súplica para la humanidad, sabiendo que ella está acercándose a la muerte, pero que quiere ayudar a liberar a la humanidad del producto químico tóxico “holocausto” que está siendo impulsado por Monsanto y una EPA criminal.
En otros párrafos de la carta,
la científica sigue diciendo:
-“Desde que dejé la Agencia con cáncer, he estudiado extensamente el proceso del tumor y tengo algunos comentarios del mecanismo que pueden ser muy valiosos para el CARC basado en mis décadas de experiencia en patología:
*El glifosato fue originalmente diseñado como un “agente quelante” y creo firmemente que es el proceso idéntico involucrado en su formación de tumores, lo cual está altamente apoyado por la literatura.
*Los quelatos inhiben la apoptosis, el proceso mediante el cual nuestros cuerpos matan a las células tumorales
*Los quelatos son disruptores endocrinos, involucrados en la tumorigénesis
*El glifosato induce proliferación de linfocitos
*El glifosato induce la formación de radicales libres
*Los quelatos o secuestrantes, inhiben las enzimas de eliminación de radicales libres que requieren Zn, Mn o Cu para la actividad (es decir, SOD) superóxido dismutasa (antioxidante)
*Quelata el zinc, necesario para la función del sistema inmunológico
*El glifosato es genotóxico, un mecanismo clave contra el cáncer, (coincide con el Dr Robert Bellé)
-El quelato inhibe las enzimas de reparación del ADN que requieren cofactores metálicos
– Los quelatos unen Ca, Zn, Mg, etc. para hacer los alimentos deficientes de estos nutrientes esenciales
-Quelata el calcio necesario para la enzima calcineurina, para una correcta respuesta inmune
-Los quelatos a menudo dañan los riñones o el páncreas, como el glifosato, es un mecanismo para la formación de tumores
-La lesión del riñón / páncreas puede conducir a cambios en la química clínica para favorecer el crecimiento tumoral
– El glifosato mata las bacterias en el intestino y en el sistema gastrointestinal donde reside el 80% del sistema inmune
-Los quelatos suprimen el sistema inmune haciendo el cuerpo susceptible a los tumores
* Las células sanguíneas están más expuestas a quelantes, si cualquier estudio muestra proliferación de linfocitos, entonces es confirmatorio que el glifosato es un carcinógeno.
“Tengo cáncer y no quiero que estos problemas serios en MED pasen sin tratamiento antes de ir a mi tumba. He cumplido con mi deber.”
Firma : Marion Copley 4 de marzo de 2013
Rowland dirigió el trabajo de científicos que evaluaron los efectos en la salud humana de la exposición a plaguicidas como el glifosato y presidió el Comité de Revisión de la Evaluación del Cáncer (CARC) de la EPA que determinó que el glifosato “no es probable que sea cancerígeno para los seres humanos”.
Rowland dejó la EPA en 2016, poco después de que una copia del informe del CARC fuese filtrada y citada por Monsanto como evidencia de que la clasificación del IARC era defectuosa.
La EPA ha pasado los últimos años evaluando el perfil de seguridad sanitaria y ambiental del glifosato a medida que la controversia mundial sobre el producto químico ha aumentado.
La agencia había planeado terminar su evaluación del riesgo de glifosato en 2015.
Luego dijo que se completaría en 2016; Luego dijo que estaría terminado en el primer trimestre de 2017.
Ahora la agencia dice que espera tenerla terminada a finales del tercer trimestre de 2017. Sigue dilatando un resultado, que ya es difícil de ignorar : El glifosato produce cáncer y lo saben desde hace años, pero lo ocultaron.
La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) y la European Food Safety Authority (EFSA) también son culpables, insistiendo que “no es cancerígeno”, porque analizan el glifosato solo, sin los coadyuvantes de las formulaciones del RoundUp, tal como lo advirtió el Dr Rober Bellé hace dos décadas. Eso es ECOCIDIO.-
La venta libre del herbicida
más utilizado en España será prohibida
en Francia por cancerígeno
El glifosato, un herbicida de amplio espectro, que es el principio activo del vendido por Monsanto con el nombre comercial de Roundup, y que se utiliza bajo otras marcas por haber expirado la patente, es el más vendido de España y del mundo y fue considerado como “probable cancerígeno” el pasado mes de marzo por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud, sin que el ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que encabeza Isabel García Tejerina tomara alguna medida, siquiera de información pública.
No ha sido así en Francia, donde la ministra de Ecología, Ségolène Royal, anunció ayer que propondrá la prohibición de la venta libre del herbicida de Monsanto.
La ministra, a través de twitter pidió a las jardinerías que retirasen ‘Roundup’ de las estanterías de venta libre, y recomendó a los usuarios utilizar la guía de jardinería natural, sin uso de pesticidas, editada por su ministerio para trabajar el campo.
En el área industrial ha aumentado exponencialmente la utilización del glifosato ya que Monsanto comercializa variedades de cereal genéticamente modificado que son resistentes al producto químico.
El uso masivo del glifosato también en ciudad y jardines privados hace que la población quede expuesta a ser contaminada a través del aire, el agua y la comida.
El 20 de marzo de este año, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer hizo público el resultado de una evaluación de cinco pesticidas, entre ellos el glifosato.
De éste dijo que hay cierta evidencia de ser un agente cancerígeno en humanos relativa a estudios en Estados Unidos, Canadá y Suecia, publicados en 2001.
Además hay un convencimiento claro de que causa cáncer en animales de laboratorio. Finalmente decidió clasificarlo como ‘probable cancerígeno’, junto al malathion y el diazinón.
El glifosato, un herbicida de amplio espectro, que es el principio activo del vendido por Monsanto con el nombre comercial de Roundup, y que se utiliza bajo otras marcas por haber expirado la patente, es el más vendido de España y del mundo y fue considerado como “probable cancerígeno” el pasado mes de marzo por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud, sin que el ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que encabeza Isabel García Tejerina tomara alguna medida, siquiera de información pública.
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En el área industrial ha aumentado exponencialmente la utilización del glifosato ya que Monsanto comercializa variedades de cereal genéticamente modificado que son resistentes al producto químico.
El uso masivo del glifosato también en ciudad y jardines privados hace que la población quede expuesta a ser contaminada a través del aire, el agua y la comida.
El 20 de marzo de este año, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer hizo público el resultado de una evaluación de cinco pesticidas, entre ellos el glifosato.
De éste dijo que hay cierta evidencia de ser un agente cancerígeno en humanos relativa a estudios en Estados Unidos, Canadá y Suecia, publicados en 2001.
Además hay un convencimiento claro de que causa cáncer en animales de laboratorio. Finalmente decidió clasificarlo como ‘probable cancerígeno’, junto al malathion y el diazinón.
Monsanto dice que el glifosato está en la categoría de peligro del café, los móviles o el aloe vera
Monsanto sacó el mismo día de la evaluación publicada por la agencia de la OMS una nota de prensa en la que descalificaba el trabajo de ésta por “no haber nuevos datos, haber excluido de la revisión datos científicos relevantes, hacer conclusiones sin el apoyo de datos científicos y clasificar al glifosato en riesgo de la misma categoría 2 que el café, teléfonos móviles, aloe vera y profesiones como las de peluquero y cocinero de frituras”.
La multinacional estadounidense afirmaba con rotundidad que “todos los usos de glifosato incluidos en la etiqueta (de Roundup) son seguros para la salud humana, lo que está sustentado en una de las bases de datos de salud humana más amplias que se han recopilado sobre productos agrícolas”.
Francia ya había anunciado la semana pasada que a partir de 2018 sólo se venderían productos fitosanitarios a los consumidores por intermediación de un vendedor autorizado, que pueda aconsejar adecuadamente sobre las prohibiciones y alternativas.
En España, el sindicato Comisiones Obreras escribió una carta a los responsables de las carteras ministeriales de Trabajo, Agricultura, Fomento y Sanidad, en la que describía la exposición al contaminante de la población y los trabajadores que trabajan con el producto, y consideraba que dado el elevado riesgo “para la salud púbica, laboral y los ecosistemas, la mejor solución es la eliminación del uso del glifosato”, y añadían que era un producto sustituible con soluciones menos dañinas.
El sindicato añadía que hasta que se prohibiera se debería modificar el Plan de Acción Nacional para el uso sostenible de productos fitosanitarios, que está en vigor desde hace tres años, para incluir medidas que redujeran la exposición al herbicida de Monsanto.
También Greenpeace inició hace un mes una recogida de firmas para pedir al ministerio de Sanidad y al de Agricultura que prohíban este cancerígeno y recordaban que en España se venden 125 productos con glifosato.
La organización ecologista pide a las autoridades españolas que apliquen el principio de precaución y suspendan la comercialización del glifosato hasta que se complete por parte de la Unión Europea un estudio completo de evaluación.
Monsanto sacó el mismo día de la evaluación publicada por la agencia de la OMS una nota de prensa en la que descalificaba el trabajo de ésta por “no haber nuevos datos, haber excluido de la revisión datos científicos relevantes, hacer conclusiones sin el apoyo de datos científicos y clasificar al glifosato en riesgo de la misma categoría 2 que el café, teléfonos móviles, aloe vera y profesiones como las de peluquero y cocinero de frituras”.
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En España, el sindicato Comisiones Obreras escribió una carta a los responsables de las carteras ministeriales de Trabajo, Agricultura, Fomento y Sanidad, en la que describía la exposición al contaminante de la población y los trabajadores que trabajan con el producto, y consideraba que dado el elevado riesgo “para la salud púbica, laboral y los ecosistemas, la mejor solución es la eliminación del uso del glifosato”, y añadían que era un producto sustituible con soluciones menos dañinas.
El sindicato añadía que hasta que se prohibiera se debería modificar el Plan de Acción Nacional para el uso sostenible de productos fitosanitarios, que está en vigor desde hace tres años, para incluir medidas que redujeran la exposición al herbicida de Monsanto.
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La organización ecologista pide a las autoridades españolas que apliquen el principio de precaución y suspendan la comercialización del glifosato hasta que se complete por parte de la Unión Europea un estudio completo de evaluación.
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