A Oaxaca lo han tomado por asalto la desigualdad social, la pobreza, la insospechada migración de los muchachos en edad de producir, la mala salud, la mala educación –que no por cuenta propia, sino porque un grupo de líderes magisteriales de la CNTE-22 han decidido vida o muerte del conocimiento entre los niños de hoy, allá-, la violencia criminal, la ingobernabilidad mil veces repetida y la dejadez de muchos.
Por Joel Hernández Santiago*
Todo suma y da como resultado un estado débil en el país, con grandes problemas de largo viaje y expectativas de solución.
Ya se perciben discursos políticos prometedores del cambio, aunque el nuevo gobernador Alejandro Murat Hinojosa no dice hacia dónde y cómo. Es que viene de lejos y no se entiende Oaxaqueño ni con los oaxaqueños.
Al final ocurre que es el mismísimo discurso que se escuchaba ayer y repetido hoy, como calca exacta de tiempos que parecían idos y gobiernos que se suponían concluidos…
¿De otro modo, lo mismo?
Pero la gente ya no se confía en diseños de gobierno insospechados.
El gobierno de Gabino Cué les enseñó a ser desconfiados y a no creer en palabras melosas que luego se vuelven traición.
Así que la gente ve de soslayo al nuevo gobierno y sigue su vida en calma chicha mientras camina por las calles de Oaxaca, capital, a su propio aire (si no se es de las huestes de la CNTE-22, claro está.)
… La gente de Oaxaca sigue en la brega; el sueño de la realización personal; las ganas de solucionar la vida con base en el trabajo constante y firme y con la ilusión de llegar a la casa con algo en la canasta o en la bolsa del pantalón.
La gente en Oaxaca mira y vibra con sus propias emociones y trabaja tanto y tan duro como cualquiera otro en México y fuera de México… Pero los resultados acá no son los mismos…
Luego, desde otra esquina, a la vista los muchachos que estudian y trabajan; los que tienen toda la vida por delante aprenden ilusionados porque quieren una vida feliz en un estado feliz… Se les ve contentos.
Son ellos los que acumulan la energía que dará sentido, presencia y perpetuidad a lo oaxaqueño; son ellos los dueños de las decisiones y del camino a seguir…
Son ellos, los muchachos de siempre que tendrán en sus manos el futuro de Oaxaca, para entonces.
Y, bueno… Nada de lo humano es ajeno en Oaxaca: son 570 municipios en 3,793 kilómetros cuadrados en los que conviven 4 millones de seres humanos que nacen, crecen, se reproducen y nunca mueren; porque así está escriturado.
El gobierno de Alejandro Murat Hinojosa está ahí; y la mirada de millones de oaxaqueños está puesta en lo que habrá de hacer y cómo, aunque al momento acumula y se queja de su gabinete impuesto y propone leyes que acumulan torpezas como la desaparición de la Representación de Oaxaca en CdMx, para ponerla a disposición de Comunicación Social de su gobierno, misma oficina en manos ajenas, desconocidas e inexpertas: torpeza, pues.
Alejandro Murat viene de lejos y conoce poco o casi nada a Oaxaca y lo oaxaqueño. Llegó forzado.
Llegó por impulsos y soportes obligados.
La vieja estirpe extendió la mano, la mano negra, para presionar apoyos. Nadie olvida su origen y nadie olvida el gobierno de José Murat Casab.
¿Por qué se habría de olvidar lo que tanto daño hizo?
Nadie acá quiere repetir la historia.
Y si Alejandro Murat Hinojosa quiere gobernar Oaxaca deberá borrar ese tatuaje que lo marca y lo señala, así como su pasión por el Estado de México, donde se hizo. ¿Lo hará?…
Aparte: Hay mucho por hacer aquí y muchas las responsabilidades compartidas. Cada uno habrá de hacer lo que le corresponde, que ya la historia sabrá sacar sus propias conclusiones y ya se sabe que Clío no es esa tía buena que todo lo ve y todo lo perdona…
Mientras tanto, Oaxaca tiene aun esa ‘luz resplandeciente que hace brillar la cara de los cielos’; la misma que sorprendió al fraile Navarrete en sus viajes por la Nueva Antequera durante la Colonia… Es un tipo de brillantez que se percibe día y noche, porque las noches de Oaxaca y sus amaneceres son eso: imagen viva de la emoción de la naturaleza…
Y Oaxaca tiene a los oaxaqueños que, a pesar de todo, y por todo, tienen origen y tienen destino… Y una cosa evidente a cada paso: el orgullo y la dignidad de ser oaxaqueños y eso es una carga importante que deberá respetar y hacer respetar el nuevo gobierno de Murat Hinojosa: y si no, no.
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