jueves, 5 de enero de 2017

Medios etiquetan peyorativamente como Populista, a cualquiera q no comparta el credo oficial, ese q ya no cree nadie


¿Populismo?


Por Alfonso Durán Pich*
No es la primera vez, y seguramente no será la última, que expreso públicamente mi desacuerdo con el tipo de periodismo dominante en el Estado y que, por extensión, ha contagiado a los medios de comunicación catalanes. 
Hay notables excepciones (basta con citar a Vicent Partal, por ejemplo), pero son muy pocos los que estarían más allá de dos sigmas (el 5%) o quizás de tres (el 0,7%).
Y eso que a título personal tengo un cierto aprecio sentimental por la profesión, pues mis primeros estudios universitarios me llevaron a la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid (promoción del 61), aunque nunca llegué a ejercer y orienté de inmediato mi vida académica hacia otros campos. Debo añadir que mi padre fue durante bastantes años periodista de oficio, con especial dedicación a la crítica teatral y a la corresponsalía.
Puestos a buen recaudo mis sentimientos, creo que la degradación del periodismo actual en España es notable. Yo distingo tres tipos de periodismo. El primero es el “periodismo de alcoba”, que está muy interesado en la vida y milagros de los “famosos”, con especial dedicación a la farándula artística-mediática-folklórica y a las figuras del deporte. Es un periodismo descriptivo, banal y, en muchas ocasiones, barriobajero.
Un segundo grupo, que incluiría a muchos tertulianos no periodistas, es el “periodismo de recorte de periódicos” o de búsquedas en Internet (en castellano, por supuesto). 
Es un periodismo desinformado, que siempre llega tarde a la noticia, incapaz de interpretar los hechos. El tercer colectivo lo forman los “periodistas doctrinarios”, que viven del pesebre del poder, y que repiten la letanía que sus dueños les dictan.
Con este panorama, no es de extrañar que la confusión imperante entre la gente de a pie sea mayúscula.
Ahora el código de moda es “populismo”. Cualquier opción política que se aparte del Establishment es populista. Lo fue Berlusconi, lo es Trump, lo fueron los partidarios del Brexit, lo es Le Pen, lo es Pablo Iglesias, lo es…  (ponga usted a quien quiera, pues este cajón de sastre da para mucho).
Pero, ¿saben de verdad de qué están hablando? ¿Son capaces de distinguir entre el concepto y el método? ¿No están demonizando una idea  –que no conocen–  y que ha tenido una fuerte proyección histórica en el campo del pensamiento político?
Tratemos de identificar sus raíces y su desarrollo. El populismo, en términos semánticos, no es más que una llamada al pueblo. Esa llamada pretende despertar a la gran masa como réplica al poder de la clase dominante, sea ésta la aristocracia, la plutocracia o la corporocracia. Hay antecedentes en las apelaciones de Tiberius Gracchus o el propio Julio Cesar que, en las etapas culminantes del Imperio Romano, pretendieron que el pueblo superase los contrapoderes que imponía el Senado.
Ya en el siglo XIX surgieron con fuerza los movimientos populistas en la Rusia zarista (los “narodniki”), que, aunque pertenecientes a las clases medias altas, se identificaron con el campesinado y se enfrentaron a la monarquía. Fueron reprimidos por el aparato del Estado. También en Europa hubo muchos movimientos de carácter populista, con una cierta coincidencia en sus principales actores. Los líderes pertenecían a las clases medias-altas, pero el grueso de los receptores estaba formado por el campesinado, los pequeños artesanos, las corrientes religiosas más austeras, el mundo suburbano.
Muchos historiadores afirman que la Revolución Francesa (1789) podría considerarse un movimiento populista dirigido, en este caso, por una aristocracia ilustrada. En el fondo, la democracia directa –cuya vía más expresiva es el referéndum–  no es más que una apelación al pueblo para que dé su opinión sobre temas de cualquier naturaleza (como hacen en Suiza) y traspase las limitaciones de una democracia representativa, controlada por los partidos, anquilosada y que muchas veces sólo se representa a sí misma.
Conceptualmente el populismo, como teoría política, no es bueno ni malo. La confusión nace al asociarlo a los modos de acción. Apelar a las emociones y, en ocasiones, a los instintos más primarios para conducir a las masas desinformadas no es populismo; es demagogia. Cuando el señor Rajoy, por ejemplo, dice que “la soberanía reside en el pueblo español” está haciendo un discurso demagógico para impedir, en este caso, los derechos del pueblo catalán a decidir su futuro. Derechos que justamente han surgido de abajo arriba, por la voluntad y tenacidad del pueblo (populus), a través de movimientos naturales no organizados como la ANC y Òmnium Cultural.
Tachar de populistas a los que han votado a favor del Brexit es de una ignorancia supina. Motivaciones de variada índole han determinado ese voto mayoritario del pueblo británico, incluido el rechazo a unas élites políticas asentadas en el poder que han llevado a la sociedad a un escenario de alto riesgo.
Lo mismo puede decirse del voto de los holandeses (no de su Parlamento) negándose a ratificar el acuerdo de la Unión Europea con Ucrania o el de los suizos en el tema de la inmigración. Muchos ciudadanos respetables están hartos de la desindustrialización, de la deslocalización, del desempleo estructural, de la progresiva desaparición del Estado del Bienestar, de las desigualdades sociales, de la corrupción de los burócratas, de la constante humillación a la que los someten los “expertos” que gestionan la cosa pública.
Por lo demás, racistas y xenófobos los hay en todas partes, incluidos muchos militantes de partidos tradicionales que procuran ocultar en público sus vergüenzas.
Esa coyunda entre los medios convencionales y los políticos profesionales para etiquetar como populista (en un sentido peyorativo) a cualquiera que no comparta el credo oficial, es una muestra más de su incapacidad para comprender la realidad y tratar humildemente de interpretarla. Hay que bajar de esa ridícula torre de marfil construida sobre los desechos de una sociedad desconcertada, pero suficientemente sabia como para votar masivamente contra lo “políticamente correcto”, que perciben como… perfectamente inútil.
Si quieren hablar sobre el tema, lo primero que deben hacer es documentarse. Yo les recomendaría tres magníficos ensayos: The Populist Vision de Charles Postel, The Populist Persuasion de Michael Kazin y The True and Only Heaven de Christopher Lasch. Tras su lectura verán que estos tres reconocidos intelectuales críticos dejan en muy buen lugar a las corrientes populistas.
Si no se atreven con el inglés, siempre queda la opción de acudir a clases nocturnas de  “cultura general”. Hay todavía academias que las imparten.
Así evitarán continuar haciendo el ridículo.
Notas:
(1) La cita de Chamfort explica el contraste entre lo uno y lo otro.
(2) En lectura seleccionada, tenemos un claro resumen del impacto de las crisis sobre la vida diaria de los ciudadanos.
(3) En mi biblioteca, un excelente libro de un filólogo a seguir.
(4) En de otras webs, una reflexión autocrítica de un gran sabio sobre el mundo de hoy.
*Es licenciado en Sociología por la Universidad de Deusto, licenciado en Psicología por la Universidad de Barcelona, Graduado en Periodismo por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, Diplomado en Administración de Empresas (SEP) por la Stanford Business School, Master en Sociedad de la Información y el Conocimiento por la Universitat Oberta de Catalunya (cursos de doctorado).
Es miembro de la Conway Hall Ethical Society, de la American Marketing Association, de la Academy of Management,  de la Skeptics Society, del Cercle d’Economia de Barcelona, del Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya y del capítulo español de antiguos alumnos de la Stanford Business School.

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro