El secreto detrás de la increíble recuperación económica de Portugal: ¿cómo hizo para reducir el déficit y al mismo tiempo aumentar los salarios?

En medio de las noticias económicas generalmente malas que han llegado del continente europeo desde el comienzo de la crisis financiera global de 2008, los resultados de Portugal han sobresalido por lo positivos.
En noviembre de 2015 llegó al poder en Portugal el primer ministro socialista Antonio Costa, poco después de que Grecia hubiese escapado por muy poco a un derrumbe financiero absoluto.
Pero mientras los griegos han estado inmersos desde entonces en una brutal terapia de austeridad económica que sigue sin reactivar la economía, los portugueses han logrado lo que a algunos equivale a la cuadratura del círculo: han rebajado el déficit fiscal al tiempo que hanaumentado los salarios y las pensiones de los empleados y jubilados.


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Mejor resultado

Según reporta la publicación británica The Economist, en 2016 Portugalredujo el déficit fiscal a la mitad hasta alcanzar el 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB), el mejor resultado desde la transición a la democracia en 1974.
La economía lleva creciendo tres años seguidos y, lo que es mejor, el gobierno presidió sobre un regreso de los salarios y pensiones al nivel que tenían antes de la crisis.
El gobierno de Costa parece dar sustento a lo que muchos economistas heterodoxos venían advirtiendo sobre la respuesta a la crisis global: que,más que austeridad acérrima, lo que los países europeos necesitabaneran medidas que alentaran la demanda interna para impulsar el crecimiento.
Es decir, si el gobierno gastaba más, reactivaría la economía, aumentaría la recaudación de impuestos y eventualmente reduciría el déficit fiscal existente.
Protesta Portugal.
Las políticas de austeridad generaron grandes protestas en Portugal.

Austeridad

Portugal había ensayado un fuerte paquete de austeridad entre 2011 y 2014.
Como lo reportó en su momento Alison Roberts, corresponsal de la BBC, a cambio de eso recibieron 78 billones de euros de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) en ayuda para pagar su deuda.
Pero en ese 2014 el crecimiento del PIB era negativo y el desempleo llegaba al 15%.
"Los economistas dudan sobre si la deuda de Portugal es sostenible", decía en ese año Roberts.


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Costa llegó al poder un año después a la cabeza de una coalición de izquierda, prometiendo el fin de la austeridad a ultranza.
Y en menos de 24 meses tiene resultados tangibles a la vista.
El Banco Central estima que para 2019 el desempleo habrá bajado al 7%,al tiempo que las exportaciones se incrementarán en un 6%.
Manifestante en Portugal
El gobierno ayuda a recuperar los sueldos de antes de la crisis.

Con problemas

Desde luego, esta no es una economía exenta de problemas.
Como indica The Economist, la Comisión Europea sigue alertando de la fragilidad de los bancos portugueses.
El gobierno critica al FMI y a la UE por no ofrecer suficiente ayuda a Portugal durante los peores años de la crisis.
Y está además, pese al déficit fiscal decreciente, una deuda externa que va en aumento y que puede llegar a 131% del PIB, como lo reportó el semanario británico.

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No obstante, el contraste entre la mejora de las condiciones sociales en Portugal con el deterioro de las mismas en otros países europeos es notorio, como lo es también el impacto político de esa recuperación.
Las encuestas colocan al gobernante socialismo con diez puntos porcentuales por delante de sus rivales.

Tranquilidad

Lo cual revela un oasis de relativa tranquilidad política en medio de la preocupante turbulencia europea.
La experiencia portuguesa parece sustentar la idea de que la economía no es una ciencia exacta.
Los remedios estándar a los problemas económicos, como la austeridad extrema, no han llevado siempre a la solución ideal.
Portugal sigue buscando la suya, aunque en este caso lejos de camino de la ortodoxia económica del FMI.

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La 'receta' de Portugal para subir pensiones y sueldos públicos y reducir el déficit a mínimos de 1974








El déficit público de Portugal se situó al cierre de 2016 en 3.807,3 millones de euros, lo que representa el 2,1% del PIB, el nivel más bajo desde el año 1974. Este casi equilibrio de las cuentas públicas se ha logrado con un gobierno socialista que ha subido pensiones y salarios públicos ese mismo año, un caso un tanto curioso.
El Gobierno de Antonio Costa, primer ministro de Portugual, ha devuelto las pensiones a los niveles previos a la crisis, al igual que los salarios de los empleados públicos, que también han vuelto a recuperar los horarios de trabajo que tenían antes del rescate financiero del país. Es cierto, que para lograr esta hazaña también ha contribuido sobremanera el crecimiento económico que lleva registrando el país de forma ininterrumpida desde el cuarto trimestre de 2013. El PIB crece desde entonces a una tasa media que se acerca al 2%. 
El Gobierno de izquierdas ha demostrado su compromiso con los objetivos fiscales, a pesar de formar parte de la alianza 'anti-austeridad' que gobierna el país. Como destacan desde The Economist, este buen dato de déficit ha sorprendido a muchos analistas, que podrían presionar a las agencias de rating para que eleven la nota de la deuda de Portugal.

¿Dejará de ser bono basura?

Fitch, Moody's y S&P otorga una nota a Portugal que está por debajo del grado de inversión desde el año 2011, el año que Lisboa negoció el rescate financiero con la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Quizá los buenos datos de déficit, junto con el crecimiento económico y una tasa de paro a la baja puedan apoyar un cambio de rating para el país.
Para este año, los presupuestos del país van más allá y apuestan por nuevas subidas en las pensiones más bajas, unos 10 más euros por pensionista, a la par que se incrementan los beneficios por tener hijos y algunas exenciones fiscales para las familias con ingresos bajos. 
Para compensar estas partidas de gasto, los economistas del Gobierno han incrementado los impuestos sobre las bebidas azucaradas, un incremento de en el gravamen sobre algunos bienes de lujo y casi triplicar el impuesto que pagan los arrendadores de apartamentos turísticos. El tipo de este último impuesto ha pasado del 15% hasta el 35%. 

Ciertas dosis de austeridad

Aunque los datos de gasto público agregado no están confirmados ni se pueden ver en Eurostat todavía, el INE portugués avanzó que el resultado de 2016 fue posible gracias al recorte de gastos de un 3,8% con respecto a 2015, y al incremento de ingresos en un 0,9%, también en comparación con el año anterior.
El déficit de 2016 contrasta con el de 2015, cuando alcanzó el 4,4% (incluyendo el rescate del banco Banif) y se sitúa por debajo de las previsiones de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Portugal estuvo cerca de ser multado el año pasado por incumplir la meta de déficit marcada por Bruselas para 2015 y, tras evitar las sanciones, se comprometió a cerrar 2016 con un déficit del 2,5% del PIB.

La 'receta' de Portugal para subir pensiones y sueldos públicos y reducir el déficit a mínimos de 1974


El déficit público de Portugal se situó al cierre de 2016 en 3.807,3 millones de euros, lo que representa el 2,1% del PIB, el nivel más bajo desde el año 1974. 
Este casi equilibrio de las cuentas públicas se ha logrado con un gobierno socialista que ha subido pensiones y salarios públicos ese mismo año, un caso un tanto curioso.
El Gobierno de Antonio Costa, primer ministro de Portugual, ha devuelto las pensiones a los niveles previos a la crisis, al igual que los salarios de los empleados públicos, que también han vuelto a recuperar los horarios de trabajo que tenían antes del rescate financiero del país. 
Es cierto, que para lograr esta hazaña también ha contribuido sobremanera el crecimiento económico que lleva registrando el país de forma ininterrumpida desde el cuarto trimestre de 2013. 
El PIB crece desde entonces a una tasa media que se acerca al 2%. 
El Gobierno de izquierdas ha demostrado su compromiso con los objetivos fiscales, a pesar de formar parte de la alianza 'anti-austeridad' que gobierna el país. 

Como destacan desde The Economist, este buen dato de déficit ha sorprendido a muchos analistas, que podrían presionar a las agencias de rating para que eleven la nota de la deuda de Portugal.

¿Dejará de ser bono basura?

Fitch, Moody's y S&P otorga una nota a Portugal que está por debajo del grado de inversión desde el año 2011, el año que Lisboa negoció el rescate financiero con la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Quizá los buenos datos de déficit, junto con el crecimiento económico y una tasa de paro a la baja puedan apoyar un cambio de rating para el país.
Para este año, los presupuestos del país van más allá y apuestan por nuevas subidas en las pensiones más bajas, unos 10 más euros por pensionista, a la par que se incrementan los beneficios por tener hijos y algunas exenciones fiscales para las familias con ingresos bajos. 
Para compensar estas partidas de gasto, los economistas del Gobierno han incrementado los impuestos sobre las bebidas azucaradas, un incremento de en el gravamen sobre algunos bienes de lujo y casi triplicar el impuesto que pagan los arrendadores de apartamentos turísticos. El tipo de este último impuesto ha pasado del 15% hasta el 35%. 

Ciertas dosis de austeridad

Aunque los datos de gasto público agregado no están confirmados ni se pueden ver en Eurostat todavía, el INE portugués avanzó que el resultado de 2016 fue posible gracias al recorte de gastos de un 3,8% con respecto a 2015, y al incremento de ingresos en un 0,9%, también en comparación con el año anterior.
El déficit de 2016 contrasta con el de 2015, cuando alcanzó el 4,4% (incluyendo el rescate del banco Banif) y se sitúa por debajo de las previsiones de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Portugal estuvo cerca de ser multado el año pasado por incumplir la meta de déficit marcada por Bruselas para 2015 y, tras evitar las sanciones, se comprometió a cerrar 2016 con un déficit del 2,5% del PIB.

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