miércoles, 20 de septiembre de 2017

Italia frena la llegada de inmigrantes sobornando a las mafias libias

Resultado de imagen de refugiados El Mediterráneo una gran fosa común.

Italia frena la llegada de inmigrantes sobornando a las mafias libias

Resultado de imagen de refugiados El Mediterráneo una gran fosa común.
El Mediterráneo, “el mar de en medio”, se ha convertido en una gran fosa común. 
Es como si la materia líquida de repente se hubiese retirado para acoger en su útero cuerpos lívidos, sin peso y sin identidad.
Cada día, en las dos orillas que esperan la ola, llega la noticia de un nuevo desembarco finalizado con éxito o de una tragedia anunciada.
Leer los datos de Fortress Europe, un magnífico observatorio sobre migraciones a lo largo de las fronteras de Europa traducido en veintiún idiomas, significa tomar conciencia de la guerra silenciosa que, día tras día, se combate entre las olas. 
Desde 1988 al menos han muerto 27.382 migrantes intentando derribar la muralla de Europa: 4.273 solo en 2015, más de 3.000 en 2014.
En los conflictos precedidos por declaraciones formales de guerra mueren menos soldados.
No se recupera ni siquiera la mitad de los cuerpos; yacen en los fondos marinos del canal de Sicilia, en el fondo de las aguas entre Libia y Túnez.
En las rutas aparentemente menos transitadas, más de doscientos migrantes han perdido la vida navegando desde Argelia hacia Cerdeña.
Más al oeste, 5.000 personas han muerto en sus viajes hacia España en embarcaciones precarias, desde el Sáhara occidental y desde Senegal hacia Canarias, o desde las costas marroquíes atravesando el Estrecho de Gibraltar.
Desde 1988 al menos han muerto 27.382 migrantes intentando derribar la muralla de Europa: 4.273 solo en 2015, más de 3.000 en 2014. En los conflictos precedidos por declaraciones formales de guerra mueren menos soldados
No son estos los números que se convierten en noticia en Italia; los periódicos y las televisiones, principalmente aquellas controladas por la familia Berlusconi, airean cotidianamente otras noticias, reales o inventadas: 
los desembarcos en la costa siciliana, los contagios presuntamente causados por los africanos, la posible importación de delincuencia, el enorme flujo de dinero público que sería necesario para acoger a los inmigrantes...
Este despliegue mediático se centra de manera morbosa en los efectos de la migración, rozando superficialmente las causas, con un objetivo clarísimo: plantearlo como un problema y exagerarlo hasta el punto de convertirlo en alarma social, en una inquietud gobernada no por la política sino por el instinto, por la irracionalidad.
Esto es lo que ocurre en Italia, donde, según una reciente investigación del Observatorio Europeo sobre la seguridad, el 47% de los ciudadanos cree que la inmigración es una emergencia.
Así, mientras en el pasado la pìetas encontraba espacio entre los sentimientos de la gente, en los últimos meses está enraizando la indiferencia, el miedo
Una señal distinta, captada inmediatamente por una política rapaz que no interviene sobre los fenómenos y que espera a percibir el estado de ánimo prevalente para adoptar las medidas consecuentes.
Tras la derrota de Marine Le Pen, con la que Matteo Salvini, líder de la Liga del Norte, integra en el Parlamento de Bruselas el grupo Europa de las Naciones y de la Libertad, el partido xenófobo de la Padania ha dejado de lado el tema del euroescepticismo y del referéndum contra la moneda única --por otra parte irrealizable en Italia puesto que el artículo 75 de la Constitución no consiente consultas sobre los tratados internacionales ratificados por el Estado--. Da más frutos concentrarse en la cuestión de la inmigración.
Hacía mucho tiempo, desde los años setenta --cuando las protestas juveniles de la extrema derecha y la izquierda extraparlamentaria llenaban las plazas--, que los grupos extremistas de derecha no tenían tanta influencia sobre una parte tan importante de la población. 
Gritando eslóganes como “antes los italianos” o “cerremos las fronteras” intentan replicar el éxito de Amanecer Dorado en Grecia.
El Movimiento 5 estrellas de Beppe Grillo, que se ha mostrado esquivo en muchos temas decisivos con el objetivo de ganarse un electorado transversal y post-ideológico, ha adoptado una nítida posición de crítica hacia las políticas de acogida de migrantes.
Los pequeños movimientos de centro, vinculados al mundo clerical, como el minipartido del ministro de Asuntos Exteriores, Angelino Alfano, han dejado de lado los valores cristianos y muestran su rechazo a las propuestas de ampliación del ius solis a los inmigrantes residentes.
Incluso el Partido Democrático de Matteo Renzi corre a sumarse a la derecha en el resbaladizo terreno de la seguridad, encubre el proyecto de ley sobre la ampliación de la ciudadanía y consiente que el ministro del Interior, Marco Minniti, hombre de izquierdas, cierre tratos muy cuestionables con Libia.
Estabilizar el flujo migratorio --esa es la consigna del responsable de Interior-- reteniendo a los migrantes en África. 
Poco importa si la expatriación es por motivos económicos, o si los migrantes se ven obligados a abandonar su casa por guerras o catástrofes naturales; poco cuenta la distinción entre apátridas, esclavos, solicitantes de asilo o refugiados.
Oxfam revela que el 74% de los refugiados ha presenciado asesinatos o episodios de tortura hacia compañeros de viaje, que el 84% ha padecido tratos inhumanos y que un porcentaje igual ha visto cómo le negaban comida y agua en centros de acogida libios
Es como si, de pronto, políticos de izquierda, católicos, ultranacionalistas y representantes de la “anticasta” hubiesen decidido pasar una esponja húmeda por la pizarra donde, laboriosamente, a lo largo de los años, se habían ido fijando los principios sobre los que se asientan las convenciones internacionales (Ginebra, 1951, sobre los refugiados, y Nueva York, 1954, sobre el estatuto del apátrida) que han asegurado un grado de civilización distinto y mejor.
El acoso a los migrantes es rentable: en pocas semanas, el acuerdo sellado por Interior con algunos jefes de las tribus locales libias ha dado frutos, y los desembarcos en Italia se han reducido a la mitad, según los datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas sobre los refugiados. 
Hemos pasado de 23.000 en julio de 2016 a menos de 11.000 en el pasado mes de agosto.
El resultado ha servido para colmar de elogios al ministro Minniti, también por parte de representantes de la derecha radical. Incluso Alessandra Mussolini, nieta del Duce y europarlamentaria de Forza Italia,el partido de Berlusconi, ha afirmado que ahora se está poniendo un dique al fenómeno migratorio, adoptando medidas que solo un gobierno de derechas hubiera podido adoptar.
Interesan mucho menos los datos sobre la violencia hacia los subsaharianos retenidos en tierras libias. 
Desde 2006, Human Rights Watch acusa a Trípoli de detenciones arbitrarias y de tortura en los centros de detención para extranjeros, algunos de ellos  financiados por Italia.
Un informe reciente de la organización humanitaria Oxfam revela que el 74% de los refugiados ha presenciado asesinatos o episodios de tortura hacia compañeros de viaje, que el 84% ha padecido tratos inhumanos y degradantes y que un porcentaje igual ha visto cómo le negaban comida y agua durante la estancia en centros de acogida libios.
Los únicos que rompen el silencio de la política son exponentes de la sociedad civil. Gino Strada, médico e histórico creador de Emergency, una asociación humanitaria que gestiona hospitales en áreas de conflictos, ha definido a Minniti como un “poli” que declara la guerra a los pobres sobornando a unos cabecillas. 
Strada ha querido distanciarse de aquellos que tiran al mar o devuelven a niños, mujeres embarazadas y pobres a centros que infligen tratos inhumanos. 
Médicos Sin Fronteras ha denunciado que el tráfico de migrantes en Libia se ha convertido en un negocio, igual que la extracción de gas y de petróleo. 
La sospecha es que aquellos que hoy están frenando a los migrantes son los mismos que ayer favorecían el tráfico, sirviéndose del plan Minniti, que amenaza con institucionalizar a traficantes, clanes mafiosos y corruptos. 
De hecho, ya está pasando: varias investigaciones judiciales han revelado que una parte considerable de los fondos para la acogida se han desviado hacia cooperativas conectadas con la mafia o hacia grupos de poder corruptos.
Libia e Italia parecen unidas, además de por razones históricas, por el negocio de los migrantes, de los desesperados, de los refugiados y por el nombre del dios dinero.
Resuenan en el aire las palabras de Benito Mussolini, que, en 1934, en pleno éxtasis colonialista, definió a los libios como “musulmanes italianos de la cuarta orilla de Italia”.
Traducción de Elisa Mora.
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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro