Imagen del evento en Facebook de la iniciativa ‘¿Hablamos?’, que reivindica el uso del color blanco. / ‘¿Hablamos?’ (Facebook)
“¿Hablamos?”, una llamada a la movilización en favor del diálogo con Cataluña
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- mayo 10º, 2017
SÁBADO 12h00 / Convocatoria para concentrarse este sábado frente a los ayuntamientos de todo el Estado
- La idea pertenece a un madrileño de 32 años Guillermo Fernández y su grupo de amigos. Tras el 1-O decidieron lanzar una campaña en Facebook.
- “Es hora de decir que España es mejor que sus gobernantes”, reza la misiva que acompaña la propuesta.
- “Han sembrado odio, nos enfrentan y nos dividen. Si no intervenimos como sociedad, España se convertirá en un país difícil de habitar”.
concentrarse este sábado, a las 12h00, en todos los ayuntamientos de España contra los dirigentes que “han sembrado el odio”. “España es un país mejor que sus gobernantes”, reza la convocatoria que apuesta por el diálogo y la convivencia para afrontar el conflicto catalán.
Los impulsores, un grupo de amigos, piden que la gente acuda con ropa, lazos o carteles blancos. “Impulsamos esto porque pensamos que alguien tenía que hacerlo. No esperábamos tanto éxito y estamos desbordados”, explican a cuartopoder.es.
La idea pertenece a un madrileño de 32 años Guillermo Fernández y su grupo de amigos.
Ante los acontecimientos que se vivieron en Cataluña durante el 1-O decidieron lanzar una campaña en Facebook con el objetivo de promover concentraciones para este fin de semana. En solo unas horas, más de 6.000 personas han dicho que acudirán al llamamiento. “Es hora de decir que España es mejor que sus gobernantes”, reza la misiva que acompaña la propuesta.
“Han sembrado odio, nos enfrentan y nos dividen. Si no intervenimos como sociedad, España se convertirá en un país difícil de habitar”, explica el texto, que culpa a la “irresponsable clase política” de la situación de gran tensión que atraviesa Cataluña y, por ende, el conjunto del Estado.
“En los últimos días hemos sentido rabia y, sobre todo, mucha tristeza”, apunta.
Como respuesta, los impulsores buscan exigir en las calles una salida “sin bloques ni bloqueos” y por “la vía del diálogo, del respeto y del entendimiento”.
La iniciativa se basa en el firme convencimiento de que gran parte de la sociedad española no asume el discurso del inmovilismo de Mariano Rajoy o la continuidad de la hoja de ruta de Carles Puigdemont, quien ha asegurado que en unos días proclamará la independencia.
“Somos muchos y muchas, somos diversos, y sobre todo queremos un país mejor y no uno infinitamente peor”, añade este manifiesto.
Las leyes “no pueden usarse como obstáculo ni, menos aun, para engendrar un conflicto civil”, subraya la convocatoria.
“En lugar de levantar muros, necesitamos un lienzo en blanco para construir un país donde quepamos todos y todas”, se explica en el texto, donde se invita a que los ciudadanos cuelguen banderas blancas en sus balcones.
Siguen llegando banderas blancas para los balcones… 😍 pic.twitter.com/StfF05LH4P— Hablamos? (@hablamos7O) 4 de octubre de 2017
El llamamiento a la movilización surge después del discurso más criticado de Felipe VI.
La contundencia del mensaje del monarca, que en ningún momento apeló al diálogo como solución al conflicto catalán, levantó ampollas en partidos políticos como Podemos o Izquierda Unida. No así en el PP, PSOE o Ciudadanos que agradecieron sus palabras.
El rey solo culpó a las instituciones catalanas de dejar a la sociedad “fracturada y enfrentada” mediante “una lealtad inadmisible”. Ante el bloqueo del conflicto, la iniciativa ‘¿Hablamos?’ pretende que sea la presión social fuerce una conversación entre las autoridades catalanas y españolas.
Ante el fracaso de nuestros gobernantes políticos que parecen empeñados en llevarnos a una situación límite e irreversible, que dejará heridas por muchos años, un grupo de personas entre las que me incluyo hemos decidido lanzar una iniciativa para animar a todo el mundo a salir a la calle y adornar sus balcones con globos y sábanas blancas para pedir diálogo, mesura, entendimiento y fin de la dinámica de bloques.
Muchos países han tenido conflictos territoriales y algunos incluso siguen teniéndolos. Pero no los solventan de un modo que provoca sonrojo y estupor en la comunidad internacional. Si no somos capaces de enfocar este asunto civilizadamente, si salimos de él a tortazos y con heridas, la cultura política que crearemos será mucho menos rica, y, desde luego, poco edificante en términos democráticos. Nos jugamos también eso: el modo en que enfrentaremos los asuntos políticos en el futuro.
No queremos que esta crisis territorial deje un país irrespirable, asfixiante, monocolor. Un país en el que, ante la más mínima dificultad, saquemos banderas y cuadremos filas. No. Queremos, deseamos (y tenemos derecho a hacerlo) un país mejor. Incluso en los momento más difíciles de nuestra historia hemos salido adelante desde la diversidad y no desde el sectarismo, desde el diálogo y no desde los bloques que chocan.
Sin embargo, hoy nuestros dirigentes políticos parecen empeñados en un sectarismo casi suicida que nos está llevando a vivir días negros.
Por eso os animamos a toda la ciudadanía a salir el próximo día 7 de octubre vestidos de blanco (con camisetas, gorros, carteles o globos blancos) a concentrarnos frente a los ayuntamientos de nuestras ciudades, para pedir que basta ya, que no queremos continuar viviendo esta pesadilla y exigir diálogo a los partidos políticos.
"Queremos evitar el clima de confrontación y el discurso de odio por un lado y por otro, queremos llamar al diálogo y que las posturas dejen de estar encastradas".
Toma la palabra uno de los miles de manifestantes que la mañana del jueves colapsaron la madrileña plaza de Cibeles reclamando diálogo entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, con el fin de poner solución al enquistado debate en torno a Cataluña.
"Que se dejen de líneas rojas, de decir que el diálogo con el de enfrente no es posible y que dejen de llevarnos a una situación muy tensa, porque todo el pueblo español y el catalán está sufriendo", agrega otra de las participantes.
Se trata del sentir general que primaba entre la marea de gente que, mediante el color blanco –ropa blanca, pancartas blancas, banderas blancas–, expresó su firme apuesta por terminar con las hostilidades e iniciar una vía pacífica de debate.
La concentración surge de "un grupo de compañeros y amigos" que busca "pedir diálogo a los gobernantes y decirles que así no, que esta dinámica nos lleva a la ruptura y a una situación traumática", además de promover "una exaltación del patriotismo en el mal sentido".
Precisamente el rechazo hacia las banderas marcó la tónica general de la concentración.
Frente a determinados grupos que se presentaron con la bandera española, el grueso de los asistentes respondió con el grito unánime de "sin banderas".
Guillermo Fernández, promotor de la iniciativa, celebra en declaraciones a infoLibre que el balance "es muy esperanzador y muy positivo" porque supone el "pistoletazo de salida para que la ciudadanía se exprese".
A su juicio, la concentración muestra cómo "el movimiento cívico que toma la palabra exige diálogo y responsabilidad en un contexto en el que los únicos que hablaban eran los políticos".
La demanda ahora es clara: "Que se sienten a hablar, a recomponer la situación, a echar unos pasos atrás porque en estas últimas semanas han ido las cosas muy rápido".
Las personas que abarrotaron la plaza frente al Ayuntamiento de Madrid rechazaron además las cargas policiales desencadenadas durante el 1-O –"la violencia no arregla nada", exclamaron– y reiteraron su apuesta por la palabra como herramienta de encuentro. "La voz del pueblo no es ilegal", incidían los asistentes, quienes celebraron la masiva asistencia asegurando que "esto sí se parece a España".
La concentración estuvo, cumpliendo con la voluntad de los convocantes, exenta de simbología política.
Aunque representantes políticos como Alberto Garzón o Pablo Iglesias mostraron su apoyo a la protesta a través de redes sociales, los protagonistas de la misma fueron los ciudadanos.
"Los políticos pueden difundir pero nunca pueden convocar", comentaba uno de los asistentes. "Esto es una cosa del pueblo, que les exige a ellos que hagan todo lo que esté en sus manos para dejar de arrastrarnos a esta situación de tensión que no nos merecemos".
Ciudades como Zaragoza, Barcelona o València acogieron asimismo concentraciones bajo el mismo lema.
Guillermo Fernández confía en que, tras las concentraciones, la clase política se siente a hablar.
"Al mostrarse en la calle la gente manda un mensaje a los gobernantes", considera. Por ello, añade, "si no recogen el guante tendremos que seguir insistiendo".
Manifestantes de Colón
A pocos metros, en la plaza de Colón, otra multitudinaria concentración clamaba en defensa de la Constitución a través de gritos de "con golpistas no se dialoga".
Los agentes de Policía tuvieron que mediar para calmar los momentos de tensión que se vivieron cuando parte de los asistentes caminaron hasta Cibeles para encararse con los participantes en la primera concentración.
Las fuerzas de seguridad impidieron el paso de los manifestantes que portaban banderas nacionales y exclamaban consignas tales como "España una y no cincuenta y una".
Ante la presencia de estos manifestantes, las personas que se concentraban en Cibeles respondieron con gritos de "sin fronteras, sin banderas" o "las palabras son nuestras armas".
Guillermo Fernández tacha de "ejemplar" el comportamiento de la gente vestida de blanco.
"Las únicas voces altisonantes son las que insultaban y demostraban una actitud que es precisamente la que nosotros queremos superar para no convertirnos en un país asfixiante", subraya.
La Fundación Denaes, informa Europa Press, ha sido la organización convocante de la concentración en Colón este mediodía en defensa de la nación, la Constitución y el Estado de Derecho tras el referéndum del 1-O y a la que se han adherido cerca de 50 entidades.
La Delegación del Gobierno cifra la asistencia de Colón en 50.000 personas, y la de Cibeles en 1.500.
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