La implicación de Israel en la represión política, social o étnica en muchos países, está fuera de toda duda. En Latinoamérica, son muchos los gobiernos que contratan a fuerzas israelíes, que con el pretexto de entrenar a sus propias fuerzas de seguridad, los terminan dotando de jurisdición y autonomía propia para reprimir y asesinar a todo aquel o aquellos, que vayan en contra del interés del imperio sionista y sus corporaciones y/o los vendepatrias del gobierno.
En África, sucede otro tanto de lo mismo. se podría decir que ante la inanición de la política exterior de Obama en algunos asuntos, ha hecho que Israel le haya cogido el relevo en defensa de sus multinacionales, a la vez que geopolíticamente, va ganando terreno como potencia neocolonial. Su implicación en lo sucedido en la partición de Sudán, es un claro ejemplo de su nuevo papel en la región.
ARMAK de ODELOT
Una bosnia camina a lo largo de la placa memorial colocada al lado del cementerio de las víctimas del genocidio en Bosnia. |
Israel esconde su papel en genocidio de 8000 musulmanes en Bosnia
“Exponer la participación israelí en el genocidio perjudicaría las relaciones exteriores” del régimen de Tel Aviv e incitaría a la opinión pública a conocer los detalles del caso, ha considerado la corte suprema israelí
El régimen de Israel impide la publicación de documentos que corroboran su implicación directa en el genocidio de los musulmanes bosnios entre 1992 y 1995.
“Exponer la participación israelí en el genocidio perjudicaría las relaciones exteriores” del régimen de Tel Aviv e incitaría a la opinión pública a conocer los detalles del caso, ha considerado la corte suprema israelí.
Según ha informado este viernes la portal Middle East Monitor, esta negativa forzada de la corte israelí se enraíza en su temor a un eventual procesamiento de los israelíes involucrados en los crímenes.
Exponer la participación israelí en el genocidio perjudicaría las relaciones exteriores” del régimen de Tel Aviv e incitaría a la opinión pública a conocer los detalles del caso, así ha considerado el corte supremo israelí.
Por medio de este rechazo, la corte israelí se opone a una petición del fiscal Itay Mack y el profesor Yair Oron, que requerían detalles oficiales sobre las exportaciones militares israelíes a la antigua Yugoslavia y, por consiguiente, sobre su papel en el agravamiento del conflicto de ese país.
Los peticionarios presentaron “pruebas concretas de las exportaciones israelíes de defensa a las fuerzas serbias en ese momento, incluyendo entrenamiento, así como municiones y rifles”.
Entre los documentos destaca el diario personal del general Ratko Mladić, jefe del Estado Mayor del Ejército de la República Srpska durante la guerra de Bosnia (1992-1995) y actualmente en juicio ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde “menciona explícitamente los amplios lazos de Serbia con Israel en ese momento”.
Según indican los datos, las exportaciones israelíes tuvieron lugar pese a los embargos definidos por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) que prohibían el envío de armas a varias partes de la antigua Yugoslavia.
Expertos en asuntos de índole política afirman que esta oposición israelí a la revelación de los documentos “son una admisión de facto de Israel de que cooperó con el genocidio de Bosnia”, ya que, si Israel no tuviera nada que esconder, no tomaría tal decisión.
El régimen de Israel se enfrenta a una serie de peticiones similares por su presunta implicación y colaboración en casos similares en Argentina, Chile y Sri Lanka.
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