miércoles, 6 de septiembre de 2017

La historia del Dáesh no ha acabado... mientras la CIA y el MOSAD continuen alimentándolo

La historia del Dáesh no ha acabado... El terrorismo que se avecina


La segunda ciudad de Irak, Mosul, ha quedado reducida a escombros. Por fin, tras meses de crueles bombardeos y una tremenda batalla por tierra, la coalición bélica liderada por Estados Unidos se la ha arrebatado al tristemente célebre Estado Islámico o Dáesh.

Pero difícilmente podemos hablar de “victoria” para calificar este momento. Mosul, la que fue joya cultural de Irak y modelo de coexistencia, es ahora una “ciudad de cadáveres” en palabras de un periodista extranjero que paseó entre sus ruinas mientras se protegía la nariz de la peste repugnante.

“Probablemente habrás oído hablar de los miles de muertos y del sufrimiento de los civiles –comentó Murad Gazdiev–, pero seguro que no has oído nada del olor. Del olor nauseabundo, repulsivo, que se extiende por todas partes: el olor de los cadáveres pudriéndose”.

En realidad, “el olor a cuerpos podridos” inunda todos los lugares donde el Dáesh ha sido derrotado. El grupo que llegó a declarar un califato (un Estado islámico) en Irak y en Siria en 2014 y al que se permitió expandirse libremente en todas direcciones ahora está cayendo a toda velocidad.

Y ello nos lleva a preguntarnos cómo es posible que un pequeño grupo, a su vez procedente de otros grupos también tristemente célebres, puede haber declarado, expandido y sostenido durante años un “Estado” en una región plagada de ejércitos y milicias extranjeras y de los servicios de inteligencia más poderosos del mundo.

Pero, ¿no debería resultar irrelevante esa pregunta ahora que el Dáesh ha sido derrotado mediante los métodos más enérgicos y violentos?

Bueno, eso es algo en lo que todo el mundo parece estar de acuerdo; incluso los adversarios políticos y militares coinciden abiertamente en este objetivo último.

Además de su derrota en Mosul, Irak, el Dáesh ha perdido su baluarte del este de Siria, Al Raqa. Quienes asombrosamente han logrado sobrevivir a las batallas de Mosul y Al Raqa están ahora atrapados en Deir ez-Zor, donde se librará la que parece ser la gran batalla final.

En realidad, la guerra contra el Dáesh ya se está desplazando fuera de los grandes centros de población en los que se había refugiado el grupo armado.

Y sus militantes también están siendo expulsados de sus escondrijos fuera de estas regiones, en la región de Qalamun occidental, fronteriza entre Siria y Líbano, por ejemplo.

Ni siquiera el desierto constituye ya un lugar seguro.

El desierto de Badiya, que se extiende desde el centro de Siria a los límites con Irak y Jordania, está siendo escenario de duros combates alrededor de la ciudad de Al Suknah.

Brett McGurk, enviado especial estadounidense de la “Coalición Internacional contra el Estado Islámico”, regresó recientemente a EE.UU. tras pasar unos días en la región y ha declarado con notoria confianza a la cadena de televisión CBS que “las fuerzas del Dáesh están luchando por sus vidas manzana a manzana” y que el grupo armado había perdido alrededor del 78 por ciento del área máxima que llegó a controlar en Irak y en torno al 58 por ciento de sus territorios en Siria.

Como era de esperar, los oficiales y los medios de comunicación estadounidenses hacen hincapié en los triunfos militares atribuidos a las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos e ignoran los demás, mientras la coalición liderada por los rusos hace lo propio.

Poniendo a un lado las numerosas tragedias humanitarias asociadas a estas victorias, ninguna de las partes implicadas ha asumido responsabilidad alguna por el ascenso del Dáesh.

Sin embargo, es lo que les correspondería, y no solo por lo que conlleva de responsabilidad moral. Porque si no comprendemos y afrontamos las razones que explican la aparición del Dáesh, su caída dará lugar, con toda seguridad, a la creación de otro grupo con una visión igual de nefasta, desesperante y violenta.

Los medios de comunicación convencionales que han intentado deconstruir las raíces del Dáesh se fijan en sus influencias ideológicas sin prestar la menor atención a la realidad política que gestó al grupo.

Pero lo cierto es que el Dáesh, Al-Qaeda y cualquier grupo de este estilo suelen gestarse y revivir en lugares aquejados por la misma enfermedad crónica: un gobierno central débil, una invasión extranjera, una ocupación militar y terrorismo de Estado.

El terrorismo es el resultado de la brutalidad y la humillación, sea cual sea la causa, pero es más pronunciado cuando la causa es extranjera. Si todos estos factores no se abordan realmente, el terrorismo no tendrá fin.

Por tanto, no debe sorprender que el Dáesh cobrara vida y progresara en países como Irak, Siria, Libia y regiones como el desierto del Sinaí.

Además, muchos de quienes respondieron a la llamada del Dáesh procedían de comunidades que habían sufrido la crueldad de los regímenes árabes inhumanos o el abandono, el odio y la marginación de las sociedades occidentales.

La razón por la que muchos se niegan a reconocer esa realidad –y luchan con uñas y dientes para desacreditar tal argumento– es que admitir su culpabilidad les haría responsables por la propia creación del terrorismo que dicen combatir.

Quienes tienen bastante con culpar al islam, una religión que contribuyó en gran medida al renacimiento cultural europeo, no lo hacen por simple ignorancia; muchos de ellos están guiados por planes siniestros. Pero su descabellada idea de culpar a la religión es tan estúpida como la imprecisa “guerra contra el terror” de George W. Bush. Los juicios desinformados solo sirven para prolongar el conflicto.

Además, los juicios generalizados nos impiden enfrentarnos a los vínculos específicos y evidentes entre, por ejemplo, el advenimiento de al Qaeda en Irak y la invasión estadounidense de dicho país; entre el ascenso de la rama sectaria de al Qaeda liderada por Abu Musab al-Zarqawi y la división sectaria de aquel país bajo el administrador estadounidense en Irak Paul Bremer y sus aliados en el gobierno de Bagdad, predominantemente chií.

Debería haber estado claro desde el principio que el Dáesh, por muy violento que sea, no era la causa sino uno de sus síntomas. Al fin y al cabo, el Dáesh solo tiene tres años mientras que la guerra y la ocupación extranjera de la región son muy anteriores a su génesis.

Aunque nos dijeron –el propio Dáesh, pero también los expertos de los medios de comunicación– que el Dáesh había aparecido para quedarse, ahora resulta que dicho grupo no es más que una fase pasajera de un prolongado y feo montaje plagado de violencia y despojado de la moralidad y el coraje intelectual para examinar las verdaderas raíces de la violencia.

Probablemente la victoria sobre el Dáesh será efímera. Seguramente el grupo desarrollará una nueva estrategia de guerra o sufrirá una mutación aun mayor.

La historia ya nos lo ha mostrado antes fenómenos semejantes.

También es probable que quienes orgullosamente se atribuyen el mérito de haber aniquilado sistemática y eficientemente al grupo –junto a ciudades enteras– no se detengan a pensar por un momento en qué deben cambiar para prevenir que un nuevo Dáesh tome el relevo.

Curiosamente, la “Coalición Internacional contra el Estado Islámico” parece contar con la potencia de fuego necesaria para convertir ciudades en ruinas, pero no con la sabiduría para entender que la violencia desenfrenada solo inspira más violencia y que el terrorismo de Estado, las intervenciones extranjeras y la humillación colectiva de naciones enteras son todos los ingredientes necesarios para comenzar el baño de sangre una y otra vez.

Ramzy Baroud es un columnista internacional y asesor de medios de comunicación que lleva más de veinte años escribiendo sobre Oriente Próximo. Autor de varios libros y fundador de PalestineChronicle.com.

Su último libro es “My Father was a Freedom Fighter: Gaza’s Untold History” (Mi padre fue un luchador por la libertad: la historia no contada de Gaza)


https://www.rebelion.org/noticia.php?id=231200

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro