La madre de Donald Trump, Mary Anne MacLeod Trump, ingresó de forma ilegal a Nueva York en 1930 y trabajó como empleada doméstica para mantenerse antes de casarse con el padre del magnate.
La historia de Mary Anne inició en 1912 en el pueblo de Tong, isla de Lewis, al norte de Escocia.
Su padre fue un humilde pescador y tuvo nueve hermanos, situación que los orilló a llevar una vida de carencias en una época de guerras y miseria.
De acuerdo a los diferentes biógrafos de Trump, Mary Anne viajó a los Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades e ingresó ilegalmente al país.
Como empleada doméstica de una familia acomodada de Manhattan, conoció a su futuro marido, Donald Trump padre, quien por ese tiempo se iniciaba como empresario formado en Queens.
Por consecuencia de la gran depresión de 1920, Mary Anne perdió su trabajo y contrajo matrimonio con el futuro magnate.
Sin embargo, la versión que la familia Trump relata de manera oficial es un poco diferente.
En la otra versión, Mary Anne viajó a los Estados Unidos de vacaciones, lugar donde conoció a Donald Trump padre y quedó completamente enamorada.
Pasado un tiempo volvió a Escocia y desde ahí comenzó una relación a larga distancia que más tarde se formalizaría al contraer matrimonio.
Su ingreso al país sería entonces por motivos personales y no por la necesidad de dejar una vida de arencias en Escocia, situación que podría ser difícil de aceptar para el millonario.
La madre de Trump murió en 2008 y a lo largo de su vida visitó su pueblo natal recurrentemente. Su hijo, en cambio, visitó Tong una sola vez en lo que va de vida.
La retórica antiinmigrante fue uno de los bastiones sobre los cuales Donald Trump construyó su campaña presidencial.
En sus discursos, dirigidos sobre todo a quienes provienen de Latinoamérica y de países como India y Vietnam, los acusa de “asesinos” y de “robarles el trabajo” a los ciudadanos de Estados Unidos.
Trump nunca se ha referido a inmigrantes de países europeos, tal vez porque su suerte económica actualmente es diferente, pero lo cierto es que él mismo es hijo de la inmigración.
Estados Unidos es históricamente el epicentro de la inmigración. Desde la Revolución Industrial en el siglo XIX hasta nuestros días, el “sueño americano” ha sido el imán de ricos y pobres de todo el mundo que cruzan océanos y fronteras para llegar al país donde todos los sueños se cumplen.
Irónicamente, el pueblo norteamericano es bastante nacionalista y a pesar de la extensísima diversidad racial en ciudades como Los Ángeles y Nueva York, el discurso antiinmigrante se ha mantenido presente y fuerte desde hace décadas.
Ese discurso antiinmigrante es de hecho, una de las principales plataformas del Presidente Donald Trump, quien a través de un sólido mensaje nacionalista ha planteado su total rechazo a inmigrantes latinoamericanos y orientales, alegando que se “roban el trabajo” de los americanos y que es culpa de ellos la actual crisis de seguridad social del país.
Pero a pesar de esto, jamás ha aclarado su postura respecto a los inmigrantes europeos, quienes también ocupan una cifra grande en el país y quizá se deba a que curiosamente su madre y su esposa nacieron en países europeos y llegaron a los Estados Unidos a buscar su “gran oportunidad”.
cubadebate
No hay comentarios:
Publicar un comentario