martes, 29 de noviembre de 2016

Bandera roja en Alemania: su crisis ‘invisible’ está a punto de estallar

Bandera roja en Alemania: su crisis ‘invisible’ está a punto de estallar

No es dorado todo lo que reluce en la coyuntura alemana. 
El motor de la recuperación europea podría griparse a lo largo de 2017. 
Hasta el punto de que cada vez más analistas hablan de “crisis invisible”, que se ha conseguido posponer en los meses recientes, pero que estallará de forma “inevitable” en el futuro inmediato. 
Una tesis que ya asumen instituciones como el Fondo Monetario Internacional y que preocupa en los think-tanks y servicios de estudios de bancos de inversión a partes iguales.
El FMI acaba de dar su particular señal de alarma, sin que parezca que haya cundido el más mínimo atisbo de asombro en el rostro de su imperturbable ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble. 
En su reciente informe anual sobre Alemania elude su tradicional lenguaje encriptado y, sin tapujos, afirma, rotundo, que “el Deutsche Bank es el factor de riesgo sistémico más importante que pende sobre la arquitectura financiera internacional”.
Todo un aviso para navegantes; es decir, para cualquier autoridad económica. Aunque no tanto para Schäuble, míster niet, la némesis actual de Andrei Gromyko, en la zona del euro, según sus propios colegas del Eurogrupo. 
El halcón del Ejecutivo de Angela Merkel que ha mostrado su férrea oposición a la política de estímulos del BCE, a su gestión de tipos de interés próximos a cero, a sus programas de adquisición de deuda, a la reestructuración del insostenible endeudamiento griego o a la mutualización de los bonos soberanos de los socios monetarios europeos. 
Por no mencionar sus constantes intentos obstruccionistas a que Alemania contribuya con nuevos fondos al restablecimiento del dinamismo de los países periféricos, los mismos que, en los años de bonanza, buscaron -y encontraron, sin apenas dificultades- las líneas de financiación del Deutsche Bank para sus negocios.
El diagnóstico del FMI es rotundo. Se basa en el ratio capital-activos, el conocido como Tier 1, según la nomenclatura de Basilea, las normas del Banco Internacional de Pagos (BIS por sus siglas en inglés) que han establecido las nuevas cotas de solvencia a las entidades bancarias de todo el mundo. Este indicador, en el conjunto del modelo financiero alemán -advierte el FMI- “ha caído de forma abrupta, precipitada”. 
Hasta suponer que el riesgo de activos sea del 22,3%, frente al 25% del conjunto de la zona del euro o la tercera parte en el caso del modelo estadounidense. Un dato de alto voltaje cuya causa señala el propio Fondo.
Para que no haya lugar a dudas: “Los bancos alemanes están minimizando sus pérdidas para evitar dañar a sus empresas”. 
Es decir, que se han convertido en “huraños”, aunque el poco crédito que ofrecen es para firmas germanas, muchas de ellas participadas por las entidades financieras. “Son amortiguadoras de capital”, llega a decir el FMI. También la autoridad bancaria alemana admite, de alguna forma, este escenario.
“La mitad de los bancos alemanes tienen una alta exposición a los bajos tipos de interés” [del BCE], por lo que “podría ser necesario que acometan futuras ampliaciones de capital”, admite la BaFin germana. 
Algo que, además, a los ojos del Fondo, “va a perjudicar el repunte inversor de países como Italia o España”
Aunque sea el BCE quien explique con suma claridad parte de este razonamiento.
Lo hizo hace escasas jornadas Sabine Lautenschlaeger, supervisora de la autoridad monetaria europea, para quien la mayor resistencia adquirida por los bancos tras la crisis de la deuda no ha impedido, sin embargo, la ralentización de sus rentabilidades, lo que ha “elevado los riesgos en su búsqueda de beneficios” y ha puesto en duda la financiación y, por tanto, la viabilidad de numerosos negocios. 
Para Lautenschlaeger, los bancos no se han amoldado a un contexto de “baja rentabilidad, abundante liquidez y alta competencia” en el sector.
La cuenta de resultados del Deutsche Bank revela su estado de fragilidad. Pérdidas netas de 6.700 millones de euros en 2015, sin perspectivas de sobreponerse a sus números rojos hasta, al menos, 2018, y caídas de ingresos del 22% en el primer trimestre de 2016. 
Después de un año largo de descensos de dobles dígitos, decenas de miles de trabajadores despedidos, retroceso de sus ratings de deuda, depósitos y solvencia por parte de Moody’s y Fitch y unas cotas de toxicidad de 41.900 millones de euros de sus activos, fundamentalmente provocada por sus ofertas de productos derivados.
Jacob L. Shapiro, de Geo Political Futures, considera que este diagnóstico es similar al que el BIS hizo sobre Japón a finales de los años ochenta, cuando advirtió a sus bancos que “debían ser suspendidos de las transacciones internacionales por sus bajos niveles de reservas”. 
La primera “bandera roja” que auguraba “el colapso” del entonces proclamado milagro económico nipón, afirma Shapiro, quien encuentra otro parangón con el inicio de la doble década perdida de Japón: la excesiva dependencia de su sector exportador. 
En un informe titulado La crisis invisible de Alemania. 
Y cómo el mundo debería verla, lo explica con precisión. En su opinión, el Deutsche Bank es algo más que un banco… alemán.
“Técnicamente, es un banco privado, pero informalmente, es la mayor corporación gubernamental”, el instrumento que Berlín siempre ha utilizado, junto al Commerzbank y el Dresdner Bank, absorbido por el anterior en 2009, “como proveedores de capital, por un lado, y motores del desarrollo industrial del país”, desde su nacimiento, un año antes del nacimiento de Alemania como nación, en 1871. 
El mismo ejercicio, por cierto, que Commerzbank y dos antes que Dresdner Bank. Todo un ejemplo de marca-país.
Sin embargo, a Shapiro, lo que más le preocupa es la vulnerabilidad de su sector exterior, anclado en el doble principio, no siempre veraz, de que el libre comercio es universalmente beneficioso y que los altos niveles de exportaciones indican eficiencia y solidez económica. 
Como lo demuestra las recientes y actuales debilidades de China, Rusia o Arabia Saudí por la severa competencia de precios a escala global. 
Y Alemania está, si cabe, en un peligro aún más latente porque, en términos absolutos, es el tercer gran exportador global, por detrás de China y EEUU, pero con unas ventas equivalentes al 45,7% de su PIB, frente a sólo el 22,6% del gigante asiático o al 13,4% de la economía americana.
“El patrón de crecimiento alemán no va a ayudar a evitar una crisis de mayores dimensiones”, aclara. 
Shapiro cree que el mantenimiento de sus actuales tasas de exportación “resulta insostenible”. 
Primero, porque la inestabilidad financiera de 2008, ha modificado el escenario geoestratégico en Europa, con altas tasas de desempleo en naciones periféricas, la salida de socios como Reino Unido (Brexit), la irrupción de movimientos independentistas o el bloqueo migratorio, que ya están deteriorando el mercado interior, a pesar de que esta amenaza todavía resulta invisible en Alemania por la proximidad al pleno empleo, la fortaleza de su gobierno o el vigor de su economía.
Al contrario que ocurre entre los grandes mercados exportadores -China, Rusia, Corea del Sur, Arabia Saudí-, cuyas coyunturas han empezado a sufrir por las caídas en las cotizaciones de la energía y del resto de materias primas, que también atraviesan una corrección de precios, y por una nueva reaparición de restricciones crediticias. Factores, ambos, que podrían ensombrecerse aún más con las tentaciones proteccionistas que proceden de EEUU y el riesgo de recesión. 
Y que podrían llevar a nuevos recortes de gastos y nuevos perjuicios a la clase media profesional en toda Europa si Schäuble, como ha hecho patente con España, reclama más austeridad.
A Alemania este panorama le podría pasar la factura de Japón, el enfermo económico mundial. Shapiro señala que ambas economías tienen mano de obra altamente cualificada y deben elevar el consumo interno para reducir sus generosas tasas de ahorro, trasladando sus ventajas competitivas y sus elevadas inversiones en productos de mayor valor productivo. 
En un momento en el que la demanda de bienes y servicios made in Germany de alta tecnología ha ido perdiendo pujanza en mercados como el estadounidense o el francés ante la fuerte rivalidad global de precios. 
En el que las cuotas de retorno de las inversiones realizadas por las empresas alemanas (Volkswagen, Bayer o BASF) vienen descendiendo desde finales de 2012. 
Y en el que su sector privado está sacrificando sus ingresos para impulsar sus exportaciones a corto plazo mediante bajadas de costes (BMW). 
Una estrategia que también han seguido los bancos, con una exposición de 120.000 millones de euros (el 3% del PIB alemán) al tambaleante sector financiero italiano, y que está detrás del precio más bajo de la acción del Deutsche Bank en los últimos 30 años, marcada este año, o la pérdida de beneficios del 52% del Commerzbank. 
Y que podría complicarse si el valor del euro, un 18% infravalorado en los mercados, según el FMI, inicia un rally alcista, a la estela del dólar.
Por si fuera poco, existe un tercer factor tumultuoso, la doble burbuja crediticia y del mercado inmobiliario. 
Un sobrecalentamiento que se ha acelerado por la escalada salarial, casi única en Europa, que ha removido el equilibrio entre la oferta y la demanda del mercado laboral -lastrado también por el retroceso del flujo de inmigrantes- y que contrasta con la moderación retributiva, especialmente en la industria, y con las caídas de productividad en la zona del euro, apunta Gilles Moec, economista para Europa de Bank of America Merrill Lynch.
Barbara Böttcher, del servicio de estudios Deutsche Bank, admite que los bajos tipos de interés del BCE complican “cualquier gestión prudente del mercado de la vivienda” aquejado de altos niveles de demanda y de excesos de créditos hipotecarios en los últimos años. 
A su juicio, “existe una clara amenaza de sobrecalentamiento”; en especial, por la moda de ampliar hipotecas de inmuebles para nuevas viviendas y porque, en paralelo, se ha instalado un boom de precios de alquiler en la práctica totalidad de las grandes ciudades del país.
Raymond Van der Putten, de BNP Paribas, indica que la combinación de alza de la energía, riesgos proteccionistas, una política fiscal menos laxa y bajos tipos de interés “reclaman correcciones en los excesos del mercado inmobiliario” y ajustes en el sector bancario y asegurador “para evitar su fragmentación”.
A la espera de acontecimientos, el consenso del mercado reduce medio punto, hasta el 1,3%, las previsiones de crecimiento del PIB germano para 2017. 
En comparación con el ejercicio que está a punto de culminar.
Diego Herranz | Público

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro