martes, 17 de enero de 2017

Afganistán: La última derrota de Obama

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Afganistán: La última derrota de Obama

Habría que remontarse mucho tiempo atrás para encontrar a un presidente norteamericano, que deje a su sucesor una situación internacional más compleja y deteriorada que la que Barack Obama está dejando a Donald Trump.

Quizás tendríamos que recordar a Richard Nixon, quien debió asumir la derrota de Vietnam o a Jimmy Carter, escarnecido por los jóvenes de revolucionarios iraníes, que en sus narices, expulsaron del poder a Mohammad Reza Pahlaví, el más importante de los secuaces que Washington tenía en la región.

Aunque quizás Nixon y Carter, tengan algunas excusas ya que en el caso del primero la derrota frente al Viet-Minh, ha tenido grandes colaboradores como John Kennedy o el principal promotor de la intervención norteamericana en el sudeste asiático Lyndon Baines Johnson. Carter, a la vez, podría haber hecho un poco más por Phalevi, pero en realidad la figura del Sha estaba carcomida por sus flagrantes violaciones a los derechos humanos y el latrocinio constante contra su pueblo, lo que sin duda a Carter, un demócrata al fin, le molestaba mucho y así lo pagó.

Pero volviendo al primer presidente negro de los Estados Unidos, al premio Nobel de la Paz, al nuevo Kennedy, tendremos que decir que no tuvo más excusas que su propia incapacidad, su ineptitud política para comprender las consecuencias de sus actos y su falta de carácter frente al complejo Industrial-militar y los innumerables lobbies que siempre han controlado a los presidentes norteamericanos.

Obama, no puede permitirse el lujo de responsabilizar a George W. Bush, de la actual situación, que si bien, ¿y qué duda cabe? Fue quien comenzó con las carnicerías en Afganistán e Irak, el presidente número 44 de la Unión, la amplificó hasta poner a mundo al borde de una nueva guerra mundial (al-Ghutta, Siria, Agosto de 2013) y reactualizando de hecho, la guerra fría. 

Además de elevar por su propia torpeza, al presidente Vladimir Putin al centro de la escena, que consiguió un prestigio y un reconocimiento internacional, que ningún jefe de estado ruso conoció desde la muerte de Joseph Stalin.

El punto de inflexión de su torpeza fue haber colocado a cargo del Departamento de Estado, a Hillary Clinton que pilotó, con la destreza y puntería de un kamikaze japonés, la política exterior norteamericana desde 2009 a 2013, cinco años que le sirvieron para hacer arder Medio Oriente, el Magreb, el Sahel y Asia Central.

Un rápido recuento nos obliga a pensar en la planificación de la Primavera Árabe en 2011, que despertó una serie de protestas en toda la cuenca sur del Mediterráneo y no solo provocó la guerra en Libia y Siria, donde había dos claros exponentes del nacionalismo laico árabe, el Coronel Muhammad Gadaffi y el presidente Bashar al-Assad.

El primero asesinado, en plena invasión terrorista, lo que llevó a Libia a convertirse en un estado fallido. 

Respecto a Siria, si bien no alcanzó para derrocar a al-Assad, si para generar una guerra, que ya lleva, por ser conservador en las cifras, más de un millón de muertos, incontables heridos y mutilados, cerca de siete millones de desplazados y la literal demolición de millones de viviendas, junto a la destrucción de la infraestructura de un país que vivía en un estado de bienestar, envidiado no solo en Medio Oriente, sino en muchas regiones del mundo.

Como frutilla de esta torta, Obama alentó con su torpeza a la constitución de una alianza impensable hace unos años y que puede ser demoledora para cualquier enemigo: Rusia, China, Irán y el mundo chií, incluyendo obviamente a Siria y a la cada vez más poderosa organización libanesa Hezbollah.

Las torpezas del dúo Obama-Clinton, como daños colaterales, podrían anotarse la caída de uno de sus hombres claves en la región el presidente egipcio Hosni Mubarak, fiel cancerbero de la causa palestina, durante treinta años; y la caída del presidente yemení, Ali Abdullah Saleh, que terminó arrastrando al país a una guerra civil entre los Houtíes, chiitas y sunitas pobres, contra el ejército y los estamentos altos de la sociedad sunita, perpetuadores del poder de Saleh, en la figura de su vice Abd al-Mansur Hadi quien solicitó a al reino de Arabia Saudita, a que declaré la guerra a su país en marzo del 2015, que hasta el día de hoy no se resuelve, y que se calcula ha provocado entre 4 y 7 mil muertos civiles.

El tornado Obama, también agitó las serenas arenas del Sahel, esa franja sumida en la pobreza y el desamparo que se extiende de Índico al Atlántico, al sur del Magreb, donde gracias a las políticas de Hillary Clinton y sus socios europeos, se reprodujeron como hongos los grupos salafistas vinculados en un primer momento a al-Qaeda y después del 2014 al Daesh.

Hoy podemos señalar que desde el somalí al-Shabaab, hasta el nigeriano Boko Haram, junto a infinidad de grupos como Ansar al-Din, (Defensores de la Fe) el AQMI (Al-Qaeda para el Magreb Islámico) o el MUJAO (Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental), que campean a su antojo en Níger, Mali, Chad, Mauritania, Sudán, Etiopia, Kenia, han incrementado sus fuerzas por una sola y determinante razón: 

para miles de estos jóvenes la opción es incorporarse a alguno de estos grupos, emigrar o languidecer hasta que alguna enfermedad, la droga o la violencia estatal los mate. 

Incluso en Egipto, se ha reactivado la violencia salafista, donde la organización vinculada a el Daesh, Wilayat Sinai, ataque cada vez con más virulencia.

Las trágicas políticas de Obama en Medio Oriente y África, son la única razón de que ahora, aproximadamente un millón de refugiados estén pululando por las rutas europeas, en procura de un refugió, sin contar el millón y medio llegando en 2015 y los 4.5 que esperan en Turquía.

Sería injusto olvidar también que Obama, junto a los líderes europeos, es culpable de cada uno de los muertos en los atentados producidos en Europa en estos últimos años.

La jungla afgana

Por allí cuenta la leyenda que el 24 de diciembre de 1979, el Presidente Jimmy Carter, miraba por televisión la entrada del ejército soviético a Afganistán, junto a su Secretario de Seguridad, el polaco, Zbigniew Brzezinski y que de golpe este último saltó de su asiento gritando: “Acabamos de regalarle un Vietnam a los rusos”.

El zorro polaco sabía muy bien que decía, porque había sido parte del complejo entramado que se había tejido con los muyahidines afganos y el gobierno de Pakistán, para convertir las montañas afganas en la jungla vietnamita.

Allí, el Ejército Rojo no solo iría a perder cerca de 16 mil hombres, sino que se iniciaría el proceso de disolución de la propia Unión Soviética.

¿Dónde habrá un Brzezinski? se habrá preguntado muchas veces en sus ocho años de mandato el oscuro presidente Obama, cada vez más hundido en las movedizas arenas afganas.

El 44 presidente llegó a la Casa Blanca, con la promesa, una de miles, de traer a toda la tropa norteamericana destinada a Afganistán de vuelta a casa. 

Para cuando asumió en 2009 el Talibán era una sombra difusa que se movía con precaución en lo alto de las montañas, tras la embestida enceguecida de George W. Bush como respuesta a los ataques del 11 de septiembre.

A diez días de abandonar el poder Obama, está muy lejos de “el final responsable” que pretendía respecto a Afganistán. 

No solo que nunca terminó de repatriar a los miles hombres, que uno y otra vez a lo largo de estos últimos años dijo retiraría de Asia Central, sino que se vio obligado a ordenar un envió de un “pequeño grupo de asesores” para contener al Talibán en la provincia de Helmand, la principal productora de opio, y con importantes yacimientos de uranio, casualmente.

El opio es la fuente de financiación fundamental para armar y pagar a los más de 55 mil hombres del Mullah Mawlawi Haibatullah Akhundzada, máximo jefe talibán desde mayo pasado.

El contingente, según la Casa Blanca, será de unos 300 hombres pertenecientes a la unidad Task Force Southwest. 

La misión que llegara en las próximas semanas, se extenderá “solo” por nueve meses.

Desde el retiro de la misión militar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en enero de 2015, la insurgencia talibán se reactivó y hoy controla un tercio del territorio afgano.

Lo que ha obligado a Washington, que mantenía una dotación de 5500 hombres, fundamentalmente en Kabul y la base de Bagram, a disponer de refuerzos.

Después de largos debates, la administración Obama reconoció que las fuerzas armadas afganas, unos 350 mil hombres, que ellos mismos organizaron, entrenaron y armaron, no están en condición de detener el avance del Talibán, por lo que se han dispuesto nuevos ataques aéreos contra la insurgencia fundamentalista.

Como para despedir a Obama, este último martes, en Kabul se produjo uno de los mayores atentados de los últimos años.

El ataque se produjo en Dar-ul-Aman, el barrio donde se encuentran el Parlamento afgano y el edificio de la principal agencia de inteligencia del país, el Directorio Nacional de Seguridad (NDS),

El ataque, que hasta ahora causó 80 muertos y más de un centenar de heridos, fue organizado ya con la clásica estrategia de que primero un atacante se detone, en este caso en la puerta del edificio al-Haqqi, una dependencia del Parlamento, a unos dos kilómetros de la sede principal, tras la explosión, cuando algunos miembros de la seguridad se había acercado a socorrer a las víctimas, un coche bomba fue detonado en apariencia por otro suicida.

Según algunos expertos no se esperaban ataques del Talibán, ya que no lo suelen hacer e invierno, este cambio de estrategia, sin duda esta no solo despidiendo a Barack Obama, sino dándole la bienvenida a Donald Trump, que quizás esté intentando ubicar en algún mapa la jungla afgana.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. 

Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.

En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221532

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro