jueves, 19 de enero de 2017

Con TRUMP... la IDIOCRACIA USA llega a su culmen pero no será el más inepto que llegue a la Casablanca



Con TRUMP, la IDIOCRACIA de EEUU llega a su culmen
pero no será el más inútil...Bush y Reegan le superan con creces

SOCORRO… ¡LLEGA TRUMP!

Luis Casado. alainet.org

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

Siendo, como es Donald Trump, un reaccionario, no precisamente un discreto diplomático en sus declaraciones públicas y alguien que no parece demasiado preocupado por no parecer un payaso, Casado demuestra que no será el único presidente que no pase a la posteridad por brillo intelectual propio -conviene recordar que a Obama le han hecho siempre los discursos-, ni será seguramente un Presidente benéfico para sus conciudadanos, ni de los países del resto del mundo. 

Pero difícilmente creo que pueda igualar la cifra de muertos producidos por las guerras que ha provocado Estados Unidos y en las que ha participado durante el mandato Obama.

Dicho esto, estoy convencido de que ni el león será tan fiero como los partidarios de la globalización nos lo quieren pintar, ni siquiera para ella misma, sino más bien un corderito que la respete, ni será el más estúpido de los Presidentes USA. 

Difícil igualar a Bush y a Reagan, por citar solo a dos de los que menciona Casado en su texto.

Y es que, aunque lo fuera, solo sería un títere más en las manos del complejo militar-industrial, como lo ha sido Obama, y serán sus consejeros, los lobbies de las grandes corporaciones industrilaes, financieras y de servicios los que se ocupen de hacer la política diaria de la Casa Blanca.

Mientras tanto sigan los progres, el Partido Demócrata, MoveOn, la plataforma de “activistas” profesionales y a sueldo, pagada por Soros, y sus sucursales en Europa y en España organizando la amnesia sobre lo que ha sido la Presidencia de Obama con el nuevo espantajo de las amenazas terribles que señalan nos traerá Trump.

Sin más, les dejo con el texto de Luis Casado sobre el próximo Presidente de los Estados Unidos.

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Tú me entiendes: nada, lo que se llama nada seguramente no. Yo quise decir nada excepcional –o nada tan desastroso– como para interrumpir la siesta parlamentaria, la modorra de La Moneda, el letargo ministerial. Eso.

Luego pasó lo que pasó: 

Trump obtuvo 2 millones 200 mil votos menos que Clinton, pero muchos más ‘grandes electores’, y dentro de cuatro días se instalará en la Casa Blanca. 

La diarrea planetaria tiene precedentes, sobre todo las provocadas por los pánicos económicos. 

Lo cierto es que de Angela Merkel a Bachelet, pasando por Mariano Rajoy, François Hollande y Theresa May, todos aprietan las nalgas esperando saber cómo viene la mano.

Entretanto, servidor persiste y firma. 

Donald Trump no me parece tener la envergadura que requiere un desastre como se pide.

Ricardo Lagos –megalomanía mediante– pudo engendrar el Transantiago, el MOP-Gate, los jarrones de Corfo, el tren Victoria-Puerto Montt, Inverlink, un ‘royalty’ que le ahorró 4 mil millones de dólares de impuestos a las grandes mineras y una larga lista de escándalos que él es único en haber olvidado.

Guardando las proporciones, Lagos se sitúa al nivel de su mentor Felipe González y sus salidas de madre con el GAL, Pablo Escobar, la trama de Filesa, Malesa y Time-Export, los sobresueldos con las platas reservadas, el caso Flick y el dinero de la fundación Friedrich Ebert, la venta de Rumasa al grupo Cisneros, y otros delitos no menores.

En los tiempos que corren, los presidentes suelen ser de una mediocridad abismante. No, yo no he mencionado a Sebastián Piñera ni a Bachelet. Me refiero a los presidentes de los EEUU.

Larry Schwartz publicó –en febrero del 2015– una reseña de algunos de ellos, y su nota vale el desplazamiento. Mira ver:

Algunos fueron brillantes, otros apenas pálidas ampolletas. Si tuviésemos que juzgar sólo por la variedad de su vocabulario, parecería que con el paso de los siglos nuestros presidentes se están poniendo cada vez más babiecas”.

Un análisis del diario The Guardian clasificó los discursos presidenciales por nivel de educación, utilizando el test de legibilidad Flesch-Kincaid.

George Washington y los Founding Fathers (los padres de la patria del imperio) obtuvieron nota 20, mientras que los presidentes actuales apenas llegaron a 10. 

No parece una coincidencia que los dos Bush –padre e hijo– estuviesen entre los más iletrados.

El tercer presidente de los EEUU era una bala en matemáticas, filosofía, historia e idiomas: además del inglés dominaba el francés, el latín y el griego. Todo gracias a la escuela pública. 

Por mérito propio llegó a ser un gran arquitecto, horticultor, autor, inventor, músico (tocaba el violín, el cello y el clavicordio), jurista, ornitólogo, paleontólogo, arqueólogo y poeta.

Jefferson, para orgullo de los estadounidenses, no fue el único. En la lista de los presidentes que poseían un cerebro, y lo utilizaban, se cuentan James Madison, John Adams, Woodrow Wilson, Theodore Roosevelt y James Garfield. Gloria a ellos.

Entre los zopencos, matungos, alcornoques, babosos, bodoques, bolonios, borricotes, pelmazos y tontos de capirote hay que filtrar el género para no alargar la lista. 

Como es normal, algunos brillan –si oso escribir– con oscuridad propia.

Warren Harding Larry Schwartz se pregunta:

Harding era un senador indiferente, que se transformó en un presidente indiferente. En su discurso inaugural dijo: “Nuestra tendencia más peligrosa es esperar demasiado del gobierno, y al mismo tiempo hacer muy poco por él”. Schwartz asegura que Harding cumplió fielmente esto último. 

Durante su presidencia los escándalos aparecían detrás de cada puerta, y él mismo no se enteraba ni por la prensa.

Los republicanos le ungieron candidato en parte porque tenía buena pinta y en el año 1920 las mujeres votaban por primera vez. Desde luego Harding ni siquiera se molestó en ir a votar para acordarles ese derecho. Pero le gustaban las mujeres, a juzgar por sus numerosos líos extramaritales. 

También organizaba fiestuzas en la Casa Blanca, muy bien regadas con alcohol, algo un poquillo fuera de lugar visto que su presidencia tuvo lugar en medio de la Prohibición.

Escribe el peor inglés que jamás vi. Me hace pensar en una fila de esponjas húmedas; en andrajos colgados; en una sopa de frijoles podridos, en alaridos académicos, en perros ladrando estúpidamente durante noches interminables”.

Para desmayo de los yanquis, si Warren Harding fue el peor, no fue el único. 

En la lista de Schwartz figuran –en lugar destacado– George W. Bush, Andrew Johnson, Gerald Ford y Ronald Reagan.

George W. Bush

A pesar de haber desertado la guerra de Vietnam enchufándose en la Air Force Reserve, y de haber fracasado en numerosos emprendimientos, W. Bush aprovechó su ineptitud llegando a ser un inútil Gobernador de Texas allí donde el Gobernador –por Ley– literalmente no hace nada. 

Luego devino el cuadragésimo tercer presidente de los EEUU.

Ni siquiera se enteró de la llegada de la gigantesca crisis económica que hundió el planeta, y en los últimos meses ni siquiera le dejaron participar en las reuniones del gobierno. 

Como presidente se tomó exactamente 879 días de vacaciones, más de dos años del tiempo de su mandato. 

En sus propias inmortales palabras, “Pasará mucho tiempo después de mi partida antes de que alguna persona inteligente llegue a comprender lo que pasó en esta Oficina Oval”.

Andrew Johnson

El décimo séptimo presidente de los EEUU fue un borrachín, un pechoño y un líder desastroso. 

Sucedió a Abraham Lincoln, y es difícil imaginar dos personalidades más alejadas intelectualmente. 

Aún cuando era partidario del esclavismo, durante la Guerra Civil se mantuvo en el campo de la Unión con el fin de satisfacer sus ambiciones presidenciales.

Cuando Lincoln -baleado- estaba muriendo, no encontró nada mejor que emborracharse. 

Al morir Lincoln tuvieron que despertarle para que jurase el cargo. Aún borracho, “los ojos hinchados, el pelo cubierto de lodo de la calle”, hizo un discurso inaugural digno de ser olvidado, para decirlo diplomáticamente. 

Más tarde fue inculpado, aún cuando escapó milagrosamente de ser condenado y destituido del cargo.

Gerald Ford

El trigésimo octavo presidente llegó al poder cuando Nixon dimitió para evitar la destitución en razón del escándalo del Watergate. 

En la Universidad, Gerald Ford se destacó jugando fútbol americano. Habida cuenta de sus inhabilidades, Lyndon Johnson pudo declarar que Ford “ había jugado demasiado fútbol sin el casco”

En otra ocasión, Johnson afirmó: “Jerry Ford es tan idiota que no puede tirarse un pedo y mascar chicle al mismo tiempo”.

Ronald Reagan

Del cuadragésimo presidente de los EEUU se cuentan historias. Interrogado por un periodista acerca de la hora tardía en que llegaba a la oficina, y lo temprano que se iba, respondió: 

“Es cierto que el trabajo no mata, pero… ¿para qué correr riesgos?” En las reuniones del G7 se sentaba junto a los otros seis mandatarios, contaba el último chiste y se iba.

Alarmado por la dimensión gigantesca que adquiría la deuda pública del gobierno federal, un periodista le preguntó qué pensaba al respecto. 

La respuesta de Reagan: “La deuda ya está bastante grandecita para cuidarse sola”. En la práctica Reagan no gobernó, dejándole esa aburrida tarea a sus colaboradores. 

A Ronnie le gustaba hacer discursos. 

Una de sus frases célebres, pronunciada con una sonrisa y un guiño: “Los hechos son cosas estúpidas”.

Hasta donde uno puede juzgar, Donald Trump está lejos de ser un Jefferson, pero nada asegura que sea un Ronald Reagan. 

Si el primero era un brillante intelectual, y el segundo un papanatas, Donald Trump parece navegar en las procelosas aguas de la medianía, ya se verá si podemos llamarla mediocridad.

Visto a la distancia, Trump no parece más idiota que W. Bush, ni más proteccionista que Washington, Hamilton, Clay o Lincoln, ni más reaccionario, brutal y grosero que Nixon, ni más putero que Kennedy, ni más irresponsable que Bill Clinton.

Como todos los presidentes del imperio, Trump está rodeado de intereses creados, del complejo militaro-industrial, de Wall Strett, la banca, las compañías de seguros, big business, el Congreso, la FED, los gobiernos estaduales y una nube de cabilderos voraces y venales.

Sus diatribas contra la gran industria –que ante la duda prefiere ser obediente– tienen un regusto a desplante torero, a un muy machacado “deténganme que si no lo mato”. 

El mundo es algo más que eso. Por el momento, los “mercados” no se inmutan. Como siempre, consideran que hasta una pasajera fiebre proteccionista es “una oportunidad de negocio”.

Servidor toma palco, se arrellana y observa. Ya veremos.


Donald Trump y la hegemonía global de los EE.UU


En realidad Donald Trump no busca reducir la hegemonía global estadounidense, ni mucho menos ponerse al servicio de intereses extranjeros, específicamente de Rusia, como tendenciosamente afirman los medios de comunicación del establisment. En este sentido el portal ruso Fort Russ advierte, que se tendría que ser fabulosamente inocente para creer que Trump es algo parecido al equivalente estadounidense de Gorbachev. Trump defenderá únicamente los intereses de los EE.UU y los de los lobbies que lo llevaron al poder.

DONALD TRUMP Y LA HEGEMONÍA
GLOBAL DE LOS EE.UU
Por lo observado hasta ahora y, cuando faltan pocas horas para que el presidente electo, Donald J. Trump asuma el poder en el despacho oval de la Casa Blanca, la facción anti-Trump del establishment y toda su omnímoda estructura de poder que ha dirigido por mucho tiempo los destinos de los EE.UU se encuentra en estado de alerta máxima, esa es la percepción, emitiendo señales de alarma roja ante lo que afirman es la amenaza que representa el hombre más detestable y peligroso para la seguridad y los intereses hegemónicos de los Estados Unidos. 

Es tal la dimensión de la campaña anti-Trump y la histeria que la acompaña que se ha llegado al punto de acusarlo de ilegitimo y traición porque supuestamente, según las organizaciones de “inteligencia”, estaría desempeñando el papel del hombre de Moscú en Washington, manejado por el malvado Putin, con la misión de destruir la resplandeciente democracia estadounidense.

En realidad Donald Trump no busca reducir la hegemonía global estadounidense, ni mucho menos ponerse al servicio de intereses extranjeros, específicamente de Rusia, como tendenciosamente afirman los medios de comunicación del establisment. 

En este sentido el portal ruso Fort Russ advierte, que se tendría que ser fabulosamente inocente para creer que Trump es algo parecido al equivalente estadounidense de Gorbachev. 

Trump defenderá únicamente los intereses de los EE.UU y los de los lobbies que lo llevaron al poder. 

Ellos en su mayoría forman parte de la esfera económica donde Rusia y los EE.UU no tienen conflictos –de lo contrario nos encaminaremos a una fuerte confrontación al punto de choques militares, finaliza Fort Russ.

Todo se reduce a un conflicto donde están en juego los intereses del actual grupo de poder en Washington comandado por los neoconservadores y la plétora de liberales intervencionistas para quienes la continuidad de las políticas del intervencionismo militar es fundamental para mantener a flote al complejo industrial militar, el gran beneficiario del caos y de la guerra sin fin. 

Por su parte Trump y su equipo de extrema derecha compuesto por grandes banqueros, empresarios del petróleo y militares estarían interesados en corregir la agenda de la política exterior de los EE.UU centrada en el uso excesivo de su poderío militar, que según Trump, ha estado plagado de errores y solo ha contribuido a la pérdida de credibilidad, sumir en el caos a regiones como el Oriente Medio, y al desperdicio de miles de millones de dólares que habrían podido ser invertidos en la reconstrucción de los EE.UU, de ahí que Trump y su equipo favorezcan la diplomacia sobre los conflictos sin fin,sin que esto signifique desistir del uso de su poderío militar .

Esa dimensión de la política exterior que pretende implementar el grupo de Trump, es decir, priorizar el acercamiento o el mejoramiento de las relaciones con otros países, el caso de Rusia, en lugar de la actual política que favorece la agresión militar y económica, es la que genera la oposición y el rechazo del partido de la guerra en Washington, que ve como ese posible giro en la política exterior de Trump, terminaría por afectar su poder de influencia y afectar los jugosos contratos del complejo industrial militar. 

Para la facción guerrerista encabezada por los neoconservadores, una posible apertura hacia Rusia, levantando las sanciones económicas y hacer negocios en el sector energético, o peor aún, una alianza militar para combatir el terrorismo en el Oriente Medio, es anatema, dado que Rusia y Putin son considerados enemigos, amenazas existenciales que deben ser sometidos o eliminados ya que representan un grave obstáculo a la exclusividad del dominio global estadounidense que debe ser preservado a cualquier precio aun si esto significa una conflagración sin precedentes con una potencia nuclear como Rusia.

El panorama que enfrenta el presidente electo cada día se complica más, las acusaciones de traición y los intentos de deslegitimar su presidencia por su supuesta asociación con Vladimir Putin, aun antes de tomar el juramento presidencial, todo forma parte de una intensa y bien orquestada campaña dirigida por las agencias de inteligencia y cuyo objetivo es desestabilizar su futura presidencia impidiendo la normalización de las relaciones con Rusia, a la que se acusa de haber cometido un “acto de guerra” en contra de los EE.UU por su supuesta participación en los ataques cibernéticos que interfirieron en la campaña presidencial favoreciendo la candidatura de Donald Trump. 

Y aunque todas estas acusaciones carezcan de credibilidad, pues no se ha presentado pruebas concluyentes, y todo se basa en evidencias circunstanciales, las mismas son muy serias y pueden conducir, incluso, al enjuiciamiento temprano de Trump en caso no actué de conformidad con los deseos del partido de la guerra.

La presidencia de Trump, bajo estas condiciones no augura un buen inicio, ni mucho menos un final feliz.

No se sabe hasta qué punto la presión que se está ejerciendo sobre Trump influirá en su actitud, si se doblegará o continuará con su tono confrontacional, sobre todo en lo relacionado con Rusia.

Por un momento pareciera que estuviera cediendo al conceder que Rusia efectivamente ha participado en los ataques cibernéticos contra el partido Demócrata y el Republicano, sin embargo rechaza que la interferencia rusa haya sido un factor en su victoria. 

En una entrevista reciente a medios británicos y alemanes, Trump manifestó, según el Times de Londres, que estaba preparado a cortar lazos con ambos Putin y Merkel: 

“Comienzo confiando en ambos -pero veremos por cuanto tiempo. Puede que no dure mucho”. 

Todo esto, según el rotativo, a pesar de las muestras de admiración por parte de Trump hacia el señor Putin y la señora Merkel. ¿Estará cediendo a las presiones o es simplemente una táctica para apaciguar a sus enemigos?


Al final, Donald Trump es solo la punta del iceberg de la encarnizada lucha que se viene dando dentro del establisment estadounidense donde las diferentes facciones corporativas están disputándose el control sobre el próximo presidente. 

Es la manifestación de las rivalidades intracapitalistas en los sectores de la banca, el petróleo, el complejo industrial militar etc. Trump como parte del establishment cuenta con apoyo de poderosos intereses económicos que buscan controlar las riendas de la política exterior de los EE.UU, desplazando al actual partido de la guerra, para fortalecer sus propios intereses económicos y al mismo tiempo continuar con la supremacía global de los EE.UU. 

Es demasiado improbable que el gobierno de Trump intente separarse o dejar de lado el principal pilar de la política exterior de los Estados Unidos, es decir, la hegemonía militar y dominación económica global.

Publicado por La Cuna del Sol

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro