¿Por qué Venezuela?
Seguramente por el título de este artículo, habrán deducido que me dispongo a denunciar las tergiversaciones y mentiras interesadas, que día tras día nos cuentan desde los medios de comunicación, acerca de los sucesos que acontecen en Venezuela, y los motivos por los que nuestros políticos, y sus periodistas de cabecera, de repente, se preocupan tanto por el país hermano.
Pues no. O si. O no sé. Lean y saquen ustedes sus propias conclusiones.
La comisión Interamericana de DDHH indicó en un informe con fecha 2 de marzo de 2016 que México sufre un terrible problema de violencia y desapariciones en la mayor parte de su territorio. Es el país con más denuncias de violaciones de derechos humanos ante la CIDH. En 2014 se perpetraron 18.000 asesinatos con violencia.
La corrupción y la impunidad han permitido que se formen grupos criminales que actúan en connivencia con el poder, el narcotráfico campa a sus anchas, los secuestros, robos, extorsiones, tráfico de migrantes y de armas o trata de personas son un cáncer que ha hecho metástasis en la sociedad mexicana. Pero la violencia no se ejerce sólo por parte de los narcotraficantes o las mafias callejeras.
Las fuerzas militares y algunos ministerios públicos han sido vinculados con graves violaciones de los DDHH como el asesinato de 22 personas en Tlatlaya o el ataque contra los 43 estudiantes de Ayotzinapa donde participaron policías. Los familiares de las víctimas, los defensores de los DDHH o periodistas molestos son víctimas de violencia y amenazas desde lo más alto con el objeto de silenciarles y perpetuar la corrupción y la impunidad.
Los asesinatos de mujeres en México son cosa habitual, en Ciudad Juárez las secuestran las violan y las torturan salvajemente. De los miles de feminicidios casi no existen condenas porque los criminales cuentan con la complicidad del estado de Chihuahua. Y nadie hace nada para cambiar eso.
En México hay 11 millones de personas en situación de pobreza extrema, el 46% de la población es pobre y sólo un 1% controla toda la riqueza del país. Hambre y violencia en la calle. Pero como no es Venezuela ni a los políticos ni a los periodistas españoles les importa una higa.
La situación en Colombia no es mejor. Según el Comité Internacional de la Cruz Roja cerraron el 2016 con 7,9 millones de víctimas registradas por el Estado por causa del terrible conflicto armado que aún colea.
En 2015 se denunciaron 812 infracciones al Derecho Internacional Humanitario que han dejaron un total de 19.000 víctimas. Hay 79.000 personas desaparecidas sin que sus familiares sepan lo que ha ocurrido con ellos.
Los centros de detención sufren un hacinamiento de más del 55% hay 43.000 reclusos de más en las prisiones, lo que provoca enfermedades, enfrentamientos y muertes. Ni siquiera tienen atención médica.
Ninguno se llama Leopoldo López así que las pésimas condiciones en las que mal viven no le importan a nadie.
Tanto en zonas urbanas como rurales se dan numerosos casos de violencia sexual, extorsiones y continúan las desapariciones. Hay toques de queda y fronteras invisibles.
La desaparición de periodistas y las amenazas son continuas. Este año constan 60 asesinatos. Según denuncia la Federación Colombiana de Periodismo sufren constantes agresiones como represalia por sus pesquisas, que aumentan considerablemente durante las campañas electorales por parte de los políticos y sus familias. Incluso reciben ¨recados¨ de algún simpatizante. También denuncian vigilancia y seguimiento por parte de actores armados cuando investigan los vínculos de los candidatos con estructuras criminales.
Según un informe de Transparencia por Colombia la corrupción en el país tiene un carácter estructural. Diagnostican ausencia de sanciones efectivas y prevalencia de prácticas de abusos de poder. La justicia es inoperante para aclarar o juzgar casos de corrupción o el saqueo de las arcas públicas. Los organismos de control son inútiles porque han sido nombrados por el Congreso. Os suena de algo?
El hambre en ciertas zonas de Colombia ha llegado a tal extremo que hay denuncias de animalistas sobre como se están despedazando caballos y todo tipo de animales por conseguir un trozo de carne. No me consta que les falte papel para el culo.
No voy a seguir, me harían falta muchas páginas para relatar el horror de todo lo que leído para escribir este artículo. Tampoco hablaré de Guinea ni Arabia Saudí ni de los cientos de países donde el hambre y la violencia hacen estragos entre los más débiles, para qué? Ya lo sabemos todos.
Lo mismo que sabemos la miseria moral que se necesita para aprovecharse del dolor y tragedia ajena para sacar réditos políticos. Alguien que se presta a descender a ciertos límites de vileza por rapiñar unos miserables votos, de qué no será capaz si alguna vez accede al poder? Si ya has vendido tu alma antes de ser nadie, qué no serás capaz de vender después?
Necesitamos personas dignas y con cierto sentido del honor y la vergüenza en las instituciones. Alguien que miente, que explota la tragedia, el hambre o el drama de otros para atacar a adversarios políticos no merece sino el desprecio y la repulsa de cualquier persona decente. Alguien que llora pidiendo medicinas para enfermos de otro país cuando en el suyo pretende implantar el co-pago sanitario sólo debería obtener el rechazo de cualquier sociedad que se respete a si misma.
Tengo en gran consideración a los amigos que me hacen el honor de leerme y sé que no es necesario que escriba ni una palabra más. Ellos saben tan bien como yo, el motivo por el que Venezuela está a todas horas en la prensa y los medios del régimen del tripartito. Y cada día lo sabe más gente.
SONRIAMOS, QUE SE PUEDE.
NO ES VENEZUELA
POPULISMO y DEMAGOGIA es lo que hacen #PPSOECs
que utilizan a Venezuela contra PODEMOS en vez de hablar
de los muchos problemas que aquí importan a la gente
Demagogia: apelar a prejuicios, emociones y miedos para ganar apoyo popular mediante el uso de retórica y propaganda
Agenda violenta de la derecha Venezolana
(Lo que no verá en las televisiones españolas)
Origen: Insurgente.org
Lo que debes aprender de Venezuela
| Fallo de sistema
Por Filosofía Perdida @Filopolitics
Quería escribir algún artículo sobre todo lo que ocurre en Venezuela, principalmente para explicar qué ocurre de manera sosegada, y compartir impresiones con respecto a un país situado en el foco de los medios de comunicación y de los principales partidos, mientras podemos comprobar que se encuentra a más de ocho horas de avión de Madrid, mientras tenemos países más cercanos donde parece que todo es maravilloso.
No tengo suficientes elementos de juicio como para valorar lo que ocurre en Venezuela, pero sí los suficientes como para valorar la clase de periodismo que se está dando en los principales medios de comunicación de mi país;
no tengo suficientes datos como para saber qué es lo mejor para Venezuela, pero sí tengo los suficientes como para saber qué políticos no me representan en España por mucho que manipulen la realidad; no daré un cheque en blanco a los excesos de ningún gobierno, pero comenzando por el que recurre a un país que dista miles de kilómetros del mío para atemorizar a la misma población que ha empobrecido y robado derechos pidiéndoles un voto del miedo desde la falacia y aprovechando la ignorancia general.
no tengo suficientes datos como para saber qué es lo mejor para Venezuela, pero sí tengo los suficientes como para saber qué políticos no me representan en España por mucho que manipulen la realidad; no daré un cheque en blanco a los excesos de ningún gobierno, pero comenzando por el que recurre a un país que dista miles de kilómetros del mío para atemorizar a la misma población que ha empobrecido y robado derechos pidiéndoles un voto del miedo desde la falacia y aprovechando la ignorancia general.
Estas imágenes sí son de Venezuela.
Y no es propaganda gubernamental, es testimonio de un español que vive allí
Dentro de pocos días partiré a América a pasar una temporada por motivos ajenos al artículo.
Para mi futura estancia en diversos países, se me han dado varias advertencias de seguridad que, sorprendentemente, me llevan irremediablemente a pensar que voy a ir a países que se encuentran, como mínimo, igual que Venezuela, mientras que la prensa española parece ignorar lo que allí ocurre, si no lo está ocultando.
Violaciones de Derechos Humanos, escasez, precariedad máxima, falta de seguridad y fuerzas del orden atacando a la población son algo que ocurre con mucha frecuencia en países del mismo continente que Venezuela, sin que ocupe en nuestros medios más de unos segundos (y esos solo los ocupa cuando la noticia es más que escandalosa).
En Estados Unidos, sin ir más lejos, 1.134 personas murieron a manos de la policía en el año 2015, un dato como para pensarse si realmente el lugar donde poner el foco es Venezuela.
En las últimas semanas mucha gente me ha hablado de Venezuela como si hubiera estado allí, sabiendo que toda la culpa es del gobierno, como si la bajada del petróleo fuese algo irrelevante a un país exportador de petróleo.
Cuando digo que viajo a América, en seguida me preguntan si iré a Venezuela, temiendo por los males que pasaré si se me ocurre ir a ese país que tanto conocen gracias a los medios españoles, porque jamás han pisado, y respiran aliviados o aliviadas cuando comento que viajo a otros países que, según Naciones Unidas, están pasando más necesidad, tienen más crímenes y se encuentran con los mismos problemas internos o más.
Cuando a personas de perfil conservador les he explicado la “ley mordaza” punto por punto, con mucha frecuencia me echaban en cara que las manifestaciones las hace “gente peligrosa”, que la “gente de bien” no tiene necesidad de salir a la calle e incluso llegan a aplaudir la violencia de las fuerzas de seguridad porque “garantizan la seguridad de todos de la mejor manera posible”.
Estas mismas personas no dudan en apoyar a los manifestantes contra Maduro, usen la violencia que usen, y atacar las fuerzas de seguridad venezolanas porque reprimen las manifestaciones que,
cuando se producen en España, son criticadas por ser de “antisistema”, “perroflautas”, “radicales” y otros insultos parecidos.
En el colmo de la doble manera de ver esta realidad,
los hay que aplauden a quien quiere acabar con la constitución en Venezuela, pero considera antidemocrático a quien propone cambiar algo de la nuestra.
Much@s periodistas, por darle algún adjetivo en que todos podamos englobar a quien se encuentra repitiendo consignas en medios de comunicación, atacan a Podemos por la relación de un puñado de sus líderes con el anterior jefe de estado de Venezuela.
Imaginad que aquí alguien de la oposición organiza una revuelta ilegal que acaba con estos resultados solo por perder las elecciones |
Esos mismos periodistas (con perdón) que apoyan a una monarquía con archiconocidos vínculos con los jefes de estado en Arabia Saudí o Marruecos, países que no solo se encuentran mucho más cerca del nuestro, sino que además tienen violaciones mucho más graves de los derechos humanos, a veces incluso contra español@s como la expulsión de juristas por querer ayudar al el pueblo saharaui.
Los grupos de comunicación se encuentran, mientras escribo este artículo, dando toda la cobertura posible a una visita de Albert Rivera a Venezuela, un político que pide “más y mejor Europa”, una pérdida de soberanía del país en favor de un continente que está negando asilo a l@s refugiad@s y llevándolos a países donde los DDHH no son respetados.
¿Realmente interesan los derechos humanos a quien presume de un continente que, no solo consiente, sino que promueve una actitud que viola cualquier ley sobre asilo que tenga firmada nuestro país?
¿Realmente interesan los derechos humanos a quien presume de un continente que, no solo consiente, sino que promueve una actitud que viola cualquier ley sobre asilo que tenga firmada nuestro país?
Al mismo tiempo, much@s polític@s utilizan Venezuela como arma arrojadiza contra la izquierda en nuestro país.
Como ya ocurriera con el gobierno de ZP, y ocurre actualmente bajo el gobierno del PP, se venden armas a Venezuela (también se venden a Arabia Saudí, que el negocio siempre está abierto), pero es más sencillo señalar un mal y un culpable de manera simplista, que hacer un serio balance sobre todo lo ocurrido, analizar qué hizo cada un@ y sacar conclusiones que sirvan para un análisis veraz.
L@s polític@s pretenden echar todos los demonios posibles sobre Podemos, como hicieran anteriormente con Grecia, país arruinado por el bipartidismo empeñado en meterlos en una UE perjudicándolo, país destrozado por los recortes impuestos por la Troika y país que muestra el mejor ejemplo de los males de la Unión Europea. Política de discurso simplista llevada por l@s polític@s capaces de apoyar a quien causó la crisis y criticar culpando de la crisis a quien llega para solucionarla.
Particularmente significativo para mí es ver el trato que se da al opositor Leopoldo López que, sin ser líder de la oposición (lo es Capriles) sí ha protagonizado episodios violentos y fomentado y pedido un golpe de estado.
Al mismo tiempo vemos cómo se critica que Otegi pueda ir a un parlamento, a pesar de haber pagado dos veces su deuda con la justicia (una de ellas por el grave delito de pedir a la ETA que abandone las armas y se una a su proyecto político).
No seré yo quien se identifique con Otegi, pero tampoco quien lo llame “asesino” sin haber cometido ningún homicidio.
Al final resultará que un político sí puede ir a la cárcel en España, pero no puede hacerlo en Venezuela, haya o no cometido crímenes o esté dispuesto a hacerlo.
Todo esto ocurre mientras en cuatro años hemos retrocedido de manera muy notoria en derechos y libertades.
Mientras un tercio de nuestra población es pobre, los políticos responsables de ello nos hablan de Venezuela;
mientras vemos desahucios de familias durante años a manos de policía equipada con más armas y protección que las que usan para acompañar una manifestación neonazi, asistimos a medios de comunicación cubriendo toda acción policial en Venezuela (no así de quien ha ejercido también la violencia contra las fuerzas policiales);
mientras tenemos en el gobierno en funciones a un partido que deberá abonar 1,2 millones de euros de multa por su financiación en B, permitimos que se grite en tertulias acusando a Podemos de financiación venezolana, cuando ha sido archivada cuatro veces esa acusación en los tribunales;
mientras nuestro gobierno apoya violaciones de DDHH a los refugiados, en contra de la legislación internacional que él mismo gobierno ha firmado, nos preocupa lo que hace el gobierno de Maduro, cuya responsabilidad no está en nuestra mano y al que no podemos cambiar desde Europa.
Como ya ocurriera antes de unos comicios, nos encontramos ante una campaña utilizando medios de comunicación contra las evidencias de la razón.
Es evidente que España no es Arabia Saudí, por mucho que el rey de España, como ocurriera con su padre, tenga amistad con sus dirigentes; es obvio que España no es México, por mucho que Rajoy haya ido varias veces al país donde se asesina a polític@s y periodistas (sí, ocurre, aunque en España no quieran mostrarlo), y no ha transformado nuestro país en algo así.
Igualmente evidente es a la razón, que por muy orgulloso que se mostrase el entonces presidente de gobierno Aznar al poner los pies sobre una mesa donde los tenía puestos Bush, hablando de sus logros deportivos, en realidad Aznar apoyó un genocidio en Irak por unas armas de destrucción masiva que no existían, para que Bush hiciera unos negocios en el país donde hoy se expande el Estado Islámico; y es que el PP se muestra siempre preocupado por los DDHH cuando le sirven para atacar a sus oponentes, pero no tanto cuando deben aplicarlos ellos, como muestra nuestra ley mordaza.
Quisiera acabar mostrando mi defensa de los derechos humanos en todo el mundo, empezando por mi propio país, donde los que hablan mucho de Venezuela parecen querer rectificar poco políticas similares contra prensa, manifestantes o población.
Me gustaría que el país americano recuperase la calma que aspiro también para mi país, a pesar de que tampoco la tengamos, y pediría al lector o lectora que llegue al final de este artículo, que supere el titular sencillo y el análisis simplista, ya se trate de las noticias de Europa, de Asia o de América que nos hacen llegar, porque el conocimiento es poder, y por lo visto, en nuestro país tienen más ganas de quitarnos ese poder que de dar a Venezuela un futuro próspero y mejor.
Escrito por Filosofía Perdida @Filopolitics
Ilustración de Javier F. Ferrero @SrPotatus
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