La falsa campaña de los medios de propaganda del imperialismo contra las ‘noticias falsas’ (1)
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- junio 17º, 2017
Uno de los periódicos más (des)prestigiados que ha entrado en la campaña contra las noticias falsas es el francés “Le Monde”, para lo cual ha inventado “Decodex”, un artilugio informático que no es otra cosa que la vieja Inquisición medieval.
Si antes los que defendían la verdad entraban en el “índice de libros prohibidos”, ahora “Le Monde” hace lo mismo. Bajo las órdenes de la OTAN, cataloga a los demás medios para desacreditar sus informaciones. Son los “maleus maleficarum” (martillo de herejes) de la Santa Iglesia Mediática.
Aquellos que hayan escapado a la última campaña de comunicación de“Le Monde” deben saber que este diario, a fin de luchar contra las “falsas informaciones”, lanzó el pasado febrero una herramienta de evaluación de contenidos en línea denominada “Decodex”.
La aplicación permite vía Google Chrome o Firefox acceder a la guía de fuentes enumeradas en el“Decodex”.
Mas exactamente, de conformidad con unas reglas prefijadas, esta herramienta proporciona “puntos buenos o malos” a través de cuadritos coloreados: rojos para “sitios que difunden falsas informaciones”, naranjas para “aquellos cuya fiabilidad es dudosa”, y azules para “las procedentes de sitios paródicos”.
Hay que destacar que los verdes, que indicaban los “sitios fiables” han sido suprimidos.
En resumen, “Decodex” se inscribe en la lógica de lacriminalización de fuentes que escapan a las redes profesionales de información, y opiniones a menudo iconoclastas que proceden de ellas. Esta iniciativa, como poco maniquea, ha sido acogida por un gran número de periodistas de manera negativa.
Pero seamos buenos jugadores y partamos del postulado de que cada empresa tiene su parte de buena fe. También, sin duda antes de mandar este “juguete extra” al museo de los objetos insólitos, sometamos las versión en internet de “Le Monde” a la crítica de su famoso “Decodex”.
En primer lugar, examinemos sucintamente la metodología del “Decodex”que, ahora, preconiza “la verificación de la información antes de compartirla, de verificar las fuentes, de juzgar la fiabilidad de una web, y también verificar un rumor que circule por las redes sociales con su corolario, el de reconocer una teoría complotista”.
Para verificar esta “Carta”, trataremos cinco temas.
(Continuará)
Desde comienzos de año, varios colectivos franceses vienen denunciando la implicación del calamitoso diario Le Monde en el retroceso de la libertad de expresión y la creación de redes de censura. Le Monde es uno de esos periódicos de los que no entendemos por qué se les califica de “prestigiosos” ni qué tienen que ver con la información.
Se trata de un periódico propiedad de grandes empresas monopolistas y, además, subvencionado anualmente por el gobierno con cinco millones de euros.
El diario ha creado una base de datos, a la que llama Decodex (1), para etiquetar como le da la gana a quien le da la gana.
Si el lector va a la base de datos e introduce una dirección de internet en la ventana de búsqueda, obtiene una clasificación de la fuente en cuatro colores que son los mismos que utiliza la Guardia Civil cuando te piden el DNI y llaman a su propia base de datos:
1. Verde: son Le Monde y sus amiguetes, medios cortados por el mismo patrón, propiedad de grandes monopolios y subvencionados por el gobierno
2. Naranja: son los dudosos, poco fiables, el lector debe tener cuidado, desconfíe
3. Rojo: los rojos siempre son los peores, conspiranoicos, mentirosos...
4. Azules: sitios de cachondeo, no confundir con información seria, objetiva y responsable
Nosotros siempre creímos que este tipo de idioteces inquisitoriales sólo cabían en la cabeza de los periodistas o de la Audiencia Nacional, pero llegan los de la Red Voltaire y lo pintan todavía peor: quien está impulsando la Santa Iglesia Mediática, además de Google y Facebook, es la OTAN (2).
No nos podemos fiar de nadie. Creíamos que Le Monde actuaba por su cuenta, que era independiente, pero resulta que no se conforma con actuar por cuenta de sus jefes, de los que ponen el dinero (monopolios, gobierno) sino que, además, es la OTAN quien mueve los hilos.
El objetivo de Le Monde no es, pues, informar sino que también cumple una misión militar, la misma que la OTAN: luchar contra la influencia de Rusia. Ya lo decía el fascista Serrano Súñer: ¡Rusia es culpable!, ¡Antes, ahora y siempre!
Así será el emblema de la nueva Inquisición |
‘Crosscheck’, el último mecanismo de censura en internet
El lunes la red First Draft News y el Google News Lab anunciaron el lanzamiento para la semana que viene de “CrossCheck” (contejo, comprobación, en inglés) una herramienta en línea de censura y etiquetado de los contenidos que circulan por internet que habrá que añadir a los ya existentes.
Como es característico, en el proyecto participan las redacciones de numerosos medios de comunicación convencionales, es decir, que reúne a los nuevos medios de comunicación, como Google y Facebook, con los viejos.
Como la antigua, la nueva Inquisición tiene por objeto “vigilar y castigar”. Hace tiempo que su tarea dejó de ser informativa para pasar a ser represiva. No dan noticias sino que jugan -a la manera de Supremos Pontífices- las informaciones de terceros, tanto de texto, como fotos o vídeos.
El equipo censor se ha reclutado en la universidad, entre la mano de obra barata, joven, moldeable, que luego a pasado a esos “cursillos” en los que los laboratorios de Google lavan la cabeza, cardan y tiñen siguiendo las últimas modas procedentes del Concilio de Trento (1545).
Pero al elenco de idioteces ya probadas, los degenerados intelectuales que diseñan este tipo de proyectos han añadido un invento que demuestra siempre es posible caer más bajo: se trata de que los propios usuarios de las redes sociales puedan asumir el papel de censores y chivarse a los Grandes Pontífices pulsando un simple enlace.
La manipulación de este tipo de mecanismos deriva de que la información no son textos, ni imágenes, sino capitales invertidos en este sector.
Como en cualquier otro, la competencia capitalista enfrenta a unos medios de comunicación con otros, por lo que los capitales más fuertes, los monopolistas, lo que pretenden con la censura es etiquetar (o sea, desacreditar) a las empresas de la competencia.
Veamos un ejemplo, Decodex, que Le Monde puso en funcionamiento hace un mes, como ya hemos relatado en otra entrada.. Hace tres semanas uno de los sitios al que etiquetó con el color naranja (¡precaución!) fue Doctissimo porque estaba acusado de promover las medicinas alternativas, lo cual está muy mal visto por los “científicos de verdad”.
Pero ese tipo de sitios, como los de la medicina convencional, también pueden estar vinculados con grandes monopolios, y en el caso de Doctissimo lo estaba con el grupo Lagardère.
Ahora resulta que Lagardère ha llegado a un acuerdo con Le Monde para sacar conjuntamente una revista sobre investigación científica y medicinas alternativas, algo que Decodex ha detectado inmediatamente sacando a Doctissimo del banquillo de los acusados y poniéndole una etiqueta verde; a la altura de los mejores.
Ya ven Ustedes para qué sirven los sesudos periodistas a los que la OTAN y los monopolios informáticos pagan para que analicen las informaciones y los sudocientíficos al servicio del capital y sus chanchullos.
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