viernes, 3 de marzo de 2017

La Protección que da EEUU a Monsanto solo tiene sentido si tiene la intención de envenenar a medio planeta

ESTADOS UNIDOS QUIERE ENVENENAR EL MUNDO


Existen diversos medios efectivos para controlar a grandes cantidades de población.
Desde el “poder blando”, es decir a través de medios culturales e ideológicos hasta el uso de la fuerza desmedida, utilizando costosos despliegues militares. Dentro de esta escala existe una modalidad basada en el control de la producción y distribución alimentaria que ha afectado a millones de personas en el mundo.  
En efecto, un puñado de empresas en su mayoría de origen estadounidense, se han encargado del diseño de semillas genéticamente modificadas (o GMO por sus siglas en inglés) que tienen el propósito de limitar la producción de alimentos y acabar con la soberanía alimentaria en regiones como América Latina.
Para el gobierno de los Estados Unidos es una prioridad estratégica apoyar la investigación de empresas que trabajan con la transformación de los alimentos.  
La razón fundamental es que esto significa una intervención directa sobre la salud y la dieta de las poblaciones. En otras palabras, es un arma poderosa que silencia a millones de personas en el mundo sin necesidad de utilizar las armas. 
Como estrategia de superioridad global, las GMO son para las empresas norteamericanas un negocio redondo en la medida en que no sólo producen las semillas modificadas, sino que además venden los “antídotos” contra las plagas. Si un campesino compra las semillas de empresas como Monsanto está obligado a gastar también en los herbicidas e insecticidas de la misma corporación.
El objetivo de empresas como Monsanto, Dupont o Bayer es dirigir un ataque en contra de la cultura y las tradiciones de millones de campesinos.  
De hecho, para muchas comunidades la semilla es sinónimo de fertilidad, diversidad y multiplicación de la vida. Concepto que ha sido desechado por las denominadas semillas “terminator” que a causa de su modificación están diseñadas para que no tengan una reproducción futura.  
De este modo, el cambio en los alimentos ha generado la pérdida progresiva de la soberanía alimentaria, esto es, la autonomía de los pueblos para definir su propia política agraria sin tener que luchar en contra de empresas que buscan monopolizar la producción de los alimentos  
Esta ha sido justamente una lucha constante en diversos países de América Latina. La llamada “ley Monsanto” que promueve los derechos de autor en la propagación de semillas con transformaciones genéticas, ha ocasionado en muchos casos la criminalización de los campesinos.  
La paradoja se basa en que la utilización de semillas patentadas de Monsanto por parte de agricultores que no declaren su uso, pueden ser castigadas, incluso con cárcel. ().
Esto sugiere a todas luces una estrategia de control sobre aquellos que se encargan de alimentar a millones de personas en el mundo.  
Los grupos económicos buscan restringir al máximo la diversidad y riqueza de los alimentos para que decidir sobre la salud de la población. Lo peor y más preocupante es que las empresas tienen a su favor la ley y la fuerza para cumplir con sus disposiciones.
Una de las grandes amenazas para los países de Latinoamérica es no poder definir su política alimentaria.  
Cada gobierno debe diseñar una estrategia para alimentar a su población de acuerdo a criterios de equidad y distribución.  
Sin embargo, con el advenimiento de empresas estadounidenses que buscan el control en la producción alimentaria, los términos de la seguridad y la soberanía han ido disminuyendo considerablemente.  
A Estados Unidos ya no le basta con el control fáctico sobre el territorio mediante la instalación de bases militares, sino que ahora ha buscado nuevas estrategias para generar presión económica y política a través de la regulación de procesos agroindustriales y la creación de una compleja legislación que protege a sus multinacionales.
El propósito de las grandes empresas de alimentos es mostrar la utilidad y beneficios que supuestamente las GMO pueden traer al mundo. Según los primeros estudios, estas semillas “mejoradas”, aumentaban la fertilidad y reducían ciertos gastos de producción.  
No obstante, en un estudio elaborado a largo plazo por científicos latinoamericanos se ha demostrado todo lo contrario. En primera medida, la calidad de la tierra ha disminuido dramáticamente, incluso perdiendo su uso y nutrientes.  
En segunda instancia, los científicos comprobaron que los productos de Monsanto y empresas similares traen daños irreversibles para la salud de las personas, evidenciándose incremento en casos de cáncer, malformaciones congénitas, daños genéticos, entre otros  
Así pues, las aparentes ventajas de las semillas tratadas genéticamente no se comparan con los daños y perjuicios que le han causado a la salud humana y a la biodiversidad de los ecosistemas.
En un acto de soberanía, científicos del subcontinente latinoamericano enviaron una carta al comité del Premio Nobel que fue otorgado a investigadores por su avance en las semillas genéticamente modificadas, hecho que ha sido inadmisible para quienes consideran los grandes daños que estas empresas han traído a América Latina  
Pero las críticas no sólo han sido dirigidas por parte de científicos latinoamericanos, la Universidad de Virginia en Estados Unidos realizó un estudio en el que se comprueba que los herbicidas e insecticidas producidos por Monsanto han causado importantes daños ambientales, incluso en el crecimiento de plantaciones de maíz  
Pese a todas las denuncias realizadas en contra de las multinacionales, estas siguen empeñadas en continuar con “investigaciones” que favorezcan al capital privado. De hecho, Monsanto invierte millones de dólares al año en abogados para evitar un decrecimiento en las ventas.  
El negocio es redondo pues no sólo limitan la producción alimentaria, criminalizando a todos aquellos que intercambien semillas, sino que reducen el mercado para que sean unas pocas empresas las que se lleven todas las ganancias.  
De este modo, regiones tan ricas en biodiversidad como América Latina que, por poner un ejemplo cuentan con más de 4000 variedades de papa, han visto cómo sus campesinos tienen que iniciar movilizaciones para evitar que la diversidad sea llevada a la cárcel.
Por esa razón, bajo una lógica criminal empresas como Monsanto, Dupont, Cargill y Bayer se han apropiado del patrimonio intelectual e inmaterial de millones de generaciones de campesinos cuyo legado ha sido reducido a unas cuantas semillas modificadas genéticamente que generan graves enfermedades.  
Algunas ONG como Pesticide Action Network International (PAN) han denunciado constantemente los daños de los químicos usados por estas empresas.  
En un completo estudio realizado por la asociación, se demostró las consecuencias del uso del glifosato para erradicar plagas (http://pan-international.org/wp-content/uploads/Glyphosate-monograph.pdf).  
Esto demuestra que Monsanto está empeñado en continuar con la comercialización de sus productos a pesar que se han comprobado efectos desfavorables para la salud de las personas y para los ecosistemas de distintos países.  
Lo que estas empresas están haciendo es envenenar el mundo a cambio de cuantiosas sumas de dinero.
Por si fuera poco, en septiembre del presente año, se realizó un anuncio que estremeció al mundo. Las multinacionales Monsanto y Bayer han decidido fusionarse para crear un megaimperio en la producción y distribución de alimentos  
Con el pretexto de estar preocupados en torno a cómo se van a alimentar 3000 millones de personas para el año 2050, las corporaciones han puesto en común un capital que asciende a 66 billones de dólares.  
El objetivo de fondo es poner en marcha un plan para el dominio mundial que arrasará con la multiplicidad de especies animales y vegetales y que pondrá a millones de personas a consumir productos químicos, previamente diseñados en laboratorios.
Si Estados Unidos logra que la legislación de países latinoamericanos apruebe el uso de semillas GMO como lo ha hecho hasta ahora, se podría hablar de un control hegemónico sobre un recurso vital como la alimentación.  
Esta circunstancia superaría con creces otras formas de dominio dirigidas por el Pentágono, pues ello implicaría que Washington podría disponer a su antojo de la población mundial.  
En efecto, después de la cadena de fusiones y absorciones similares a de Monsanto/Bayer como es el caso de Dow/Dupont, el mercado de semillas ha quedado acaparado por unas tres megacorporaciones que tienen el monopolio mundial de agroquímicos y semillas transformadas  
Detrás de estas empresas están los intereses del gobierno de los Estados Unidos por no perder la supremacía mundial. Los costos para ello serán, sin embargo, gigantescos pues la Casa Blanca está promoviendo el envenenamiento gradual del mundo.
Como en muchas ocasiones, América Latina se ha convertido en el laboratorio de Estados Unidos. Todas las políticas del gobierno del norte han tenido fuertes impactos en élites políticas condescendientes que han permitido el ingreso de leyes que atentan en contra de los derechos de los campesinos.  
Por esa razón, múltiples asociaciones como La Vía Campesina han iniciado una importante lucha para evitar que Monsanto y sus socios sigan destruyendo el medio ambiente (https://viacampesina.org/es/).  
No obstante, como se ha mencionado con anterioridad, la lucha por parte de los campesinos no ha sido fácil, toda vez que las multinacionales tienen a su favor la ley, la autoridad y la represión.  
De hecho muchas de las manifestaciones han terminado con las fuerzas del orden a favor de multinacionales que poco o nada las benefician.
Además, muchos campesinos se han visto abocados por la falta de alternativas, a utilizar esta serie de productos nocivos. Así pues, las corporaciones crean un círculo vicioso de dependencia hacia sus insumos, pues una semilla Monsanto sólo puede germinar a partir de ciertos fertilizantes y controlados con determinados insecticidas.  
El acuerdo con Bayer sin duda tendrá que ver con la creación de nuevos productos que sólo podrán ser utilizados en el campo si se compran las semillas de la multinacional, pues de lo contrario se estaría violando las patentes y creando un peligro para el capital de estas empresas.  
La supuesta ventaja de los productos de Monsanto son su durabilidad en el tiempo, con lo cual, las personas pueden consumir un alimento en largos periodos, solucionando el problema de acceso a los mismos.  
Empero, ¿qué efectos secundarios podrían tener alimentos rociados con glifosato? De ahí que antes que la cantidad de alimentos, los gobiernos deberían preocuparse por no envenenar a las poblaciones con productos genéticamente modificados.
Artículo escrito por RODRIGO BERNARDO ORTEGA
elrobotpescador.com

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro