"Pido que el mundo escuche después de 90 días de violencia, de destrucción y de muerte, si Venezuela fuera sumida en el caos y la violencia, y fuera destruida la revolución bolivariana, nosotros iríamos al combate, nosotros jamás nos rendiríamos, y lo que no se pudo con los votos lo haríamos con las armas, liberaríamos nuestra patria con las armas", señaló el jefe de Estado.
© REUTERS/ Regis Duvignau
Durante su alocución el jefe de Estado instó una vez más a la oposición a dejar la violencia y a sentarse a dialogar, pero advirtió que no está dispuesto a permitir que destruyan la revolución bolivariana emprendida por el expresidente Hugo Chávez (1954-2013), ni a permitir la injerencia extranjera.
Desde el pasado mes de abril se han registrado en el país sucesos violentos en los que han muerto 77 personas y más de 1.300 han resultado heridas, además, de cuantiosas pérdidas económicas en saqueo de comercios e instituciones del Estado.
LOS GUARIMBEROS VENEZOLANOS: PAGADOS Y TAMBIÉN DROGADOS
(Por Fermín Domínguez)
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- junio 21º, 2017
Si el dinero que se paga a los manifestantes -a través de la oposición política-, para que participen en acciones violentas, está permitiendo que las guarimbas que a diario siembran de muerte y destrucción las calles venezolanas se prolonguen indefinidamente en el tiempo, el consumo de drogas les garantiza la agresividad con la que actúan. Un terror que no se detiene –siquiera- ante un hospital infantil.
Según publica el diario local Ciudad CCS que circula en el área Metropolitana de Caracas el general de Brigada José Castillo, el presidente de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) denunció que la oposición venezolana facilita a los participantes en las acciones violentas Captagon, una droga similar a que ingieren los huestes del grupo terrorista Estado Islámico.
De acuerdo con la información dada a conocer, durante una actividad de capacitación de la ONA a funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana en el área de Buenas Prácticas para el Proceso de Fiscalización de Sustancias Químicas Controladas, Castillo reveló que varias pruebas clínicas realizadas a detenidos en las guarimbas -que financian y organizan líderes de la derecha- confirmaron la presencia de la anfetamina en su cuerpo”.
El militar explicó que dicha droga es muy similar al Captagon que se suministró a los soldados nazis que participaron en la Segunda Guerra Mundial, para elevar drásticamente su desempeño en el campo de batalla, y que actualmente los yihadistas del Estado Islámico la usan muy a menudo para aumenta su fuerza y destreza en la batalla, y otorgarles impavidez brutalidad bestial con la que realizan sus atrocidades: violaciones, decapitaciones y crucifixiones.
Por otra parte, Castillo señalo que quienes reciben el citado narcótico son precisamente quienes – en las protestas antigubernamentales- utilizan artefactos incendiarios, explosivos y armas de fuego contra la policía y las edificaciones institucionales.
El consumo de las citadas sustancias suele ser a través de pastillas y en menor grado de forma intravenosa. En los casos en los que el Captagón se usa de forma intravenosa, su efecto suele multiplicarse y su acción es inmediata.
En Venezuela no hay una narco-dictadura. En Venezuela no hay una dictadura castro-comunista. ¡En Venezuela hay mucho petróleo! Así de simple
Esa es la clave para entender lo que está sucediendo en el país caribeño. Y hay un proceso nacionalista que desde hace años creó un proyecto alternativo, con proyección socialista, que tiene enloquecidos a la derecha nacional y, fundamentalmente, a los grandes capitales globales, estadounidenses en principio, que ven perder un gran negocio (el petrolero ante todo, junto a otros no menos lucrativos, como el hierro, nuevos minerales estratégicos (coltán, bauxita), el gas, el agua dulce, la biodiversidad de la selva amazónica).
¿Y qué está sucediendo?
Una terrible guerra psicológica y mediática que intenta preparar las condiciones para una posible intervención extranjera (Operación Venezuela Freedom-2), militar probablemente, disfrazada de “operación para rescatar la libertad y la democracia perdidas”.
La idea pertinaz, repetida enfermizamente hasta el cansancio, es que en Venezuela tiene lugar hoy una feroz dictadura que hambrea a su población y la reprime brutalmente.
Eso se complementa con la imagen de un país en crisis, al borde de la guerra civil, ingobernable.
En otros términos: todo aquello que para la visión de Washington constituye un “Estado fallido”, y que, por tanto, clama por la intervención extranjera para salir de la crisis.
Recientemente, los días 12, 13 y 14 de junio, tuvo lugar en Caracas el Primer Foro Internacional “Violencia y Operaciones Psicológicas en Venezuela”, donde se debatió acerca de la guerra particular a la que está siendo sometida la nación, buscando las alternativas del caso. Definitivamente, la realidad no tiene nada que ver, ¡en modo alguno!, con la imagen virtual que se ha ido construyendo del país, y que es la que recorre el mundo. Imagen, por cierto, que va quedando fijada como la única realidad de la patria de Bolívar.
Por eso mismo, como dice el título del presente escrito: ¡no creer ni el 1 % de lo que se dice!
Sin dudas, no es posible afirmar que Venezuela está en paz, que sigue su vida cotidiana normal libre de inconvenientes. Por el contrario, se la ha llevado a un clima de zozobra inusual.
La vida cotidiana del ciudadano venezolano término medio se está viendo afectada, golpeada, enrarecida. El miedo y la desconfianza del otro se han instalado, junto a una situación de incomodidad creciente en la resolución del aprovisionamiento básico.
Pero a ello se suma, desde inicios del mes de abril, una provocación con características de operaciones bélicas de baja intensidad.
En realidad, no son muchas las personas involucradas en esos actos de desestabilización, pero sí suficientes para provocar la angustia social, el pánico a veces, la incertidumbre.
Jóvenes, generalmente provenientes de los sectores más humildes y pagados como mercenarios (a veces pagados con drogas), según las informaciones disponibles: preparados militarmente en Colombia en técnicas de “guerra callejera”, están llevando a diario acciones de disturbios en distintas ciudades del país.
Montaje de barricadas, cobro de impuesto de circulación a los ciudadanos que deambulan por allí, quema de dependencias gubernamentales, ataques contra las fuerzas de seguridad bolivarianas, agresiones contra puntos sensibles como hospitales, guarderías infantiles, en todos los casos apoyados por francotiradores debidamente apostados, estas acciones vienen cobrando un promedio de no menos de un muerto diario desde hace ya más de dos meses.
Con todo ello se crea un clima de inseguridad y caos que termina por “enloquecer” a los habitante, básicamente, en los sectores no chavistas, difundiéndose rumores atemorizantes, siempre en clave de violencia, de lógica de guerra. Pero sirven para “enloquecer” también a la sociedad en su conjunto.
Está claro que esta bien pensada y elaborada guerra psicológica tiene como objetivo final abonar para un clima de desasosiego total que pueda terminar llevando a una guerra civil.
La zozobra generalizada ya se está logrando.
Si las muertes diarias y las agresiones vandálicas continúan, la matriz mediática se encargará de mostrar eso como el caos más mayúsculo de la historia, que obliga a intervenciones externas que puedan garantizar la más.
Lo repetimos con la mayor y enérgica contundencia:
¡¡no se debe creer ni el 1 % de lo que los medios masivos de comunicación propalan sobre Venezuela!!
El desabastecimiento, el mercado negro, la crisis financiera, las muertes cotidianas, el temor inducido de la población, el clima paranoico con el que se vive dividiendo el país en forma visceral entre chavistas (“malos”) y antichavistas (“buenos”) es una monstruosa campaña mediático-psicológica orquestada por quienes ansían no perder sus negocios ni su cuota de poder.
Es imprescindible dejar claro por todos los medios posibles que en Venezuela ¡¡no existe el caos que se quiere presentar!! En Venezuela se ha inducido una enfermiza, “loca” polarización que puede servir para justificar el robo de sus recursos, tal como se hizo en otros países: Libia, Irak, Afganistán.
En Venezuela no hay dictadura; ¿cuándo un gobierno dictatorial permitiría ser insultado en la cara por la oposición sin reaccionar?
¡¡En Venezuela hay cuantiosos recursos naturales que la voracidad capitalista de grandes empresas no quiere perder!! Y para ello apela a esta guerra psicológico-mediática que está volviendo locos a los venezolanos, enfrentándolos y desquiciándolos.
Una prensa veraz, seria y profesional debe denunciar enfáticamente estas calumnias.
Marcelo Colussi
Fuente: HISPANTV
El 54 % de los venezolanos ve con buenos ojos la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), confirma una encuesta.
Los resultados del estudio, realizado por la encuestadora Monitor País de Hinterlaces, afirman que la mayoría de los venezolanos considera la iniciativa como una oportunidad para dialogar con todos los sectores del país.
La encuesta fue realizada entre el 10 y 24 de mayo a través de 1580 entrevistas en hogares y los resultados fueron divulgados este domingo en el programa dominical José Vicente Hoy.
Otro estudio de Hinterlaces reveló que 81 % de sus 1580 encuestados rechaza las acciones violentas que la oposición perpetra en las protestas antigubernamentales.
Curiosamente, el 74 % expresó su acuerdo con la decisión del presidente venezolano Nicolás Maduro de encarcelar a promotores de la violencia, mientras el 25 % se expresó en contra.
Ante la pregunta acerca de si sienten miedo por lo que pueda ocurrir en el país o si por el contrario se sienten confiados en que no ocurrirá nada malo; 45 % se mostró confiado y 54 % con miedo.
El pasado 1 de mayo y en reacción al rechazo de la oposición al diálogo y la continuación de las protestas, Maduro convocó a una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una nueva Carta Magna.
El viernes, el jefe del Gobierno de Caracas aseguró que la convocada Asamblea Nacional Constituyente será sometida a referendo para que el pueblo decida su aplicación.
Desde abril, Venezuela es escenario de protestas violentas de la oposiciónque han causado decenas de muertos y heridos en su búsqueda para poner fin al mandato de Maduro.
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