La política de la Administración de Obama de apoyar a la oposición salafista al presidente sirio Bashar Asad provocó que Washington, sin ser consciente de ello, acabara creando el 'califato' de Daesh en Siria.
En un informe de inteligencia del año 2012 —inicialmente marcado como 'secreto'— se explica que la oposición anti-Asad fue encabezada por Al Qaeda en Irak y el Estado Islámico de Irak, que un poco más tarde formarían la red terrorista Daesh —grupos terroristas proscritos en Rusia y otros países—.
El documento filtrado revela que mientras Estados Unidos rechazaba ayudar directamente a las organizaciones terroristas tal y como marcan las leyes antiterroristas nacionales, los funcionarios del Pentágono y el Departamento de Estado sabían perfectamente que los 'opositores moderados' combatían junto a milicianos terroristas, que eran la vanguardia de las fuerzas de combate.


En un giro irónico de los acontecimientos, EEUU ahora se encuentra en un aprieto luchando una guerra 'proxy' a través de otra antigua filial de Al Qaeda, el Frente Fatah al Sham —anteriormente conocido como Frente al Nusra—.
"Al Qaeda en Irak —en boca de Abu Muhammad al Adnani, portavoz del precursor de Daesh, el Estado Islámico de Irak— llama a los suníes de Irak, especialmente a las tribus de las regiones fronterizas —entre Irak y Siria— a implicarse en la guerra contra el régimen sirio", afirma el informe de 2012.
La publicación agrega que las fuerzas opositoras trataban de establecer el control sobre las áreas fronterizas y que los países de la región —Turquía y los Estados del Golfo— "apoyan estos esfuerzos".
"Existe la posibilidad de establecer un principado salafista declarado o no declarado en el este de Siria, y esto es precisamente lo que quieren las potencias que apoyan a la oposición", se afirma en el documento, en algo que podría interpretarse como un llamado a la creación del 'califato' de Daesh en Siria.
En diciembre de 2012, solo unos meses después de la elaboración del informe, el presidente Barack Obama cedió a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y al ala más militarista de los organismos de la seguridad nacional, y declaró que Washington consideraba a la oposición como el representante legítimo del pueblo sirio.
En aquel momento, la oposición que la Administración de Obama definía como "el representante legítimo del pueblo" estaba liderada por los impulsores de la actual red terrorista de Daesh. 
A pesar de ello, Washington llevaba a cabo una política de pretendida ignorancia y aceptaba las solicitudes de suministrar armas y ayuda a las facciones de la oposición a sabiendas de que estos grupos podrían funcionar como un 'conductor' del apoyo recibido.
Todo indica que la Administración de Obama fracasó a la hora de detectar la amenaza que provenía de Daesh e ignoró las estimaciones sobre el posible crecimiento de la organización terrorista.
Esta revelación casi no ha descubierto nada nuevo, dado que es un hecho bien conocido que la CIA apoyó a los llamados 'muyahidines' de corte extremista durante la guerra soviética en Afganistán en los años 1980, que acabó desembocando en la fundación de Al Qaeda y la aparición en escena, por primera vez, del que fuera líder del terrorismo internacional durante décadas, Osama Bin Laden.