Aunque el Gobierno no hable de la sequía, la hay y es grave
Los mapas que demuestran que España está cometiendo un “suicidio hídrico”
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- agosto 27º, 2017
En Europa, parece bastante claro que los países de la cuenca mediterránea nos llevaremos la peor parte en los efectos del cambio climático, sobre todo en lo que respecta a nuestro recurso más valioso y escaso: el agua.
Deberíamos prepararnos para lo que viene, asumiendo una situación en la que el agua será cada vez más escasa, pero en España hemos decidido ir a contracorriente.
Estos dos mapas, presentados en diciembre por el Joint Research Centre de la Comisión Europea en una conferencia sobre el futuro de la Política Agraria Común, son una muestra cruda y obvia de que estamos hipotecando nuestro futuro.
El sur y este de España destaca como una señal de emergencia en el mapa de la evolución del índice de explotación del agua, un indicador que estima cuánta agua se usa en relación a lo que hay disponible. En ninguna región de Europa están usando de forma menos inteligente sus recursos hídricos.
Si ya estamos sobreexplotando el agua, resulta evidente que será imposible adaptarnos a los efectos del cambio climático.
En el segundo mapa, con un escenario de incremento de la temperatura de 2 grados, la situación es muy grave para la cuenca mediterránea y prácticamente para todas las zonas de nuestro país.
Ante una situación de escasez creciente, nuestro mayor seguro son ríos, humedales y acuíferos en buen estado.
Para conseguirlo no sirven sólo soluciones tecnológicas.
Además de hacer un uso más racional y eficiente de los recursos hídricos, sólo queda una solución: reducir la demanda de agua.
En España en torno al 80% del agua se destina a la agricultura, y seguir apostando por el aumento del regadío sin tener en cuenta otras opciones (solo en la cuenca del Ebro se pretende aumentar la superficie regada en casi medio millón de hectáreas) es un suicidio hídrico.
Seguiremos trabajando para que las administraciones despierten ante la realidad, y dejen de hipotecar el futuro de todos.
Por Rafael Seiz, Programa de Aguas y Agricultura de WWF España.
Fuente: https://www.iagua.es/
Puerto de recreo del embalse de Buendía, donde se puede ver la dramática situación del nivel del agua
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Fuente
Asociación de Pueblos Ribereños
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Aunque el Gobierno no hable de la sequía, la hay y es grave
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- agosto 25º, 2017
Si no se habla de ello es que no existe. Esta es una de las máximas de los medios de comunicación modernos, pero es una frase que también se puede aplicar a la política y a cómo los partidos hablan de temas que les interesan y obvian otros.
Este es el caso de la sequía que actualmente sufren muchas comunidades de España y que, excepto a niveles más regionales y locales, no se está tratando ni el Gobierno nacional ni en el Parlamento tan movido que tenemos en esta legislatura, pese a la gravedad del asunto.
Solo un dato para comenzar: en lo que llevamos de año ha llovido en Palencia lo que normalmente lo hace en Almería, y la situación no parece que vaya a mejorar.
Peligro de desabastecimiento humano
Ya no hablamos de no poder producir energía hidroeléctrica o regar parques y cultivos, hablamos de que, como han recalcado a ELPLURAL.COM desde la Confederación Hidrográfica del Duero, llevamos encadenando sequías desde otoño del año pasado y “cómo no empiece a llover en otoño podría haber problemas de consumo humano y el año próximo no se podría regar”.
Volviendo a Palencia, en lo que llevamos de verano la Diputación ha facilitado el suministro de agua potable a 15 núcleos de población que suman más de un millar de personas.
Situaciones similares encontramos en Zamora y en Segovia sumando hasta 60 localidades que han tenido que recibir camiones cisterna o agua embotellada a lo largo del verano en Castilla y León.
La sequía deja ver en el embalse de Requejada #Palencia los cimientos de los pueblos que allí vivían— Somos Palencia (@SomosPalencia) 21 de agosto de 2017
Hablando sólo de la cuenca del Duero, “una de las más afectadas de España”, sus embalses se encuentran de media a menos del 30% cuando el año pasado por las mismas fechas estaban a casi al 60%, siendo la media de los últimos 10 años el 53,1%.
Sin tapujos, “desde el 92 no ha habido una sequía tan jodida como esta”, dicen desde la Cuenca Hidrográfica, explicando que embalses como los del rio Pisuerga y Carrión están a poco más del 20% y en cuyos cauces ya no se puede regar desde hace una semana “por haber agotado la cuota para este año hídrico”, que termina el próximo 31 de septiembre.
Último mapa de seguimiento de la sequía publicado por el Ministerio de Agricultura en junio, pero la situación ha empeorado
Embalses al mínimo
Y nos vamos a encontrar embalses que acaben este periodo por debajo del 10%, una “situación bastante grave” y que también encontramos en otras cuencas hidrográficos como la del Miño y el Sil, una zona donde tradicionalmente las precipitaciones son mayores que en las cuencas de la meseta pero que lleva desde Semana Santa en estado de “emergencia”, con campañas de ahorro de agua y con datos tan preocupantes como los recogidos en las estaciones pluviométricas de Lugo y Ourense que llevan acumulado desde el inicio del año hidrológico una cantidad del 26% y 29% respectivamente inferiores a los valores medios a esa fecha en el periodo 1981-2010.
En Navarra, aseguran desde el Gobierno regional, la situación de la cuenca del Ebro, principal fuente de abastecimiento de la región, también es muy preocupante.
En Oviedo, el Ayuntamiento ha reducido el baldeo de calles y el riego de jardines y ha pedido a la población un consumo responsable, porque el embalse de Afilorios se encuentra a la mitad y la ciudad se abastece ahora gracias al agua de los cuatro pozos subterráneos del río Nalón, algo que solo se hace en épocas de especial escasez.
En el caso del Segura, según datos del Ministerio de Agricultura, las reservas han caído “a su valor más bajo desde octubre de 2008” y continúan en estado de “emergencia” por cuarto mes consecutivo y sus embalses se encuentran al 18% de su capacidad.
Evolución de las reservas de agua en los embalses españoles - MAPAMA
La situación de la cuenca murciana no es extraña, es sabido que en esta región llueve poco, pero viene agravada por su principal sustento hídrico actual, el trasvase Tajo Segura, ya que lleva interrumpido desde el mes de mayo debido a la crítica situación de los embalses del Ato Tajo, con los de Entrepeñas y Buendía a poco más del 10% de su capacidad a 21 de agosto y por debajo del volumen de trasvase (368 hm3).
“La situación pinta muy mal y es casi seguro que en lo que resta de año natural no se podrá trasvasar nada”, reconocía ya hace un mesFrancisco Cabezas, director general del Instituto Euromediterráneo del Agua y asesor del Ministerio de Agricultura.
El Tajo “ha colapsado”
Pero que se abastezca una cuenca en detrimento de otra no soluciona nada. Y es que la situación del mayor rio de España es también muy preocupante, especialmente en su zona alta y que afecta a las provincias de Guadalajara y Cuenca, cada una de ellas con 10 y 26 localidades siendo abastecidas por cisternas de agua respectivamente, muchos de ellos situado en las inmediaciones a los pantanos de la cabecera y al trasvase, fuertemente rechazado en la zona.
Miguel Ángel Sánchez, portavoz de la Plataforma de Defensa del Tajo lo tiene claro, “el río se ha colapsado a través de una combinación de cambio climático, transferencia de agua y los residuos que produce Madrid”, afirmó contundente al diario británico The Guardian este mismo agosto.
Las consecuencias perpetuas del Memorandum del Tajo
De embalses a desiertos
Por avaricia del#trasvaseTajoSegura#NoAlTrasvaseTajoSegura— Municipios Ribereños (@MunicipiosRiber) 16 de agosto de 2017
Y es que desde la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, así como desde las localidades afectadas, se defiende que no se puede continuar con el trasvase para regadío, aunque vuelve a superarse el nivel mínimo requerido.
“Es imposible y les va a costar mucho recuperarse a los pantanos” asegura Antonio Luengo, director de la Agencia del Agua de la región en declaraciones a ELPLURAL.COM, recalcando que desde la Junta se lleva exigiendo al Ministerio de Agricultura el “trasvase cero para regadío porque no tiene sentido que se esté llevando el agua y que no tengamos capacidad no solo de futuro sino de presente”.
Más dura es Nuria Hernández-Mora, de la Fundación para una Nueva Cultura del Agua. “La transferencia ha servido para crear un conflicto social y político y convertir el Tajo en uno de los ríos en el peor estado ecológico de la península” afirma también al diario británico, achacando esta ya tragedia ecológica a la “sobrestimación de los recursos disponibles”.
Y es que desde que en abril de 2013 se firmó Memorando de Entendimiento sobre el trasvase Tajo-Segura, en el cual no estuvo presente Castilla-La Mancha, la norma dicta que en cuanto se esté por encima del nivel de trasvase se debe enviar agua al Segura, no dejando recuperarse a una cuenca y una región asfixiada hídricamente.
Alejandro Godoy es redactor de El Plural
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