domingo, 22 de enero de 2017

De OBLIGADA LECTURA - Cuando la izquierda no está a la altura: propuestas y reflexiones para Vistalegre II


Yo, con PODEMOS, IGLESIAS, MONEDERO, ANTICAPITALISTAS, GARZÓN y con la fusión con IZQUIERDA UNIDA.

NUNCA con ERREJÓN ni  con una PeSOErización de PODEMOS ni con posturas que intenten elducorizar el mensaje o intentar dividir la coalición.


ARMAK de ODELOT

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Cuando la izquierda no está a la altura: propuestas y reflexiones para Vistalegre II

“Hay una sociedad civil esperando convertir sus necesidades en derechos,  transformar en políticas públicas sus reclamaciones. 
Hay una España que quiere terminar con las desigualdades de género y la lacra de la violencia machista (y que saque de la política a los machistas que jalean la violencia contra las mujeres con sus declaraciones). 
Hay una España esperando recuperar derechos laborales, confrontar a las grandes empresas y su impunidad, mover el escenario europeo y ganar a los sindicatos para ganar la democracia en el mundo del trabajo. 
Hay una España que quiere una fuerza contundente para defender los contratos de trabajo, el cobro de las horas extras, la conciliación familiar, de la misma manera que quiere que los derechos sociales dejen de ser meros “principios rectores” y se conviertan en derechos que la ciudadanía pueda reclamar como tales. 
Hay una España que quiere una justicia independiente y a la que le repugna que los partidos se repartan los jueces del Tribunal Constitucional o del Consejo General del Poder Judicial. 
Hay una España cansada de las peleas territoriales y que quiere que España se asuma como un país de países y tengamos una convivencia solidaria y pacífica. 
Hay una España que se considera democráticamente madura y no tiene miedo a abrir un proceso constituyente”
(Juan Carlos Monedero)

Que la izquierda no esté a la altura de sus ideas, de su país, de su gente, de su ciudadanía, y sobre todo de su clase, no se traduce sólo en que sus potenciales votantes no confíen en ella, sino que también incide en un reforzamiento de la derecha. 

De hecho, esto es lo que explica el auge de las fuerzas políticas de extrema derecha y neofascistas en nuestro continente y en otras partes del mundo. 

Cuando el electorado ávido de cambios políticos se encuentra con una izquierda desaparecida o que traiciona sus valores, es frecuente que las preferencias del voto, sobre todo entre el pueblo con baja cultura y madurez política, tiendan a refugiarse en la opción contraria, es decir, en la derecha. 

De ahí que los mensajes claros, las estrategias coherentes y la valentía a la hora de gobernar sean los atributos que nunca debemos decepcionar. 

De entrada, es lógico que en Podemos existan diversas corrientes de pensamiento, y que la integración de miles de personas procedentes de los foros del Movimiento 15-M (unidas a otras personas que procedían del desencanto de la militancia en otras fuerzas políticas), cada una con sus inquietudes, su formación y sus capacidades, haya de realizarse lógicamente mediante un debate constante de ideas.

El debate de ideas y la vertiente de movimiento social, con presencia en la calle además de en las instituciones, son vocaciones que la izquierda jamás debe olvidar. Para alcanzar tanto el poder político como el económico, la batalla contra el pensamiento dominante no puede desfallecer.
Parto de la base (porque en caso contrario tendría muy claro que no me representan) de que los objetivos de Podemos son alcanzar un nuevo modelo de sociedad más justa, equitativa y democrática. 
Y en ese sentido, hablar claro es un objetivo fundamental. 
No se puede vivir atrapado permanentemente en el quiero pero no puedo, en los límites de la formalidad, de la calculada ambigüedad, de la corrección y la cobardía política. 
Y en ese sentido, no sólo hay que denunciar con firmeza las grandes injusticias de nuestra sociedad, no sólo hay que realizar correctos diagnósticos de la situación, sino que también hay que proponer las oportunas y audaces medidas que sean capaces de romper los moldes de dicha sociedad injusta. 
Evidentemente, ser claros en nuestros planteamientos, en nuestros objetivos y en nuestras medidas es un ejercicio arriesgado, pero la constante ambigüedad calculada o la moderación en las medidas propuestas para captar más cantidad de voto popular no nos llevarán jamás a buen puerto.
Y por tanto, una cosa es que actualicemos la doctrina socialista, marxista y anticapitalista con nuevas tendencias y disciplinas complementarias (como pueden ser el pacifismo, el ecologismo, el feminismo, el Buen Vivir, etc.), y otra cosa muy distinta es que rompamos con tantas experiencias de la lucha del movimiento obrero. 
Si queremos cambiar los perversos pilares del mundo en que vivimos, no tenemos otro camino que hablar con claridad a la gente a la que queremos convencer, facilitando a su vez su acercamiento y comprensión al imaginario en el que creemos. 
Tomando las sabias palabras de Isabel Benítez (socióloga, feminista y sindicalista): “Si buscas el voto de Amancio Ortega y de una dependienta de Zara, a uno de los dos lo estás engañando”. 
Se pueden actualizar la terminología y los significantes, adecuando los conceptos a una realidad social distinta, que evoluciona, y que lógicamente no es la misma que la que teníamos en el siglo XIX o en el XX, pero las grandes bases de las relaciones de poder y de los fundamentos económicos de una sociedad están perfectamente establecidas desde los escritos de Marx y Engels. 
Ellos sentaron las bases científicas para estudiar la estructura del capitalismo, al igual que están establecidas las bases de la termodinámica o de la física nuclear, puesto que dichos autores basaron siempre sus documentos en una metodología científica que es incuestionable. Por tanto, ellos son la brújula. 
Ellos nos marcan el camino a seguir. 
El ritmo del recorrido y los diversos vericuetos del mismo es lo que nosotros hemos de delimitar. 
Marx y Engels fueron a las ciencias sociales lo que Albert Einstein fue para el resto de las ciencias, o lo que Leonardo da Vinci fue para las artes: grandes puntales donde se basan todos los científicos y artistas de hoy, a pesar de que tanto las artes como las ciencias hayan avanzado mucho desde Leonardo y Einstein.
Hay que volver a recuperar la frescura y la agresividad del Podemos original. 
Hay que volver a recuperar los ejes arriba-abajo como referentes de la casta que nos oprime y de las clases populares y vulnerables. 
Hay que recuperar las propuestas radicales de los primeros programas electorales (concretando no obstante en aquéllas propuestas que sean realistas para una legislatura dada), aquéllos que consiguieron que 5 eurodiputados de la formación morada se sentaran en el Parlamento Europeo. 
No sólo hay que hacer un planteamiento derogatorio de las leyes fundamentales que los Gobiernos del bipartidismo nos han implantado (Reforma Laboral, Ley Mordaza, LOMCE, etc.), sino que también hemos de tener nuestra propia hoja de ruta para la transformación de la sociedad. 
En este sentido, y entre otras muchas propuestas, hay que volver a la Renta Básica, a la nacionalización de determinadas empresas que suministran servicios básicos en atención a fundamentales derechos humanos, a la salida de la OTAN, a la derogación de los Acuerdos con la Santa Sede, y por supuesto, no hay que olvidarse del Proceso Constituyente y de la Tercera República. 
Todo ello, como digo, adaptado a las propuestas reales que se entiendan posibles dentro del contexto de una legislatura de cuatro años, pero sin duda encaminadas en esa dirección.
El discurso de Podemos tiene que ser inequívocamente un discurso de clase, y un discurso de género. 
Ha de ser un discurso ecologista y pacifista, y ha de ser un discurso fundamentalmente republicano y anticapitalista. 
Debemos salir de “la lógica de la derrota” (en palabras de Carlos Pérez Soto). 
Hemos de atrevernos a plantear un cuestionamiento radical al capitalismo, sin complejos ni miedos a ser tildados de “radicales”, “extremistas”, “totalitarios”, “dirigistas”, “trasnochados” o “fracasados”, entre otros muchos adjetivos con los que nos bautizan. 
Si nos quedamos paralizados ante tan necios calificativos, daremos pávulo a la extrema derecha, que seguirá aprovechando la situación en su favor. 
Hemos de recuperar una narrativa coherente y apasionada, a la par que agresiva y esperanzadora, capaz de canalizar el descontento de la inmensa mayoría social. 
Hemos de denunciar la dictadura del capital bajo esa fachada democrática, donde el pensamiento dominante no deja resquicio alguno a la rebeldía y a la justicia social. 
Sacudámonos los complejos, encaremos las medidas bajo un mensaje claro y rotundo. 
Llamemos a las cosas por su nombre.
 Recuperemos la decencia del lenguaje.
El discurso de Podemos no tiene que estar pendiente de si gusta o no a los medios de comunicación, o a los poderes económicos, pues estos grandes agentes del capitalismo siempre estarán en contra de quiénes planteen medidas de justicia social y de redistribución de la riqueza. 
Hay que remarcar nuestras diferencias con el PSOE de forma clara y contundente, 
y en ese sentido, nuestro discurso no tiene que centrarse en nuestra adscripción o recuperación de la socialdemocracia, cuyo papel ha fracasado absolutamente, y ya no ofrece alternativas reales, 
sino en nuestra adscripción al verdadero socialismo. 
Podemos ha de mostrarse en todo lugar y en todo momento como la única, auténtica y verdadera alternativa socialista que los votantes puedan elegir. 
No olvidemos que el mejor cómplice de la derecha y de los poderes económicos es la ignorancia, y por eso la formación, la divulgación, el estudio, el conocimiento, el debate y el pensamiento crítico deben ser nuestras mejores armas para lograr conciencia colectiva y movilización popular, para poder así acabar con esta “cultura del miedo”.
Tampoco podemos olvidarnos de la memoria histórica del movimiento obrero, para convertirnos en una formación política acomodada, domesticada, servil a los poderes fácticos. 
Hay que tener siempre muy presente la memoria de los luchadores por la democracia y por las libertades, la lucha obrera, los grandes conflictos laborales, que son los que verdaderamente han conseguido las conquistas sociales de las que ahora disfrutamos, y que nos quieren volver a arrebatar. 
Porque ninguno de los derechos sociales, laborales o culturales conquistados en el pasado fueron concesiones voluntarias y gratuitas del poder. 
Se consiguieron mediante la lucha, mediante la confrontación. El capital jamás dará su brazo a torcer si no es obligado a ello. 
Las conquistas, los derechos y las libertades hay que arrebatárselas por la fuerza, luchando en las calles, algo que en el pasado (y aún hoy) costó miles de vidas, de humillaciones, de cárceles, de marginación, de sufrimiento, de vidas entregadas a la causa de la igualdad y de la justicia social. 
Esa batalla no ha terminado, sino que está más enconada que nunca, y por tanto, la lucha de clases está más vigente hoy que nunca. 
No podemos convertirnos en un sucedáneo del PSOE, en un partido acomodado que aún tiene la desfachatez de autodenominarse “socialista” y “obrero” y de albergar en su seno la sensibilidad “republicana”.
Pero a su vez hay otro segundo frente tan importante como la claridad en la exposición de las ideas, y es la valentía, firmeza y determinación en llevarlas a la práctica. 
Quiero decir con ello que una vez alcanzado el poder (político, electoral) habremos de enfrentarnos en serio con el poder real (económico), y no valdrán medias tintas, terceras vías, atajos, ni excusas. 
Por decirlo más concretamente, sufriremos con mayor o menor intensidad y crudeza el mismo asedio que sufrió el gobierno griego de Siryza, y entonces no valdrán respuestas del estilo “es que no tenemos tanto poder como creíamos, hacemos lo que podemos”, porque entonces estaremos perdiendo toda la credibilidad. 
Habrá que estar preparado para optar por todas las alternativas posibles, siendo en todo momento honestos y sinceros con el pueblo, preparándolo para las grandes decisiones y transformaciones que hay que llevar a cabo. 
Pero está claro que bajo el actual contexto europeo, si queremos dar pasos hacia la verdadera transformación y democratización de nuestro país, se impone una lógica de desobediencia civil y política hacia las instituciones europeas.
Pero todo ello, pasa, como decimos, por sacudirnos los complejos, por hablar de forma clara y contundente, por ser valientes en los modos, en las formas y en los mensajes, por no dejarnos domesticar ni involucionar, por no relajarnos ni moderarnos, por ser fieles a nuestros principios y a nuestras ideas (como hizo Fidel en Cuba), por cultivar más la calle que los despachos, y por estar constantemente del lado de los más vulnerables. 
El mensaje de Podemos además de sincero, tiene que ir al fondo, tiene que ser radical (esto es, ir a la raíz de los problemas para poder solucionarlos), tiene que ser claro y honesto, incluso con brutalidad y simpleza, pero siempre desde la empatía hacia los que sufren, los de abajo, los más necesitados. 
Podemos ha de ser una fuerza capaz de capitalizar y canalizar la indignación y el hartazgo a tanta mentira, a tanta banalidad, a tanta corrupción, a tanta desigualdad, a tanta injusticia. 
La indefinición, ambigüedad o confusión ideológicas han de ser abandonadas. Los mensajes tienen que ser claros y coherentes, sin fisuras, sin complejos, rotundos, cabales.
En definitiva, a la inmensa mayoría de personas que apostamos por la formación política de color morado, 
lo único que nos interesa de Podemos es que sea realmente el instrumento para conseguir esa España que Juan Carlos Monedero retrataba en la cita de entradilla. 
Perderse en disquisiciones inútiles, en tácticas acomplejadas, en oposiciones internas al poder dentro de la organización, es volver a la máxima de “servirse de la política”, en vez de “servir a la política”. 
Sólo un Podemos firme, con las ideas claras, decidido, valiente y sin complejos, será capaz de representarnos a todas las personas que reclamamos los cambios necesarios para convertirnos, de verdad, en una democracia justa, equitativa y madura. 
Ya sabemos cómo está el patio, no sólo en nuestro país, sino en la escena internacional: 
si no somos capaces de canalizar la frustración de las clases populares, dicha opción la seguirá liderando la derecha, incluso la comenzará a liderar la extrema derecha. 
De errores de la izquierda está repleto el siglo XX…¿los vamos a volver a repetir en el siglo XXI? Definitivamente, si la izquierda no está a la altura, es que no será la izquierda.

Para derrotar al PSOE 

solo hay que dejarle hacer,


él solo se derrota con sus contradicciones

 -Armak de Odelot

Tareas de Podemos: 

¿competir con el PSOE? o cuando los que faltan es que no están



Desde la Tercera Vía de Tony Blair y el desmantelamiento industrial de Felipe González, la diferencia entre la socialdemocracia y la derecha conservadora sólo depende de lo brava que se ponga la derecha. 
Cuando activa su chip neonazi, hasta Jesús Gil o el príncipe Harry podrían pasar por bolcheviques.
Ha sido tanta la cesión y tan cobarde la izquierda socialdemócrata, que se ha convertido en un lugar común decir “es que la derecha está tan bárbara que hay que ceder para que la cosa no vaya a peor”. 
No vamos a recordar momentos históricos que demuestran que a la bestia no se la frena cediéndole territorio. 
Sirve venir al presente, y ver los efectos con Trump en Estados Unidos o en Francia con Fillon y Le Pen. 
Si juegas a parecerte a la derecha, la gente prefiere al original. Entonces, sólo te quedan los matices.
Si Podemos se pone a competir con el PSOE, no tendrá mucho más espacio que disputar matices. Y dejará de entender que puede ver mucho más lejos.
Porque también viene de lejos. 
Precisamente de cuando la socialdemocracia empezó a tirar la toalla al empezar el modelo neoliberal a triturar lo ganado después de la Segunda Guerra Mundial.
Podemos, aunque esté en un proceso de primarias, tiene que recuperar un discurso honesto y sincero. 
Sería hipócrita decir “venimos del 15M” o insistir en que quiere volver a los orígenes y, al tiempo, olvidar aquello que gritaban las calles de “PSOE y PP, la misma mierda es”, una frase repetida aquellos meses que no siempre hacía honor a la verdad pero que permitió que se abriese un nuevo espacio político. 
O una cosa o la otra. 
A no ser que queramos tratar como idiotas a los inscritos y votantes de Podemos. Y, auguro, no se van a dejar.
Podemos nació porque había un espacio sin representar, millones de españoles que se habían cansado de votar con la nariz tapada. 
No tiene mucho sentido pretender hoy convertir a Podemos en un remedo del PSOE. 
Por cierto ¿de qué PSOE? 
Evidentemente, no del de la cal viva, porque Podemos es un partido de orden y progreso y esas cosas no las hace. 
Que Antonio Machado emigró a Francia y murió allí con su familia, y Lorca falleció en Granada porque la gripe del 36 vino muy mala. 
Pobre Podemos que renunció a la memoria histórica porque podía quitarle votos. 
Entonces, si el objetivo es hacer guiños al PSOE ¿se va a dedicar Podemos a construirle una historia adecentada a Felipe González, Zapatero, Rubalcaba y a la Gestora?
Aún menos sentido tiene decir que no se quiere hablar del PSOE para, a continuación, decir que lo que tiene que hacer Podemos, en nombre de la institucionalidad, es ocupar el espacio del PSOE. 
Por ser más claro: del PSOE que, en su debacle ha decidido llevar a sus votantes a un espacio de viejo orden que prefiere la injusticia al desorden. 
Es decir que, como ha dicho el Presidente de la gestora, un PSOE que no cuestiona, ni siquiera por los azares de la historia, la barbaridad de haberle regalado al PP el gobierno de la nación.
Podemos no puede ser un partido nostálgico. 
Porque es un instrumento para mejorar la vida de las mayorías, no para mejorar la biografía de sus fundadores
Tiene la obligación, que se marcó desde su nacimiento, de representar a las mayorías con voluntad de cambio. 
Sin etiquetas, sin carnets, sin mochilas, pero con voluntad de cambio. Da igual lo que hayas votado, pero votar a Podemos implica algunos compromisos. 
Para votar humo la gente tiene a Ciudadanos. 
Podemos necesita, de momento, tres millones más de votos. Claro. 
Pero no se trata de buscar a las mayorías sin más, diciendo “pueblo”, “patria”, “alegría”, y esperar que venga un genio escondido en una lámpara a regalarte los deseos
Esa mayoría de cambio hay que trabajarla.
Los que faltan tienen que estar dispuestos a transitar hacia espacios donde haya mayor luz democrática. Porque de lo contrario, no están
No interesa la mayoría silenciosa, sino la mayoría silenciada. 
A la que hay que dar voz. Demasiado aluvión interesado recibió ya Podemos en sus orígenes. La transversalidad no puede ser adaptarse a un cuerpo social estático, sino a ese cuerpo social que supo romper con la inercia del bipartidismo. 
Si la transversalidad no se convierte también en una herramienta pedagógica, es mero oportunismo (me aterra pensar que algunos jóvenes que han nacido al pensamiento en España en los últimos tres años no tengan herramientas intelectuales adecuadas, confundidos con la transversalidad hueca y con un discurso donde han desaparecido categorías clave para explicar el mundo). 
Y tiene sentido, porque esa transversalidad oportunista busca tratar a la gente, de la que desconfía, como menor de edad
Es lo que está corriendo hacia la derecha a todo el arco político francés. El miedo infantiliza. 
En los orígenes de Podemos, fue al revés: fue la gente, en las calles, en las plazas, la que le dijo a la política que estaba hasta las narices de que la trataran como menor de edad.
Una oposición útil es la que tiene detrás un pueblo útil. 
El pueblo indignado que ha obligado a un juez a reconocer la dación en pago, a Bruselas a prohibir las cláusulas suelo, al Parlamento a empezar a caminar para impedir la pobreza energética. 
Para Podemos, los sillones son circunstanciales, herramientas para mejorar la vida de la gente, no la vida propia. 
Ni el PSOE ni el PP ni Ciudadanos quieren calle. Sólo Parlamento. Por algo será
Los medios de comunicación quieren un Podemos que sea muleta del PSOE. Y van a celebrar cualquier Podemos domesticado o que pueda ser utilizado como cuña. 
También celebraron a Alberto Garzón hace un año como el gentleman de la izquierda verdadera. Pensaban que así debilitaban a Pablo Iglesias. 
Hoy, Garzón, con criterio propio ayer y hoy, vuelve a ser una diana de los mismos que le ensalzaron. Como le ocurrirá a cualquiera que desafíe realmente el bipartidismo. 
Si Pablo Iglesias regresara a la universidad, los ataques que sufre se traspasarían de manera idéntica y con la misma virulencia al sucesor o sucesora.
Podemos decidió saltar de la calle a los ayuntamientos y al Parlamento porque entendió que faltaba la palanca de las instituciones. Hoy sabemos que ningún cambio real va a tener lugar si no está la calle recordando la obligación de convertir las necesidades en derechos. No hay contradicción entre la calle y las instituciones
La única ruptura que amenaza es la de los grupos humanos que conforman Podemos. Lo que demanda el pueblo consciente, ese que protagonizó el 15M, el que impulsó el nacimiento de Podemos y le concedió cinco millones de votos, es la unidad. 
Diversidad y pluralismo, el objetivo. Unidad, el camino. Por fin Podemos va a empezar a hablar de política.

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro