domingo, 4 de junio de 2017

PROHIBIR pá RECAUDAR........... TE EXPOLIAMOS a espuertas … Por tu SEGURIDAD?

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PROHIBIR pá RECAUDAR

TE EXPOLIAMOS … POR TU SEGURIDAD

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El comercial de un destacado stand del Salón Internacional de la Movilidad Segura y Sostenible, que se desarrollaba en Madrid, estaba estupefacto. 

Su empresa había desarrollado un sistema de seguridad vial para los peligrosos quitamiedos, esas estructuras metálicas donde año tras año pierden la vida muchos motociclistas o sufren terribles amputaciones. 
Su dispositivo no sólo reduciría considerablemente el riesgo de lesiones por impacto sino que, además, evitaría que el desafortunado motociclista rebotara y fuera devuelto a la vía, donde podía ser atropellado.
Confiaba en que sus potenciales clientes, alcaldes, consejeros de comunidades autónomas, miembros de diputaciones y altos cargos del ministerio correspondiente, siempre tan preocupados por la seguridad de sus conciudadanos, se detuvieran en su stand y se mostraran francamente interesados, casi conmovidos, por un invento que salvaba vidas y evitaba centenares de lesiones irreversibles. 

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Pero su sorpresa fue mayúscula al ver que todos estos políticos y altos funcionarios de la Administración pasaban de largo en tropel, como búfalos presos de una estampida. 

Ninguno reparaba en su expositor, ni siquiera le dedicaban una mirada perdida. Raudos y veloces se arremolinaron frente a otro stand cercano.

¿Qué prodigioso artilugio ofrecía la otra empresa? ¿Quizá uno que salvaba muchas más vidas que el suyo? 
¿O acaso repartían gratuitamente atractivos obsequios? Nada de eso. El reclamo era muy distinto. 
Allí estaba lo último en radares y sofisticados dispositivos capaces de detectar si un vehículo no había pasado la preceptiva inspección técnica, circulaba sin el seguro apropiado, si sus ocupantes no llevaban puesto el cinturón de seguridad e, incluso, si el chófer del vehículo apartaba “imprudentemente” alguna mano del volante. 
En pocas palabras… el stand vendía productos con una cualidad imbatible: incrementar sustancialmente la recaudación por sanciones de tráfico.
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Mientras que la implantación del sistema de protección para motociclistas costaba unos 1.000 euros por kilómetro, cada radar de última generación implicaba un desembolso de 70.000

El primero salvaría vidas directamente. 

El segundo, siempre según la propaganda oficial, podría hacerlo de forma indirecta, disuadiendo a los conductores de asumir determinados riesgos… pero con toda certeza permitía imponer muchas más sanciones y multas. 

Que por el precio de un solo radar se pudieran convertir en inofensivos 70 kilómetros de temibles quitamiedos importaba muy poco. 

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Los burócratas habían acudido a la feria con la decisión tomada: comprar radares a manos llenas, por docenas, como quien acude a un mercadillo a adquirir ropa para toda la familia.

Este tipo de decisiones administrativas, que priman la recaudación sobre la seguridad, el volumen del presupuesto disponible sobre los servicios prestados al ciudadano, son demasiado comunes. 
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Si se pudiera multar a TODOS sería la HOSTIA
La idea de que los burócratas −incluyendo dentro de ellos a la clase política− tienden a anteponer sus intereses a los del público fue expuesta por el economista norteamericano William Niskanen en su ya clásico Bureaucrats and politicians (1975). 
En ausencia de controles externos eficaces, los burócratas muestran una fuerte inclinación a maximizar el presupuesto del que disponen, ingresos y gastos, pero no a mejorar la calidad del servicio público prestado.
Quienes dirigen los organismos públicos se interesan por su propio bienestar, que incluye el salario, otras gratificaciones y prerrogativas, la calidad de sus oficinas e instalaciones, el número de subordinados, el poder del que gozan. 

Todo ello crece con el presupuesto disponible. 

También crecen, en ambientes corruptos, las comisiones y mordidas por adquisición de materiales y adjudicación de contratas. Los burócratas prefieren los radares a la nueva modalidad de quitamiedos porque los primeros permiten expandir su presupuesto; los segundos no.

Pero no es solo que burócratas y políticos tiendan a gastar demasiado, a prestar servicios a un coste excesivo. 
Su comportamiento conduce también a una marcada asimetría en la evolución de impuestos y gasto público. 
Ambos tienden a aumentar con facilidad pero muestran una enorme resistencia a disminuir. 
Según Alan Peacock y Jack Wiseman, se trata del efecto trinquete, en alusión a esas piezas de maquinaria que se mueven con soltura en una dirección pero se bloquean al moverse en la contraria. 
En las épocas de recaudación muy elevada, los políticos expanden alegremente las estructuras administrativas, convierten los ingresos excepcionales en gastos permanentes, añadiendo más personal, nuevas estructuras y organismos, que difícilmente desaparecerán cuando llegan las vacas flacas
Es fácil incrementar el dispendio, pero no tan sencillo reducirlo. 
En casos de necesidad, los políticos recortarán el gasto, pero siempre en una cuantía inferior a aquella en que lo incrementaron cuando pudieron. Por ello, los servicios no mejoran pero los presupuestos siempre crecen a largo plazo.
El humor negro de la DGT
El efecto trinquete explica muy bien el comportamiento de las autoridades que tienen competencia sobre el tráfico de vehículos. 

Una vez la gente ha escarmentado y se vuelve mucho más respetuosa con las normas, el burócrata compensa la menor recaudación con nuevas argucias, por ejemplo, añadiendo nuevas señales, haciendo que las velocidades máximas permitidas varíen con mayor frecuencia, incluso en trayectos muy cortos. 

Induce así a que se produzca el error humano. 

Ya no será la reprobable imprudencia sino el inevitable despiste lo que servirá para recaudar más. 

Se sembrarán las carreteras y vías públicas de radares y surcarán el cielo sofisticados helicópteros capaces de detectar la más mínima “negligencia”; se impondrán límites de velocidad absurdos, restricciones de todo tipo. 

En muchas ciudades, por ejemplo, hoy cambiar simplemente de un carril a otro, puede suponer duplicar la velocidad permitida si antes de la maniobra el conductor no frena bruscamente. 

Si el conductor manipula la radio, se hurga la nariz, gira la cabeza para hablar con el copiloto, aparta la mano del volante para rascarse ciertas partes, o realiza cualquier otra acción susceptible de ser tildada de” imprudencia” … multa instantánea.

Aunque lo deseable es que las personas interioricen la necesidad de conducir los vehículos con prudencia, instaurando así las convenciones correctas, la legislación sancionadora es necesaria para erradicar determinadas conductas que atentan contra la seguridad. 

Pero la sociedad no puede permitir que políticos y burócratas utilicen la legislación para abusar, para perseguir objetivos interesados, en absoluto bondadosos. 

Así, una regulación cada vez más compleja, arbitraria, retorcida, llena de excepciones –de trampas– es un cepo que atrapará prácticamente a todo el mundo. 

Pocos se librarán de la sanción pues el objetivo no es ya promover la seguridad sino mantener a toda costa la recaudación, ese volumen de presupuesto al que los dirigentes políticos se han vuelto adictos.

El círculo vicioso se cierra destinando millones de euros a campañas publicitarias para que los medios de información manipulen a la opinión pública, difundiendo de manera entusiasta las falacias oficiales que criminalizan al sufrido automovilista. 
¿Es necesario recordar que la democracia funciona cuando la prensa actúa como contrapeso del Poder, no como su correa de transmisión?
LA SEGURIDAD NO ES ESTO
Mientras en España las diferentes Administraciones Públicas limitan el uso de helicópteros sanitarios para asistencia a víctimas de accidentes por el elevado coste por hora de vuelo, los helicópteros equipados con el sistema de radar Pegasus operan sin restricción (5.100 horas de vuelo en 2013), sancionando a un vehículo cada tres minutos. 
Si lo primordial fuera la seguridad, el esfuerzo sería el inverso. 
Se reduciría así el tiempo medio de espera desde que se produce el accidente en carretera hasta que llegan los servicios de emergencia, que en España oscila entre 25 y 38 minutos
Reducirlo a 15 minutos, como es preceptivo el Alemania, implicaría un descenso de hasta un tercio en la mortalidad.
Por si esto no fuera suficiente, hay más de 200.000 señales de tráfico cuyas láminas reflectantes están caducadas, 20.000 kilómetros de trazado que necesitan ser repintados urgentemente y miles de desperfectos en los pavimentos (grietas, agujeros y badenes)… todo esto representa una amenaza mayor para la seguridad que los mitificados excesos de velocidad, pero, claro, “combatirlo” no genera ingresos adicionales. 
En resumen, a pesar de que en España, la Administración recauda 25.000 millones de euros anuales del sector del automóvil, destina sólo 2.800 millones a garantizar la seguridad de las carreteras. El resto, tal como apuntaba Niskanen, se pierde en una insaciable y creciente burocracia.

Sólo existe una solución. El sistema constitucional debe establecer reglas claras, mecanismos eficaces de control y contrapeso para contener tal desafuero y arbitrariedad. 

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Para evitar que políticos y burócratas se sirvan a sí mismos, no a la sociedad. Para impedir que abusen de todos nosotros, en definitiva, que apliquen el “trinquete”, con la excusa de que … velan por nuestra seguridad.

Javier Benegas y Juan M. Blanco 

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro