Las huelgas contra la reforma laboral ponen en jaque al gobierno francés
El gobierno francés reconoció que está utilizando las reservas estratégicas de carburantes para tratar de garantizar el aprovisionamiento frente a las huelgas y bloqueos en refinerías y depósitos petrolíferos contra su reforma laboral, que han agotado los tanques de centenares de estaciones de servicio en todo el país.
El secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies, explicó que se ha extraído el equivalente de tres días de consumo de esas reservas estratégicas, que son de 115 días, pero insistió en que no hay riesgo de agotamiento.
Vidalies, en declaraciones a los medios al término del Consejo de Ministros, se esforzó en señalar que se están utilizando esas reservas “de forma marginal”, al tiempo que reconoció que la situación en las gasolineras había empeorado en la región de París, donde un 40% se habían quedado sin carburante, mientras en el oeste del país ha “mejorado”.
En total, son más de 4.000 las estaciones de servicio en las que se había agotado total o parcialmente la nafta, lo que equivale a un tercio de las estaciones que hay en Francia, informó el funcionario, quien vinculó la situación con el comportamiento de los automovilistas, que realizan compras de combustible por precaución.
El responsable de Transportes insistió en que el problema no es de disponibilidad de carburante, sino de acceso a los depósitos donde está almacenado -en muchos casos bloqueados por piquetes de huelguistas-.
A ese respecto, señaló que las fuerzas del orden han procedido hoy al desbloqueo de 11 complejos petroleros y el vocero del gobierno, Stéphane Le Foll, había indicado anteriormente que esas operaciones van a continuar “con responsabilidad”.
El primer ministro Manuel Valls afirmó hoy ante la prensa que van a continuar las operaciones policiales para levantar los bloqueos, de los que se habían llevado a cabo once hasta esta mañana.
Valls reafirmó su posición de que no se retirará el proyecto de ley de reforma laboral, ni se modificará sus artículos más polémicos, y denunció la actitud de la Confederación General del Trabajo (CGT, que lidera la protesta), “una organización minoritaria que quiere hacer plegar al gobierno”, consignó la agencia de noticias EFE.
“La CGT no dicta la ley en este país”, advirtió el primer ministro, que argumentó que si bien “el derecho de huelga y de manifestación son derechos absolutos, esta radicalización (…) es inaceptable”, como también sus amenazas con paralizar una central nuclear.
Ante las perturbaciones que la escasez de carburante está empezando a causar en varios sectores económicos, y ante el riesgo de que las protestas se extiendan a la electricidad -hay una convocatoria de huelga desde hoy en, al menos, una central nuclear-, las organizaciones patronales reclamaron al gobierno que garantice la libertad de circular y trabajar.
En un comunicado conjunto, seis de esas organizaciones empresariales señalaron que “frente a esta situación, corresponde al Estado velar por el respeto del derecho y tomar las medidas que garanticen el interés general, la libertad de trabajar y de circular libremente”.
Pierre Gattaz, presidente de la principal de todas ellas, el Movimiento de Empresas de Francia (Medef), calificó de “irresponsables” a las centrales que bloquean los centros petroleros para tumbar la ley de la reforma laboral, que a su juicio “no servirá para nada” en su redactado actual.
Más allá del sector petrolero, el paro en los ferrocarriles hoy tuvo un seguimiento inferior al de la semana pasada, con un 10% de huelguistas, frente al 15% el miércoles de la semana pasada, según los datos presentados por la empresa SNCF.
Tras más de tres meses de protestas, mañana habrá una nueva movilización nacional en decenas de ciudades de todo el país, una jornada importante para las centrales sindicales que exigen la retirada de la reforma laboral.
También se han convocado huelgas intersectoriales, entre ellas en el control aéreo, que va a obligar a las compañías que operan en el aeropuerto parisino de Orly a cancelar un 15% de sus vuelos.
La CGT ya ha preparado para la semana próxima una batería de paros indefinidos en los ferrocarriles y en el transporte metropolitano de París, a los que se sumará otro de tres días (el 3, el 4 y el 5 de junio) de los controladores aéreos (en este caso por motivos propios de su convenio colectivo).
El inicio de la Eurocopa de fútbol, el 10 de junio, aparece como una fecha clave, porque según una encuesta publicada hoy, si las protestas tuvieran impacto en ese evento -con consecuencias negativas para la imagen del país-, un 61% de los franceses considerarían responsable al gobierno de Valls.
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