miércoles, 7 de febrero de 2018

Cómo Facebook pone o quita presidentes

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Cómo Facebook pone presidentes 

Por Shelley Kasli


Bajo la luz de los proyectores debido al papel que ha desempeñado Facebook como plataforma de propaganda política, el cofundador de esa empresa, Mark Zuckerberg, ha respondido que su misión va más allá de las diferencias entre partidos políticos. 

Pero la realidad es que Facebook no es un simple espectador en materia de política. 

Lo que no dice Zuckerberg es que su compañía colabora activamente con partidos y dirigentes, incluyendo a los que utilizan esa plataforma para contrarrestar la oposición –a veces con ayuda de numerosos troles que propagan información falseada («fake news») e ideologías extremistas [3]. 

Ese trabajo es realizado desde Washington por un equipo de Facebook extremadamente discreto, especializado en temas de política global y encabezado por Katie Harbath, la ex estratega numérica del grupo republicano que trabajó en 2008 en la campaña presidencial del ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani. Katie Harbath también trabajó en las elecciones realizadas en la India en 2014. 

Han pasado 3 años desde que Facebook contrató a Katie Herbath para dirigir ese grupo secreto. 

En esos 3 años, su equipo ha viajado por todo el mundo, incluyendo la India, y ha ayudado a ciertos dirigentes políticos, poniendo a su disposición las poderosas herramientas numéricas de la compañía, bajo la forma de un verdadero ejército de troles, con fines de propaganda. 

En la India, y en muchos otros países, los empleados de ese grupo han ejercido de hecho funciones de agentes de campañas electorales. 

Y después de la elección del candidato, la compañía ha supervisado funcionarios o proporcionado ayuda técnica en materia de difusión numérica en encuentros oficiales entre jefes de Estados. 

En Estados Unidos, empleados de ese equipo trabajaron en el terreno durante la campaña de Donald Trump. En la India, Facebook favoreció la presencia en la red del primer ministro Narendra Modi, quien hoy cuenta con más seguidores en Facebook que cualquier otro dirigente político del mundo. 

Durante los mítines de campaña hay miembros del equipo de Katie Harbath junto a responsables comerciales del sector publicitario de Facebook cuyo papel consiste en ayudar a la compañía a sacar provecho financiero de la atención que las elecciones suscitan en las masas. 

Esos especialistas enseñan a políticos y dirigentes cómo crear una página de Facebook para su campaña –página que autentifican con una marca azul–, cómo optimizar el uso de videos para atraer a la gente y cómo seleccionar eslóganes publicitarios. 

Al resultar electos esos candidatos, su colaboración con Facebook permite a la compañía extender aún más su propia influencia política y mejorar sus posibilidades de evadir las leyes. 

El problema se acentúa cuando Facebook se erige antidemocráticamente en pilar de la democracia. 

Freedom House, una seudo ONG con sede en Washington, que milita por la democracia en todo el mundo [4], reportó en noviembre de 2017 que un número creciente de Estados «manipulan las redes sociales para socavar las bases de la democracia» [5]. 

Eso se traduce en campañas de difamación, de acoso o de propaganda, campañas que el gobierno respalda discretamente para imponer su versión de los hechos, silenciar la disidencia y reforzar el poder. 

Facebook abrió su primera oficina en Washington en 2007. 

La elección presidencial del año siguiente marcó el surgimiento del primer «presidente Facebook» en la persona de Barack Obama, quien –con ayuda de la plataforma– logró llevar su mensaje a millones de votantes durante las semanas que antecedieron la elección. 

La cantidad de usuarios de Facebook creció de forma exponencial con los acontecimientos de las «primaveras árabes» que sacudieron el Medio Oriente en 2010 y 2011, poniendo de relieve la enorme influencia que la plataforma ejerce sobre la democracia. 

Durante el periodo en que Facebook escogió a Katie Harbath, la ex partidaria de Giuliani, para dirigir su grupo político, las elecciones se convertían en un tema constante en las redes sociales. 

Facebook comenzó a implicarse poco a poco en procesos electorales en todas partes del mundo. 

Facebook se asoció a varios de los partidos políticos más controvertidos del mundo, mientras pisoteaba el principio mismo de la transparencia. 

Desde 2011, la compañía está reclamando a la Comisión Electoral de Estados Unidos que le otorgue una dispensa para la ley que exige transparencia en todo lo concerniente a la promoción de un partido político, lo cual le habría evitado la crisis que ahora enfrenta sobre los gastos publicitarios rusos relacionados con las elecciones de 2016. 

Las relaciones entre la compañía y los gobiernos siguen siendo complicadas. 

La Unión Europea ha cuestionado a Facebook por haber permitido que el islamismo radical prospera a través de su red. 

La compañía acaba precisamente de publicar su informe de transparencia, donde explica que entregará a los gobiernos datos sobre sus usuarios sólo si el pedido está legalmente justificado. 

De no ser así, Facebook no vacilará en recurrir a la justicia [6]. 

Ejércitos de troles en la India

El mercado indio es sin dudas el más beneficioso para Facebook en este momento, por encima del estadounidense. 

En la India, la cantidad de usuarios crece dos veces más rápido, sin entrar a mencionar los 200 millones de indios que utilizan la mensajería WhatsApp, mucho más que en cualquier otro país del mundo. 

En la época de las elecciones indias de 2014, Facebook ya había trabajado durante meses en otras campañas. 

Narendra Modi aprovechó a fondo el respaldo de Facebook y de WhatsApp para reclutar voluntarios que a su vez extendieron el mensaje a través de las redes sociales. 

A partir de la elección de Modi como primer ministro de la India, la cantidad de suscritos aumentó en 43 millones, dos veces más que en el caso de Trump. 

En las semanas posteriores a la elección de Modi, Zuckerberg y la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, viajaron los dos a la India para desarrollar un controvertido proyecto de internet gratuito, que tuvo que ser abandonado debido a las enérgicas protestas que suscitó. Katie Harbath y su equipo también fueron a la India para impartir encuentros de formación en los que participaron más de 6 000 altos funcionarios. 

A medida que aumentaba la influencia de Modi en las redes sociales, sus seguidores iniciaron una campaña de acoso contra sus rivales políticos en Facebook y WhatsApp. 

La India se convirtió en un nodo de desinformación, incluso con propagación de información falsa que provocó motines en los que murieron varias personas. 

El país se hizo además extremadamente peligroso para los partidos de oposición y los periodistas. 

Pero Modi y el Partido Popular Indio (Bharatiya Janata Party, BJP) no fueron los únicos en utilizar los servicios que Facebook propone. La compañía pretende poner las mismas herramientas y servicios a la disposición de todos los candidatos, sin importar su orientación política, así como de grupos poco conocidos de la sociedad civil. 

Lo interesante es que el propio Mark Zukerberg quiere ser presidente de Estados Unidos y ya contrató a David Plouffe –consejero de campaña de Barack Obama en 2008– y a Ken Mehlman –consejero de campaña de George Bush hijo en 2004.

Actualmente está trabajando con Amy Dudley –ex consejera del senador Tim Kaine–, con Ben LaBolt –ex encargado de prensa de Barack Obama– y con Joel Benenson –consejero de campaña de Hillary Clinton en 2016 [7]. 

Facebook manipula las emociones

Un estudio publicado en 2014 bajo el título Evidencia experimental de un fenómeno de contagio emocional a gran escala a través de las redes sociales [8] analizó la proporción entre los mensajes positivos y negativos vistos por 689 000 usuarios de Facebook. 

El experimento, realizado entre el 11 y el 18 de enero de 2012, trató de identificar efectos de contagio emocional que modificaban el peso emocional de las informaciones enviadas a los usuarios. 

Los investigadores concluyen que por primera vez hallaron «la prueba de que las emociones pueden propagarse a través de una red informática, [aunque] los efectos vinculados a esas manipulaciones son limitados». 

Este estudio fue criticado tanto por sus bases éticas como por la metodología utilizada. 

Ante la intensificación de la polémica, uno de los principales instigadores de esa investigación y miembro del equipo responsable de los datos de Facebook, Adam Kramer, defendió el estudio en un comunicado de la compañía [9]. 

Días después, la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, emitió una declaración [10], durante su estancia en la India. 

En una actividad organizada en Nueva Delhi por la Cámara de Comercio, Sheril Sandberg declaró: «Este estudio se realizó en el marco de las investigaciones que las empresas desarrollan para poner a prueba diferentes productos, ni más ni menos. La comunicación al respecto fue muy mala y nos excusamos por ello. No quisimos contrariarlos a ustedes.» 

¿Para qué nuevo producto revolucionario realizó Facebook experimentos sicológicos tendientes a manipular las emociones de sus usuarios? Esos productos revolucionarios son los ejércitos de troles numéricos utilizados con fines propagandísticos que difunden fake news (información falsa) para ayudar a sus clientes durante las elecciones. 

Poco después, el 3 de julio de 2014, USA Today reporta que el grupo EPIC, defensor del respeto a la vida privada del ciudadano, presentó a la Comisión Federal del Comercio una denuncia oficial donde estipula que Facebook violó la ley al realizar una investigación sobre las emociones de sus usuarios sin consentimiento de estos últimos, y sin tomarse siquiera el trabajo de informarlos al respecto [11]. 

EPIC señala en su denuncia que Facebook engañó a sus usuarios al realizar en secreto un experimento sicológico sobre sus emociones: 
«En el momento del experimento, Facebook no expuso en su política sobre el uso de los datos que las informaciones sobre sus usuarios se utilizarían con fines experimentales. Facebook también omitió informar a sus usuarios que esas informaciones serían puestas a disposición de los investigadores.»
La mayoría de los conejillos de Indias utilizados en esos experimentos de manipulación de las emociones eran ciudadanos de la India [12]. 

La mayoría de nosotros no prestamos verdadera atención a lo que se divulga a través de las redes sociales y la mayor parte de lo que en ellas aparece es más bien inofensivo. Al menos eso parece a primera vista. 

La realidad es que lo que se pone en internet tiene un impacto aterrador. Según una investigación conjunta del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico y la Universidad de Washington, el contenido de lo que se pone en las redes sociales puede ser utilizado por un programa informático para predecir acontecimientos futuros –quizás incluso para predecir quién será el próximo primer ministro de la India. 

En un trabajo que acaba de publicar ArXiv [13], un equipo de investigadores descubrió que las redes sociales pueden ser utilizadas para «detectar y predecir acontecimientos en el mundo real» [14]. 

Analizando Twitter es posible predecir con precisión desórdenes sociales, por ejemplo, cuando las personas utilizan ciertos hashtags para intercambiar sobre determinados problemas, antes de que la cólera acabe propagándose en el mundo real. 

El ejemplo más conocido de ese fenómeno tuvo lugar durante las «primaveras árabes», cuando evidentes señales de protestas y de levantamientos inminentes aparecieron en la red antes de que la gente se lanzara a la calle. 

Pero también puede ser lo contrario: las redes sociales pueden generar la cólera que, luego de alcanzar un grado óptimo, puede ser encauzada para provocar acontecimientos en la vida real, como puede comprobarse en la India desde hace al menos 2 años, incluso con casos de linchamientos colectivos. 

El funcionamiento de la 
industria del «fake news» en la India

En la India ha surgido una gigantesca industria de la desinformación o «fake news», cuya influencia es muy superior al discurso político tradicional y que, a falta de control, puede llegar a convertirse en un problema de seguridad, como sucedió con las «primaveras árabes». 

En momentos en que está en su apogeo el debate sobre los linchamientos, es necesario que se entienda que ese tipo de incidentes no se habría propagado tan rápidamente sin el acceso de la juventud a Facebook, Twitter, Youtube y otras redes sociales que permiten a esa industria de la desinformación generar y propagar los montajes de videos falsos y de «fake news». 

El fenómeno de los linchamientos, que apareció desde hace ya varios años, es una consecuencia directa de esa industria del «fake news» o desinformación, que pasa de las redes sociales al mundo real. 

Esto toma otro cariz ahora que se ha revelado que Facebook y WhatsApp conspiraron con el establishment creando «un ejército de troles» con fines de propaganda numérica y engendrando explosiones de violencia en suelo indio. 

Esto es un caso típico de terrorismo. 

Hay que recordar que el terrorismo se define como «la utilización sistemática del terror o de la violencia por parte de un individuo o un grupo con fines políticos». 

En el caso que nos ocupa, ese terrorismo es obra de una compañía extranjera –Facebook– en suelo indio mediante una guerra numérica de (des)información. 

¿Qué estamos esperando para reaccionar contra tales actos? 

Durante las elecciones presidenciales estadounidenses hubo una campaña de «fake news» o desinformación. 

Esta fue parte de la campaña oficial, realizada a su vez con la colaboración de empresas tecnológicas, y se afirma que hasta los rusos utilizaron sus propias redes. Ese mismo método se utilizó también para orientar el debate sobre el Brexit. 

Mientras escribimos este artículo, esa enorme industria del «fake news» extiende sus tentáculos sobre la India. 

Numerosos deportistas de renombre, «celebrities», economistas y políticos ya han sido víctimas de la diseminación de contenidos falaces. Es una peligrosa tendencia que debería ser objeto de estrecha vigilancia por parte de nuestros servicios de inteligencia en aras de prevenir futuros desastres. 

Veamos, en una breve explicación, cómo funciona todo eso. 

Se ponen en marcha numerosos sitios y portales web de diversa legitimidad y financiamiento. 

Se crean contenidos específicos para diversas categorías de personas, en función de la región donde viven, de su ideología, su edad, su religión… contenidos que se mezclan con una enorme cantidad de material erótico que disimula el objetivo verdadero. 

Ese contenido falaz se introduce después en la red social y en grupos específicos previamente identificados mediante herramientas de análisis desarrolladas por empresas tecnológicas. A medida que se propaga, esa información falsa va adquiriendo su propia dinámica y alguien –una celebridad, algún político o incluso un periodista– acaba repitiéndola. Lo que sucede entonces ya cae en el rango de la verdadera locura. 

Ya sea a propósito o por ignorancia, los medios dominantes comienzan a propagar esas mentiras, dedicando la integralidad de sus revistas de prensa al análisis de esa información falsa o «fake new»… quién dice qué y por qué lo dice, bla bla bla, en vez de tratar de verificar la autenticidad de tales afirmaciones. 

Dado el carácter sensacional de esas falsedades, y también porque personas influyentes las repiten, esa visión falseada del mundo va a contaminar el mundo real. 

¿Testigos? Las víctimas de linchamientos. 

Se llega así a un momento en que es casi imposible distinguir entre lo verdadero y lo falso, diferenciar el hecho de la ficción, con toda la sociedad radicalizándose en diferentes facciones que se oponen entre sí basándose en mentiras. 

Facebook y las elecciones indias

En la época de las elecciones indias de 2014 apareció en la prensa un artículo sobre el tema «¿Puede Facebook influir en el resultado de la elección india?». 

El título revelaba la existencia de un verdadero iceberg. 

Si Facebook es capaz de modificar nuestras emociones y de hacernos votar… ¿qué más puede hacer? [15]. 

Asombrosamente, la Comisión Electoral India no encontró nada mejor que firmar un documento asociándose con Facebook para censar a los votantes durante el proceso electoral [16]. 

El doctor Nasim Zaidi, jefe de la Comisión Electoral India (ECI), declaró: 
«Me siento feliz de anunciar que la Comisión Electoral India va a iniciar un procedimiento especial destinado a enrolar a los no votantes y, sobre todo, a quienes nunca han votado. Esto representa un paso adelante hacia la realización de la consigna de la ECI “Ni un ciudadano olvidado”. Como parte integrante de esta campaña, Facebook divulgará un recordatorio en diferentes dialectos indios para el momento de la elección, [recordatorio destinado] a todos los usuarios de Facebook de la India. Invito a todos los ciudadanos a que se inscriban y a votar, o sea a reconocer sus derechos y asumir sus deberes. Estoy convencido de que Facebook dará una nueva envergadura a la campaña de inscripción de electores iniciada por la Comisión y estimulará futuros votantes a participar en el proceso electoral y a convertirse en ciudadanos indios responsables.»
Las 17 agencias de inteligencia de Estados Unidos emitieron serias advertencias en cuanto al impacto de este fenómeno de desinformación sobre su proceso electoral y su sociedad. 

Según un centro de investigación en estadística, la mayoría de los estadounidenses –un espectacular 88%– piensa que la difusión de «fake news» perjudica su percepción de la realidad cotidiana [17]. 

Nosotros, en la India, nos dirigimos hacia un escenario aún más catastrófico. 

¿Por qué? 

Porque, al revés de lo que sucede en la India, el gobierno de Estados Unidos y su comunidad de inteligencia exponen públicamente el problema y han trabajado en una solución ante esa amenaza. 

¿Puede la India hacer lo mismo con Facebook metiendo sus narices en los asuntos internos del país? 

Se crean todo tipo de comisiones, se programan audiencias senatoriales para aclarar este asunto y se establecen nuevos equipos para contrarrestar eficazmente esta amenaza contra la sociedad. 

Mientras se investiga el papel de Facebook en la elección presidencial estadounidense, se presta poca atención a cómo el equipo secreto de Facebook influyó en las elecciones indias. 

A la luz de estas revelaciones habría que investigar detalladamente el impacto de Facebook en las elecciones indias.

Es evidente que, para hacerlo, el gobierno tiene que empezar por reconocer la existencia de esa industria del «fake news» o de la desinformación para poder después actuar contra ella. 

Junto a Facebook, American Microchip Inc. y la firma japonesa Renesas, contratados para piratear el código secreto EVM (banco de datos de usuarios) [18], también deberían ser objeto de una investigación por interferir en las elecciones indias todos los que han conspirado junto a esas empresas. 

Tomar esta amenaza a la ligera sería un grave error. 

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro