El autor de la nota considera que después de la victoria de Donald Trump y el triunfo del Brexit las clases dominantes de Occidente perdieron la cabeza.
Resultó que la conspiración basada en la posible implicación de hackers rusos en las elecciones presidenciales en Estados Unidos forma parte de la retórica no solo de políticos estadounidenses.
El parlamentario británico Ben Bradshaw declaró es "muy probable" que Rusia interfiriera en el referéndum sobre la salida de Reino Unido de la UE.
"No tengo ningún trocito de prueba de esto, pero lo siento en mis huesos", ironizó O'Neill sobre las palabras del político británico.
El columnista señala que numerosos artículos de medios occidentales están llenos del "temor liberal ante los 'ruskies' que amenazan con 'arruinar' su nación".
En la reciente edición de la revista The New Yorker, el Kremlin está mostrado en forma de un ovni que vuela sobre la Casa Blanca disparando con láser contra ella.
Entretanto cada periodista que escribe sobre "la nueva guerra fría" plantea la "muerte de mundos enteros", y esto, opina el autor de la nota, es una señal de paranoia.
Según O'Neill, esta histeria carece de fundamento, sin embargo es enorme. De acuerdo con un sondeo realizado por el centro YouGov, el 50% de los votantes del Partido Demócrata están convencidos de que Rusia supuestamente "falsificó" los resultados de elecciones sin presentar pruebas.
"Dios mío. ¿Qué pasa con esta gente?
¿En serio creen que Putin hizo que el Brexit sucediera?
¿[Creen] que los 'ruskies' falsificaron los resultados de los comicios en EEUU?
Se han vuelto locos. Están errados. Las mismas personas que se presentan como campeones de la lógica, en realidad resultaron ser vendedores de paranoia", concluye el autor del artículo.
Un bombardero estratégico B-52 de EE.UU. Steve Elliott / CC BY-SA 2.0 |
"La paranoia de EE.UU."
Greenwald explica cómo EE.UU. utiliza las técnicas de la Guerra Fría
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- marzo 6º, 2017
"Es asombroso lo poco que ha cambiado (...) la retórica de la demonización" de Rusia y los intentos de culpar a Moscú de todo. Es la conclusión del periodista estadounidense Glenn Greenwald del portal 'The Intercept', que en un reciente artículo compara la propaganda antirrusa de EE.UU. de la Guerra Fría y la situación actual en la política internacional.
Para ello, Greenwald estudió archivos con el trabajo de un colega de la época de la Guerra Fría, I. F. Stone, que suponen una amplia perspectiva sobre el período de macartismo, es decir, las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado.
Stone, a quién Greenwald llama "el primer bloguero de la nación", fue bloqueado de los medios de difusión principales por sus objeciones a la narrativa antirrusa.
El periodista creó su propio boletín bimensual, el llamado 'I. F. Stone's Weekly', en el cual desacreditó durante 18 años "las técnicas para mantener a los estadounidenses en un estado elevado de miedo ante el Kremlin", que eran utilizadas por el Gobierno y los medios de comunicación en su propaganda.
Crear la sensación de miedo y mantenerla
La técnica consiste en presentar a los líderes de Kremlin como villanos y se efectúa en dos etapas:
- "Mantener el miedo ante los adversarios extranjeros" al presentarlos como "omnipoderosos y ubicuos";
- una vez estas imágenes arraigan, ya poca gente se atreverá a dudar de estas nociones por miedo a ser "acusada de ponerse del lado del Mal Extranjero".
Greenwald añade que una vez el primer punto cuaja, es "muy difícil detener" el desarrollo del segundo.
Con todo, según Greenwald, lo que hace estas obras más valiosas no es que arrojen luz sobre la historia sino "sobre el presente" porque –asegura el periodista– "lo más sorprendente es lo poco que ha cambiado la propaganda gubernamental, el militarismo de EE.UU. y el papel que desempeñan los medios de EE.UU. para mantenerlo".
Sin embargo, Greenwald advierte de que esta "retórica de la demonización" de la imagen del adversario extranjero puede "desencadenar deliberadamente o no" en confrontaciones "muy peligrosas" entre los dos.
Nuevos tiempos, nuevos "villanos" de la propaganda
Greenwald subraya que estas revelaciones Stone las habría podido escribir también sobre la época contemporánea sin que sus palabras perdieran vigencia teniendo en cuenta que "hay pocas figuras políticas que han sido descritas de forma tan omnipotente y ubicua" como el actual presidente de Rusia, Vladímir Putin.
El periodista asegura que a Putin le utilizan como el "Coco mitológico" para asustar a los estadounidenses y que "hay pocos acontecimientos negativos en el mundo de los cuales al final no se le eche la culpa al líder ruso".
Stone también escribe que "hay muy pocos críticos del Partido Demócrata a quienes estos no los presenten como fieles a Putin o espías de Kremlin", en referencia a las acusaciones vertidas por los demócratas de supuesta interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU.
Al igual que hace más de medio siglo "los comunistas" estaban detrás de todo lo que pasaba, ahora son Rusia y su líder a los que se les acusa de "esconderse detrás de todos los males".
Entre ellos la derrota de Hillary Clinton, destaca el periodista.
"La ignorancia y la paranoia" de EE.UU.
Asimismo, Greenwald llama la atención de los lectores al artículo de 'The Guardian' del periodista Keith Gessen en el cual su colega examina la histeria antirrusa de EE.UU. ante Putin y la mezcla de "la ignorancia y la paranoia" que existe en los medios de comunicación y los círculos políticos de EE.UU.
Según Gessen, lo que pasa en EE.UU. es la "putinología" que es la "producción de comentarios y análisis sobre Putin" basada en "información necesariamente parcial, incompleta y a veces absolutamente falsa".
"En ningún momento de la historia tanta gente con menos conocimientos y más furia ha opinado sobre el presidente de Rusia", resume Gessen. Todo eso se hace –añade– en un intento de "echar la culpa de los problemas profundos y duraderos de nuestro país al poder extranjero".
Otro artículo que Greenwald destaca al respecto es el de Adam Johnson para 'The Los Angeles Times'.
En este artículo Johnson asegura que los que atribuyen la victoria de Donald Trump a las actividades extranjeras quieren hacer la vista gorda a la realidad de que "la política y cultura de EE.UU." dieron origen al triunfo de Trump.
Y aquí "no hay nada que alcanza este fin mejor" que continuamente atribuir cualquier "resultado negativo" al "trabajo secreto de los líderes de Kremlin".
En qué fallan los medios de EE.UU. que hablan de Rusia y Putin
La imagen de la 'Guerra Fría' vuelve a surgir desde las aguas turbias de la política, ¿cómo están contribuyendo los medios estadounidenses a crear una imagen hostil de Rusia en los últimos meses?
En los últimos meses, los medios occidentales y, en especial, los estadounidenses, han puesto a Rusia y a su presidente Vladímir Putin en el punto de mira de sus informaciones.
En este tiempo, el líder ruso ha aparecido en diversas portadas y ha sido protagonista de numerosos artículos que hablan sobre las presuntas conexiones entre Moscú y el presidente de EE.UU., Donald Trump.
No obstante, en muchas ocasiones, los datos divulgados en las informaciones de estos medios carecen de pruebas fiables y no reflejan la realidad.
El portal ruso Meduza destaca algunos de los factores esenciales que explican esta tendencia de los medios actuales.
No hay expertos en política rusa
En EE.UU. hay actualmente una falta de analistas especializados en Rusia.
Según reveló en una entrevista al portal el exembajador estadounidense en Moscú, Michael McFaul, las universidades de su país ya no preparan a expertos que se especialicen en las particularidades políticas de Estados determinados.
Comentario:
Lo cual parecería correcto ideológicamente, pero es en realidad absurdo.
Una de las reglas de la guerra es:
"conoce a tu enemigo".
¿Cómo pretenden ganar cualquier conflicto ideológico o cultural con alguien sobre quien se rehúsan a aprender?
En su lugar, ahora "hay especialistas en grandes procesos como la relación entre democracia y países en desarrollo o las guerras civiles" que emplean datos estadísticos para comparar a las diferentes naciones.
Además, McFaul destacó que en EE.UU. "se han multiplicado los centros analíticos ('think tanks') donde cualquiera puede decir que es especialista en los asuntos de Rusia, tener un blog y aparecer en la televisión".
De esta forma, se consigue que "no haya ninguna diferencia entre un profesor de la Universidad de Harvard y un director de uno de estos 'centros analíticos' de Washington", critica McFaul.
No entrevistan a fuentes bien informadas
Otro factor significativo es que para los periodistas extranjeros es difícil acceder a las fuentes en el Gobierno ruso, ya que los funcionarios y las personas cercanas a ellos prefieren comunicarse con los medios bajo condiciones de anonimato.
Como resultado de ello, gran número de las publicaciones relevantes que versan sobre la política de Rusia se basan en las declaraciones de personas que ya no forman parte del Gobierno o llevan mucho tiempo residiendo fuera del país.
Un ejemplo de esta desconexión con la realidad actual de Rusia es el artículo 'Trump, Putin y la nueva Guerra Fría', publicado en la revista estadounidense 'The New Yorker' el pasado 24 de febrero.
En él, se recogen las palabras de un exministro de Asuntos Exteriores ruso, Andréi Kózyrev, y de un exfuncionario del Comité para la Seguridad del Estado de la URSS (KGB, por sus siglas en ruso), Oleg Kaluguin, que dan su opinión sobre la situación política del país y de los métodos empleados por sus servicios de Inteligencia.
Sin embargo, Kózyrev está apartado de la política rusa desde finales de los años noventa y reside en EE.UU desde 2012.
Kaluguin, por su parte, vive en el país norteamericano desde hace más de 20 años.
Comentario: ¡Qué fuentes tan confiables!
No citan al Gobierno ruso
En muchas ocasiones, los artículos hechos sobre Rusia no contienen la versión de la parte rusa.
El pasado 14 de febrero, el diario 'The New York Times' publicó una nota sobre un supuesto ensayo de un nuevo misil balístico realizado por Moscú.
La información estaba enteramente basada en datos logrados a través de fuentes anónimas de los servicios de Inteligencia estadounidense.
Comentario: Es decir, ellos mismos.
El artículo ni siquiera menciona si intentaron recabar declaraciones al respecto por parte de los representantes oficiales de Rusia, incumpliendo así con una de las bases de la labor periodística: contrastar la información antes de publicarla.
Comentario:
Aunque por supuesto, esto sería un incumplimiento si lo que hoy pasa por periodismo en EEUU fuera de hecho periodismo.
Para cualquiera que esté prestando atención, es evidente que los medios masivos de comunicación en Estados Unidos no son nada más que una herramienta de propaganda para vender la linea oficial del establishment.
No informan de todo
Desde hace años, los periodistas estadounidenses suelen desconfiar de las informaciones propocionadas por los servicios de la Inteligencia de su país y por su propio Gobierno.
Esto se debe a casos como los de las informaciones falsas sobre las armas de destrucción masiva en Irak o la negación de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de su programa de espionaje que espió a millones de sus ciudadanos.
Sin embargo, en cuanto se trata de asuntos relacionados con Rusia, los medios dejan de lado esta desconfianza y asumen sin cuestionar los informes de Inteligencia que aseguran que Moscú orquestó los 'hackeos' del Comité Nacional Demócrata antes de las presidenciales y los presentan como si se tratase de hechos probados.
Ninguno de los principales medios en EE.UU. ha tratado de forma crítica el informe especial de la Inteligencia de EE.UU. que habla de los presuntos intentos de Moscú de interferir en las elecciones del país.
Ninguno de ellos se fijó en el hecho de que el informe no contenía ningún dato nuevo ni tampoco pruebas fehacientes de los 'hackeos', y parece que a nadie le llamó la atención el hecho de que una gran parte del documento estuviera dedicada a la cadena RT.
Comentario:
Lo que en realidad indicaría que ninguno de los "periodistas" leyeron el dichoso informe.
No ponen los hechos bajo la lupa
Otro ejemplo llamativo vino del periódico 'The Washington Post'. El diario que destapó el caso Watergate afirmó a finales del pasado mes de noviembre que las autoridades rusas estaban detrás de "la propagación de noticias falsas", que, según ellos, contribuyeron a la derrota de la demócrata Hillary Clinton frente a Trump.
Comentario: En SOTT, también llegamos a ser vistos como "agentes de desinformación" pagados por Rusia.
Al día de hoy, aún estamos esperando el primer pago.
Los invitamos a ver: La moderna Operación Sinsonte: "todos los que están en desacuerdo conmigo son propagandistas rusos"
El rotativo se vio obligado a publicar después un editorial para distanciarse de la polémica web en la que se basó su artículo. En cambio, en la información, se califica al desconocido sitio PropOrNot como "un grupo independiente de expertos" sobre "propaganda rusa".
Comentario: Lo que en realidad significa: "un grupo independiente de expertos en propaganda anti-rusa"
Esta supuesta web especializada, creada hace escasos meses, elaboró un informe que no solo acusaba a los medios rusos sino también a los estadounidenses de formar parte de la llamada 'propaganda rusa'.
A principios del pasado mes de enero, el portal estadounidense BuzzFeed divulgó sin contrastar un informe que señalaba los presuntos "lazos profundos" de Trump con Rusia, basados de una fuente anónima no verificada.
Antes de acabar en esta página web, el material había llegado varias redacciones, como por ejemplo la del diario 'The New York Times'. Sin embargo, la mayoría de los medios decidieron no publicarlo por no poder comprobar su veracidad.
La CNN, en cambio, fue uno de los medios que sí difundió la información, e incluso aseguró que el informe alertaba de que Rusia contaba con información "comprometedora" sobre Trump.
A pesar de que la publicación de BuzzFeed provocó una ola de críticas hacia el portal, las acusaciones infundadas y los ataques contra Rusia continúan reinando en los medios estadounidenses.
En la entrevista con el nuevo inquilino de la Casa Blanca celebrada el pasado 5 de febrero, el presentador de la cadena Fox News Bill O'Reillyllamó en directo "asesino" al presidente ruso.
El Kremlin exigió disculpas por las "inaceptables" y "ofensivas" afirmaciones del presentador, pero O'Reilly respondió sarcásticamente que podría llegar a ofrecerlas, aclarando que eso no ocurriría antes del año 2023.
Comentario: Esto es en realidad el regreso del famoso macarthismo de la guerra fría.
Cómo nacen los mitos
Los medios estadounidenses cuentan con un gran número de ejemplos de informaciones publicadas en forma no contrastada o directamente tergiversada.
La revista 'Newsweek' señaló el pasado mes de noviembre que el ahora exasesor de Seguridad Nacional de Trump, Michael Flynn, tenía conexiones con Rusia, basándose en que el general retirado había participado en una conferencia celebrada en Moscú en diciembre de 2015.
El portal 'Politico' publicó el pasado mes de agosto una entrevista con el exdirector de la CIA Michael Morell, que sugirió que "Putin había reclutado a Trump como un agente inconsciente de Rusia".
La acumulación de este goteo incesante de informaciones negativas tiene como consecuencia final la creación de mitos bien desarrollados en la mente de lectores y espectadores de los medios de comunicación.
Comentario: Mentiras que pueden llegar a ser extremadamente peligrosas.
Los invitamos a leer:
A finales del pasado mes de diciembre, el sondeo social YouGov descubrió que la mitad de las personas que votaron por Hillary Clinton estaban seguros de que Rusia hackeó las máquinas de votación para que ganase Trump.
Muchos siguen creyendo en ello a pesar de que tanto la Administración del expresamente Barack Obama como los miembros de la campaña de Clinton declararan que esta información es infundada.
Comentario: Este es el problema de las historias falsas en los medios. Las personas ya ni siquiera escuchan o leen las noticias.
Solo absorben de manera subconsciente el mensaje implícito y luego lo manipulan para crear una narrativa imaginativa que se encuentra incluso más lejos de la realidad.
Los medios de comunicación viven en una cámara de eco desde la que convencen de mentiras a la población norteamericana.
Una de las razones por la que hacen esto es para evitar admitir su propio error de juicio.
La mayoría de estos medios que hoy intentan crear un caso de relación entre Trump y Putin, fueron los mismos que estaban seguros de que Hillary sería elegida presidente de EEUU.
La mayoría de estos medios que hoy intentan crear un caso de relación entre Trump y Putin, fueron los mismos que estaban seguros de que Hillary sería elegida presidente de EEUU.
Al ser elegido Trump, en vez de admitir que habían cometido un error, empezaron a difundir una explicación en la que ellos no serían vistos como inadecuados.
Esta es la triste situación en EEUU hoy. Es el caso más explícito y literal de un ciego que guía a otro ciego.
sab, 04 mar 2017
"En Montenegro existe todo un bloqueo por parte de los medios de comunicación, cuando se trata de voces críticas respecto a la adhesión con la OTAN", dice Marko Milacic, fundador del Movimiento por la Neutralidad.
Los críticos de la gestión del Gobierno actual son silenciados y se les apunta como "espías de Rusia", agrega Milacic.
Según él, la Alianza Atlántica quiere usar a la ex república yugoslava como una especie de "fianza" para alcanzar sus intereses estratégicos y geopolíticos. "Eso es lo que siempre han hecho con los países pequeños", recalca el activista.
© Sputnik/ NATO
El abogado Bosko Carmak explica que el Gobierno actual de Montenegro desea mantener indivisible la autoridad para interpretar los procesos en marcha.
Eso es cierto no solo respecto al tema de la OTAN, sino en muchos otros. Hoy día, con 600.000 habitantes, el país cuenta con más de 100 asesinatos políticos sin resolver.
Y no se trata solo de ideología, sino de una dura lucha por el poder y por intereses financieros, explica Carmak.
De los 28 miembros de la OTAN, 24 han ratificado la incorporación de Montenegro a la Alianza.
La constitución del país balcánico estipula que las decisiones más importantes deben ser decididas ya sea por el Parlamento o a través de un referéndum.
El 84% de la población de Montenegro apoya la celebración de un sufragio, "indiferentemente de su opinión personal sobre el tema". Sin embargo, no existe manera alguna de celebrar un referéndum si el Gobierno está en contra.
Montenegro, que formaba parte de la antigua Yugoslavia, fue bombardeado por la OTAN en 1999 durante la guerra de Kosovo.
"La actitud del Gobierno de Montenegro puede ser una forma de presionar a la Administración Trump para que defienda de la 'enorme y terrible Rusia, que solo busca el derrame de sangre' a un pequeño país que quiere entrar a la OTAN", ironizó el experto en declaraciones a Sputnik.
© AFP 2016/ Dimitar Dilkoff
Mientras tanto, señaló el analista, las autoridades en Podgorica evitan celebrar el referéndum sobre la entrada a la alianza, o tan siquiera hablar de ello, porque saben que "el pueblo [de Montenegro] no está listo para compartir (…) los valores de la familia euroatlántica".
Con respecto a la supuesta implicación rusa en el intento de golpe de Estado en Montenegro, denunciada por el primer ministro de ese país, Dusko Markovic, el politólogo e historiador serbio Alexandr Rákovich coincide con Nikolic, ya que cree que se trata de declaraciones superficiales e imprudentes con el fin de ganarse el favor de la OTAN.
"Está claro que el proyecto de Montenegro en la OTAN falló, más allá de lo que intenten hacer los líderes del país balcánico", concluyó.
© Sputnik/ Sergei Kirkach
Según la información de la Fiscalía, los insurgentes planeaban ocupar el edificio del Parlamento y arrestar al entonces primer ministro, Milo Dukanovic.
Una semana después, el primer ministro de Serbia, Aleksandar Vucic, informó que los servicios de seguridad de su país habían detenido a varias personas por vigilar al primer ministro de Montenegro y aseguraron tener pruebas irrefutables de la implicación de los arrestados.
El 7 de noviembre, el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, negó que Moscú estuviera implicado en el atentado contra el líder montenegrino.
"Sin duda, negamos rotundamente cualquier posibilidad de que a nivel oficial se haya intentado organizar un acto delictivo", dijo Peskov.
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